Obrero Revolucionario #1101, 6 de mayo, 2001, en rwor.org
El Primero de Mayo es el día en que los trabajadores conscientes de clase de todos los países manifiestan su internacionalismo proletario y reafirman la meta común de alcanzar el comunismo en todo el mundo. La división del mundo entre los países imperialistas y los países que oprimen, y que surge de las grandes desigualdades entre naciones y pueblos, es una de las principales características del sistema imperialista mundial. En cada país, el proletariado tiene tareas específicas de acuerdo a las particularidades sociales, pero todas las luchas se juntan en el río de la revolución proletaria mundial. El Primero de Mayo es un magnífico día en que se templa y pone a prueba el valor de cambiar el mundo.
Hoy más que nunca el capitalismo es un sistema mundial. Por su compulsión interna hacia la expansión, desde hace mucho se ha desarrollado a su fase superior, el imperialismo. Las mismas tendencias se manifiestan hoy como "globalización", es decir, más del mismo imperialismo.
Aunque los reaccionarios procuren ocultarlo, el hundimiento de la Unión Soviética y su bloque no fue producto de una "crisis del comunismo" sino del funcionamiento y de la crisis del sistema capitalista e imperialista, del que esos países desde hace mucho habían sido parte. En la última década, los imperialistas yanquis han tenido una cancha relativamente libre para imponer lo que llaman un "nuevo orden mundial" o una "época de paz y democracia". Pero la guerra del Golfo y los conflictos en los Cáucasos, Ruanda y la antigua Yugoslavia muestran la verdadera naturaleza de ese orden. Los imperialistas obligan a millones a matarse entre sí, pero lo llaman "paz". Las alabanzas al "mercado libre" que supuestamente traerá beneficios para los pueblos del mundo no pueden ocultar la realidad: han obligado a cientos de millones a vivir en miseria. Los organismos imperialistas a cargo de administrar esta situación criminal, como el Banco Mundial, el Fondo Monetario Internacional y la Organización Mundial de Comercio, son blanco de la justa furia de las masas: en las cumbres de estos chupasangres en Seattle, Davos, Praga y Niza en los propios países imperialistas, jóvenes progresistas y otras fuerzas libran enconadas batallas.
Aunque los imperialistas se jacten de la permanencia y la estabilidad del sistema, la verdad es que descansa en contradicciones intensas y agudas. La emergente ola revolucionaria en los centros de la tempestad de Asia, África y América Latina demuestra la intensidad de la contradicción principal entre el imperialismo y los países oprimidos. Las contradicciones entre las potencias imperialistas de nuevo se intensifican. En los países capitalistas e imperialistas, la contradicción entre el proletariado y la burguesía también se intensifica. Por ello, existen enormes oportunidades para hacer avanzar la revolución.
En el mundo de hoy, lo que urge es una dirección marxista-leninista-maoísta en las luchas del pueblo... tanto en el occidente como en los países oprimidos, donde inspira la nueva generación revolucionaria como terreno fértil para nuevos líderes y combatientes comunistas.
La heroica Intifada del pueblo palestino sigue desafiando grandes obstáculos, sin temor al sacrificio. Ni la traición de Arafat ni el humo y los espejismos de los fundamentalistas islámicos pueden asfixiar su lucha. Pero sin una dirección maoísta, la lucha no saldrá avante.
Para echar por tierra las "soluciones políticas" de los reaccionarios patrocinadas por los imperialistas, es imprescindible tener una dirección marxista-leninista-maoísta. Los oportunistas y los reaccionarios pregonan una única alternativa para el pueblo: buscar un acomodamiento con el orden imperialista injusto. La única solución política a la sociedad reaccionaria es: el Poder nace de los fusiles del proletariado y del pueblo. Nuestra solución es la guerra popular. El actual dominio de los imperialistas tiene sus días contados, al igual que pasó con el imperio esclavista de Roma o el Tercer Reich de Hitler en su momento. En el futuro, la humanidad recordará a los gobiernos de hoy con igual desprecio.
