Obrero Revolucionario #1107, 17 de junio, 2001, en rwor.org
Durante la última semana de marzo, la 7ª delegación del Comité Internacional de Emergencia para Defender la Vida del Dr. Abimael Guzmán (CIE) estuvo en Lima, Perú. La delegación exigió reunirse con el Presidente Gonzalo (Abimael Guzmán) del Partido Comunista del Perú (PCP). El Presidente Gonzalo lleva más de ocho años aislado en una celda del penal naval de El Callao, sin comunicación con sus abogados, médicos, familiares y la prensa... y el gobierno dice que habla por él. La delegación también abogó por el camarada Feliciano (Óscar Ramírez Durand), quien dirigió al PCP después de la captura del Presidente Gonzalo hasta que él mismo fue arrestado en 1999, así como por poner fin al tratamiento ilegal e inhumano de más de 4000 presos políticos y prisioneros de guerra. La llegada de la delegación coincidió con la primera ronda de elecciones presidenciales el 8 de abril. La 7ª delegación del CIE constaba de: Jaime Bonilla (Colombia), profesor universitario y activista pro derechos humanos; Peter Erlinder (Estados Unidos), profesor de derecho, ex presidente del Gremio Nacional de Abogados; Haluk Gerger (Turquía), miembro fundador de la Organización de Derechos Humanos de Turquía; José Enrique Ruiz (México), profesor de la Universidad Nacional Autónoma de México, miembro del Frente Nacional de Abogados Democráticos y de la Asociación Americana de Juristas; Juan José Landínez (Colombia), abogado y defensor de derechos humanos; Heriberto Ocasio (Estados Unidos), activista del CIE-EU; Padma Ratna Tuladhar (Nepal), ex ministro de Trabajo y Salud, miembro del Parlamento nepalés, presidente del Foro para la Protección de los Derechos Humanos en Nepal y fundador del "Movimiento para Salvar la Democracia". A continuación publicamos un informe de la delegación: Comité Internacional de Emergencia para Defender la Vida del Dr. Abimael Guzmán
Informe Sobre la 7ª delegación del CIE al Perú
12 de mayo de 2001
La 7ª delegación logró muchísimo durante el tiempo que estuvo en Lima, Perú. Aunque no logró visitar al Dr. Guzmán, los esfuerzos del CIE abrieron terreno nuevo. La delegación se reunió en varias ocasiones con representantes del Ministerio de Justicia y la oficina del Defensor del Pueblo. Igualmente, tuvo una discusión franca con el general Presidente del Consejo Supremo de Justicia Militar. En todas esas reuniones las autoridades peruanas tuvieron que aceptar que no había base legal para negarle al Dr. Abimael Guzmán contacto directo con sus abogados.
La delegación habló también con la Cruz Roja. Se reunió con el presidente del Colegio de Abogados de Lima y con otros abogados. Los delegados también hablaron personalmente con familiares de los prisioneros políticos y con la gente que conocieron en las calles de Lima. Informaron que se informaron sobre la situación en el Perú y que su presencia y sus palabras-"no están solos"-llevaron un mensaje muy bien recibido de apoyo internacional directamente al pueblo.
El jueves, 29 de marzo, la 7ª delegación del CIE llevó a cabo una conferencia de prensa importante en el Salón América del Gran Hotel Bolívar, en el centro de Lima. El lugar estaba repleto de la prensa peruana e internacional: por lo menos nueve canales de televisión y muchos reporteros de la radio y de periódicos.
La 7ª delegación del CIE presentó una declaración en la conferencia de prensa, titulada "Mensaje al pueblo peruano", que decía:
"Hemos acudido ante las autoridades civiles y militares en demanda de entrevistar al Doctor Abimael Guzmán y verificar su estado de salud y bienestar, y tenemos esperanzas de poderlo lograr.
"La preocupación por la suerte del Dr. Guzmán en todos los rincones del mundo es tanto más importante por cuanto que la dictadura de Fujimori-Montesinos utilizó su aislamiento para pretender hablar en su nombre. Es inaceptable atribuirle al Dr. Guzmán declaraciones mientras él no lo haga en forma directa ante los medios de información masiva y sin presiones de ninguna índole. Ningún gobierno tiene la potestad de hablar en nombre de sus prisioneros políticos. Y, por supuesto, la única forma de verificar los cambios que señala el gobierno frente a su tratamiento es que el Dr. Guzmán pueda expresarse personalmente".
Los siete delegados hablaron con la prensa y contestaron preguntas de los reporteros que se congregaron alrededor al final de la conferencia de prensa.
