Obrero Revolucionario #1134, 13 de enero, 2002, en rwor.org
La guerra popular de Nepal sigue cobrando fuerza tras una pujante nueva ofensiva de la guerrilla maoísta.
El 23 de noviembre el ejército popular lanzó una serie de ataques en más de 20 de las 75 capitales de distrito del país. En el distrito de Dang, en la Región Occidental, atacó puestos del Ejército Real Nepalés (ERN) por primera vez y mató a 14 soldados y nueve policías. Registró las oficinas del gobierno, confiscó dinero de los bancos y puso en libertad a 37 presos. Asimismo realizó ataques en Syangja, también en el occidente, donde mil rebeldes atacaron un puesto policial y destruyeron un aeropuerto y un helicóptero. El 25 de noviembre, cerca del monte Everest en la Región Oriental, centenares de rebeldes pelearon seis horas con las fuerzas de seguridad.
La ofensiva puso fin a un alto el fuego de cuatro meses, durante el cual se celebraron charlas entre el gobierno y el Partido Comunista de Nepal (Maoísta). El presidente del PCN (Maoísta), el camarada Prachanda, anunció la suspensión de las charlas porque el gobierno rechazó las principales demandas maoístas: un gobierno interino, una asamblea constituyente, una nueva constitución y una república.
El 26 de noviembre, el rey declaró estado de emergencia y por primera vez ordenó la movilización del ejército real (ERN) contra la guerra popular. El gobierno declaró que el PCN (Maoísta) es una organización "terrorista", como pretexto para imponer un montón de medidas represivas.
Un ex jefe del Estado Mayor del ejército le comentó a un corresponsal: "Lo más importante era ganar el apoyo del pueblo y de todos los partidos políticos. Luego impusimos el estado de emergencia y declaramos que los maoístas son terroristas. Gracias a esas medidas, ahora el ejército puede hacer lo que quiera: matar, bombardear, arrestar".
Siguen las batallas
El gobierno y las fuerzas de seguridad controlan las noticias de la guerra y los informes de la prensa burguesa no son muy confiables. Pero no cabe duda de que las batallas continúan. El gobierno dicen que ha matado a centenares de maoístas y arrestado a centenares más, pero no da a conocer sus propias bajas y prohíbe entrar a los periodistas a zonas de combate.
El ERN está atacando con helicópteros y rodeando zonas para requisarlas, y el primer ministro ha prometido desarmar y derrotar a los maoístas. Pero según los informes, la ofensiva rebelde continúa.
Los periódicos han informado sobre varios ataques: contra un grupo de soldados que vigilaba un puesto de comunicaciones en Bhaktapur y contra puestos policiales en varias zonas. El 9 de diciembre, los rebeldes atacaron una torre de comunicaciones en Rolpa y pelearon siete horas con el ejército. El ataque interrumpió las comunicaciones en tres distritos. Según un informe, los rebeldes dañaron un helicóptero que traía refuerzos. El 11 de diciembre, atacaron el aeropuerto de Tumlingtar, en el oriente. En varias zonas emboscaron al ejército; un vocero del gobierno dijo que las fuerzas de seguridad solo pueden entrar a muchas zonas por helicóptero.
Gran represión
Al unísono con la contraofensiva militar, el gobierno ha impuesto fuertes medidas de represión. Suspendió el derecho de asamblea. A los "terroristas" o simpatizantes de los maoístas los pueden meter a la cárcel de por vida. La policía puede registrar sin orden. También se suspendió el derecho a la información, la libertad de expresión y el derecho a la privacidad.
La policía y el ejército tienen nuevos poderes para registrar y detener 90 días. Los médicos tienen prohibido atender a los guerrilleros heridos. La policía tiene órdenes de matar a los que pegan afiches o apoyan a los maoístas de cualquier forma. Los medios tienen prohibido publicar artículos contra el rey, el ejército o el gobierno, o a favor de los maoístas.
El Comité para Proteger a los Periodistas envió una carta desde su sede de Nueva York al primer ministro para protestar contra el arresto de periodistas y la censura. La carta dice que la policía registró las oficinas de tres publicaciones que simpatizan con los maoístas (Janadesh, Janadish, y Dishabodh), arrestó a nueve periodistas y confiscó equipo y materiales escritos. A los arrestados los pueden acusar de "terrorismo", lo que conlleva cadena perpetua. Además, la carta dice que el 28 de noviembre el gobierno confiscó todos los ejemplares del Kathmandu Post, el mayor periódico en inglés de Nepal, porque publicó una foto de combatientes maoístas y que el gobierno le advirtió que no debe publicar artículos ni fotos que "glorifiquen" al movimiento maoísta.
