El plan de Fox para México: Más explotación
Obrero Revolucionario #1094, 11 de marzo, 2001, en rwor.org
El 25 de febrero, una delegación de 24 miembros de la Comandancia General del Ejército Zapatista de Liberación Nacional (EZLN) salió, junto con centenares de simpatizantes, en una caravana de Chiapas por once estados mexicanos que llegará a ciudad de México el 11 de marzo. Los zapatistas dialogarán con diputados y senadores para buscar la aprobación de la iniciativa de Ley de Derechos y Cultura Indígenas.
Simultáneamente se reunió en Cancún el Foro Económico Mundial (WEF), un grupo internacional de capitalistas financieros y líderes de gobiernos, para explorar cómo redoblar la explotación de los pueblos del mundo. A los chupasangres del WEF les dieron una merecida bienvenida centenares de manifestantes que anhelan un futuro distinto; muchos de ellos participaron en la huelga de nueve meses de la Universidad Nacional Autónoma de México el año pasado. El 27 de febrero, bloquearon la principal carretera a la ciudad. La policía se les echó encima con saña. La agencia noticiera Associated Press informó: "De repente la policía atacó a la multitud con gas lacrimógeno y a golpes".
Al comienzo de febrero, el presidente George Bush se reunió en México con el presidente Vicente Fox. Fue el primer viaje presidencial de Bush, y una indicación de la importancia de México para los imperialistas yanquis. Además, hace poco el Comando Sur de las FFAA estadounidenses despachó 12.000 soldados a la frontera de Guatemala y Chiapas.
México está en las primeras planas y los últimos sucesos plantean cuál es el camino para la liberación del pueblo.
La ofensiva de "paz" de Fox
El EZLN salió de la selva lacandona para pedirles a los congresistas que aprueben una enmienda a la constitución llamada la Ley de Derechos y Cultura Indígenas. La aprobación es una condición del EZLN para reanudar las charlas de paz con el gobierno. Las otras dos condiciones son la libertad de los zapatistas presos y el cierre de siete puestos militares en Chiapas.
Tras tomar las riendas del gobierno en diciembre, Fox prometió llevar la "paz" a Chiapas y "cerrar un capítulo que ha paralizado al país desde 1994". Con sonrisa de lobo "para comerte mejor", Fox aplaudió la caravana zapatista. Las principales redes de televisión presentaron un concierto de rock llamado "Paz para Chiapas". Se han montado urnas electorales en los centros comerciales para "votar por la paz" en Chiapas. El gobierno está inundando al EZLN con una marea de "paz".
El subcomandante Marcos del EZLN dijo que con la aprobación de la enmienda constitucional "el país saldará su deuda histórica con los indígenas". Fox es del PAN, un partido derechista de la burguesía mexicana. De todos modos, el EZLN dice que su victoria electoral sobre el PRI creó una apertura política que la izquierda tiene que llenar antes que los derechistas. Marcos anunció que cuando firmen un acuerdo con el gobierno, él y los demás dirigentes del EZLN se quitarán las pasamontañas y depondrán las armas, y lucharán por "la democracia, la libertad y la justicia" por medios pacíficos.
Las devastadoras consecuencias del TLC/NAFTA
Hace siete años, el 1º de enero de 1994, entró en vigor el Tratado de Libre Comercio (TLC/NAFTA). Los imperialistas yanquis y la clase dominante mexicana (la burguesía burocrática y los grandes terratenientes) preparaban una celebración. Sabían que el TLC les traería mayores ganancias.
Pero ese mismo día se inició el levantamiento zapatista en Chiapas. Un ejército de miles de campesinos y campesinas indígenas armados se apoderó de varios pueblos y ciudades; atacó edificios gubernamentales y quemó los archivos; tomó las cárceles y puso en libertad a campesinos presos injustamente. El EZLN anunció que escogió la fecha del levantamiento porque "para los indios [el TLC] es una condena a muerte. La entrada en vigor del tratado representa el inicio de una masacre internacional". Los rebeldes zapatistas dijeron "¡basta ya!" a 500 años de opresión.
