La fuerza de la juventud en la Convención Demócrata

"¡La juventud es el futuro, exigimos un mundo mejor!"

Michael Slate

Obrero Revolucionario #1071, 24 de septiembre, 2000

Los cinco días de protesta en Los Angeles durante la Convención Nacional del Partido Demócrata me dejaron una cascada de imágenes y recuerdos: el empuje y la belleza de la marcha por Mumia Abu-Jamal, la mayor que se ha visto en Los Angeles, con el Cuerpo de Tamboristas de Watts al comienzo y el conjunto East L.A. Sabor Factory al final; el sonido de la primera marcha contra la convención, que retumbaba mucho antes de verla, y la fuerte emoción (felicidad y orgullo) que me embargó al ver bajar el inmenso río de protesta camino al centro; la música del grupo de coreanos en ropa tradicional que batía tambores en un círculo y la vitalidad del chavo latino que bailaba breakdancing en medio de ellos. Recuerdo el entusiasmo con que 15.000 personas le hicieron pistola a los Clinton durante el concierto de Rage Against the Machine y Ozomatli la primera noche de la convención, y nunca olvidaré la carga de 100 policías a caballo contra todos. Es difícil olvidar los sonidos de ese lunes: la músicaÊcontagiosa,ÊelÊpop-pop de las balas de caucho y el trote de los caballos sobre el pavimento. Tantas imágenes, tan veloces, que casi se mezclan.

Pero un recuerdo sobresale claramente: la marcha juvenil organizada por la coalición "¡La juventud es el futuro, Exigimos un mundo mejor!" el miércoles, en parte en respuesta al ataque del lunes, y la furia, el entusiasmo, las esperanzas y los sueños con que la juventud confrontó al sistema, lo revolcó y lo arrolló.

Más tarde, un organizador de la coalición me comentó: "Algo que encojonó a mucha gente el lunes es que los policías dijeran que las calles eran de ellos; coreaban eso. El miércoles les contestamos que NI LOCOS, que no son de ellos".

Al entrar al Centro de Convergencia de las protestas, se veía a una nueva generación en acción, dispuesta a confrontar toda la injusticia que la rodea. El 75% de los participantes en las protestas era gente joven. Pero en medio de eso se destacaba un grupo por su tenacidad y energía: un grupo que unía a más de una docena de tendencias políticas, creencias y organizaciones (anarquistas, nacionalistas, comunistas revolucionarios, panafricanos y hasta seguidores de Nader) para protestar y exigir un futuro y un mundo mejor, y que cuando salía a la calle hacía saltar chispas por todas partes. A continuación contamos su historia en sus propias palabras.

Los cinco días de protesta en Los Angeles durante la Convención Nacional del Partido Demócrata me dejaron una cascada de imágenes y recuerdos: el empuje y la belleza de la marcha por Mumia Abu-Jamal, la mayor que se ha visto en Los Angeles, con el Cuerpo de Tamboristas de Watts al comienzo y el conjunto East L.A. Sabor Factory al final; el sonido de la primera marcha contra la convención, que retumbaba mucho antes de verla, y la fuerte emoción (felicidad y orgullo) que me embargó al ver bajar el inmenso río de protesta camino al centro; la música del grupo de coreanos en ropa tradicional que batía tambores en un círculo y la vitalidad del chavo latino que bailaba breakdancing en medio de ellos. Recuerdo el entusiasmo con que 15.000 personas le hicieron pistola a los Clinton durante el concierto de Rage Against the Machine y Ozomatli la primera noche de la convención, y nunca olvidaré la carga de 100 policías a caballo contra todos. Es difícil olvidar los sonidos de ese lunes: la músicaÊcontagiosa,ÊelÊpop-pop de las balas de caucho y el trote de los caballos sobre el pavimento. Tantas imágenes, tan veloces, que casi se mezclan.

Pero un recuerdo sobresale claramente: la marcha juvenil organizada por la coalición "¡La juventud es el futuro, Exigimos un mundo mejor!" el miércoles, en parte en respuesta al ataque del lunes, y la furia, el entusiasmo, las esperanzas y los sueños con que la juventud confrontó al sistema, lo revolcó y lo arrolló.

