Del Movimiento Revolucionario Internacionalista
¡Por un siglo de guerras populares!
¡Adelante hacia la victoria
del socialismo y del comunismo!Obrero Revolucionario #1054, 14 de mayo, 2000
La siguiente declaración la adoptaron formalmente los partidos y organizaciones participantes en el Movimiento Revolucionario Internacionalista:
Así que los imperialistas y sus lacayos quieren que celebremos la llegada de un nuevo milenio. Muy bien, pero ¿el milenio de quiénes? ¿De estos parásitos o del pueblo que ha creado todo? ¿Y cómo debemos celebrar? ¿Atendiéndoles en sus salones de banquetes mientras se ceban de los frutos de nuestro trabajo y bailan sobre pisos regados con los huesos de sus víctimas al son de las máquinas de guerra que aun ahora vomitan muerte y destrucción? ¿Debemos dejar de lado sus siglos de explotación infrahumana, guerras de conquista, saqueo, la condena de miles de millones de personas a una inimaginable miseria, genocidio, Auschwitzes e Hiroshimas? ¿Debemos reverenciarles, como ellos quisieran, admirando sus cachivaches, aturdidos por la estridente propaganda de promesas para los sumisos?
Para todos los opresores, la historia comienza con su propio reino de opresión. De modo que buscan en vano inmortalizar su fugaz existencia paralizando el tiempo e imponiéndole su voluntad arbitraria. Pero la marcha de la humanidad es inexorable. La historia nos muestra que la necesaria agenda de la lucha de clases se ha impuesto inevitablemente por medio de vueltas y revueltas, barriendo bruscamente tanto coronas como calendarios. Así es como ha sido y así es como será hasta que se eliminen de una vez para siempre la explotación y la opresión.
¿Y qué es lo que muestra este calendario? Las heroicas epopeyas de los condenados de la tierra, no de emperadores ni santos. Las rebeliones y sublevaciones de aquí y allá, aplastadas y crucificadas, pero no obstante estallando una y otra vez. Descuartizando las mentiras de los pacificadores religiosos. Haciendo añicos la paz de los gobernantes. Durante siglos, los oprimidos soñaban y esperaban el fin de su miseria y sufrimiento. En medio de la abyecta existencia y la penosa labor abrigaban recuerdos de lejanas sociedades libres de explotación. Con sus sueños de una nueva alborada latían vivas expresiones de arte y música. Se rebelaban contra la opresión, combatían a los amos y anhelaban una nueva vida. Que no se olvide: fue esta lucha, estos incesantes esfuerzos de acabar con la terrible explotación y la inhumana existencia lo que impulsaba el avance de la humanidad. Pero los frutos de sus luchas nunca fueron suyos. Apropiados por nuevos explotadores, los mismos vientos de la libertad se convirtieron en nuevas cadenas de servidumbre.
Se requirieron muchos milenios de lucha y reconstitución violenta de sociedades antes de que se produjera la respuesta final: el proletariado, nacido del capitalismo y destinado a sepultarlo. Es la última clase, una clase internacionalista, una clase que puede liberarse a sí misma sólo emancipando a toda la humanidad. La aparición del proletariado y de sus luchas también engendró su ideología, el marxismo, una magistral síntesis de las luchas, ideas y experiencias, al servicio de esta clase y de su misión histórica. Entonces, el tortuoso curso de la historia humana se reveló en todo su esplendor lógico: la historia de la lucha de clases. Las declaraciones sobre la permanencia de los explotadores quedaron al descubierto como viles pretensiones de un orden moribundo. La marcha de la humanidad podía convertirse ahora en asaltos conscientes y audaces contra los bastiones de la reacción. Recordemos algunos hitos rojos de este calendario hasta finales del siglo 19: el Manifiesto Comunista, la fundación de la I Internacional, la edición de El capital que puso al desnudo los resortes del sistema capitalista y su inevitable fin, la heroica Comuna de París, la fundación de la II Internacional la cual declaró el 1º de mayo el Día Internacional del Trabajador y el 8 de marzo el Día Internacional de la Mujer, y la lucha por la jornada de 8 horas. ¡Todo eso sucedió en apenas 50 años! ¿En toda la historia qué clase ha logrado tanto en tan poco tiempo? Y estas eran sólo las primeras salvas.