Para los oprimidos, el levantamiento fue una gran alegría. Hizo estremecer a Wall Street y a la clase dominante mexicana. La prensa internacional mostró la pobreza, opresión y situación de los indígenas de Chiapas y otras partes del país. La lucha ganó amplio apoyo en México y en todo el mundo, y atizó resistencia, por ejemplo el movimiento contra la globalización. Fue un nuevo repunte de lucha en el campo mexicano.
Poco después del levantamiento empezaron las negociaciones con el gobierno, pero terminaron porque el gobierno no cumplió sus promesas. El ejército y grupos paramilitares atacaron y masacraron las comunidades que apoyaban al EZLN. Hoy unos 70.000 soldados federales ocupan el estado.
Desde que entró en vigor el TLC, Estados Unidos ha redoblado el control de las empresas, la tierra, los recursos naturales y la economía. México también ha firmado acuerdos de libre comercio con Europa y otros países centroamericanos. Fox está cooperando con Washington para establecer la Zona de Libre Comercio de las Américas, que unirá las economías de todo el hemisferio occidental en una sola zona comercial dominada por el imperialismo estadounidense.
Hace siete años, los gobiernos estadounidense y mexicano prometieron que el TLC llevaría más prosperidad a ambos lados de la frontera. Pero hoy México tiene la mayor disparidad entre ricos y pobres de todo Latinoamérica. El Banco Mundial calcula que 65 millones de mexicanos ganan menos de 2 dólares al día y 15 millones ganan menos de un dólar. México tiene salarios muy bajos: el salario mínimo oficial es 4 dólares al día. Desde que entró en vigor el TLC, 100.000 negocios pequeños y medianos han quebrado.
Los capitalistas burocráticos mexicanos han trabajado de la mano con los imperialistas para arruinar sistemáticamente a millones de campesinos. El mercado mexicano se ha inundado de harina, maíz, arroz, frijoles y otros productos agrícolas de Estados Unidos. Los campesinos y agricultores mexicanos no pueden competir con los conglomerados agrícolas gringos, que disfrutan de alta tecnología y grandes subvenciones. Por su parte, el gobierno mexicano les ha suspendido a los campesinos los créditos con que compraban semillas y fertilizantes, y cerró Conasupo, la dependencia que compraba productos agrícolas.
Los campesinos, que por lo general no tienen con qué pagar el transporte de los productos al mercado ni silos para almacenarlos, tienen que venderlos a las grandes compañías estadounidenses del agro. Como estas dictan el precio, los campesinos se ven obligados a vender sus tierras. Ahora grandes corporaciones, como Monsanto y Cargill, inundan el país de productos importados, y controlan la distribución de harina, maíz y arroz. Wal-Mart es uno de los principales distribuidores de semillas.
En vez de subvencionar la agricultura, el gobierno mexicano subsidia las corporaciones que compran los productos agrícolas. El 80% de las mejores tierras (especialmente en las zonas irrigadas) está en manos de grandes corporaciones financieras y comerciales.
Los "nuevos" planes de Fox
Vicente Fox proclama ser el "presidente del cambio" y promete mejorar la vida del pueblo. Pero sus "nuevos" planes son básicamente una copia de los que impone el Banco Mundial en muchos países del tercer mundo, que llevan más pobreza y ruina.
Fox anunció que quiere que la agricultura sea rentable y que por eso la mayoría de los campesinos deben abandonar la tierra y buscar otra manera de subsistir. ¿Adónde irán? Fox quiere ver maquiladoras en zonas y pueblos rurales para crear trabajos. Hasta sugirió que los mexicanos que trabajan en Estados Unidos (que envían unos 6 billones de dólares al año a sus familiares) inviertan en maquiladoras en sus pueblos.