Más tarde, un organizador de la coalición me comentó: "Algo que encojonó a mucha gente el lunes es que los policías dijeran que las calles eran de ellos; coreaban eso. El miércoles les contestamos que NI LOCOS, que no son de ellos".

Al entrar al Centro de Convergencia de las protestas, se veía a una nueva generación en acción, dispuesta a confrontar toda la injusticia que la rodea. El 75% de los participantes en las protestas era gente joven. Pero en medio de eso se destacaba un grupo por su tenacidad y energía: un grupo que unía a más de una docena de tendencias políticas, creencias y organizaciones (anarquistas, nacionalistas, comunistas revolucionarios, panafricanos y hasta seguidores de Nader) para protestar y exigir un futuro y un mundo mejor, y que cuando salía a la calle hacía saltar chispas por todas partes. A continuación contamos su historia en sus propias palabras.

EXIGIMOS UN MUNDO MEJOR

Organizar la coalición "¡La juventud es el futuro, Exigimos un mundo mejor!" fue tan emocionante como verla en la calle la primera vez. El núcleo empezó con unas cuantas llamadas, y en pocas semanas las reuniones estaban repletas. J., un organizador anarquista de L.A., nos contó qué unió a gente tan diferente.

"Algo importante es la criminalización de la juventud que experimentamos hoy. Hay una guerra contra los negros y latinos, y contra la juventud. Así que la voz corrió como reguero de pólvora. El que venía a una reunión, quedaba firme pues las reuniones eran vibrantes, llenas de energía y de vida. Se oían rollos ideológicos de muchas corrientes, pero en mis años de militancia nunca he visto reuniones tan llenas de energía y unidad. Después de las reuniones seguíamos el debate, y era muy útil, un debate con camaradería".

Definir las demandas de la coalición dio pie a mucho debate. Todos mencionaban lo que los enardece y querían ponerlo en la lista: brutalidad policial, la destrucción del ambiente, el imperialismo, la globalización, etc. Al final, la coalición decidió concentrarse en una demanda: un futuro mejor, mejor dicho, un futuro. "Yo creo que muchos chavos, ya sea que digan que son revolucionarios o no, creen que se necesita un cambio revolucionario del sistema porque este sistema no es más que una máquina quebrantahuesos que existe para consumir seres humanos, consumir nuestro espíritu, nuestras ideas, nuestro cuerpo y quebrantarnos. Muchos nos damos cuenta de que se necesita un cambio revolucionario en la sociedad para que exista la vida humana. La sed de revolución y la urgencia del contingente era palpable. Para nosotros es vital y urgente que la sociedad cambie pues nos está destrozando la vida.

"Así que queríamos que el contingente comunicara esa energía, que expresara la pasión y la pujanza de la juventud. Eso no tiene igual. Para que la izquierda sea potente, para que cambie el mundo, para que sacuda los cimientos de este sistema, se necesita la participación de la juventud. Se necesita esa energía, esa alegría. Hay que bailar en las calles, tener ganas de vivir y de saborear cada momento. Por otra parte, también se necesita la sabiduría de la generación mayor. Se necesitan las dos cosas, ninguna de las dos se puede extinguir; hay que aprender de ambas".

WATTS PRESENTE

Los dos grandes días de protesta para la coalición fueron el domingo y el miércoles: el domingo fue la marcha de Mumia y el miércoles las protestas contra la brutalidad policial. La coalición tenía miembros de Watts y el domingo marcharon con el Comité de Watts contra la Brutalidad Policial. A la cabeza de la marcha iba el Cuerpo de Tamboristas de Watts, y en la cara de esos niños y muchachos se veía ímpetu y entusiasmo. Iban preparados: practicaron la música y hablaron a fondo de las conexiones entre Mumia y la gente de Watts.

DC, militante de la Brigada de la Juventud Comunista Revolucionaria (BJCR) de Watts, me contó cómo se prepararon para la marcha: "Volanteamos y repartimos el OR por todo Watts, y la respuesta fue muy buena. Unos conocían a Mumia y otros no. Muchos hablaron de él y de lo le hicieron a Shaka Sankofa. Muchos vieron el video de la vida de Mumia y decían que lo que le pasó a Mumia le puede pasar a cualquiera aquí. Había afiches por todas partes; en una pared había una pintura sobre Mumia y la marcha del 13 de agosto, y la tira cómica de la vida de Mumia que sacó el OR.

