El conflicto en Cachemira

...y la dominación yanqui del sur de Asia

Obrero Revolucionario #1127, 18 de noviembre, 2001, en rwor.org

El 1º de octubre, una semana antes de que Estados Unidos empezara a bombardear Afganistán, estalló un cochebomba frente al Parlamento de Srinagar, capital del estado indio de Cachemira. Un grupo de hombres armados se robó un vehículo del gobierno, lo llenó de explosivos y penetró el cordón de seguridad. Tras el estallido, entraron al edificio hombres vestidos de policías disparando y lanzando granadas. Siguió un tiroteo de siete horas con soldados y policías; murieron 38 personas y resultaron heridas unas 75 más, entre soldados, empleados del Parlamento y civiles.

El gobierno de India le echó la culpa a un grupo guerrillero islámico fundamentalista que cuenta con el apoyo de Paquistán. El gobierno paquistaní condenó el ataque, dijo que no participó y acusó a India de llevarlo a cabo para obtener apoyo de Washington en la guerra de Cachemira.

El grupo extremista islámico Jaish-i-Mohammed (El ejército de Mahoma) se atribuyó el ataque. Jaish-i-Mohammed tiene vínculos con los talibanes y con Paquistán. Como este es un aliado clave en la guerra de Afganistán, en Estados Unidos, donde los medios no se cansan de hablar de "la guerra de América contra el terrorismo", casi no se mencionó el ataque en Cachemira. Este incidente muestra la complicada y peligrosa situación de Estados Unidos al alistar a Paquistán en la coalición "contra el terrorismo".

La disputa en Cachemira

Cachemira, cuyo nombre oficial es Jammu y Cachemira, queda en la frontera norte de India y Paquistán. La mayoría de sus 12 millones de habitantes son campesinos; otros trabajan en pequeños talleres y producen chales y tapetes. Es multiétnico y tiene varias religiones: el 65% son musulmanes y el 30% hindúes, y los demás son budistas, sijes y cristianos. Los musulmanes son mayoría en el valle de Cachemira; los hindúes viven en el sur y en la ciudad de Jammu; al este, en la región de Ladakh, la mayoría son budistas y tibetanos.

Después de la II Guerra Mundial, cuando terminó la dominación colonial oficial de India, el imperialismo británico azuzó las divisiones y enemistades de las varias nacionalidades y las tres principales religiones de la región (los hindúes, los musulmanes y los sijes). Como resultado, Paquistán se separó de India como estado musulmán en 1947.

A los estados vecinos que no eran parte del imperio británico supuestamente les permitieron escoger entre ser parte de India, ser parte de Paquistán o seguir siendo independientes. En Cachemira gobernaba un maharajá hindú. Cuando varios grupos tribales invadieron Cachemira con el apoyo de Paquistán, India despachó tropas para apuntalar al maharajá. Los dos lados siguieron peleando hasta que la ONU declaró un alto el fuego en 1949. El plan contemplaba elecciones "libres" que nunca se llevaron a cabo.

Los gobiernos de India y Paquistán (en colaboración con los imperialistas y al servicio de ellos) llevan cinco décadas peleando por Cachemira. Dos tercios pertenece a India (el valle Cachemira, Jammu y Ladak) y un tercio a un gobierno aliado de Paquistán (se llama "Cachemira Azad [libre]").

En la zona controlada por India reina un brutal gobierno títere apuntalado por cientos de miles de soldados indios. Para aplastar todo tipo de resistencia, rodean y atacan aldeas, y han arrestado, torturado y asesinado a miles de cachemiros. (Según unas fuentes, nada más en los últimos 10 años han matado a unas 50.000 personas).

Desde hace 50 años, el pueblo de Cachemira libra una justa lucha contra la ocupación y dominación de India. En la década pasada, surgió un militante movimiento a favor de una Cachemira independiente y secular, que contaba con amplio apoyo popular. Pero a finales de la década surgieron docenas de organizaciones islámicas fundamentalistas con el apoyo de Paquistán (muchas de ellas importadas de Afganistán y Paquistán). Hoy la mayoría de las fuerzas guerrilleras son grupos pro Paquistán. Luchan por imponer un gobierno opresivo islámico y no por una auténtica liberación del pueblo de Cachemira. La auténtica liberación requiere romper la dominación de las clases dominantes de ambos países.

Powell busca apaciguar tensiones entre India y Paquistán

Al día siguiente del ataque de Srinagar, el ministro del Interior de India tildó de "país terrorista" a Paquistán y dijo: "Si Paquistán quiere demostrar que está luchando en serio contra el terrorismo... debe entregarnos a Jaish-i-Mohammad". Era un eco de la demanda de Estados Unidos a los talibanes de entregar a Osama bin Laden. India también demandó que la lucha contra el terrorismo no se limitara a Afganistán y que se extendiera contra "todos los campos y grupos terroristas y los países que les dan refugio". Eso creó una situación muy difícil para Estados Unidos.

