El materialismo histórico:
Lecciones de la historia de México

Parte 1: Cambios sociales: La base material y el papel de la fuerza

Bob Avakian, presidente del PCR,EU

Obrero Revolucionario #1093, 4 de marzo, 2001, en rwor.org

Hace unos años un camarada fue con su mamá a un museo a ver una exhibición sobre el México antiguo y moderno. (Su mamá y su papá nacieron en México y emigraron a Estados Unidos). En la exhibición primero vieron la parte de los aztecas, sus artefactos, símbolos religiosos y demás, y de repente... ¡aparece una enorme cruz! Naturalmente, ahí empezaba la conquista española de México, la colonización española de las Américas y la imposición de la religión cristiana. El camarada se acercó a su mamá, una señora muy católica y devota, y le dijo: "Mira, mamá, si ellos (señalando a los aztecas) hubieran ganado, en vez de estos, les rezarías a los dioses aztecas y no al dios al que le rezas ahora".

¿Qué quería decir? ¿Que la religión azteca era mejor que la católica-cristiana? No. Expresaba la concepción del mundo del proletariado y señalaba con cierto humor de dónde provienen las ideas religiosas. También explicaba un punto básico del marxismo: en un sistema social y económico dividido en clases, la concepción del mundo y las ideas de la clase dominante serán las ideas dominantes de la sociedad. Eso abarca la religión, la cultura y la ideología en general.

Con la conquista y el saqueo de México y de buena parte de las Américas, los colonizadores españoles (y después otras potencias coloniales) devastaron las sociedades existentes y sus sistemas económicos y sociales, y los reemplazaron con formas más extremas de opresión y explotación, al punto de genocidio. Junto con eso, tumbaron el sistema político, la cultura y la manera de pensar (la SUPERESTRUCTURA de la sociedad) e instituyeron una nueva superestructura que correspondía a las relaciones económicas y sociales que impusieron. Un aspecto muy importante de la nueva superestructura fue el adoctrinamiento de la religión católica, respaldado por la fuerza. (Los dueños de esclavos de Estados Unidos también les impusieron el cristianismo en lugar de las creencias y prácticas religiosas que trajeron).

¿Pero es solo cuestión de saqueo, solo de fuerza? No. Si no existe cierta base material, la fuerza no puede generar un nuevo sistema económico y social, o no puede establecerlo firmemente. Por ejemplo, en la conquista de México, los españoles trajeron varias plantas y animales domesticados que en esa época no se encontraban en México, como es el caso de los caballos, que desempeñaron un papel importante en la guerra, en la producción y en el transporte. (En la antigüedad había caballos en la región de México, pero se extinguieron). Además, los españoles trajeron cierta tecnología, como herramientas y arados de hierro. Si no hubieran hecho eso, o si las plantas y animales que trajeron no hubieran sobrevivido, o si la tecnología y las herramientas no hubieran sido de utilidad en las Américas, seguramente no hubieran podido imponer por la fuerza una nueva base económica y su correspondiente superestructura política e ideológica. Por el contrario, ellos se hubieran adaptado al modo de existencia vigente donde iban a colonizar. (Por ejemplo, hubieran adoptado las costumbres aztecas). El plan de colonización muy probablemente hubiera fracasado. No es cuestión de que los españoles tuvieran un modo de existencia y una cultura avanzados, y los aztecas no. De hecho, los aztecas tenían una civilización altamente desarrollada. Pero se basaba en factores materiales diferentes y en un modo de producción (y su correspondiente superestructura política e ideológica) diferente.

Si se estudia la historia de México y se compara con la historia de la masa terrestre euroasiática (Europa y Asia, que contiene las regiones donde surgió la civilización, como Mesopotamia), una diferencia es que en lo que hoy es México no había animales grandes para domesticar (para alimentación, bestias de carga, etc.). En cambio, en la masa terrestre euroasiática, en Mesopotamia y otros sitios, sí había animales grandes y los domesticaron, como el caballo, el buey, etc.