"Teníamos muchas ganas de ir a la marcha; Watts estaría presente, al lado de gente de otras partes que apoya a Mumia. No vamos a parar hasta que lo suelten. Llegamos marchando y cantando "Watts, presente; Mumia es intrépido, y nosotros también" Fue como tumbar la puerta; tocábamos pitos, gritábamos y el Cuerpo de Tamboristas resonaba. Nos recibieron a todo dar y fue muy chido ser parte de eso.

"El contingente de Watts tuvo un gran impacto en la marcha porque llevamos la onda proletaria. Fue interesante estar con toda esa gente de distintas ideas; fue chido ver tantas clases y programas luchando en unidad por la vida de Mumia. Pero nuestra presencia fue buena; la gente de Watts, de los ghettos y los barrios pobres tenía que ir. Yo soy comunista y nosotros teníamos que ir. Si no estamos todos, no se puede salvar la vida de Mumia".

DESAFIO AL SISTEMA<

C. es una joven negra que se describe como panafricana y como una persona muy espiritual. Al principio pensó que sería imposible trabajar con todos esos grupos, pero después de la primera reunión se zambulló en la coalición. "Desde el comienzo dijimos que vamos a respetar todas las formas de protesta. Yo no sabía mucho de los anarquistas; cuando pienso en la anarquía, pienso en lo que pasa en Somalia y me parece que es un horror que causa nuestro gobierno. Pero el muchacho anarquista que vino es maravilloso; me encanta trabajar con él. Me parece que debemos respetar a todos los que quieren cambiar el sistema, porque el que tenemos no funciona, así que fui dispuesta a aprender y aprendí un montón.

"En la coalición está ¡Rehusar & Resistir! y trajo mucha información sobre Mumia; son muy buenos. Hay comunistas revolucionarios. Hay gente que fue a Filadelfia y trajo esa energía. También hay gente totalmente en contra de la globalización".

C. marchó con el contingente el domingo y el miércoles. La marcha del domingo le encantó por el tamaño y la diversidad, y lo que más le gustó fue el entusiasmo y la energía del contingente de "¡La juventud es el futuro, Exigimos un mundo mejor!" Pero no le gustaba que nadie tratara de contenerlo ni de limitar el nivel de la protesta política y me contó un incidente que ocurrió al final del mitin el domingo: "Uno de los organizadores mandó bajarse de la cerca y que no quemaran la bandera; eso me dolió porque la bandera es un símbolo de opresión y si uno cuestiona un sistema pues debe empezar con sus símbolos; además, es una imagen muy clara. Había un montón de policías y esa era una forma de rechazo; es un acto de desafío que apoyo totalmente. Tenemos que montar un desafío constante al sistema y para que haya progreso se necesita una nueva dirección, gente que no tome partido con el statu quo y con los que le hacen daño a nuestras comunidades. Tenemos que conectarnos con el pueblo; eso da fuerza. Decir que uno es revolucionario es atrevido, y yo aspiro a serlo, pero lo tengo que probar con mi vida".

Toda la semana la policía se propuso sembrar temor. El miércoles trató de dispersar la marcha de la juventud, ¡pero no pudo! C. sacó esta conclusión: "A mí eso me dice que el Estado tiene muchas cosas de su lado: dinero, armas y gente a sueldo. Pero cuando uno está del lado del bien; cuando tiene de su parte a dios, a los antepasados y al momento; cuando se halla en el momento preciso de un proceso natural en que la situación va a avanzar, hay que decidir si avanzamos con esa fuerza o si nos dejamos aplastar por ella... y yo creo que la juventud encarna esa fuerza y que la vamos a impulsar. ¡Es el momento! Estamos hartos de esto y queremos un nuevo sistema. Pueden tener todo el dinero, todas las tropas y toda la prensa, pero no pueden batallar contra el tiempo; no pueden batallar cuando ha llegado el momento de la historia en que la gente está lista y dispuesta, y sabe que si lucha no vivirá en vano".