Con una larga frontera con Afganistán, Paquistán es clave para la nueva guerra. Pero Paquistán es un viejo amigo de los talibanes. Durante la década de los 80, la CIA apuntaló a las fuerzas islámicas de Afganistán contra los soviéticos por medio de las fuerzas armadas y los servicios de espionaje (ISI) paquistaníes. Eso les permitió a los talibanes conquistar el poder (véanse los números 1120 y 1122 del OR). Después de la retirada soviética, muchos de los luchadores entrenados por la CIA/ISI se fueron a Cachemira. Los madrassah (escuelas religiosas) de Paquistán siguen siendo una fuente de combatientes para Cachemira, y el gobierno paquistaní sigue apoyando muchos de los grupos fundamentalistas.

Dos semanas después del ataque de Srinagar, el secretario de Estado, Colin Powell, fue a India y Paquistán con la meta oficial de apaciguar las tensiones entre los dos países. Primero fue a Islamabad, capital de Paquistán, para asegurarle al presidente, el general Pervez Musharraf, que a cambio del apoyo en la guerra contra Afganistán lo protegerán de las acusaciones de que apoya el terrorismo en Cachemira.

Pero India respondió con una amenaza directa contra Paquistán: "Si Washington lucha contra los terroristas en Afganistán, ¿por qué no debemos nosotros atacarlos en Cachemira?" Powell le aseguró a Musharraf que no le permitirán a India atacar a Paquistán.

Por otra parte, hubo grandes protestas contra Powell, contra el bombardeo de Afganistán y contra el servilismo de Musharraf.

Luego Powell fue a Nueva Delhi, capital de India. India también apoya la nueva guerra, pero ese apoyo no es tan crucial como el de Paquistán. Al gobierno indio le preocupa que la nueva alianza de Paquistán con Estados Unidos perjudique sus propias relaciones con este, y que eso cambie el equilibrio político en la región.

A la clase dominante de India le enfurece que Estados Unidos no esté atacando los grupos fundamentalistas en Cachemira a pesar de que sabe que están vinculados con Osama bin Laden. Después del ataque de Srinagar, el primer ministro de India, Atal Bihari Vajpayee, le escribió a Bush que no quería causar problemas pero que Paquistán tendría que entender que "la paciencia de India tiene límites".

India demandó que Paquistán cerrara las oficinas de Jaish-i-Mohammad y que Washington le congelara los fondos, como a otros grupos terroristas tras el 11 de septiembre. India también reanudó los ataques contra los guerrilleros de Cachemira.

Powell dijo: "Nuestra meta es combatir el terrorismo por completo, no solo en el caso de al-Qaeda y Osama bin Laden, sino el terrorismo que afecta a todos los países del mundo, entre ellos India". Pero cuando le preguntaron si iban a atacar campamentos y centros de entrenamiento terroristas en Paquistán, dio una respuesta evasiva. Dijo que están atacando "toda la red de al-Qaeda", pero no quiso decir si eso incluye los grupos que apoya Paquistán.

En una rueda de prensa, el ministro del Exterior indio, Jaswant Singh, respondió como amante despechado: "Paquistán es parte del problema. Si Estados Unidos quiere emplearlo para la solución, bueno, le deseo buena suerte".

India también señaló que las armas que la CIA le dio a los talibanes por medio de Paquistán para luchar contra los soviéticos actualmente están en manos de los combatientes islámicos en Cachemira y le preocupa que la nueva ayuda a Paquistán siga el mismo camino. Singh dijo: "Lo que supuestamente es ayuda militar a Paquistán con una meta específica, podría seguir un patrón familiar y terminar como armas para atacar a India".

Washington teme que la guerra de Afganistán provoque nuevos combates en Cachemira, lo que podría hacer añicos la alianza con Paquistán (y en el peor de los casos llevar a una guerra nuclear entre India y Paquistán). Por eso Powell advirtió que las "diferencias entre India y Paquistán no se deben resolver por medios violentos".

India tiene por lo menos 250.000 soldados, paramilitares y policías en Cachemira. Washington le ha pedido los que retire y que no tome represalias por los ataques guerrilleros.

Arena movediza

En la lista negra de 27 "grupos terroristas" publicada tras el 11 de septiembre, figuran grupos de Paquistán. Uno es Harkat ul-Mujaheddin, un grupo aliado con los talibanes que despacha combatientes a Cachemira. Otro es la Alianza Hurriyat de Todos los Partidos, de la que forma parte el Frente de Liberación de Jammu y Cachemira, uno de los principales grupos que lucha contra la ocupación india. También figura Jaish-i-Mohammad.

El gobierno de Musharraf clausuró las oficinas de Harkat ul-Mujaheddin y le congeló los fondos. Pero Musharraf sabe que si hace algo más pueden estallar protestas y hasta una rebelión en el gobierno y las fuerzas armadas.