En muchos distritos han impuesto toque de queda y se informa que mataron a una persona por violarlo.
En Sindhupalchowk, arrestaron a unas 20 personas por apoyar a los maoístas. Se dice que 16 de ellas trabajan en dependencias del gobierno: la Oficina Forestal, el Banco de Nepal, el Banco de Desarrollo Agrícola, la Autoridad Nepalesa de Electricidad, la Oficina de Agua Potable y los correos.
El director del Programa de Asia y el Pacífico de Amnistía Internacional le escribió en una carta al primer ministro: "Nos preocupa que la policía y el ejército interpreten la declaración del estado de emergencia y la suspensión de los derechos fundamentales como licencia para matar. Nos inquietan mucho los informes de que en ciertos distritos les han dado autoridad para `disparar a matar' a los que violan el toque de queda. Nos parece que esto equivale a un permiso para ejecuciones extrajudiciales".
Intervención de India
India ha dominado económica y políticamente a Nepal desde hace muchos años; por eso la guerra popular, en particular la nueva ofensiva, le preocupa mucho. El rey de Nepal dijo: "India ha sido muy cooperativo. El gobierno entiende que un Nepal desestabilizado le sería perjudicial".
En los últimos meses India ha despachado miles de soldados a la frontera con Nepal. En la zona de Bengal Occidental, donde viven muchos nepaleses, hicieron redadas y arrestaron a dirigentes maoístas. Ahora las fuerzas fronterizas están en alerta. Según un informe periodístico: "Las agencias de inteligencia temen que la violencia de los grupos comunistas de Nepal se desborde a India, donde ya hay mucha actividad del Centro Comunista Maoísta (CCM) de Bihar y el Grupo Guerra Popular (GGP) de Uttar Pradesh".
A fines de noviembre, en una operación clandestina, India envió 11 camiones (no militares) de armas y equipo de vigilancia a Nepal "escoltados" por unidades élite de las fuerzas armadas. Aparentemente India quiere "camuflar" el traslado de armas y equipo de alta tecnología a Nepal. India también le dio dos helicópteros militares para la campaña contra los maoístas.
Apoyo estadounidense
El 11 de diciembre, Donald A. Camp, el subsecretario de Estado estadounidense para el sur de Asia, se reunió con varios altos funcionarios del gobierno nepalés en Katmandú. Camp dijo: "Vine para expresar el apoyo del gobierno estadounidense al gobierno de Nepal en su lucha contra los maoístas... Queremos ayudar a Nepal a resolver este problema". Cuando le preguntaron si hablaron de ayuda militar, contestó que no quería decir nada.
El Kathmandu Post informó que incluso antes de la nueva ofensiva maoísta, Washington le iba a dar varios helicópteros avanzados a Nepal. En el clima de hoy, cuando todo se justifica como medida "contra el terrorismo", se anunció que sería para "combatir a los terroristas". Un funcionario del Ministerio de Gobierno dijo: "Desde el ataque al World Trade Center, Estados Unidos está comprometido a eliminar el terrorismo en todo el mundo y los helicópteros son parte de eso".
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El 13 de febrero se celebrará el sexto aniversario del inicio de la guerra popular de Nepal.
Desde 1996, la guerra popular cobra fuerza y se extiende. Ahora el ejército popular tiene la capacidad de realizar movimientos a nivel de batallón (o sea, de varios centenares de soldados) y ha formado compañías provisionales y permanentes en varias regiones. Docenas de pelotones y centenares de escuadras regulares se suman a los miles de combatientes de las milicias populares. En grandes extensiones del campo, hay zonas guerrilleras y bases de apoyo de la guerra popular, donde se han forjado nuevas formas de poder popular.
Se han elegido Comités Populares Unidos locales y distritales para forjar e implementar nuevas políticas. En mayo de 2001, se anunció la formación de gobiernos populares en enormes reuniones en los distritos de la Región Occidental, donde la guerra popular tiene más fuerza. La creciente fuerza y profundas raíces populares de la guerra popular han templado a los revolucionarios de Nepal para confrontar la situación que se les presenta hoy.
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