¿Y qué de los imperialistas y sus lacayos quienes, al igual que hoy, celebraron con arrogancia la llegada del siglo 20? A su alrededor, los imperialistas veían un mundo bajo su bota: sus bayonetas desgarraban a Africa, Asia y América Latina en rapaces arremetidas del capital financiero. La guerra ya había desaparecido en Europa. Los revisionistas de la II Internacional trabajaban en componendas con los amos y ataban la furia de la clase obrera. Se anunció una época sin precedentes de superganancias y crecimiento. Así fue como los imperialistas vieron el mundo en 1900.
Menos de dos décadas después, todo ello se les reventó en la cara. Una guerra azotó a Europa y las coronas rodaron en las calles. La Revolución de Octubre dio a luz la Unión Soviética socialista y sus salvas llevaron el marxismo-leninismo, la segunda etapa del marxismo, a los pueblos oprimidos del mundo. Se fundó la III Internacional despejando la confusión colaboracionista de clase impulsada por los revisionistas. Con el Poder en las manos, los obreros y campesinos de la Unión Soviética comenzaron a construir un sistema socio-económico completamente nuevo el que desencadenó el explosivo crecimiento de las fuerzas productivas. Las fábricas y los campos ya no eran cadenas sobre las masas trabajadoras sino herramientas en sus manos para transformar la sociedad. La construcción socialista en la Unión Soviética comenzó a abrir el camino a una sociedad libre de explotación.
Los imperialistas lograron apagar las llamas de revolución y liberación nacional en la mayor parte de los países. Se jactaban de haber contenido la revolución. Pero no les esperaba una paz duradera sino depresión, fascismo, otra guerra mundial y más revoluciones. El triunfo de la revolución china liberó a una cuarta parte de la humanidad, trazó el camino hacia la revolución de nueva democracia en los países oprimidos y aportó a los proletarios del mundo su ciencia militar desarrollada, la guerra popular. El campo socialista se formó con una tercera parte de la población del mundo. Aunque los imperialistas y sus lacayos buscaron aplastar las luchas de liberación de los pueblos oprimidos y engañarlos con el cuento de la "independencia", las naciones oprimidas seguían siendo el centro de la tormenta de la revolución proletaria mundial. Con la dirección de Mao Tsetung, se dio un levantamiento revolucionario sin precedentes, la Gran Revolución Cultural Proletaria, en que decenas de millones de obreros, campesinos y jóvenes revolucionarios hicieron retroceder a los seguidores del camino capitalista y dieron grandes pasos en la transformación de la sociedad hacia el futuro comunista, cuando se eliminarán completamente todas las diferencias de clase y los vestigios de la explotación de clase.
El imperialismo, la reacción y el revisionismo chillan al unísono: pero todo eso ya es historia. Primero, les arrebatamos su Unión Soviética y luego la China Roja, dicen. Miren, ahora el mundo-y también los siglos venideros-nos pertenecerán a nosotros, se jactan los imperialistas. Pero no es primera vez que hayamos oído esas arrogantes fanfarronadas. ¿No dijeron lo mismo después de masacrar a los comuneros de París, pero apenas unas décadas después, tuvieron que salir corriendo de los campos de batalla del Octubre Rojo en Rusia? ¿No dijeron lo mismo cuando los canallas revisionistas usurparon el Poder en la Unión Soviética socialista? ¿Y no huyeron, ensangrentados de pies a cabeza, cuando las poderosas tempestades de la Gran Revolución Cultural Proletaria de China esparcieron el marxismo-leninismo-maoísmo, la nueva, tercera y superior etapa de la ideología proletaria, por todo el mundo y provocaron una marejada de levantamientos y rebeliones revolucionarios?
