Protestas contra la OMC, el Banco Mundial y el FMI

Más lucha contra la rapiña global

Obrero Revolucionario #1127, 18 de noviembre, 2001, en rwor.org

Este mes, mientras llueven bombas sobre Afganistán, las potencias imperialistas siguen viendo cómo chingar al mundo en otro frente: entre el 9 y el 13 de noviembre, se reunirán los ministros de la Organización Mundial de Comercio (OMC) en Doha, Katar; y el 17 y 18 de noviembre, el G20 (el grupo de las mayores economías del mundo), el Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial se reunirán en Ottawa, Canadá.

Al cierre de esta edición hay protestas en muchos países contra la OMC, y en Norteamérica se preparan para las protestas de Ottawa. Se está preparando la respuesta al futuro que ofrecen los rapaces imperialistas: más pobreza, salvajismo y destrucción ambiental. En las protestas se ven demandas de que pare la guerra, contra el racismo y las medidas represivas.

Protestas a pesar de la represión

En los últimos años se han visto crecientes protestas en todo el mundo contra instituciones financieras, de comercio, corporaciones y gobiernos capitalistas mundiales que explotan sin piedad a la gran mayoría de los pueblos del mundo. El movimiento era una amenaza para las potencias imperialistas, que no tenían dónde reunirse sin poderosas y coordinadas protestas.

Pero desde el 11 de septiembre, Estados Unidos y sus aliados dicen que el movimiento contra la globalización está "fuera de serie". Los voceros de la burguesía tratan de vincular el movimiento contra la globalización capitalista con el terrorismo y dicen que tienen "lazos ideológicos". Con el pretexto de la "guerra contra el terrorismo", Estados Unidos y otros países han dado más poderes a la policía. La "ley contra el terrorismo" de Estados Unidos (y una similar propuesta en Canadá) define el terrorismo como un delito que se propone cambiar medidas del gobierno. Con leyes así pueden suprimir toda clase de protestas y disentimiento. Pueden, por ejemplo, acusar de "terroristas" a quienes participan en protestas no violentas para impedir que se lleve a cabo una reunión del FMI, así como a los que los ayudan con alojamiento.

Bush dice que una parte importante de la "guerra contra el terrorismo" es la extensión del comercio estadounidense; pide que se le dé mayor autoridad y que el Congreso vote sí o no con respecto a acuerdos de comercio sin hacer modificaciones.

Tras mucha reflexión y debate sobre los sucesos del 11 de septiembre, la guerra y el nuevo clima político, los activistas del movimiento mundial por la justicia y contra la globalización capitalista buscan la manera de responder a la creciente represión gubernamental. Unos dicen que en este clima chovinista sería prudente avanzar con calma y no tomarse las calles por temor a ataques del gobierno. Otros dicen que precisamente ahora debemos atizar las protestas, no dar un paso atrás, autocensurarnos o rajarnos ante amenazas. También dicen que hay que condenar la guerra contra Afganistán. Las protestas de noviembre son un paso importante en el camino de contrarrestar los ataques del sistema contra el pueblo e impulsar el movimiento popular.

¡No a la OMC!

La OMC es un instrumento de Estados Unidos y otros grandes países capitalistas; es una palanca para tumbar barreras y extender el campo de inversiones con el fin de sacar la mayor ganancia posible. Considera que las leyes que protegen a los trabajadores, la salud y el ambiente son "obstáculos al comerio libre". Además, quiere apoderarse del conocimiento humano, convirtiendo ideas, semillas y organismos vivos en "propiedad intelectual", algo que vender y comprar.

La última reunión de los ministros de la OMC fue la de Seattle, en 1999, cuando miles se lanzaron a las calles y libraron feroces luchas campales, y la cumbre se desbarató. Fue una vergüenza para Estados Unidos y una gran victoria de los pobres, oprimidos y progresistas. La OMC decidió celebrar su reunión en Katar porque se prohíben las protestas, pero ahora la guerra contra Afganistán ha enfurecido a millones de musulmanes y el gobierno de Estados Unidos está un tanto nervioso.

Los funcionarios de los gobiernos estadounidense y de la Unión Europea (UE) están nerviosos por resultado de la reunión. Los conflictos que se vieron en Seattle entre los países miembros siguen y se podrían estar agravando. El New York Times (1º de noviembre) señala que las grietas entre los "países en desarrollo" y los países imperialistas podrían llevar una vez más, como en Seattle, al colapso de la reunión cumbre. Estados Unidos y la Unión Europea siguen adelante con el plan de solicitar una nueva ronda de pláticas sobre el comercio para ampliar el ámbito de operaciones de la OMC, pero los representantes de los gobiernos de los países pobres quieren "corregir" cambios propuestos a las reglas de la OMC. Es obvio que Estados Unidos y la Unión Europea se han estado quemando las cejas para resolver los conflictos que llevaron al colapso de la reunión de Seattle. Está por verse si logran imponer sus planes.