En las sociedades mexicas antiguas conocían el principio de la rueda (como se ve en juguetes), pero no lo aplicaron al transporte porque no tenían animales grandes para tirar de vehículos rodantes, sino conejos, perros y animales que no servían para ese fin. Los seres humanos tampoco sirven para tirar de grandes cargas, aunque en las civilizaciones antiguas se explotó de la forma más brutal el trabajo humano para construir las manifestaciones de la civilización cuyas ruinas vemos hoy. Los españoles sí tenían un sistema de producción y de guerra con vehículos rodantes tirados por animales domesticados grandes, no debido a que fueran "superiores" a los aztecas, sino debido a las diferencias de los lugares que habitaban.

Los españoles trajeron animales domesticados y eso fue muy importante. Sin los vehículos rodantes y otras herramientas que trajeron, no les hubiera sido posible establecer un sistema de cuasiesclavos en las minas, ni en tan gran escala. Para captar esto, basta con pensar en lo diferente que sería la sociedad de Estados Unidos si no hubiera vehículos motorizados: carros, camiones, etc. La sociedad sería muy distinta. Asimismo, cuando los españoles conquistaron a México e impusieron su gobierno, hicieron grandes cambios en el sistema económico, uno de los cuales fue la introducción de vehículos rodantes tirados por grandes animales domesticados.

Por otra parte, para tener la fuerza necesaria para imponer su gobierno y un nuevo sistema de explotación y opresión en las Américas, era necesario que los españoles tuvieran una fundación material en España y en el naciente imperio: barcos, armas de guerra, tecnología de producción, y así sucesivamente. Sin embargo, es importante recordar que a pesar de sus formidables armas (comparadas con las de los aztecas), los españoles no derrotaron solos a los aztecas. Contaron con la ayuda de aliados subordinados (o más bien tropas títeres): pueblos dominados por los aztecas que les tenían que pagar tributo, entre quienes había muchos guerreros resueltos y experimentados. (Asimismo, los españoles trajeron enfermedades, como la viruela, contra las cuales no tenían defensa los amerindios, que contribuyeron a la conquista de los aztecas y después de los incas).

En todo esto vemos la relación dialéctica (la interacción y el refuerzo mutuo) entre el desarrollo de la base material y la fuerza. ¿Sucedió que los españoles y otras potencias coloniales primero se concentraron en organizar la producción en la "madre patria", y solo después de tener una fuerte base material empezaron la conquista por medio de la fuerza? No, claro que no; la fuerza y la conquista fueron una parte integral e indispensable, un ingrediente absolutamente necesario, de desarrollar su poder y su base material, mucho antes de mandar conquistadores a las Américas.

(En el caso de España, la base material se construyó durante la época de los moros, procedentes del norte de África. Los moros gobernaron partes de España varios siglos y pelearon con los nobles feudales por el control de la península, pero estos los expulsaron a fines del siglo 15 en la Reconquista. Después de eso fue que la Corona financió las expediciones de Colón, Cortés y otros conquistadores. Con la expulsión de los moros, el cristianismo predominó sobre el islamismo como religión de España y, posteriormente, sería la religión impuesta en las Américas. El triunfo del cristianismo y la obediencia a la religión católica oficial fueron el fruto del brutal terror de la Inquisición y de la persecución y expulsión de los judíos).

Pero en todo esto, como Marx demostró, la producción es el factor fundamental. Como decía Marx, para que un grupo pueda saquear a otro, tiene que haber algo que saquear: riqueza material que los pueblos saqueados acumularon por medio de la producción, y quizá por medio de su propio saqueo de otros pueblos. (Para decirlo directamente, no se puede robar a una persona que no tiene nada que robarle). Así sucedió con el imperio azteca: se enriqueció con tributos que pagaban a las autoridades centrales las clases bajas y los pueblos conquistados; pero ese tributo se basaba en la producción, especialmente la producción agrícola (la mayoría de los tributos eran productos agrícolas). Mejor dicho, para conquistar y esclavizar a un pueblo, tiene que haber una base para ese sistema de esclavitud.

Imaginemos a manera de ejemplo que alguien tratara de imponer hoy un sistema de esclavitud, de plantaciones agrícolas, ¡en Manhattan, el centro de Nueva York! Primero que todo, no se podría sin destruir todo lo que existe hoy y retroceder a una forma de vida agrícola. Además, la mayoría de los productos de las plantaciones no se dan bien en el clima de Nueva York; por eso fue que la esclavitud de las plantaciones no echó raíces en Nueva York y en general en el norte de Estados Unidos en primer lugar. Por eso hoy en Manhattan (y en Los Angeles y otras ciudades) hay muy poca esclavitud directa y es oficialmente ilegal; pero sí hay una gran cantidad de explotación cruel, de esclavitud asalariada, por ejemplo en los talleres de costura; eso es legal y perfectamente normal para el sistema capitalista.