Hoy, mientras los imperialistas y los reaccionarios se jactan con arrogancia de sus triunfos, guerras populares maoístas asestan golpes contundentes, avanzando por medio de vueltas y revueltas. Y se preparan más guerras populares. Los marxista-leninista-maoístas, unidos en el Movimiento Revolucionario Internacionalista, marchan inconteniblemente a imponer el maoísmo como mando y guía de la nueva ola de la revolución proletaria mundial que viene. El maoísmo está encarnándose en los partidos comunistas para impulsar y encabezar esta nueva gran ola. El Movimiento Revolucionario Internacionalista está presente mediante sus partidos y organizaciones participantes, organizaciones candidatas y simpatizantes en todo el mundo: de Irán a Colombia, de Bangladesh y Sri Lanka a los Estados Unidos e Italia, de Turquía y Afganistán a la India, así como en partes de Africa, el Caribe, América Central y Europa. En el Perú y en Nepal el proletariado dirigido por partidos de vanguardia maoístas unidos en el MRI otra vez ha establecido el poder político rojo de las masas en extensas zonas rurales.
¿Remotas? ¿Insignificantes? Claro que no para el proletariado consciente de clase y los oprimidos y explotados en todo el mundo. Estas inspiradoras victorias en el Perú y Nepal son sólo tan remotas como Yenán lo fue en su momento. Se obtuvieron por medio de feroz lucha para enarbolar, defender y aplicar el marxismo-leninismo-maoísmo, derramando sangre por la causa del pueblo y derrotando las brutales campañas de cerco y aniquilamiento del enemigo. En las batallas de "reestablecimiento y contrarreestablecimiento" en el Perú y Nepal, los reaccionarios buscan aplastar el poder político rojo del pueblo, y guerras populares luchan por defender y ampliar las bases de apoyo donde prevalece el poder popular.
Fusiles rugen en manos de guerrilleros campesinos encabezados por los maoístas del TKP(ML) que se esfuerzan por establecer bases rojas en Turquía. En los países oprimidos, se forman y se fortalecen partidos maoístas unidos en el Movimiento Revolucionario Internacionalista. Hay luchas armadas revolucionarias encabezadas por maoístas y revolucionarios, de fuera como de dentro del MRI, en las Filipinas, la India, Bangladesh y otros países. El "topo revolucionario" avanza horadando en las entrañas de las bestias imperialistas, construyendo y fortaleciendo partidos maoístas ahí. Son claras las señales para quienes quieran ver.
Las perspectivas son brillantes, pero por supuesto el camino es tortuoso. Los maoístas no tenemos miedo a esto. Somos discípulos de Mao Tsetung, quien nos enseñó: "Nada es imposible en el mundo si uno se atreve a escalar las alturas". Los gloriosos logros de nuestro destacamento avanzado en el Perú son vital testimonio de esas palabras. El Partido Comunista del Perú enfrentó una difícil situación luego de la captura de su Presidente en 1992. Pero el propio Presidente Gonzalo despedazó el regocijo del enemigo con su poderoso e inspirador discurso del 24 de septiembre de 1992 desde la jaula. Con un despliegue de la fuerza materialista de optimismo revolucionario y moral comunista, subrayó que su captura no era más que "un recodo en el camino" y que "el camino es largo y a ése llegaremos, y, ¡triunfaremos!". El PCP ha perseverado en el sendero de la guerra popular, en las narices de la represión enemiga; ha aplastado los viles ataques de la Línea Oportunista de Derecha que colabora con el enemigo y llama a poner fin a la guerra mediante un "acuerdo de paz", así como la propaganda enemiga que dice que el Presidente Gonzalo mismo pidió los "acuerdos de paz", una aseveración sin pruebas que el PCP ha denunciado como una patraña.
Ante el aislamiento cruel y total del Presidente Gonzalo, el Movimiento Revolucionario Internacionalista, en su Llamamiento de marzo de 1995, "Agrupémonos todos en defensa de nuestra bandera roja que ondea en el Perú", rechazando la Línea Oportunista de Derecha, dijo: "....nadie puede aceptar comunicaciones indirectas y no comprobadas atribuidas al Presidente Gonzalo y presentadas como representativas de su pensamiento. La lucha por poner fin a su aislamiento debe continuar". Las masas revolucionarias del mundo entero están muy conscientes de que el régimen de Fujimori, denunciado por el PCP como fascista, genocida y vendepatria, es tristemente célebre por su genocidio, mentiras fabricadas, etc.
