Conoce al enemigo
Filadelfia: Venganza del sistema
Tras las protestas contra la Convención Republicana
Obrero Revolucionario #1067, 20 de agosto, 2000
Durante la Convención Nacional del Partido Republicano, miles de personas se lanzaron a la calle para luchar por un futuro diferente. Por su parte, la clase dominante, puso en marcha el aparato represivo de policías municipales, estatales, federales y los tribunales para contestar con brutalidad y revancha. Lo que pasó en Filadelfia ofreció importantes lecciones sobre cómo funciona el estado burgués.
Altísimas fianzas y cargos federales
Según los abogados de los manifestantes, 479 personas fueron detenidas durante las protestas, la mayoría el martes 1º de agosto, el día de las protestas contra la brutalidad policial, el "complejo carcelario-industrial", la ejecución de Mumia Abu-Jamal y la pena de muerte. A la mayoría los acusaron de delitos menores y a 39 de delitos mayores. Unos estuvieron presos más de una semana, aunque la mayoría salió antes. Al cierre de esta edición, siguen presos docenas.
A John Sellers, de la Ruckus Society, una organización que enseña desobediencia civil, lo arrestaron y le pusieron un millón de dólares de fianza, aunque después la rebajaron a $100.000. Lo acusaron de varios delitos menores y de conspiración. La fianza de otros activistas, como los que luchan por una solución al SIDA, también fue alta: $500.000. La fianza normal en esos casos es de $10.000.
El propósito de los arrestos políticos y de las astronómicas fianzas naturalmente es amedrentar a quienes piensen ir a futuras protestas. El alcalde y el comisionado de policía le han pedido al gobierno federal que investigue a los grupos de protesta y que los acuse de conspiración. Esa investigación serviría para que la policía política investigue a varios grupos que se oponen al gobierno y al sistema, y para criminalizar las protestas.
La táctica de fichar a ciertos activistas tiene el propósito de crear divisiones en el movimiento. Dicen que el hecho de que son líderes justifica las altísimas fianzas y cargos de conspiración, y que se les puede acusar de todo lo que ocurrió en las protestas, como pintar consignas en radiopatrullas y otros "daños a propiedad ajena". La policía y la fiscalía saben muy bien que grupos como el de Sellers pregonan desobediencia civil no violenta y que antes de la convención anunciaron que no participarían en actos de "violencia" ni harían daños a propiedad ajena. Así y todo, en la audiencia de fianza de Sellers la fiscalía declaró: "El abre las puertas a los más extremistas para que cumplan sus objetivos de violencia y caos; él prepara el terreno".
En vista de que las autoridades buscan dividir para conquistar al movimiento, es muy importante defender los logros de todas las protestas, y luchar unidos contra las maniobras para castigar a los manifestantes.
Maltrato en la cárcel
Todos los días salen más detalles sobre el maltrato a los detenidos en tres mazmorras, entre ellas una que el estado cerró en 1995 por extremo deterioro.
Un colaborador de este periódico entrevistó a varios detenidos cuando salieron. Una activista dijo: "A uno le pisaron la cabeza, a otro lo asfixiaron hasta que se desmayó". Un médico dijo: "Vi que llevaban arrastrada a gente desnuda. Un policía los agarraba del pelo y los estrellaba contra las rejas. A los que estaban esposados les clavaba la rodilla en la espalda y les estrellaba la cara contra el suelo. En la celda de al lado estaba un señor con problemas del corazón y tenía atadas las manos y los pies a la espalda. Los demás coreaban para que lo soltaran".
Una representante de un grupo de abogados le dijo al Philadelphia Inquirer: "Esto es irónico porque fíjense, antes, para muchos, el sistema de justicia penal contra el que protestaban era puramente un fenómeno teórico, pero ahora han vivido en carne propia su crueldad, represión y ven que es un sistema despiadado".
Conspiración policial
El comisionado de policía le dijo a la prensa que había "un grupo de conspiradores criminales dedicados a planear una conspiración... para causar violencia". Cosa curiosa, esa descripción le cuadra perfectamente al departamento de policía, que tiene un largo historial de conspiración y violencia contra el pueblo, como lo demuestran la reciente paliza a Thomas Jones, el bombardeo e incineración de hombres, mujeres y niños de MOVE en 1985, y el complot contra Mumia Abu-Jamal. Y antes de la convención, la policía planeó allanamientos preventivos, arrestos en masa, detención preventiva y operaciones de espionaje con el FBI, el Servicio Secreto y otras dependencias.
