Orfeo
Obrero Revolucionario #1121, 7 de octubre, 2001, en rwor.org
¡Saludos desde el frente de resistencia en la capital! Hoy, 29 de septiembre, más de 10.000 personas se echaron a la calle a protestar contra los preparativos de guerra y la opresión global del capitalismo. Confrontaron a la policía de motín y anotaron una importante victoria en esta lucha, que indudablemente adquirirá mayores proporciones.
Las protestas de este fin de semana se planearon hace tiempo, pues se iba a celebrar la reunión anual del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Los sucesos del 11 de septiembre hicieron cancelar la reunión, pero, ante las maniobras bélicas, el movimiento de oposición siguió adelante con las protestas (aunque un grupo se retiró).
Justo cuando la prensa y el gobierno proclaman que el 90% de la población del país está muerto de ganas de pelear en una nueva guerra, las protestas de la capital dicen algo muy distinto. Son las primeras protestas de alcance nacional contra la guerra desde el 11 de septiembre (tras protestas locales en Nueva York, Seattle, Portland, San Francisco, etc.), coordinadas con 29 manifestaciones de apoyo por todo el país. Participaron de 7000 a 10.000 personas en San Francisco, 2000 en Los Ángeles y 1000 en Denver.
Llegó gente de diferentes nacionalidades de todo el país, y gente de Indonesia, Palestina, África, Afganistán, India, Colombia, Honduras, Filipinas y otros países.
Pasaron al micrófono universitarios de las cuatro esquinas del país. De una universidad de 2500 estudiantes de Ohio (Oberlin College) llegaron 300 estudiantes; uno de ellos nos dijo que más compañeros se sumaron a la delegación después del 11 de septiembre para protestar contra la amenaza de guerra.
A las 9 de la mañana nos reunimos cerca de Union Station, donde la Convergencia Anticapitalista organizó la primera convergencia del día contra la guerra capitalista y la globalización. Lado a lado, estábamos anarquistas forrados de negro, pacifistas de acción directa armados de títeres, militantes de la Brigada de la Juventud Comunista Revolucionaria, portadores de la bandera palestina y muchos más. Una pancarta decía: "Hay que destruir el imperialismo, no a Afganistán". Una enorme manta proclamaba: "Para parar el terrorismo, dejen de aterrorizar". Ondeban banderas rojas y negras.
Olas de robocops con armadura se bajaron de camiones y rodearon el parque. Tras un careo, la marcha arrancó a buen paso hacia el FMI y el Banco Mundial.
La policía de motín nos flanqueaba a ambos lados de la calle. En varios momentos, la marcha echó a correr y los rotundos agentes del orden tuvieron que sudar para no quedarse atrás. En una intersección, unas patrullas y una camioneta trataron de echársenos encima. Abrieron las ventanas y nos rociaron gas pimienta; nos golpearon con macanas. Pero no aflojamos y seguimos adelante.
Cuando la marcha trató de voltear a la izquierda hacia la Casa Blanca, una mancha de policía de motín nos bloqueó. Pero a pesar de varios ataques y golpes, la marcha llegó al FMI/Banco Mundial. En la plaza de estas instituciones globales de miseria, la policía rodeó la marcha por los cuatro costados y mandó retirarse a la prensa. "Suéltennos, suéltennos", coreábamos. Una chava le gritó a unos policías en la cara: "Esta es la `libertad' que quieren que defendamos, ¿no?".
Al final, los policías nos flanquearon a una manifestación de unas 10.000 personas contra la guerra y el racismo, convocada por ANSWER (Act Now to Stop War and Racism). La manifestación empezó en las calles 14 y Pensilvania, y de ahí arrancó para el Capitolio, con preciosos despliegues de solidaridad con el pueblo de Irak, Palestina, Afganistán y otras partes.
Se criticaron desde muchos ángulos y perspectivas los crímenes de Estados Unidos contra el mundo. Un grupo cargaba ataúdes inscritos con el número de muertos por las guerras y sanciones de Estados Unidos en Timor Oriental, Kosovo, Colombia, Irak, Panamá, Somalia, El Salvador, Guatemala, Líbano y Ruanda. En el Capitolio, una indígena dijo por el altoparlante: "¡Los indígenas hemos sufrido terrorismo desde hace 500 años!".
Gente que lucha contra la brutalidad policial, contra la ejecución de Mumia Abu-Jamal, contra los talleres de miseria, militantes de Rehusar & Resistir, gente religiosa, pacifistas, antiimperialistas filipinos y muchos más conectaron sus luchas al nuevo movimiento contra la guerra y la represión. Un grupo tocaba tambores. Docenas llevaban siluetas de afganos y coreaban alternándose: "¡Comida y medicinas para los afganos ya! O millones de inocentes morirán". Las pancartas y las voces expresaron un fuerte apoyo a los árabes y mesorientales, aquí y en todas partes.
Se distribuyeron miles de volantes de "El horror que genera este sistema horroroso". Muchos estudiantes comentaron que vinieron a la capital para zafarse del aislamiento en que se sentían y que la unión de miles los fortaleció.
Toda la semana anterior centenares participaron en programas sobre la explotación de los pobres por el FMI y el Banco Mundial, las conexiones entre los pobres de Estados Unidos y Latinoamérica, el aumento de represión tras el 11 de septiembre y el camino que deben seguir los movimientos de resistencia. El domingo 30 de septiembre, centenares de personas participaron en una marcha y mitin organizados por el Centro de Paz y AFSC (organización cuáquera).
Las protestas de la capital fueron un buen comienzo para rasgar la atmósfera represiva de amor a la bandera y odio a los pueblos del mundo que la estructura de poder está macerando. En las calles de Washington, D.C., se carearon dos futuros: de un lado, la policía fría y odiada del capitalismo yanqui, con atomizadores tóxicos y macanas, que protege las instituciones del gobierno; del otro lado, los jóvenes que luchan por un mundo donde se pueda vivir en unidad sin la constante guerra y sufrimiento que genera Estados Unidos. Las protestas expresaron el amor y el afán de muchos de crear un futuro diferente en unidad con los pueblos del mundo.
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