Las maquiladoras son el sector más dinámico de la economía. En esas fábricas de extranjeros, los trabajadores mexicanos ensamblan piezas fabricadas en Estados Unidos o en otros países como Japón y Corea. Los productos acabados se venden en otros países. El salario de los trabajadores de maquiladora es una décima parte de lo que reciben los trabajadores estadounidenses por el mismo trabajo. Además, el gobierno les da gratis tierra, edificios, agua y caminos a las maquiladoras.
Fox quiere crear zonas de alta tecnología con maquiladoras por todo el país. Pero esas zonas no estimulan la economía al servicio del pueblo mexicano, sino del imperialismo. En Tijuana, por ejemplo, el gobierno le garantiza a una fábrica de Sony un millón de galones de agua al día, mientras que la gente tiene que hacer cola para comprar agua de pipas.
La "solución" de Fox a la disparidad de ingresos es ofrecer "microcréditos" para financiar "changarros" (pequeños negocios). En su programa radial semanal, explicó cómo empezar un changarro: "Se toman (los microcréditos) y se utilizan para comprar una olla de tamales, salir y vender tamales... Oportunidades de emprender un changarro propio para que las familias puedan tener varios ingresos, que el papá pueda estar trabajando como ejidatario, que la mamá pueda tener un changarrito, que alguno de los hijos pueda estar trabajando en alguna agroindustria o... [en] estas muchas maquiladoras que ya están llegando al campo... le pido a cada papá y a cada mamá su mejor sacrificio, que nos sacrifiquemos al máximo, que chambeemos el doble turno, si es necesario los sábados y los domingos...".
Fox dice que esto llevará prosperidad a los pobres de México. Pero como señala el documento del PCR,EU "Notas sobre la economía política": "Los arruinados y desplazados del mundo (en especial los campesinos desterrados de la producción rural y botados en los cinturones de miseria) no se integrarán fácilmente en los nuevos sectores... El funcionamiento de la economía capitalista mundial los absorberá de modo anárquico, a los niveles más marginales. Podemos ver esto en el crecimiento de la economía informal. En América Latina, se calcula que de 50% a 60% de la mano de obra urbana es de este sector".
"Nuevo día"... para los imperialistas y la clase dominante
El año pasado Fox y el PAN derrotaron al PRI (el partido que gobernó 71 años) en una elección "justa y legítima". La estructura de poder anuncio un "nuevo día" para México.
Lo que realmente pasó es que el partido de gobierno cambió pero el sistema sigue igual. El país sigue controlado por la burguesía burocrática, los terratenientes y el imperialismo. México es una neocolonia del imperialismo, especialmente de Estados Unidos. Las instituciones financieras internacionales, como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional, diseñan las medidas que pone en vigor el gobierno, al servicio de Washington.
Fox proclamó que su victoria fue una declaración de que México es una "democracia" que garantiza estabilidad a los inversionistas con una sucesión "pacífica" y "legal". Es decir, ahora que el desprestigiado PRI ha perdido el poder, los inversionistas tendrán más garantías para explotar al pueblo mexicano.
La sucesión "democrática" da más libertad a la clase dominante para repartirlo y venderlo al mejor postor. Fox y el resto del gobierno dicen que la inversión extranjera es la clave del "desarrollo" y el "progreso". Pero los inversionistas solo invierten si están seguros de que podrán sacar ganancias. Buscan países donde la población sea muy pobre y los rendimientos muy favorables. Ahora, con la nueva "democracia", se considera menos arriesgado invertir en México.
En la reunión de enero del Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, Charles Schwab (director de uno de los principales grupos de inversionistas de Estados Unidos) presentó a Fox como el "líder político modelo para los países en desarrollo".
Los planes de "desarrollo" de Fox y su impacto para los indígenas
La clase dominante tiene grandes planes para el "desarrollo" del campo mexicano, especialmente el sur y el suroriente donde hay grandes concentraciones de indígenas.
