Obrero Revolucionario #1129, 2 de diciembre, 2001, en rwor.org
El 21 de noviembre, en un tribunal de Pensilvania, la jueza Pamela Dembe tomó otra indignante e injusta decisión para prolongar el complot de 20 años contra Mumia Abu-Jamal. Rechazó su petición de una nueva audiencia post-condena (PCRA) para presentar nuevas pruebas, entre ellas tres importantes declaraciones: una de Mumia, que describe en sus propias palabras, por primera vez, lo que pasó la noche que lo balacearon y acusaron de matar al policía Daniel Faulkner; una de su hermano, William (Billy) Cook, que describe los sucesos de esa noche; y una de Arnold Beverly, que dice que él mató al policía.
Las nuevas pruebas surgieron después de una audiencia post-condena entre 1995 y 1997 ante el juez-verdugo Albert Sabo, que presidió el juicio de Mumia. Los abogados de Mumia consiguieron nuevas pruebas y nuevos testigos oculares; retractación del testimonio de importantes testigos de la fiscalía; testimonio sobre la coacción de testigos, perjurio y obstrucción por la policía; y pruebas de mala conducta del juez y el fiscal.
La fiscalía se opuso a una nueva audiencia PCRA con el argumento de que se habían vencido los 60 días para presentar nuevas pruebas. La jueza Dembe estuvo de acuerdo. Con límites así el sistema judicial complota contra el pueblo. En unos estados el límite se vence en menos de 60 días. Si un preso logra acumular pruebas de descargo, es muy difícil, especialmente para los pobres, preparar una defensa antes de que se venza el plazo. A veces detalles importantes no son aparentes inmediatamente. Sin embargo, la fiscalía no tiene límites para imponer cargos.
La decisión de la jueza Dembe es otro paso del gobierno para ejecutar a Mumia. Se dice que los tribunales son un lugar donde reina la justicia. Cuando está en peligro la vida de una persona, żno tiene la corte el deber moral de ver todas las pruebas? żNo es profundamente injusto poner plazos arbitrarios y pretextos cuando se trata de considerar semejante evidencia?
El 17 de agosto, cuando los abogados de Mumia comparecieron ante la jueza Dembe, afuera se daba una protesta combativa de 1500 personas. Cuando Dembe autorizó el 27 de julio la presencia de Mumia en la audiencia, el movimiento de defensa puso manos a la obra. Luego las autoridades se dieron cuenta de lo que habían hecho y prohibieron su presencia.
A fines de agosto se vio otra importante prueba de que hubo un complot contra Mumia cuando Terri Maurer-Carter, estenógrafa de Filadelfia, presentó una declaración jurada en la que declara que en 1982 oyó al juez Sabo hablando con otra persona: "El juez Sabo estaba hablando sobre el caso de Mumia Abu-Jamal. Durante esa conversación oí al juez Sabo decir: 'los voy ayudar a freír a ese nigger'".
Tras la decisión del 21 de noviembre, el próximo recurso es apelar ante la Suprema Corte de Pensilvania. Mientras tanto, se verá la apelación habeas corpus de Mumia en el tribunal federal ante el juez William H. Yohn. Los abogados de Mumia apelaron ante el juez para suspender la audiencia mientras se resuelve la petición de la audiencia PCRA ante el tribunal estatal, pero el juez Yohn la rechazó el 27 de octubre.
El 19 de julio, Yohn decidió no oír el testimonio de Beverly, y aprovechó la oportunidad para explicar cómo piensa usar la Ley Contra el Terrorismo y de Pena de Muerte Efectiva de 1996 en el caso de Mumia. Esa ley tiene como propósito bloquear las apelaciones a los tribunales federales de los condenados injustamente en tribunales estatales. Además, Yohn le aconsejó a los tribunales de Pensilvania rechazar el testimonio de Beverly.
El fallo de Dembe y otras medidas de las autoridades demuestran una vez más su afán de ejecutar a Mumia. Las injustas decisiones de las cortes también muestran lo que se necesita para parar la ejecución de Mumia y conseguir su libertad: un movimiento amplio y resuelto que le demuestre al gobierno que le costará mucho más de lo que podría ganar si ejecuta a Mumia. Tenemos que convencer a millones de que la condena de Mumia fue completamente injusta y que hay que impedir que lo maten.
El 17 de agosto, el vocero nacional del PCR, Carl Dix, dijo: "No podemos permitir que maten a un revolucionario. Mumia es un compañero comprometido con el pueblo. Ha luchado contra la injusticia. El sistema ha demostrado que es inservible al meter en el pabellón de la muerte a quien lucha por la justicia. Como comunista revolucionario, tomo partido con un compañero como él. Yo lo protejo y lucho por forjar un movimiento capaz de prevenir su ejecución y conseguir su libertad. Lo necesitamos aquí junto a nosotros para construir un movimiento contra toda esta porquería que el sistema nos hace padecer; un movimiento capaz de deshacerse de toda esta mugre de una vez por todas".
ˇAlto a la ejecución!
ˇAnulen la condena!
ˇLibertad para Mumia!
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