Otra cosa que preocupa a los imperialistas es el estado de la economía mundial, como dice el artículo del New York Times: "Se podría decir que los riesgos esta vez son mayores que en Seattle. Los principales países industriales están padeciendo un raro decaimiento económico simultáneo. Por primera vez en dos décadas el comercio mundial está reduciéndose. Se consideraba vital un acuerdo de comercio para abrir mercados y estimular el desarrollo". Unos "expertos" opinan que si la OMC no avanza perderá legitimidad o podría irse a pique, lo que aumentaría la competencia entre los países capitalistas ricos. El movimiento contra la globalización imperialista se encuentra ante un nuevo desafío: en muchos países están creciendo las protestas, la resistencia y la opinión pública en contra de la guerra de Estados Unidos.

Al cierre de esta edición están en marcha las protestas contra la OMC. El 6 de noviembre hubo una protesta de 50.000 manifestantes en Nueva Delhi, India, una de varias programadas en ese país. Sindicatos, ambientalistas, grupos por el libre comercio, activistas por la justicia social, campesinos, organizaciones estudiantiles, antiimperialistas, trabajadores, revolucionarios están planeando cientos de protestas por todo el mundo. Habrá protestas en Alemania, Francia, Italia y muchos otros países europeos, así como en Canadá, Turquía, Tailandia, Australia, Túnez y Bangladesh. En las Filipinas se hará una cadena humana frente a la embajada yanqui.

People's Global Action, una de las organizaciones que está organizando protestas contra la OMC, pide "el máximo de interrupción de la reunión de los ministros". Urge impedir la partida de los ministros de sus países con acciones coordinadas por todo el mundo, como "huelgas, bloqueo de carreteras, ocupación de la bolsa de valores", invasiones de tierras y cosas por el estilo.

En Estados Unidos habrá protestas en Nueva York, Washington, D.C., Seattle, Chicago, Filadelfia y otras ciudades. En San Francisco, grupos opuestos a las corporaciones mundiales y pacifistas preparan una protesta con la consigna: "Globalizar la justicia, no la guerra". En Nueva York, del 8 al 9 de noviembre se celebrará una "Cumbre estratégica sobre el poder mundial de las corporaciones y la democracia", en la que se discutirá cómo seguir adelante en la nueva situación política.

¡Clausuremos la reunión del G20/FMI y Banco Mundial!

La reunión del G20 se anunció en octubre. Ahí se reunirán también comités del FMI y del Banco Mundial, que cancelaron su reunión de septiembre en Washington, D.C.

El FMI y el Banco Mundial son importantes instituciones financieras que prácticamente dominan las economías de muchos países pobres. Las medidas que les imponen son muy severas y golpean duro al pueblo. Obligan los gobiernos a recortar servicios sociales y salarios, desemplean a trabajadores estatales, debilitan leyes para la protección del ambiente, etc. Los proyectos de "desarrollo" del Banco Mundial destruyen el ambiente y la forma de ganarse la vida en muchos países.

Varios grupos están preparando protestas en Ottawa. La Coalición de Ottawa contra los Tories prepara una manifestación y una danza de culebra el 16 de noviembre; su llamamiento exhorta a los voceros a "recalcar la conexión que hay entre las protestas contra el G20, el FMI y el Banco Mundial y la guerra de Afganistán". El grupo anarquista Black Touta se ha movilizado para clausurar la reunión el 17 y 18 con protestas militantes, ocupación de locales estratégicos y tumbar la cerca policial. Su llamamiento critica la ley "antiterrorista": "Vengan a Ottawa el 17 de noviembre para enfrentarnos al estado policial y exigir nuestros derechos a la libertad".

La Coalición Democracia Global de Ottawa está preparando protestas, seminarios y otras actividades del 16 al 19 de noviembre. Su llamamiento dice: "El Banco Mundial, el FMI y el G20 no han dejado, a partir de los sucesos del 11 de septiembre, de imponer su agenda de injusticia, racismo y desesperación; más bien se están aprovechando de lo que pasó; están acelerando su campaña contra los pueblos, las comunidades y el ambiente mundial. No podemos ceder ante el avance de las fuerzas de la globalización corporativa en ningún frente. Hoy más que nunca debemos hacernos oír y emprender acciones contra los sistemas de muerte y opresión que nos rodean, y presentar la visión de un mundo mejor".

La Coalición 11 de Septiembre por la Paz ha pedido "un día de acción nacional contra la guerra y la globalización corporativa" el 17 de noviembre en unión con las protestas de Ottawa. La coalición está formada por grupos pacifistas, sindicatos, estudiantiles, religiosos, de la mujer, culturales y comunitarios.

Las protestas de noviembre muestran que los pueblos del mundo no están dispuestos a tolerar el futuro de sangre, dominio imperialista y represión que planean Estados Unidos y sus aliados. Los imperialistas quieren aplastar los sueños de los oprimidos, pero las fuerzas que se han movilizado quieren hacer realidad esos sueños. Es muy importante apoyar estas protestas y que se lleven a cabo en muchos más lugares.


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