La actitud de la prensa hacia la delegación fue variada. Obviamente, la composición internacional de la 7ª delegación causó noticia y controversia. Durante la conferencia uno de los "reporteros" le preguntó varias veces a Haluk Gerger, de Turquía, quién le pagaba $20.000 a los delegados por ir a Lima. Después de que el Sr. Gerger puso en claro que él era un voluntario y que pudo ir a Lima gracias a las aportaciones de muchísima gente, le preguntó a su inquisidor si él era de la policía secreta. Pero éste no respondió.
Algunos reportajes nombraron a todos los delegados y de dónde procedían. Sin embargo, otros omitieron el hecho de que uno de los delegados, Padma Ratna Tuladhar, era de Nepal, y que había sido ministro de Salud y Trabajo. De hecho, la videocinta que compró la delegación de una estación de televisión no comenzaba sino hasta después de haber sido presentado el Sr. Padma Ratna Tuladhar, a la mitad de su declaración.
Afortunadamente, la delegación grabó su propia audiocinta de toda la conferencia de prensa. Lo siguiente es una transcripción de lo que decidió censurar la estación de televisión:
"Bueno, yo soy de Nepal, un país lejos del Perú. Nuestro país es el país de los Himalayas y tenemos la más alta montaña, el Everest. En nuestra parte del mundo, que es el sur de Asia, especialmente en la India y Nepal, Sri Lanka y Bangladesh, el Camarada Guzmán es altamente respetado como uno de los grandes líderes revolucionarios del mundo. Por eso cuando lo arrestaron y se supo que lo estaban tratando mal en la prisión, especialmente que lo tenían en una especie de jaula, hubo mucha preocupación por su vida".
Otro reportero preguntó qué fundamento tenía la delegación para llamarlos "prisioneros políticos... Abimael Guzmán no solo es un terrorista, sino el líder de un movimiento sanguinario, ya que aquí en nuestro país ha habido muchas muertes".
Peter Erlinder habló sobre "el fundamento legal":
"La definición suya o la mía de quién es, o quién no es, terrorista, no tiene mayor importancia con respecto al derecho internacional y el tratamiento de individuos acusados de un crimen, y todo intento de categorizar a un prisionero con una etiqueta política es completamente contrario al derecho internacional. Los individuos, de hecho, pueden hacer lo que quieran, pero los abogados que respetan el derecho internacional, y los gobiernos que respetan el derecho internacional, no pueden hacer eso".
Heriberto Ocasio también respondió a esas preguntas:
"Con respecto a lo que usted dice sobre la guerra que ha dirigido el Dr. Guzmán, debemos decir que aunque tenemos (la delegación) diferentes puntos de vistas, diferentes ideas políticas, ideologías y métodos de lucha, hay una cosa en que estamos todos de acuerdo, y es que no aceptamos la forma en que el gobierno de Fujimori y Montesinos-y también los Estados Unidos, a través de la CIA y otras agencias-trata de categorizar a los movimientos, llamándolos terroristas, y ese tipo de cosas; no lo aceptamos, porque lo utilizan para negarle al pueblo sus derechos fundamentales. Cómo decida luchar el pueblo del Perú no es asunto nuestro; son decisiones del pueblo peruano".
A la mañana siguiente de la conferencia de prensa, un popular programa de noticias y entrevistas de televisión presentó un debate entre el delegado del CIE de México, el Dr. Enrique González, y un ex general de la DINCOTE, la notoria policía "antiterrorista". En el transcurso del programa el moderador mencionó varias veces el nombre completo del CIE y por qué la delegación estaba en Lima. Se transmitieron escenas de la conferencia de prensa al igual que tomas del discurso del Dr. Guzmán desde la jaula, el 24 de septiembre de 1992.
Debido a la cobertura de la prensa, se corrió la voz sobre la visita de la 7ª delegación del CIE por todo el Perú. En las calles la gente reconocía a los delegados y buscaba la oportunidad de agradecerle su visita. Algunas personas llamaron a su habitación del hotel simplemente para dejar un mensaje anónimo de "Gracias". Los familiares de los prisioneros políticos expresaron agradecimiento y pidieron que gente de todo el mundo le pusiera más presión al gobierno del Perú para que respete la vida y los derechos de todos los prisioneros políticos.
En una ocasión, uno de los delegados fue llamado a un lado sigilosamente por una persona en la calle, quien señaló una foto de la conferencia de prensa en el periódico y le dio un saludo de manos al delegado. Los dos se abrazaron cálidamente y luego siguieron su camino.
En contraste, el gobierno peruano de transición no tuvo los mismos cálidos sentimientos hacia la 7ª delegación. Después de que las autoridades de alto nivel de tres entidades, especialmente el Ministerio de Justicia, dieron la impresión durante varios días de que era legal y posible visitar al Dr. Guzmán, el lunes 2 de abril el Ministerio de Justicia le informó a la delegación que la visita no podía tener lugar. La excusa fue que los militares se oponían, contradiciendo lo que el presidente del Consejo Supremo de Justicia Militar le había dicho a la delegación el martes 26 de marzo.
