Obrero Revolucionario #1108, 24 de junio, 2001, en rwor.org
Acabamos de recibir la importante noticia de que se ha fundado el Partido Comunista de Irán (Marxista-Leninista-Maoísta). Con ese motivo, publicamos los siguientes tres documentos: la declaración del congreso fundador del Partido Comunista de Irán (MLM), fechada el 1º de mayo de 2001; el mensaje del Comité del Movimiento Revolucionario Internacionalista; y el mensaje del Partido Comunista Revolucionario, EU.
Casi nunca un partido de vanguardia del proletariado se ha necesitado tanto y se ha preparado tanto como el Partido Comunista de Irán (Marxista-Leninista-Maoísta) [PCI (MLM)], que se acaba de fundar. Ya antes de la formación de la Unión de Comunistas de Irán (Sarbedarán) en 1976, los revolucionarios de su país, armados con la ideología liberadora del marxismo-leninismo-maoísmo, lucharon enérgicamente para afianzar dicha ideología en la lucha del pueblo de Irán y construir un partido proletario, que es el único que puede dirigir al pueblo para salir del infierno en que lo tienen sumido el imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático.
Conocemos muy bien la historia de las últimas décadas: la lucha prolongada contra el gobierno del sha, respaldado por Estados Unidos; la lucha al interior del movimiento revolucionario iraní, entre quienes buscaban un ascenso fácil al poder con el respaldo de la superpotencia soviética, y los maoístas, que defendían el camino de la guerra popular; y el regocijo de todo el pueblo iraní cuando por fin logró tumbar del trono al odiado déspota.
En ese gran movimiento revolucionario las fuerzas jóvenes del movimiento maoísta jugaron un vigoroso papel y sus filas e influencia crecieron a pasos agigantados. Pero el movimiento comunista de su país todavía no había dado el paso crucial de formar un partido proletario de vanguardia. Como consecuencia de ese y otros factores, el proletariado, que luchaba heroicamente, no pudo ponerse a la cabeza del pueblo.
En vez, una pandilla de mulhas, que representa una reaccionaria ideología feudal, embaucó a una buena parte de la población que se oponía a la "modernización" proimperialista del sha. La debilidad de los comunistas, así como algunos errores políticos e ideológicos, dificultaron "ir contra la corriente" que barría el país en ese momento, y no se combatió suficientemente al gobierno de Jomeini.
Todos conocemos la traición del gobierno de Jomeini: las ejecuciones en masa, la abolición de todos los derechos democráticos, el atropello de las nacionalidades minoritarias, la bárbara represión de la mujer, cuyo espíritu revolucionario floreció en la revolución contra el sha, y el terror impuesto en la sociedad en general, que sobrepasaron al terror del sha. Sin embargo, en la cima de ese feroz ataque fascista y oscurantista contra el pueblo y la revolución, los camaradas de la Unión de Comunistas de Irán (Sarbedarán) levantaron en alto la bandera roja de la revolución en la ciudad y los bosques de Amol. Aunque el levantamiento fue derrotado, Sarbedarán escribió una imborrable página en la historia de la lucha del pueblo, que ni masacres, torturas ni duros años de exilio podrán borrar.
A lo largo de las vueltas de la lucha revolucionaria de Irán, tanto en los momentos más crueles como durante los auges revolucionarios, siempre han sido los maoístas, y solo los maoístas, los que han representado los intereses a largo plazo del proletariado y el pueblo. Y solo los auténticos comunistas han aprendido de las masas y de sus propios errores para dar dirección clara y correcta, sin renunciar jamás a la concepción y orientación de luchar para barrer de la faz de la tierra la explotación de clase.
La formación de un partido de vanguardia en Irán representa un auténtico gran paso en la historia de la lucha de clases de su país que, sin lugar a dudas, repercutirá en la región y más allá. Si bien la formación del partido no resolverá, por sí sola, todos los problemas de la revolución, es la condición necesaria e indispensable para avanzar.
Mao Tsetung enseñó que "el que sea correcta o no la línea ideológica y política lo decide todo". La historia del movimiento comunista de Irán confirma ambos aspectos de esa profunda verdad. ¿Dónde están hoy las populosas organizaciones oportunistas del pasado? Sus errores derechistas e "izquierdistas" las han hundido en la bancarrota política, ideológica y orgánica. El futuro le pertenece al partido de vanguardia proletaria construido sobre las sólidas bases del marxismo-leninismo-maoísmo, con su núcleo de cuadros probados, forjados, templados y completamente entregados a la causa del pueblo. Con un partido así, se lograrán grandes hazañas.
Desde la fundación del Movimiento Revolucionario Internacionalista, los camaradas de Irán han desempeñado un papel central. A pesar de que los ataques enemigos los debilitaron, ustedes asumieron la gran responsabilidad de luchar por la línea maoísta a nivel mundial, y su resolución de clase y optimismo revolucionario vigorizaron el proyecto de reagrupar a las auténticas fuerzas maoístas. Juntos nos hemos fortalecido, hemos aprendido uno del otro y nuestra unidad es inquebrantable.
Hoy, nuevamente las masas de Irán se suman a la vida política y, si bien el terror no ha menguado, ya no intimida de la misma manera que antes a las masas. Los esfuerzos de muchos oportunistas por remendar las falsas ilusiones de "reformas" que propone el llamado sector democrático de la clase dominante han caído en saco roto. Las condiciones de las masas son intolerables y estas anhelan la revolución.
La historia ha demostrado, en Irán y en todo el mundo, que por heroicas que sean las luchas de las masas, solo se puede lograr una auténtica liberación con la dirección de un partido proletario. Solo la guerra popular podrá arrancar a Irán del yugo en que lo tienen el imperialismo, el feudalismo y el capitalismo burocrático y sanar la sociedad de las heridas y males que ha producido la reacción. Sabemos que el PCI (MLM) se ha fijado la difícil tarea de organizar, iniciar y dirigir hasta la victoria la guerra popular. Tenemos confianza en que, con la línea marxista-leninista-maoísta al mando, los elementos revolucionarios de su país y, muy especialmente, los obreros y campesinos, verán que solo esa línea y ninguna otra, que solo este partido y ningún otro, pueden señalar el camino adelante.
Camaradas, por difícil y tortuoso que sea el camino, la formación de su partido hace más brillante el futuro, tanto para el pueblo de Irán como para el proletariado internacional.
¡Viva el Partido Comunista de Irán (MLM)!
¡Gloria a los mártires del movimiento comunista de Irán!
¡Hacia la guerra popular!
¡Viva el internacionalismo proletario!
¡Viva el comunismo!
Comité del Movimiento
Revolucionario Internacionalista
1º de mayo de 2001
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