DE FILADELFIA A LOS ANGELES

Z. trabaja con la Red Juvenil y Estudiantil de la Coalición 22 de Octubre y ayudó a hacer cientos de paliacates negros con las palabras "Free Mumia" (Libertad para Mumia) en amarillo para que los miembros del contingente se reconocieran en medio de la enorme marcha de Mumia. Z. me contó la historia de los paliacates.

"Bueno, por un lado queríamos que la policía no reconociera caras y por otro lado era una buena forma de difundir el nombre de Mumia. Los demás nos veían correr con esas máscaras y preguntaban qué onda; era algo llamativo. También representaba el hecho de que Mumia es la voz de los que no tienen voz, porque aunque teníamos la boca tapada no nos podían callar, era como gritar su nombre. Las máscaras fueron un gran éxito y todos querían una. La idea era que los miembros del contingente se reconocieran por los paliacates, así decían los volantes; pero todos los que nos veían querían paliacates y al final nos tocó regalarlos y nosotros no teníamos para ponernos".

Z. no tiene mucha experiencia en protestas, pero aprendió un montón en el Verano de Libertad en Filadelfia y en las protestas de la Convención Republicana. Le fascina cómo corre el contingente porque esas carreras en medio de las manifestaciones captan la vitalidad y el dinamismo de la juventud, muestran que están superpuestos y que no aceptan soluciones a medias a problemas como la brutalidad policial. Z. fue a la marcha del miércoles y le pareció lo último, especialmente el careo con la policía en el Staples Center. Nos contó por qué no obedecieron las órdenes de entrar a la zona oficial de protesta.

"Cuando llegamos al Staples Center, no queríamos que nos enjaularan. Esa jaula de protesta era algo simbólico de lo que pasa todo el tiempo, como votar: una persona va a votar y cree que expresa su voz, pero no vale porque está en una jaula del sistema. Siempre nos tienen enjaulados y queríamos zafarnos. La policía quería meternos en esa jaula pero no nos dejamos; se nos echaban encima y no nos amilanábamos. En muchas marchas, cuando la policía ataca con cachiporras la gente echa a correr, pero nosotros no echamos para atrás; nadie se movió, nadie cedió".

Z. está empezando a explorar las soluciones al desmadre en que está el mundo y el contingente le dio mucho en que pensar. "La onda del contingente es chida. Al principio, todos nos presentamos y dijimos por qué fuimos; casi todos decían que se chingue el sistema y que se necesita una revolución. Bueno, había seguidores de Nader y unos pacifistas, pero la onda de la mayoría es que se necesita una revolución. Todos tenían distintas ideas de lo que pasa después de una revolución, así que hablamos de eso. Tuvimos muchas conversaciones sobre el futuro, qué es un futuro mejor y qué futuro mejor exigimos. Pero la mayoría estaban firmes para la revolución. Muchos vemos que este sistema lleva siglos y que la situación no ha mejorado para el pueblo, y que no va a mejorar si no lo tumbamos. Vemos que nos tienen encañonados; no vemos un futuro en este sistema porque nos meten al bote y nos matan. Quieren ejecutar a chavos de 14 años, así que no podemos cruzarnos de brazos y decir que la solución es votar. Votar es lo que nos llevó al hoyo en que estamos".

PUENTES Y UNIDAD

Todos hablan de la diversidad del contingente, de que era el grupo más diverso de todas las protestas, de la mezcla de nacionalidades, sectores sociales y corrientes políticas, de la experiencia de unos y de la novatada de otros. Y., una chicana que conoce los movimientos culturales y políticos nacionalistas, me contó por qué entró al contingente.

"Entré a la coalición juvenil porque estaba viendo a ver qué iba a pasar en la Convención Demócrata y me enteré de esto, así que fui a una reunión y, zas, fue una compenetración perfecta. Me llegó mucho lo que todos pensaban y decían; me gustó oír hablar de unidad y de que es hora de dejar la pasividad y asumir una posición política bien fuerte; me encantó la energía, el entusiasmo y las ganas. Ahí me compenetré porque yo soy muy apasionada en mis ideas y no me dejo achicopalar cuando me dicen: ‘no, eres muy radical’. No puedo dejar de serlo, así que encontrar gente que piensa igual y que quiere expresarlo igual, ¡pues es a todo dar!