Únicamente las auténticas fuerzas marxista-leninista-maoístas, armadas con una ideología y programa que representan una verdadera ruptura con toda explotación de clase, pueden dirigir una oposición consecuente al actual orden mundial. Las masas necesitan una dirección maoísta porque sin ella, no podrán tomar el futuro en manos propias y transformar el mundo.
En el Perú, el Partido Comunista del Perú ha luchado con heroísmo para superar el "recodo en el camino" que representó la captura del Presidente Gonzalo y para vencer la Línea Oportunista de Derecha que surgió al interior del partido que llamaba a negociaciones que condujeran a acuerdos de paz. La huida de Fujimori y pandilla evidencia la crisis del enemigo. Por ello, es aún más importante aprehender el momento para romper en definitiva el vil aislamiento en que han tenido al Presidente Gonzalo durante ocho años y exigir que lo presenten en vivo ante el público. Es más, exigimos un fin al aislamiento del Camarada Feliciano y a las condiciones infrahumanas de los demás presos políticos y prisioneros de guerra.
En Nepal, la Guerra Popular avanza pujante y señala el brillante futuro a todo el mundo. Con la dirección del Partido Comunista de Nepal (Maoísta) y su líder, el Camarada Prachanda, se está forjando el Nuevo Poder en vastas zonas de occidente del país donde viven millones. La Guerra Popular se expande y a su vez se profundiza.
En Turquía, la reciente huelga de hambre de combatientes presos del Partido Comunista de Turquía (Marxista-Leninista), participante en el MRI, y de otros presos revolucionarios, ha transformado las mazmorras enemigas en una luminosa trinchera de combate de la revolución. Sin duda, eso impulsará la lucha armada que libran los guerrilleros del TKP(ML) con la perspectiva de establecer bases de apoyo rojas.
Las luchas armadas revolucionarias en la India, Bangladesh y las Filipinas que libran fuerzas maoístas también desafían el orden reaccionario. La verdad de la situación mundial es que se prepara una nueva ola de la revolución proletaria mundial. En Irán, Afganistán, Colombia, Sri Lanka, los Estados Unidos y otros países, partidos y organizaciones participantes en el MRI con la perspectiva de la guerra popular, están trabajando para poner el MLM al mando de la nueva ola. Con todo eso, podemos afirmar que éste será un siglo de guerras populares, que nos impulsa hacia el socialismo y hacia nuestra meta final: el comunismo.
El Movimiento Revolucionario Internacionalista es hoy el centro embrionario de las fuerzas maoístas del mundo y lucha por la formación de una nueva Internacional Comunista basada en el Marxismo-Leninismo-Maoísmo, la ideología universal y común del proletariado en todo el mundo. Las masas oprimidas necesitan esta ideología y necesitan organizaciones comunistas basadas en ella. Para servir al pueblo -sea en Palestina, Indonesia, Brasil, Corea del Sur u otros países donde las masas luchan sin una vanguardia comunista-, es necesario iluminar la lucha con el MLM. Quiere decir que la revolución no quedará en deseos: las masas podrán transformar el odio a la opresión y la esperanza de una sociedad de nuevo tipo en un embate revolucionario organizado, una guerra popular que pueda plasmar los sueños en realidad.
Con motivo del 17 aniversario de su formación, el Movimiento Revolucionario Internacionalista saluda el Primero de Mayo de 2001 con entusiasmo comunista y el juramento de hacer todo a nuestro alcance para acelerar el ritmo de la revolución mundial. Junto con las masas del mundo reafirmamos que "¡Sólo queremos el mundo!".
¡Viva el Primero de Mayo Rojo!
¡Construir y Fortalecer Partidos Marxista-Leninista-Maoístas
Unidos en el MRI!
¡Hacia una Nueva Internacional Comunista!
¡Viva el Marxismo-Leninismo-Maoísmo!
Comité del Movimiento Revolucionario Internacionalista
1º de mayo de 2001
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