De un folleto escrito por un grupo de afganos preocupados que vive en Estados Unidos

Los verdaderos antecedentes del terrorismo en Afganistán

Obrero Revolucionario #1125, 4 de noviembre, 2001, en rwor.org

A continuación publicamos pasajes del folleto "Los verdaderos antecedentes del terrorismo en Afganistán", escrito por "Un grupo de afganos preocupados que vive en Estados Unidos".

SANGRE POR PETRÓLEO

Tras gastar billones y billones de dólares en la guerra contra la URSS, a Estados Unidos se le presentó la oportunidad de cosechar los frutos de la guerra cuando Tajikistán y Uzbekistán (los campos petroleros de lo que fuera la Unión Soviética) aceptaron venderle petróleo. Ahora Estados Unidos necesitaba un estado seguro para trasladar ese petróleo al océano Índico.

Para convertir ese sueño en realidad, Estados Unidos decidió reemplazar el ESTADO ISLÁMICO con fuerzas islámicas más fundamentalistas que garantizaran "estabilidad" y "orden público". Así, Estados Unidos empezó un peligroso juego de "COMBATIR FUEGO CON FUEGO". El hecho de que en ese juego perderían la vida muchos afganos no le importaba, y no contempló la posibilidad de que perdieran la vida estadounidenses. Quizá sangre por petróleo es la norma en la política exterior estadounidense.

EL FUEGO SE DESBOCA

El terror del TALIBÁN ha golpeado a la mujer, a las minorías y a los practicantes de todas las religiones de Afganistán. El TALIBÁN ha violado todos los derechos humanos. Pero el gobierno de Estados Unidos se hizo el de la vista gorda. Estados Unidos y el mundo occidental ignoraron los gritos del pueblo afgano, la opresión de la mujer, la indignación mundial por la destrucción de las estatuas de Buda.

Estados Unidos solo empezó a hablar de "luchar contra el terrorismo" cuando el remolino de fanatismo absorbió al World Trade Center y cobró más de 6000 vidas en este país. Para la mayoría de los estadounidenses, la intención de luchar contra el terrorismo puede parecer lógica porque perdieron muchos seres queridos en la tragedia. Sin embargo la noción de que el gobierno estadounidense lo haga es pura hipocresía.

El pueblo de Afganistán y de todo el mundo ha visto muchas veces que el gobierno estadounidense recluta, entrena y arma terroristas. Ha apoyado políticamente y financiado al terrorismo una y otra vez, siempre que el terrorismo beneficie a las corporaciones petroleras y a las grandes compañías estadounidenses.

Pero de vez en cuando, cuando los terroristas desobedecen o desafían a la clase dominante de Estados Unidos, entra en acción la máquina de guerra. Se toman decisiones precipitadas. Se emprenden campañas superterroristas, como la Operación Tormenta del Desierto o la Operación Justicia Infinita. Sin embargo, esas medidas no perjudican a los terroristas y lo único que consiguen es infligir más daño y muerte a gente inocente del mundo, y ahora también de Estados Unidos...

¡Viva el pueblo de Estados Unidos y el pueblo de Afganistán!

¡Abajo el TALIBÁN y sus creadores!

Notas

1 El largo silencio de la prensa estadounidense y occidental sobre la participación de fuerzas maoístas en la guerra afgana no es una coincidencia ni un error de prensa. Se vanaglorian de investigación y objetividad, pero lo callaron adrede.

Ignorar la presencia de decenas de miles de maoístas como una fuerza social que ha sido mayor y más fuerte que las fuerzas prosoviéticas y las fuerzas islámicas no fue accidental. Es un acto de complacencia de la prensa con el fervor anticomunista del gobierno. Los maoístas iniciaron y organizaron la guerra contra la invasión soviética y miles lucharon en trincheras contra el Ejército Rojo: eso no es una noticia trivial. El silencio es un acto deliberado de negligencia de la prensa financiada por corporaciones.

2 La CIA contactó a los hermanos MUSULMANES de Afganistán por medio del jeque egipcio Abdul Rahman, que vivía en Nueva York. Antes de que lo acusaran del bombazo del World Trade Center en 1993, estableció contacto como agente de la CIA con Gulbudin Heymatyar. Este era el líder favorito de la CIA porque mató maoístas en Afganistán. Tras matar en 1968 a Saidal Sokhandan (maoísta prominente), huyó a Paquistán, donde lo protegió y lo entrenó la ISI. Después creó un frente terrorista llamado PARTIDO ISLÁMICO DE AFGANISTÁN.

Se ha documentado que Hekmatyar recibió la mitad de los fondos de la CIA; la otra mitad la recibieron los otros seis PARTIDOS ISLÁMICOS. También recibió misiles Stinger en medio de la guerra contra la URSS, que no devolvió a Estados Unidos después de la guerra. Se cree que esos misiles acabaron en manos de terroristas árabes y del TALIBÁN.

3 Los informes de la CIA indican que Osama bin Laden participó en esa campaña. El gobierno estadounidense estaba bien enterado de sus actividades en Afganistán y se cree que estaba a sueldo de la CIA en esa época.


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