De nuestra corresponsal

Nueva York: Por un mundo nuevo

Contra el FEM en las calles

Obrero Revolucionario #1139, 17 de febrero, 2002, en rwor.org

“La policía dice que vinimos a armar lío. Pero no es así. En los últimos 10 años, el NYPD ha matado a más de dos mil personas. La semana pasada mató a un joven desarmado en Washington Heights y a otro en East Flatbush. Pero cuando miles de jóvenes de nuestra generación vienen a decir que no vamos a aceptar un mundo de injusticia, explotación y guerras injustas, nos tildan de delincuentes.

“En Seattle, Génova, Praga, Nuevo Delhi, Papua (Nueva Guinea), Washington, D.C., Filadelfia y Los Ángeles, nuestra generación está en pie y no nos pararán. Estamos aquí en defensa de las víctimas de las bombas de los agresores yanquis. Estamos aquí en defensa de los inmigrantes detenidos desde el 11 de septiembre. Estamos aquí en solidaridad con los pueblos del mundo y en oposición a los belicistas. ¡Es justo rebelarse!”

Militante de la Red Juvenil
de ¡Rehusar & Resistir!

Los representantes políticos, militares y económicos de Estados Unidos y otras potencias imperialistas pensaban aprovechar el duelo y los miedos post 11 de septiembre para celebrar una reunión del Foro Económico Mundial (FEM) en Nueva York sin oposición. En vez, miles de jóvenes se tomaron las calles durante seis días de protestas contra la globalización capitalista y los crímenes del imperialismo, y declararon que otro mundo es posible.

Un equipo del OR/RW se unió a la multitud de 25.000 personas del 31 de enero al 5 de febrero. Vimos una variedad de maneras creativas de expresar la indignación por los crímenes del sistema: teatro callejero, baile, canciones, conferencias, reuniones, vigilias y manifestaciones. Vimos muchos jóvenes (y mayores); para unos era su primera protesta, para otros no.

Se expresó un fuerte rechazo al tratamiento de todo y todos como mercancía; al proceso del FEM de tomar decisiones sin consultar con los miles de millones de personas afectadas; y a la detención de árabes, musulmanes y gente del sur de Asia y los ataques a las libertades civiles.

Hubo marchas y protestas a pesar de la amenaza de ataques policiales. Muchos nos dijeron que sentían la necesidad de solidarizarse con los pueblos del mundo. Un universitario de la Escuela de Artes Visuales de Nueva York dijo: “Soy de un suburbio de clase media donde no se conoce la pobreza. Pero mi buena fortuna no me impide pensar en los demás y en los demás países, donde pasan cosas horribles. Con esta protesta queremos acabar el sufrimiento”.

Hablando con los chavos, oímos qué los motiva. Uno explicó: “Por un lado, todos los días 19.000 personas mueren de desnutrición; por el otro, en cinco años las 200 corporaciones más ricas han duplicado las ganancias... Vinimos para apoyar a los que buscan sindicalizarse en Colombia y México, los que han perdido la casa en el bombardeo de Afganistán y los que temen una invasión en Filipinas”.

Mucha gente dijo que la motiva frenar la destrucción ambiental del capitalismo, porque pone en riesgo el futuro del planeta.

Oposición a la guerra

“Con lo del 11 de septiembre, en mi escuela a mucha gente le molestó que fuéramos a protestar contra la guerra. Dijeron que era hora de llorar y no de protestar. Es muy importante llorar por las pérdidas, pero no se puede dedicarles tanto tiempo porque nos están robando los derechos. Es hora de protestar contra los ataques a la gente inocente y de defender nuestro derecho a seguir protestando”.

Universitaria de Sarah Lawrence College

“El gobierno no cuenta con el apoyo de todos. El pueblo de Afganistán necesita libertad y no bombardeos. No todos están de acuerdo con lo que hace el gobierno”.

