Elián en medio de los tiburones
Obrero Revolucionario #1051, 23 de abril, 2000
En noviembre dos pescadores encontraron a Elián González, de cinco años, flotando en una llanta y lo llevaron a Florida. Su mamá y otras 10 personas perecieron pues la balsa en que salieron de Cuba naufragó en alta mar. La Secretaría de Justicia entregó a Elián a su tío abuelo, Lázaro González, un emigrado derechista. Desde ese entonces, el niño ha estado rodeado de tiburones.
Los gusanos de la comunidad cubana de Miami aprovecharon la oportunidad para proclamar su odio a Fidel Castro y a todos los que piden la más mínima normalización de relaciones con Cuba. Dicen que jamás devolverán a Elián a su familia en Cuba. Cada vez que les ponen un micrófono en la cara desbarran contra Castro. Han dicho que ángeles y delfines guiaron a Elián a Miami para impulsar la lucha contra Castro.
En torno a todo ese circo ronda el gran tiburón blanco de Washington, la secretaria de Justicia, Janet Reno, encargada del ardid geopolítico del gobierno federal.
El caso de Elián no es muy complicado. El padre del niño, Juan Miguel González, quiere que se lo devuelvan y muchos reconocen que criarse como causa célebre de los reaccionarios no es bueno para los niños ni otros seres vivos.
Pero el problema para Estados Unidos es que Juan Miguel González vive en Cuba, y para devolverle a Elián tendría que entrar en una clase de relaciones diplomáticas con Cuba que ha evitado desde hace más de 40 años. Elián es una pieza de ajedrez en la batalla sobre cuál será la posición de Estados Unidos con Cuba.
Hay sangre en el agua y los tiburones andan frenéticos.
La campaña de invasión, embargo y operaciones clandestinas
Estados Unidos se apoderó de Cuba en 1898 y la dominó durante 60 años. En 1959, un levantamiento popular dirigido por Fidel Castro derrotó al títere yanqui y el país se independizó de Estados Unidos. El nuevo gobierno nacionalizó las propiedades yanquis y expulsó a los gángsteres y mafiosos.
La clase dominante de Estados Unidos, que considera a toda Latinoamérica como su patio trasero, juró retomar la isla y castigar a Cuba de modo ejemplar. Así empezaron 40 años de ataques: la invasión de Playa Girón dirigida por la CIA en 1961, cientos de operaciones clandestinas, bombardeos, sabotaje, guerra química y atentados.
Económicamente, le ha impuesto un embargo que ha hecho sufrir a todo el pueblo cubano.
Estados Unidos necesitaba mercenarios para esas operaciones y los encontró en los gusanos, emigrados derechistas de la comunidad cubana de Miami, a quienes organizó en escuadrones de la muerte y comandos dirigidos por los servicios de espionaje. Han amenazado y dinamitado a sus oponentes, en Miami, Nueva York o donde sea.
Los gusanos andan quejándose de la "dictadura de la Habana", ¡pero hay que preguntarse cómo sería Cuba si ellos tuvieran el poder!
Los gusanos dicen no a la normalización de relaciones
La decisión de devolverle Elián a su padre prendió un conflicto entre la administración Clinton y los gusanos. El meollo del conflicto es si Estados Unidos debe tener contacto con el actual gobierno cubano y qué clase de gobierno quiere imponerle a Cuba en el futuro.
Los gusanos quieren que un futuro gobierno surja de sus círculos y no de Cuba... y sobre todo no del actual partido de gobierno o fuerzas armadas. También quieren que les devuelvan sus propiedades y privilegios. Dicen que hasta que caiga el gobierno de Castro, no debe haber ninguna clase de contacto, reconocimiento ni normalización de relaciones con Cuba, sino solo hostilidad. Llegan al extremo de oponerse a devolver un niño a su padre.
Lo que es menos obvio son las intenciones del gobierno estadounidense al devolver a Elián.
Los intereses de Estados Unidos, Castro y el momento actual
Después de tomar el poder, el gobierno de Fidel Castro decidió no desmantelar la economía de monocultivo de azúcar ni llevar a cabo una revolución agraria a fondo. Cortó ciertas relaciones con Estados Unidos, pero no rompió las relaciones económicas capitalistas típicas del colonialismo. En vez, se embarcó en una nueva relación de dependencia con una nueva potencia imperialista, la Unión Soviética, donde se restauró el capitalismo en la década de los 50.
Como predijeron los maoístas en ese entonces, ese camino no revolucionario tendría consecuencias negativas para el pueblo cubano y para el movimiento revolucionario de Latinoamérica.
Los defectos del "camino cubano" se acentuaron con el colapso de la Unión Soviética en 1989. El gobierno cubano se encontró en aprietos y se puso a buscar nuevos mercados e inversionistas imperialistas. Invitó a los capitalistas extranjeros a explotar la mano de obra y los recursos naturales, y ha puesto sectores importantes de la economía a su disposición. La industria turística, con todas las relaciones sociales opresivas que engendra, ha crecido enormemente.
El gobierno cubano también quiere que Estados Unidos levante su embargo injusto y que se meta de nuevo en la economía.
Por su parte, Estados Unidos lleva 40 años ansiando reconquistar a Cuba e imponerle sus condiciones. No quiere compartir a Cuba ni a Latinoamérica en general con las otras potencias imperialistas. Por tanto, las demandas a Cuba para normalizar las relaciones son severas: devolver las propiedades nacionalizadas y adiós al gobierno de Fidel Castro.
La administración Clinton ha sido tan despiadada con Cuba como todas las anteriores.
Pero al mismo tiempo que Estados Unidos le da duro a Cuba, también está refinando su estrategia para retomar la isla. Tras complicadas deliberaciones y manipulaciones, la administración Clinton decidió devolver a Elián a su papá en Cuba. En Miami y otras partes, esa decisión se interpretó como una señal de una posible "normalización" de relaciones con Fidel Castro y su gobierno.
Los gusanos se oponen furiosamente a eso. Se aferraron a Elián, desobedecieron al gobierno federal y han dicho que no lo devolverán. Cuentan con el apoyo de sectores de la clase dominante, como líderes republicanos, el alcalde demócrata de Miami y el vicepresidente, Al Gore, quien propuso cambiar las leyes para darles residencia permanente a Elián y a su papá.
El gobierno ha tratado a los gusanos con guantes de seda. Todo el asunto es un insulto a los demás inmigrantes latinoamericanos, a quienes deportan, niegan derechos y llevan a la muerte en la frontera.
La administración Clinton está resuelta a imponer su decisión en el caso de Elián a pesar de las quejas de los gusanos. Al fin y al cabo, ¿quién manda a quién? Pero no quiere usar fuerza contra los gusanos, pues ha invertido mucho tiempo y dinero para prepararlos y quiere usarlos para reestructurar a Cuba en el futuro.
La administración Clinton no quiere devolver a Elián porque se ha vuelto blanda; todo lo contrario, es como el lobo que se viste de abuelita para comerse a Caperucita Roja. Un partidario de Clinton dijo que la hostilidad de Estados Unidos está ayudando a Fidel Castro a obtener ayuda internacional, mientras que forjar ciertas relaciones con Cuba abriría la puerta.
Hay tiburones que muerden a niños en alta mar, y otros que se tragan países enteros.
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