Antes de tomar posesión, Fox viajó a Europa y Centroamérica en busca de inversiones para el "Plan Puebla-Panamá". Afirma que existe la oportunidad de convertir la región entre Puebla (en el sur de México) y Panamá a una vanguardia del "desarrollo" económico. Se reunió con el secretario general de la ONU, Kofi Annan, para pedir ayuda de la ONU.
Este es un enorme proyecto de más de 20 años. Fox promete que cambiará la ocupación militar por trabajos, y desarrollará oleoductos, redes de electricidad y telecomunicaciones; construirá sistemas de riego y zonas de agricultura de alta tecnología. Se planea destruir las selvas naturales y establecer plantaciones de eucalipto en Chiapas, Campeche y Tabasco para producir seis millones de metros cúbicos de celulosa para la industria papelera. En Yucatán habrá una gran concentración de maquiladoras. Un ferrocarril atravesará el istmo centroamericano, abrirá una ruta para exportaciones y lo integrará más al mercado mundial.
¿Esos planes mejorarán la vida de los indígenas? Oaxaca, el estado con la mayor concentración de indígenas, tiene una ley que les garantiza sus derechos. Además, el gobierno ha firmado tratados internacionales que protegen los derechos y la cultura indígenas. Pero está cometiendo "etnocidio".
En el istmo de Tehuantepec de Oaxaca, ya están construyendo el "Megaproyecto Trans-istmo" y otros proyectos parecidos, a pesar de las protestas de los pueblos indígenas. Han metido a la cárcel y torturado a los que protestan contra una supercarretera para el turismo. Han expropiado las tierras de los chianantecos y los mazatecos para construir presas; inundan sus pueblos y los desplazaron a otros estados. Las refinerías de petróleo han contaminado las zonas pesqueras de los zapotecas y las han causado problemas respiratorios y de la piel. Los líderes indígenas de Oaxaca han declarado que no permitirán la destrucción de sus comunidades, la ruina de su patrimonio cultural ni la pérdida de la frágil ecología de la zona.
De todos los pobres y explotados de México, los indígenas son los más oprimidos. El 35% no gana nada en absoluto, lo que quiere decir que subsiste de la tierra. Hay 62 grupos étnicos y 90 idiomas indígenas en el país, en casi todos los estados. La mayoría de los indígenas han tenido que integrarse a la sociedad mexicana para sobrevivir, y sus idiomas y culturas están desapareciendo. Los que han logrado conservar su idioma viven en zonas remotas de las montañas o la selva porque les han robado la tierra una y otra vez. Algunos de los que participaron en el levantamiento zapatista huyeron a la selva lacandona para escapar de la esclavitud que impera en las plantaciones.
La supervivencia de los pueblos indígenas durante más de 500 años de conquista da testimonio de su resistencia. Pero el opresor siempre distorsiona y degrada la historia de los oprimidos. La estructura de poder suelta mentiras racistas como pretexto para la opresión de los indígenas, la destrucción de su cultura y la expropiación de sus tierras. Un insulto muy común en México es: "No sea indio".
Cuando el PRI detentaba el poder, el gobierno no cumplió sus promesas de estatuir como ley el acuerdo para proteger los derechos y la autonomía de los indígenas. Si el gobierno de Fox cambia la constitución y reconoce esos derechos, no será porque la clase dominante respete más las reivindicaciones indígenas, sino porque ha decidido que le conviene para explotar más a los indígenas y todos los oprimidos.
La lucha de los indígenas es como un detonador que recorre toda la sociedad y está íntimamente vinculada a la lucha de los campesinos por una revolución agraria. Los planes de Fox y sus amos imperialistas llevarán más explotación y sufrimiento. Han tropezado con la resistencia popular y seguirán lanzando a millones a luchar y a buscar la liberación.
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