Estudiante de prepa de Ithaca, Nueva York

“No apoyo el bombardeo y hago lo que pueda para pararlo. Quiero que la gente de allá sepa que estoy con ellos”.

Miembro del Bloque Negro anarquista

Hablamos con centenares de personas durante las protestas, y todos y cada uno condenaron la guerra en Afganistán y en otras partes del mundo. Un estudiante de la Universidad de Nueva York dijo: “No nos corresponde decirle a otro país u otra cultura cómo debe vivir o qué debe creer o pensar. Si en tantos países del mundo odian a Estados Unidos, debemos preguntarnos por qué”.

Una joven filipina condenó la intervención en Filipinas: “Aprovechan a un grupo de unos cien bandidos llamado Abu Sayyaf como pretexto para enviar soldados yanquis a un país del tamaño de California. Van a ayudar al ejército filipino. No tiene sentido. No cabe duda de que la meta es atacar al movimiento popular”.

Muchas personas condenaron la guerra durante un foro en la Universidad Columbia convocado por Estudiantes pro Justicia Global. La periodista Amy Goodman del programa “Democracy Now!” (Democracia ya) de la red Pacifica habló de los familiares de las víctimas del 11 de septiembre que se oponen a una guerra en nombre de sus seres queridos. Dijo que hace poco unos fueron a Afganistán a solidarizarse con los afganos y que Estados Unidos ha matado a más personas en Afganistán de las que murieron el 11 de septiembre: “¿Por qué se piensa que es aceptable vengar la muerte de unos inocentes matando a otros?”

En una vigilia antes de las principales protestas, Jana, de la Brigada de la Juventud Comunista Revolucionaria (BJCR), dijo: “Los imperialistas yanquis quieren aprovechar la jihad que ellos mismos crearon y desencadenaron como pretexto para atacar el pueblo de Afganistán e intervenir en otros países. Cinco mil niños mueren al mes en Irak por las sanciones, y en el Waldorf Astoria esa gente traza planes para sacar más ganancias. Es importante que todo el mundo vea lo que estamos haciendo hoy, que no vamos a permitir que el gobierno diga que está librando la guerra en nuestro nombre”.

Una filipina dijo: “Esta protesta me hace sentir más fuerte. Ahora se puede ver que Filipinas no está aislada... Cuando se oiga la noticia de esta protesta en Filipinas, la gente pensará: `No estamos solos. Nuestros hermanos y hermanas de Estados Unidos están luchando a nuestro lado contra los agresores yanquis’”.

Contra los crímenes
del imperialismo

Un miembro de nuestro equipo señaló: “Vimos letreros contra los crímenes del imperialismo en Colombia, África y otros lugares, y de solidaridad con el pueblo argentino. En el contingente Al Awda, los palestinos y gente de otros países apoyaron la lucha del pueblo palestino. Vimos mucha oposición a la intervención imperialista porque arruina la vida de tanta gente. Todos quieren un mundo donde un pequeño puñado de personas no controle la vida de billones”.

Los inmigrantes de países dominados por Estados Unidos hablaron de su experiencia y luchas. Una filipina del contingente Red de Solidaridad con el Pueblo de Filipinas explicó: “Teníamos muchos recursos naturales, pero ahora están agotados y vivimos en la pobreza porque los extranjeros, especialmente Estados Unidos, controlan nuestra economía para su propio beneficio”.

Una señora de India dijo: “Ningún ser humano debe ser considerado mano de obra barata. ¿Qué es mano de obra barata? ¿Es un par de brazos que mueven las máquinas? ¿O piernas? ¿O toda la persona? Si es una persona, ¿por qué vale menos que un presidente de una compañía? ¿Por su ignorancia? ¿Es la ignorancia tan importante que no debemos tomar en cuenta que esta persona ama, vive y sueña, que tiene abuelos, padres, hermanos, hijos y nietos? ¿No tiene esta persona también el derecho de soñar?”