"No nos ponen atención porque somos jóvenes; dicen que no sabemos lo que nos conviene, que no sabemos esto ni lo otro. Bueno, sabemos que la sociedad está tomando muchas decisiones para el futuro, que quiere devaluar nuestra voz y deshumanizar nuestra persona, así que es reteimportante que nuestro contingente se hiciera oír. La situación para la juventud es mucho peor ahora. Más que nunca, si no nos hacemos oír, nadie va a hablar por nosotros. Por eso necesitábamos un día nuestro. En los últimos años nos han dado en la torre y quieren echarnos la policía encima en todo lo que hacemos, ya sea patinar o hacer pintas. La gente no sabe lo grueso que es esto, es terrible, y es bueno mostrar la verdad.

"Somos jóvenes y todavía no conocemos todas las formas de luchar contra esto, pero lo odiamos y vamos a aprender juntos. La mezcla fue chida. Todos tienen una experiencia distinta y eso le da mucha fuerza al movimiento. Queremos trazar puentes y unidad. Con ese respeto, podemos hacer lo que nos propongamos".

MLM Y CONTAR CON EL PUEBLO

P. es una comunista revolucionaria que ayudó a organizar la coalición y las acciones del contingente. Un par de semanas después de las protestas nos sentamos a platicar en la casa de un amigo y me habló del entusiasmo de los chavos en las batallas, de su interés por conocer las causas de todo el sufrimiento del mundo y de las conclusiones que están alcanzando.

"Había muchos puntos de vista, pero la revolución predominaba. Vaya, queríamos que la coalición fuera más amplia. Por ejemplo, cuando hablamos del imperialismo para ponerlo en el volante, todo mundo era antiimperialista; no lo propusieron los comunistas revolucionarios, sino una chava panafricana que hablaba por los pueblos de Africa devastados por el SIDA y chavos opuestos a la globalización; querían conectar esas cosas con el imperialismo. Todos querían ser parte de un grupo que no le chupara las medias a los demócratas y que no fuera a ponernos camisas de fuerza.

"Varios éramos comunistas revolucionarios y con la experiencia en la coalición aprendimos mucho sobre cómo poner en práctica el marxismo-leninismo- maoísmo. Nuestro punto de partida era dirigir, pero en unidad con los chavos, contando con ellos; lo que hacíamos dependía de ellos. En la marcha se vio clarito que no nos íbamos a dejar enjaular. Cuando estábamos en el cruce y preguntamos qué se debía hacer, la respuesta fue contundente y clara: a la calle, no nos pisotearán porque es nuestro día. Aunque la policía nos atacó duro, no retrocedimos; nadie quería irse, con pleno conocimiento de causa. Nosotros decidíamos, no la chota. Era nuestro día.

"Era importante tener un contingente juvenil porque esta es la generación que va a hacer la revolución; es la generación que se hizo sentir; es lo que quiere. Puede que no todos entiendan de lleno qué es la revolución o cómo se hará, pero no quieren vivir así. Para los chavos de nuestra coalición eso está perfectamente claro. No creen en pajaritos de oro, que la policía tiene su lado bueno, que los demócratas de pronto hacen cambios ni nada por el estilo. Son realistas; ven que les están dando duro y que les ofrecen cárcel y golpes.

"Esta voz tiene que hacerse oír hoy; encarna una determinación, amor y potencial revolucionario que hay que desatar. Es posible y hay que verlo. Muchos grupos organizan a los chavos para contenerlos, pero la coalición los organizó para darles alas, para que esa determinación y odio por el sistema se manifestara a plenitud en la calle.

"Para mí eso es importante porque si los chavos no pueden salir a luchar, a dar a conocer sus ideas, no darán los pasos necesarios para que todo el movimiento revolucionario avance. Ellos son los que van a dirigir el movimiento revolucionario. Para mí, ellos le dieron a la semana de protestas un nivel superior y más rebelde. Mucha gente tenía pilas, pero los chavos llevaron lo que se necesita para cambiar el mundo. Eso es lo que se necesita, ese amor por el pueblo".


Este artículo se puede encontrar en español e inglés en La Neta del Obrero Revolucionario en:
rwor.org
Cartas: Box 3486, Merchandise Mart, Chicago, IL 60654
Teléfono: 773-227-4066 Fax: 773-227-4497
(Por ahora el OR/RW Online no se comunica por correo electrónico.)