Con la línea roja del Presidente Gonzalo, el PCP ha defendido, persistido y desarrollado la Guerra Popular y hoy, debido a la captura del Camarada Feliciano, el Camarada Julio encabeza su Comité Central. Ha anunciado que la Guerra Popular ya está saliendo del "recodo" dentro de la etapa del equilibrio estratégico y sigue su incontenible marcha hacia la conquista del Poder en todo el país. El Movimiento Revolucionario Internacionalista ha organizado campañas mundiales de apoyo a la Guerra Popular en el Perú, en defensa de la vida del Presidente Gonzalo y de repudio a la Línea Oportunista de Derecha. En vista de informes sobre el creciente peligro a la vida del Presidente Gonzalo, el Movimiento Revolucionario Internacionalista se une al PCP y al pueblo peruano en exigir que el régimen de Fujimori lo presente ante los medios televisivos nacionales e internacionales, y que se le permita hacer una declaración en vivo. Reafirma su determinación de llevar adelante la lucha en apoyo a la Guerra Popular y en defensa de la vida del Presidente Gonzalo, y, ahora, de la vida del Camarada Feliciano.
Los imperialistas y sus lacayos soñaban con que pudieran contener la Guerra Popular en el Perú, pero ahora hay otro fantasma: los Himalayas están en llamas. La Guerra Popular iniciada por el Partido Comunista de Nepal (Maoísta) con la dirección del Camarada Prachanda, avanza pujante en feroz combate con el enemigo. Todos los monstruos y sus lacayos se han unido, desesperados, para conjurar la caída del reaccionario gobierno de Nepal. El imperialismo yanqui y la India expansionista desempeñan un destacado papel siniestro apoyando al gobierno nepalés y sus genocidas campañas de represión. Los reaccionarios Estados de Israel, Sri Lanka y Perú son copartícipes. Pero sigue avanzando la Guerra Popular. Dos millones de personas ya han comenzado a forjar el nuevo futuro en vastas zonas donde se ha roto el control enemigo. Dirigidos por el Partido, construyen nuevos órganos de poder, defendiéndolos y desarrollándolos con fusiles arrebatados al enemigo. Sin duda, el camino por delante no será fácil. Ningún avance trascendental en la historia jamás ha sido fácil. Dotada con el arma del marxismo-leninismo-maoísmo, la Guerra Popular persistirá y triunfará, inspirando a su vez al pueblo de otros países, particularmente en el Sur de Asia, a librar guerras contra el imperialismo y la reacción.
Así que, ¿cómo quedaron los imperialistas y sus lacayos? Ah sí, su futuro, sus promesas, sus fanfarronadas sobre la derrota del marxismo, la dictadura del proletariado, el socialismo y el partido comunista tras el derrumbe de la Unión Soviética socialimperialista, su afirmación de que la democracia occidental y el capitalismo auguran una nueva era de prosperidad. Pero ¿pueden negar el hecho de que lo que se desintegró en la Unión Soviética socialimperialista no fue sino revisionismo en bancarrota, que la promesa del capitalismo no ha dado sino más miseria a los millones que el socialimperialismo ya había triturado? Lo que ha resultado no ha sido la paz sino guerras desatadas por reaccionarios y atizadas por rivalidades imperialistas. Lo que está surgiendo no es la paz mundial sino nuevos centros de rivalidad imperialista.
De las dos tendencias de revolución y guerra mundial, la revolución es la tendencia principal en el mundo actual. La principal contradicción es entre el imperialismo y los pueblos y naciones oprimidos. En medio de inestabilidad, guerras y rebeliones, los imperialistas se apresuran a controlar territorio y acumular ganancias. Pero nosotros los comunistas vemos nuevas oportunidades para que el proletariado y las masas recobren su patrimonio socialista forjando nuevos partidos maoístas para iniciar, desarrollar y llevar a la victoria guerras populares. Lo haremos en los dos tipos de países, en los países dominados por el imperialismo y en las ciudadelas imperialistas, según las condiciones específicas de cada país. Eso se hará.