En talleres en la Universidad de Columbia se habló de la lucha de los indígenas; del caso del preso político revolucionario Mumia Abu-Jamal; las corporaciones transnacionales y el SIDA; la lucha contra la dominación yanqui en Latinoamérica, África y otras partes del mundo; las maquiladoras; y los ataques a los inmigrantes. El último día de las protestas hubo un mitin frente a la sede de Arthur Andersen, la compañía de contabilidad conocida por el escándalo de Enron; gritaban: “¡Todos ellos son Enron! ¡Todos nosotros somos Argentina!”.

Un estudiante blanco habló de sus experiencias: “La historia de nuestras fuerzas armadas, especialmente en los últimos 50 años, es de terrorismo. La guerra contra el terrorismo es pura hipocresía. Viví cuatro años en Mozambique, que es uno de los países más pobres del mundo porque Estados Unidos apoyó una campaña de desestabilización de 10 años de Sudáfrica. La llamaban guerra civil, pero en realidad era una guerra de Sudáfica contra Mozambique”.

Mucha gente señaló que hay suficientes recursos en el mundo para dar comida, ropa y vivienda a todos, pero esos recursos están en manos de una pequeña minoría que se enriquece del trabajo de otros.

Firmes ante los ataques policiales

Las autoridades lanzaron una campaña publicitaria para pintar a los manifestantes de delincuentes, y unos periódicos dieron a entender que eran de grupos “terroristas”. El Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) anunció que iba a despachar 7000 agentes a los alrededores del Waldorf Astoria y arrestar por delitos menores, como tirar basura en la calle.

La policía hostigó de comienzo a fin y trató de crear divisiones. Poco antes de la principal manifestación anunció que iba a arrestar a los que se cubrían la cara. Los organizadores habían planeado una protesta legal con permiso de la policía para evitar los arrestos y permitir que los que no querían ir a parar a la cárcel participaran. Unos chavos decidieron cubrirse la cara para impedir que la policía dividiera un grupo de otro.

Docenas de policías de motín atacaron a un grupo de chavos del Bloque Negro, la BJCR, ¡Rehusar & Resistir!, el Movimiento Estudiantil de Acción pro Liberación y estudiantes de prepa. Les cayeron encima a los que llevaban máscaras o escudos de plástico para defenderse. Los empujaron al suelo, les dieron cachiporrazos y les rociaron gas pimienta. A uno le rociaron gas en la cara mientras otros agentes lo sujetaban. Pero los chavos lucharon valientemente, y lograron salvar a unos arrestados, se tomaron de brazos y se tomaron las calles.

Más tarde el comisionado soltó una acusación ridícula: que atacaron la manifestación porque los manifestantes estaban a punto de atacar el hotel Park Plaza. Los periódicos publicaron toda clase de mentiras: que atacaron el Waldorf Astoria, que atacaron a la policía... Unos pocos días después la Coalición Otro Mundo es Posible celebró una rueda de prensa para que los arrestados contaran lo que pasó, pero ninguno de los periódicos burgueses lo informó (ni mencionó que a los arrestados los acusaron de participar en una “asamblea ilegal”, a pesar de que tenían permiso).

La policía soltó amenazas, trató de dividir la marcha y le cayó encima a ciertos individuos escogidos. Pero miles de manifestantes llegaron a la protesta frente al hotel.

Al día siguiente la Convergencia Anticapitalista, la BJCR, ¡Rehusar & Resistir! y la Coalición pro Liberación de Animales y la Tierra celebraron otra protesta en la calle. Un chavo describió la marcha, que serpenteó por East Village: “Bloqueamos cuatro carriles y gritábamos: `¡El mundo necesita que estemos en la calle; no retrocederemos!’. Nos esperaban policías, camionetas y helicópteros... ¡por 150 chavos! Empujaron a un joven contra un palo y lo tiraron al suelo porque trató de irse. Obligaron a otros a hacer cola contra una pared. Muchos nos apoyaban y no vi a nadie vitorear a la chota. Un hombre salió de un restaurante y le dijo a su compañera: `Acaban de atar a un joven con las manos y los pies a la espalda como si fuera un animal’. Parecía Beirut”.