Al recibir esta denegación, los delegados sacaron un comunicado de prensa, con fecha 2 de abril de 2001, que decía:
"La delegación internacional que ha estado en el Perú en la última semana de marzo se entrevistó con la Defensoría del Pueblo, con el Consejo Supremo de Justicia Militar y con el Ministerio de Justicia, pero no acceden a la visita [al Doctor Guzmán] de sus abogados... a pesar de que estas entidades coinciden en que se han conculcado derechos fundamentales de los prisioneros políticos del Perú, mantenidos en condiciones infrahumanas y torturosas, como es el caso del Dr. Abimael Guzmán.
"Seguiremos demandando que termine el aislamiento del Dr. Guzmán y de otros detenidos en la prisión especial de la base naval del Callao que sufren un aislamiento similar, especialmente el Sr. Óscar Ramírez Durand, que fue el último en llegar a esa misma prisión.
"Nuestro comité también seguirá demandando que al Dr. Guzmán se le permita hablar en vivo y en persona frente a la prensa. Esto serviría de evidencia de que se están corrigiendo las graves violaciones cometidas por el régimen de Alberto Fujimori.
"Al no responder a estos pedidos, la comunidad internacional que vela por los derechos fundamentales del ser humano sabrá que aún en tiempos de aparente apertura democrática en el Perú, los derechos de los prisioneros políticos siguen siendo transgredidos".
El trabajo de la 7ª delegación del CIE y lo que aconteció en Lima durante su estadía es muy importante. La delegación aprovechó aperturas en la situación política del Perú y ejerció presión en las grietas de los círculos gobernantes del Perú. Con esto probablemente ensanchó esas fisuras y reveló la gran distancia que existe entre la nueva imagen que el gobierno del Perú quiere proyectar y lo que realmente existe. Los círculos gobernantes del Perú y de los Estados Unidos han tenido que lidiar con el colapso, la denuncia y el escándalo sobre la estructura y operación fascista del régimen de la CIA-Fujimori-Montesinos. Se ha comentado que Sayan, el ministro de Justicia, posee "credenciales de derechos humanos". El Sr. De Cuéllar, ahora primer ministro, fue Secretario General de las Naciones Unidas. Éstos están tratando de proyectar una imagen de transición a un "nuevo gobierno" que lucirá diferente al anterior pero que tendrá, en realidad, que mantener al Perú en la misma situación opresiva controlada por los Estados Unidos.
Fue en parte debido a esas condiciones que la delegación pudo reunirse con funcionarios de alto rango del gobierno y retarlos a que cumplieran las normas legales peruanas e internacionales y los tratados sobre el tratamiento de todos los prisioneros políticos, en particular el Dr. Guzmán. Fue dentro de esa situación política que dichos funcionarios tuvieron que reconocer, quisiéranlo o no, que no existía base legal para negarle al Dr. Guzmán la comunicación con sus abogados. Éste fue un importante avance en el frente legal, dentro de la situación política en general.
Sin embargo, al fin y al cabo el gobierno invalidó su propia admisión de que no tenía base legal para no permitirle a los abogados hablar con el Dr. Guzmán y de todos modos les negó el acceso. Y esto ocurre más de ocho años después de su juicio por un tribunal militar sin rostro cuya legalidad ha sido oficialmente rechazada por la Corte Interamericana. Ésta es la corte de la cual el gobierno de Fujimori "se salió" para no cumplir sus dictámenes, precisamente sobre la ilegalidad de someter civiles a juicios militares, la corte que el "nuevo" gobierno dice que ha de obedecer.
No pudiera estar más claro que el tratamiento del Dr. Guzmán y de Óscar Ramírez Durand y de otros presos políticos en el Perú no tiene nada que ver con los derechos legales o derechos humanos. Ha sido, y sigue siendo, motivado por los intereses políticos y económicos de los que están en el poder en el Perú y los Estados Unidos.
Todo esto también nos hace ver una vez más que la lucha por terminar el aislamiento del Dr. Guzmán, y de Óscar Ramírez Durand, es sobre todo una batalla política, al igual que la lucha para que el gobierno peruano le permita al Dr. Guzmán hablar por sí mismo, en vivo y en persona, frente a la prensa.
Se puede obtener más información sobre el CIE de: IEC, 27 Old Gloucester Street, London WC1N 3XX, UK;
teléfono/fax: 44 20 7482 0853;
email: iec_cie@hotmail.com
En Estados Unidos: Comité de Apoyo a la Revolución en el Perú, P.O. Box 1246, Berkeley, CA 94701;
teléfono: 415-252-5786;
fax: 415-252-7414.
En la Internet: www.csrp.org.iec
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