Volviendo a la conquista de las Américas, si no fuera por los factores materiales que he mencionado, España no hubiera podido mandar a Colón y Cortés, ni mandar olas de colonizadores después de las conquistas iniciales. No hubiera podido imponer a la fuerza un nuevo modo de explotación y producción en las Américas, con horrendas consecuencias para los amerindios, que acabaron prácticamente como esclavos en haciendas y minas de plata, donde murieron a millones por muchas generaciones.

Por otro lado, Marx también señaló que los "bárbaros" (pastores, cazadores y guerreros nómadas de Europa y Asia) derrotaron al imperio romano y conquistaron a Roma, pero adoptaron la forma de vida romana. ¿Por qué? Porque no podían gobernar a Roma sin ser como los romanos. La vida nómada (pastorear y librar batallas en grandes territorios) no representaba un nuevo modo de existencia, un nuevo sistema social y económico que pudiera reemplazar al imperio romano y conservar la base del poder del imperio. Si los nuevos gobernantes hubieran tratado de imponer su propia forma de vida en el imperio romano, habrían destruido la fundación del poder que adquirieron con la derrota militar de los romanos. No era posible mantener y gobernar al imperio romano viviendo como los nómadas: el poder del imperio se basaba en un extenso sistema agrícola atendido por campesinos y esclavos, minas, poblaciones grandes, construcción de casas y edificios públicos, carreteras, acueductos y alcantarillados, etc. Así que podemos ver que no es solo cuestión de fuerza, ni principal o esencialmente cuestión de fuerza: que el que tiene más fuerza puede imponer el sistema que quiera; no es así. Pero, si existe cierta base material, la fuerza puede desempeñar el papel decisivo para destruir un sistema económico y social viejo, y gestar uno nuevo o ponerlo en la posición dominante. Así sucede incluso cuando se trata de dos sistemas explotadores en conflicto, como la conquista española de los aztecas y los incas.

Es más, una vez que se desarrolla la base material para un cambio radical en cualquier sociedad, entonces sí, como Marx afirma, la fuerza es el medio necesario para realizar tal transformación radical. (Marx acuñó esta metáfora: "la fuerza es la partera de toda sociedad vieja que lleva en sus entrañas otra nueva"). Este papel de la fuerza, la violencia revolucionaria, la guerra revolucionaria de las masas oprimidas, es más esencial, crucial y absolutamente necesario en la lucha revolucionaria para abolir toda explotación y opresión. ¿Por qué? Porque es la única forma de romper el "yugo" en que las clases explotadoras tienen a la sociedad (y en particular su monopolio de la fuerza armada), para entonces transformar radicalmente el sistema económico y las relaciones sociales, junto con toda la superestructura política, ideológica y cultural, de modo que se elimine la base de la explotación y la opresión.

Basta con mirar lo que ocurre cada vez que el pueblo protesta en grande o se rebela contra el chorro de injusticias e infamias de este sistema. ¿A quién llaman a "controlar y contener" al pueblo, a atacarlo brutalmente? A la policía y, cuando la policía no da abasto, a la Guardia Nacional, al ejército y demás. Así sucedió en las protestas de Filadelfia y Los Angeles contra las convenciones presidenciales; en Seattle y la capital, en las protestas contra la OMC y el FMI/Banco Mundial; y, con mucha más sevicia, en la rebelión de 1992 en Los Angeles. ¿Cómo podemos acabar con todas esas infamias e injusticias y, más aún, con las relaciones e instituciones económicas, sociales y políticas que encarnan e imponen todo eso, si no se aplasta y desmantela completamente la fuerza armada del estado burgués, y se crea un nuevo estado que sirva y respalde (en vez de atacar) la lucha por abolir toda esa opresión y explotación?