Arrestaron a unas 200 personas durante los seis días de protesta. Los arrestados están activistas de ACT-UP que colgaron un estandarte que decía que millones de personas mueren mientras las corporaciones cobran tanto dinero por las drogas contra la SIDA; y otros que trataron de volver a abrir un centro comunitario en East Village que la alcaldía acababa de cerrar. Los medios alabaron a la policía por “mantener el orden público” y pasaron por alto su brutalidad.

Los ataques templaron más a los manifestantes. Un grupo de mujeres envió una declaración de la cárcel que decía: “Estamos muy alegres a pesar del gas pimienta, las esposas y las cachiporras. Estamos aquí para solidarizarnos con todas las víctimas del imperialismo estadounidense, los bombardeados, los detenidos y atacados desde el 11 de septiembre, todos los presos y todos los que sufren a causa del neoliberalismo. Somos una generación intrépida; seguiremos avanzando y ganaremos. Nuestra unidad nos fortalece. Otro mundo es posible y no aceptaremos nada menos”.

Otro mundo es posible

De comienzo a fin, me impresionó el contraste entre los representantes del imperialismo (del FEM) y los manifestantes. Por un lado, los delegados tomaban martinis y comían steaks en fiestas exclusivas. Por el otro, los chavos trabajaban colectivamente en la calle. Capacitaron a voluntarios judiciales y médicos en el acto. Dieron de comer y organizaron hospedaje para miles de personas. Recuerdo un momento cerca del hotel: la policía estaba a punto de atacarnos, pero nos tomamos de brazos y gritamos: “Dondequiera que vayamos, vamos juntos”.

Una amplia gama de organizaciones e individuos cooperaron. Sindicalistas se unieron a ambientalistas para protestar contra los talleres de miseria de The Gap. Dirigentes religiosos abrieron las puertas de las iglesias. Profesores universitarios y maestros de preparatoria marcharon al lado de anarquistas. Los de la onda hip-hop se mezclaron con militantes en una gran fiesta en el club Frying Pan, con Blackkat Collective, KleverVice, Zemi17 de Havoc Sound, Kid Lucky y Urban Acapella, Lo Ki de Konkrete Jungle, Blowback y otros grupos.

Se buscaban respuestas. Con distintos puntos de vista, hablamos de la fuente de los problemas del mundo (¿las corporaciones y politiqueros, o todo el sistema imperialista?) y de la solución (¿la revolución u otras formas de cambio?). Se repartió mucha literatura y nosotros vendimos centenares de ejemplares del OR/RW y del Borrador del Programa del PCR.

Hablamos acerca de la visión que tenemos del futuro. Una joven dijo: “En mi visión de otra realidad, la gente realmente tiene voz, el uno por ciento de la población no controla el 90% de la riqueza y los recursos, y los estadounidenses se dan cuenta de la sangre y el sudor en que se basa su comodidad”. Un miembro del Bloque Negro dijo: “Tenemos que unirnos para combatir a todas las potencias opresoras del planeta, rebelarnos y retomar control de nuestra propia vida. No podemos permitir que sigan pisoteándonos y seguir enriqueciéndolos. Tenemos que empezar a vivir nuestra propia vida y para hacerlo se necesita un levantamiento”.

Un joven de Texas me dijo: “Nuestra sociedad capitalista no funciona y es la causa de las atrocidades que se cometen por todo el mundo. Bush dice que va a destruir a todos los que no están de acuerdo con nosotros hasta que Estados Unidos tenga el dominio global total... La solución es una revolución total y un cambio de gobierno”.

Queremos agradecer a las muchas personas que contribuyeron a este artículo, especialmente del equipo del OR, Libros Revolución, Jana de la BJCR, los periodistas progresistas de Indy Media y la Coalición Otro Mundo es Posible.


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