Musharraf condenó el ataque de Srinagar, pero sigue diciendo que los combatientes islámicos son "luchadores de libertad". Está cooperando servilmente con Estados Unidos, pero no quiere que los luchadores islámicos de Cachemira sean blanco de la "guerra contra el terrorismo". Cuando anunció que iba a cooperar con Estados Unidos, dijo que la meta era proteger los intereses vitales de Paquistán, entre ellos "la causa de Cachemira".

Pero Musharraf está en una arena movediza. No se necesita que India señale los vínculos de Paquistán con los talibanes y demás grupos islámicos armados por toda la región: todo mundo lo sabe. Cuando la "guerra contra el terrorismo" se extienda más allá de Afganistán, para Musharraf será muy difícil protegerlos. Pero no los puede condenar ni retirarles apoyo sin graves repercusiones políticas.

Musharraf tomó el poder con un golpe militar en 1999. Es general del ejército, para el cual la guerra de Cachemira es sumamente importante. Musharraf tumbó el gobierno de Narwaz Sharif en parte porque aceptó la demanda de Washington de apretarle las clavijas a la guerrilla en Cachemira. El servicio de espionaje de Paquistán (ISI) se formó para ayudar la lucha en Cachemira.

Cachemira sigue siendo muy importante en la política paquistaní y por eso las fuerzas armadas tienen tanto peso. La cooperación de Musharraf con Estados Unidos en Afganistán le ha ganado mucha oposición e, irónicamente, podría terminar de la misma manera que Sharif si aprieta las clavijas en Cachemira.

Equilibrio de poder y dominación yanqui

Durante la guerra fría, India y Paquistán participaron en el conflicto entre las dos superpotencias. Occidente tenía control de India por medio de los sectores privados de la economía, pero los soviéticos tenían mucha influencia en el gobierno y los sectores paraestatales. En los años 70, India y la URSS firmaron un "Acuerdo de Amistad de 20 Años" y un pacto de defensa mutua.

Por eso, Paquistán pasó a ser un aliado estratégico de Estados Unidos en el equilibrio político regional, con bases aéreas e instalaciones de espionaje para combatir a los soviéticos. Por su situación geográfica, también sirvió de escudo para los campos petroleros del golfo Pérsico. En mayo de 1954, firmaron un Acuerdo de Defensa Mutua. Occidente invitó a Paquistán a participar en los tratados de defensa SEATO (Organización del Tratado del Sureste Asiático) y CENTO (Organización del Tratado Central). Paquistán empezó a recibir armas de Estados Unidos.

Cuando la URSS invadió a Afganistán en 1979, Paquistán fue la principal base de retaguardia para la guerra de la CIA contra la ocupación soviética, y recibió enormes cantidades de ayuda y armas. La CIA y la ISI paquistaní entrenaron a miles de musulmanes de todo el mundo para luchar en Afganistán, entre ellos Osama bin Laden.

Tras la retirada soviética de 1989, miles de luchadores islámicos se quedaron en Afganistán, con el apoyo de la ISI. Para Paquistán, esos luchadores eran una base para contrarrestar a India y fortalecerse en la región, y para la guerra de Cachemira.

Con el derrumbe de la Unión Soviética, Estados Unidos disminuyó la ayuda a Paquistán y se acercó más a India. Eso afectó su actitud hacia la lucha en Cachemira. Por ejemplo, en 1999 Washington exigió que Paquistán retirara centenares de luchadores de la zona controlada por India. La ayuda de Paquistán a los luchadores en Cachemira no era ningún secreto, pero antes no había recibido críticas.

Ahora, el equilibrio ha vuelto a cambiar porque Estados Unidos necesita la ayuda de Paquistán para la guerra contra Afganistán.

La servil cooperación de Musharraf le ha ganado mucha oposición en Paquistán, donde la gran mayoría son musulmanes y hay mucho apoyo a los talibanes y oposición a la guerra. Muchos oficiales militares son islámicos fundamentalistas. Una concesión en Cachemira podría provocar una gran crisis y cambio de gobierno.

Una revista de inteligencia estadounidense advirtió que el apoyo paquistaní a la guerra de Afganistán puede llevar a un desastre: "Musharraf conquistó el poder con el apoyo de las fuerzas armadas. Es extremadamente vulnerable si el ejército, o un elemento importante de él, se le opone. Si lo tumba un levantamiento anti Occidente y pro Talibán organizado por una alianza de militantes de Cachemira y oficiales militares nacionalistas, surgiría la posibilidad de una conflagración regional de gran envergadura".

El imperialismo yanqui ha dominado Paquistán y toda la región por muchos años, y la guerra en Afganistán atizará el odio de millones de personas. Ha alistado el apoyo de brutales dictadores como Musharraf, pero esa alianza está repleta de peligros, como es el caso de Cachemira.


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