Coyuntura crítica de la batalla
C. Clark Kissinger
Obrero Revolucionario #1049, 9 de abril, 2000
A continuación publicamos el discurso de clausura de C. Clark Kissinger, corresponsal del OR, militante de ¡Rehusar & Resistir! y organizador de la Conferencia Nacional de Emergencia para Salvar a Mumia Abu-Jamal:
"Primero, el caso de Mumia Abu-Jamal es ahora una gran batalla; todo el mundo se siente obligado a tomar posición, lo cual es lógico, dado que concentra tanta injusticia e iniquidad de esta sociedad, y además porque el movimiento que reclama justicia para Mumia cuestiona el proyecto político de acelerar las ejecuciones y criminalizar a grandes sectores de la nueva generación. Así que el caso de Mumia Abu-Jamal es hoy un punto de deslinde en cuestiones fundamentales de justicia social.
"Segundo, la lucha por salvar a Mumia avanzará en medio de victorias y feroces contragolpes del enemigo. No olvidemos lo que este ha hecho apenas en el año pasado: el ataque al Black United Fund de Filadelfia; las calumnias del noticiero 20/20; la confesión falsa publicada por la revista Vanity Fair; una racha de ataques contra MOVE, Pam Africa y los Familiares & Amigos Internacionales de Mumia en Filadelfia; el boicot a artistas que han alzado la voz. Y, créanme, los ataques apenas empiezan, pues es seguro que lanzarán muchos más golpes bajos.
"No permitamos que esos ataques nos desorienten ni respondamos con simple furia. Más bien, aprovechemos cada ocasión, cada ataque para organizarnos, para denunciar al enemigo y divulgar la verdad sobre Mumia a sectores más amplios. Como Mumia nos mandó decir: `Los ataques, los atropellos dan mayor empuje a nuestro campo y ¡el movimiento cobra fuerza!'.
"Tercero, debemos seguir con la política de diferenciar correctamente los amigos de los enemigos. Los que se oponen a la ejecución de Mumia Abu-Jamal son nuestros aliados; tenemos que invitar su participación y crear formas adecuadas de canalizarla. No andaremos en las mismas actividades ni hablaremos con la misma voz, pero sí lucharemos desde la misma trinchera de combate, y debemos brindar a todos un trato respetuoso y buscar la forma de que cada quien colabore.
"Cuarto, debemos actuar en consecuencia en este momento decisivo de la petición de habeas corpus ante el tribunal distrital federal. La lucha ante los tribunales durará meses, no años, y como Len Weinglass señaló por la mañana, los próximos 90 días serán decisivos. El gobierno medirá el pulso de la sociedad para ver si se puede salir con la suya; es hora de unirnos y hacer oír nuestro reclamo: ¡Tienen que oír las pruebas!
"Quinto y último, hay que ver sobriamente que hace falta mucho más para salvar la vida de Mumia. Sin embargo, sí vemos un faro, una luz que ilumina el camino.
"Tenemos que infundir pavor a los que están decididos a matar a Mumia, pavor ante la posibilidad de paros estudiantiles en las universidades y prepas del país, y la posibilidad de que gente de conciencia se encadene a la Casa Blanca, que se debata en todo sector de la sociedad. Tenemos que crear las condiciones para que millones de personas se echen a la calle en señal de protesta; para que maestros, artistas y destacados escritores pierdan fe en el sistema y contagien a los demás. Que teman otro Los Angeles, otro Seattle. Que Estados Unidos sea un paria en la comunidad internacional, un país cuyo nombre quiera decir racismo y asesinato oficial. En una palabra, nos toca crear una situación donde tendrán que pagar un precio inaceptable en toda esfera de la sociedad. Solo así-y no por amor a la razón o la justicia, sino por salvar su propio pellejo-los gobernantes de este país retrocederán en el caso de Mumia Abu-Jamal.
"Y a la gente de buena voluntad que tenga dudas o no se defina debemos plantearle lo siguiente: ¿Y si no se para la ejecución de Mumia? ¿Queremos que se dé rienda suelta a los gobernantes, quienes proclamarán que es legal y moralmente aceptable ejecutar a un revolucionario negro, a pesar del racismo descarado e injusticia procesal? ¿Permitiremos que se establezca el precedente peligroso de aplicar la pena de muerte a los disidentes y rebeldes?
"¿No es cierto que esa ejecución serviría de aval a la pena de muerte en este país, precisamente cuando en los últimos años se ha rescatado a docenas de condenados a muerte al comprobar que los condenaron injustamente? Sin duda, el gobierno celebraría esa ejecución y aprovecharía para vengarse contra cualquier negro que se le plante a la policía, la primera línea de defensa de este sistema de supremacía blanca. ¿Y cuál sería el efecto para millones de jóvenes negros y de otras nacionalidades? ¿O para un escritor negro de la nueva generación con el sueño de ser la voz de los que no tienen voz?".
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