¿Y qué de sus hipócritas declaraciones de que el mercado libre esté generando una nueva era de paz y prosperidad? Analicemos los hechos. A comienzos del siglo 19, los países más ricos tenían un nivel de vida promedio tres veces mayor que el de los países más pobres, y en 1900, seis veces mayor. Hoy, es cerca de 20 veces mayor. Los voceros imperialistas hablan de mejoras de los servicios de salud y del promedio de vida, pero sólo los ricos del Occidente pueden disponer de los tratamientos costosos y avanzados mientras que en el tercer mundo 40 mil niños mueren cada día de enfermedades prevenibles. En los Estados Unidos más de uno de cada diez niños viven en la miseria absoluta y más de 35 millones de personas pasan hambre de diversos grados.
¿Y qué de su revolución de tecnología de punta? ¿Ha dado resultados? Bueno, sí, una persona, Bill Gates, ha amontonado una fortuna equivalente al PIB combinado de decenas de los países más pobres del mundo. Veamos la Internet. Mucha gente se ilusionaba de que la red traería una nueva era de democracia global pueblo a pueblo. Pero se ve con cada vez mayor claridad que la red sirve abrumadoramente para entretejer un enorme mercado capitalista de alta velocidad. Bajo este sistema, la tecnología y el conocimiento que la humanidad ha creado durante innumerables generaciones no llevarán a la liberación de la humanidad sino al enriquecimiento de aquellos que se apoderan de esa tecnología. La riqueza y los conocimientos creados por los pueblos del mundo jamás servirán a la humanidad mientras una minoría posea y controle los recursos del mundo, mientras esta minoría de explotadores tenga el Poder.
Hay un viejo poema de un revolucionario irlandés, "Sólo queremos el mundo". Eso es. Esto es lo que el proletariado y las masas trabajadoras exigen. ¿Es eso injusto? Veamos las fuerzas ciegas del imperialismo: trituran los seres humanos y destrozan el mundo entero en su avaro afán de ganancias. Veamos a los gobernantes reaccionarios de los países oprimidos: venden al pueblo y la tierra a amos imperialistas para poder forrarse los bolsillos y revolcarse en sucios lujos. Veamos la situación de la humanidad: opresión de clase, nación, género, raza, etnia y casta, chovinismo, intolerancia religiosa, mano de obra infantil, comercio de humanos, brutales formas de servidumbre feudal, vidas condenadas a una indecible miseria. Veamos el poder creador del pueblo, la inmensa capacidad de las fuerzas productivas que se tensa contra las trabas de un sistema inhumano e irracional. Basta ya. Queremos el mundo, todo, y eso es justo. Nosotros los maoístas, unidos en el Movimiento Revolucionario Internacionalista, declaramos nuestra firme determinación de ponernos a la altura y asumir nuestras responsabilidades como nos exige esta justa demanda de las masas explotadas y oprimidas de todo el mundo. Sí, junto con las masas, apoyándonos en ellas y sirviéndolas, tomaremos la delantera para transformar el siglo 21 en uno de guerras populares, marchando hacia el glorioso futuro del comunismo.
¡VIVA LA REVOLUCION PROLETARIA MUNDIAL!
¡VIVA EL MARXISMO-LENINISMO-MAOISMO!
¡VIVAN LAS GUERRAS POPULARES!
¡MOVER CIELO Y TIERRA PARA DEFENDER LA VIDA DEL PRESIDENTE GONZALO!
¡ESTABLECER AL MOVIMIENTO REVOLUCIONARIO INTERNACIONALISTA EN EL CORAZON DE LOS OPRIMIDOS!
Movimiento Revolucionario Internacionalista
1º de mayo de 2000
Grupo Comunista Revolucionario de Colombia
Organización Comunista de Obreros Rojos [Italia]
Organización de Comunistas Marxista-Leninistas de Túnez
Partido Comunista de Afganistán
Partido Comunista de Bangladesh (Marxista-Leninista) [BSD(ML)]
Partido Comunista de Ceilán (Maoísta)
Partido Comunista del Perú
Partido Comunista de Nepal (Maoísta)
Partido Comunista de Turquía Marxista-Leninista [TKP ML]
Partido Comunista Revolucionario, EE.UU.
Partido Proletario de Purba Bangla (PBSP) [Bangladesh]
Unión de Comunistas de Irán (Sarbedarán)Además de esta lista de partidos y organizaciones participantes en el MRI, en varios países hay candidatos a participar en el MRI que luchan por formar partidos de vanguardia
marxista-leninista-maoístas.
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