La emisora NPR citó al subcomisionado de policía Robert Mitchell con respecto al plan para atacar a los manifestantes, especialmente a los líderes. Dijo: "Cuando llevan la situación al nivel de desorden público, la cosa cambia y se necesita que seamos sumamente firmes... pero cuando uno responde con firmeza a algo que ha empezado, lo importante es agarrar a la gente clave, a la dirección".
Un subcomisionado de la policía se jactó ante la prensa: "Primero metimos a la cárcel a los recalcitrantes y siguen presos. Detener a tanta gente tiene efecto".
Cientos de personas, por ejemplo transeúntes y mensajeros de bicicletas, fueron detenidos al azar; a otros los detuvieron tras operaciones de seguimiento. El comisionado de policía se jactó ante la prensa de las tácticas que emplearon, como la de "dividir en pedazos" a la multitud, poner suficientes agentes en puestos clave, bloquear calles con buses y arrinconar a grupos. Explicó que cuando sus fuerzas estaban bien colocadas y tenían una línea sólida, equipos especiales entraban en acción para hacer arrestos. Unos 140 policías a bicicleta y montados actuaban como una barrera que iba avanzando paso a paso para empujar a los manifestantes.
La policía de Filadelfia se venía preparando desde hace mucho. El Inquirer informó: "Buena parte de la fuerza policial inició ensayos en la primavera y recibió adiestramiento para controlar multitudes. Unos vieron videos de las protestas de Seattle". Fueron comandantes a las protestas de Seattle, Washington, D.C., y Nueva York para espiar y estudiar las tácticas de los manifestantes. Otros "abrieron archivos de reconocimiento con información obtenida de las páginas Web y de discusión en la Internet de los propios grupos".
La policía dice que decomisó "material peligroso": alambre malla para hacer enormes títeres. El que sí estaba bien pertrechado era el departamento de policía, que desde hace meses venía almacenando esposas de plástico, sistemas móviles de comunicación por si fallaban los celulares y serruchos especiales para cortar los tubos de PVC con que los manifestantes se enganchan los brazos.
También tenía provocadores entre los manifestantes. El comisionado dijo: "Después del alboroto del martes por la noche, teníamos cuatro agentes presos. Pasando por una calle veo a un joven parado contra la pared y le digo que se vaya, y me contesta que es uno de nosotros".
El 1º de agosto, antes del arresto en masa, unos 50 policías, agentes del Buró de Alcohol, Tabaco y Armas de Fuego y tipos del departamento de Licencia e Inspección rodearon un edificio en el oeste de la ciudad, donde estaban haciendo títeres para las protestas. Cuando no los dejaron entrar, consiguieron una orden judicial, arrestaron a 75 personas y destruyeron los títeres.
Asuntos Civiles y el FBI
La unidad de Asuntos Civiles de la policía se destacó mucho. El comisionado dijo que es "la primera línea de defensa" y la describió de esta manera: "Son agentes que se visten de civil, tienen mucha experiencia y saben tranquilizar las cosas". Es una evolución del brutal Escuadrón de Defensa Civil que en los años 70 trabajó de la mano con el FBI para atacar al Partido Pantera Negra, al Revolutionary Action Movement, la organización MOVE, estudiantes radicales y oponentes de la guerra en Vietnam. Durante la convención, integrantes de Asuntos Civiles estuvieron presentes en todos los enfrentamientos grandes.
El FBI, que llevaba año y medio preparándose para la convención, se mantuvo en las sombras una vez que empezó, pero era parte del "comité ejecutivo" de 16 representantes de la policía municipal, estatal, federal, Servicio Secreto, ATF, etc., que coordinó las operaciones.
Más información sobre el papel del FBI se dio a conocer durante una audiencia de la Cámara de Representantes el 26 de julio, en la cual Terry Turchie, un subdirector de la división contra el terrorismo del FBI, dijo: "El FBI también ha establecido una unidad para evaluar peligros y dar la alerta, la Unidad contra el Terrorismo de Evaluación de Amenazas y de Alerta [CTAWU, en inglés]. Consolida en un solo lugar la capacidad analítica del FBI para evaluar amenazas, ya sea del terrorismo nacional o internacional. Desde 1996, la CTAWU ha hecho más de 85 evaluaciones de peligro para importantes eventos en todo el país, como las reuniones del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial en Washington, D.C., en abril de este año, y está haciendo lo mismo para las convenciones nacionales".
El hecho de que este funcionario del FBI pintara las operaciones de espionaje como lucha "contra el terrorismo" indica que el gobierno está tomando medidas para criminalizar el descontento político. Sin embargo, el otro lado de la moneda es que las autoridades tomaron esas medidas porque temen la resistencia y lucha del pueblo.
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