Actualmente vivimos en un momento en que esa lucha revolucionaria está en la agenda histórica. ¿Por qué? ¿Porque lo queremos? No. Fundamentalmente, porque las fuerzas productivas (las masas populares, sus conocimientos y capacidades, así como la tierra y los recursos, las herramientas, las máquinas y la tecnología en general) se han desarrollado a tal punto y de tal forma que solo se pueden utilizar plenamente y desencadenar de lleno si la tierra y los recursos, la maquinaria y la tecnología son propiedad común del pueblo, propiedad común de toda la sociedad. Para eso, hay que liberar del control y dominación de un pequeño puñado de explotadores a las masas populares y todo lo que se ha creado por medio de su trabajo: toda la tecnología que la humanidad ha creado colectivamente. No es un concepto abstracto o un dogma teórico.

El hecho de que todo eso sea todavía la "propiedad privada" de un puñado de explotadores es la base y la razón de la grotesca realidad de que a pesar de que haya una tecnología tan avanzada en el mundo, de que haya tanto conocimiento científico y de otras clases, y de que se produzca tanta riqueza, la mitad de la humanidad pasa hambre cada día y la gran mayoría de la humanidad sufre toda clase de sufrimientos y tormentos. La única razón de tanta hambre y sufrimiento es la existencia y predominio del modo de producción y explotación capitalista, del dominio imperialista del mundo. Por esa razón fundamental se necesita una lucha revolucionaria violenta (una guerra revolucionaria de las masas) para tumbar, aplastar y desmantelar la maquinaria de fuerza y represión que controlan los explotadores, y que usan para mantener e imponer su sistema. No hay otra forma de hacerlo.

Mao dijo que cuando los instrumentos (las herramientas) reclaman revolución, hacen uso de la palabra por intermedio del ser humano, de los trabajadores. ¿Qué quería decir? Naturalmente no lo dijo en un sentido textual: no estaba loco. Lo que quería decir es que cuando las fuerzas productivas (la tecnología y todo lo demás) se desarrollan al punto en que el modo de producción, las relaciones de producción y la naturaleza de la sociedad las limitan, las restringen y las deforman, tarde o temprano eso llegará a la conciencia humana. La gente se hace consciente de ese hecho. La realidad material lleva a unos pocos al principio y después a muchos más a reconocer: "Tenemos que cambiar la sociedad o no podremos usar esta tecnología (estas herramientas) plenamente". Así que esa conciencia se materializa; la gente empieza a formular programas y estrategias para buscar un cambio; se manifiesta en luchas y levantamientos contra el viejo sistema para tumbarlo e instituir uno nuevo. Eso es lo que Mao quería decir en su forma característica de plantear las cosas desde un ángulo diferente, de una forma artística, para hacer pensar de una forma nueva y destacar algo. Cuando los instrumentos reclaman revolución, hacen uso de la palabra por intermedio del ser humano, de los trabajadores; es decir, eso entra a la conciencia humana y al accionar revolucionario.

Esta es la época histórica en que se está dando la última revolución social violenta y antagónica, una revolución que finalmente acabará todas las formas de relaciones sociales antagónicas y de conflicto violento en la sociedad humana. Esta revolución, la revolución mundial e histórico-mundial del proletariado, avanza no en línea recta, sino con vueltas y revueltas, con grandes saltos seguidos de grandes reveses... seguidos de mayores saltos. No debe sorprender porque, como señalaron Marx y Engels, esta es la revolución más radical de la historia humana: es una ruptura radical con todas las formas de sociedad dividida en clases, todas las formas de esclavitud de una parte de la sociedad por otra, y todas las instituciones y maneras de pensar que corresponden a eso. Como dice el Manifiesto Comunista, esta revolución representa una ruptura radical con todas las relaciones de propiedad tradicionales y todas las ideas tradicionales. Sin embargo, su base material se ha sentado a lo largo de siglos de desarrollo histórico humano, con toda su diversidad, y por medio del desarrollo del propio capitalismo, cuyas contradicciones fundamentales plantean continuamente la necesidad y la posibilidad de la revolución, y movilizan a las fuerzas de la sociedad que pueden tumbar, que tumbarán, al capitalismo y todas las formas de explotación y opresión.

Esto subraya un punto fundamental: la necesidad de captar y aplicar constante y concretamente el MATERIALISMO: EL MATERIALISMO DIALÉCTICO Y EL MATERIALISMO HISTÓRICO.


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