Quieren imponer "corrección patriótica" en las universidades

Voces contra la guerra que quieren silenciar

Obrero Revolucionario #1145, 7 de abril, 2002, posted at http://rwor.org

Lynne V. Cheney, la esposa del vicepresidente, tiene una lista. Contiene 117 citas que, a su parecer, demuestran que las universidades son un semillero de desacato a la nueva guerra.

La lista es parte de un informe titulado "Defensa de la civilización: Cómo le fallan a América las universidades y qué hacer al respecto", publicado por el grupo derechista ACTA (American Council of Trustees and Alumni), un grupo de directores de universidades y exalumnos fundado en 1995. "Defensa de la civilización" ataca las protestas contra la guerra que se han dado después del 11 de septiembre y, con el patrocinio de Lynne Cheney, ha recibido mucha publicidad.

El informe lamenta que las universidades no han sucumbido a la ola de patriotismo y al frenesí bélico: "El hecho es que el mundo académico es el único sector de la sociedad americana que está claramente dividido... Los profesores universitarios son el eslabón débil de la respuesta de América al ataque".

Los autores se quejan de que "por todo el país los profesores auspiciaron conferencias que iban de equívoco moral a condena explícita de América" y acusan, con nombre, a 40 profesores por dar declaraciones "desleales y peligrosas".

Otra queja del informe es que las universidades están ofreciendo más cursos de historia árabe e islámica. Dice que los estudiantes no necesitan entender otras culturas sino aprender los valores superiores de la "civilización occidental".

Todas las citas del informe de ACTA aparecen recortadas, pero aun así muestran algo muy positivo: son declaraciones pensadas, informadas, compasivas, internacionalistas y valientes. Muestran que las maniobras bélicas han suscitado mucho debate y cuestionamiento... precisamente lo que Lynne Cheney y ACTA quieren eliminar.

Los estudiantes siempre han desempeñado un importante papel en el desarrollo de los movimientos contra la guerra. Suelen ser los primeros en ver las mentiras del gobierno y en movilizarse, lo que despierta a otros sectores y los impulsa a unirse a la resistencia. Por eso, ver más de cien manifestaciones para que el gobierno no tomara represalias en universidades de 36 estados le dio cólico a Lynne Cheney y Cía.

Lo que se ve, precisamente, es la necesidad y el potencial de un fuerte movimiento contra la guerra. Se ve lo importante que es actuar con rapidez: redoblar los debates sobre la campaña de dominicano global de este gobierno, organizar más programas antibélicos, ventilar los motivos y las razones de la conducta oficial, retar a los que apoyan la guerra a pensar y debatir, y defender vigorosamente a todos los que están siendo atacados.

Quién le teme al debate?

"Cuando tuve la oportunidad de plantear esos puntos, especialmente en charlas públicas donde tenía suficiente tiempo para ofrecer pruebas y explicaciones, inclusive muchos partidarios de la guerra aceptaron que ciertas críticas no son fáciles de contestar".

Profesor Robert JensenHouston Chronicle, 20 de enero de 2002

"Estos no son tiempos para poner a prueba nuestra mente. Pero, tristemente, en varios de los reductos más estimados de la nación eso está ocurriendo".

William J. Bennett (ideólogo conservador)Boston Globe, 4 de noviembre de 2001

Robert Jensen es catedrático vitalicio de periodismo en la Universidad de Texas, Austin, y siempre ha ejercido la profesión y escrito agudos comentarios radicales sobre los sucesos mundiales.

A las pocas horas de los ataques del 11 de septiembre, Jensen le mandó un ensayo al periódico Houston Chronicle,publicado pocos días después con el título "Estados Unidos igualmente culpable de actos violentos".

Decía: "Los actos de terrorismo que mataron a civiles en Nueva York y Washington son reprobables e inexcusables; defenderlos sería abandonar la humanidad personal... Pero no fueron más detestables que los enormes actos de terrorismo (la matanza deliberada de civiles con fines políticos) que el gobierno estadounidense ha cometido durante mi vida".

Jensen quería suscitar debate, sacar a la luz información que la prensa pasaba por alto y ofrecer un contrapunto a las maniobras del gobierno. Y lo logró: miles de personas respondieron al ensayo en una ola de controversia nunca vista en ese periódico. El presidente de la Universidad de Texas le escribió al periódico que Jensen es "una fuente sin diluir de tontería en asuntos de gobierno". "Defensa de la civilización" presenta en lugar destacado una cita del artículo de Jensen.

Jensen comentó que quedó muy contento con la respuesta general, aunque recibiera ataques y críticas: "Escribo y hablo en público para presentar convicciones fuertemente arraigadas. Cuando la gente responde, ¨no debe agradecerlo?".

Jensen continúa: "Lo que me preocupa del diálogo público posterior al 11 de septiembre no es que miembros del público me hayan atacado sino que miembros de mi comunidad intelectual básicamente no hayan querido participar en el debate de los asuntos cruciales de terrorismo, guerra y política exterior de Estados Unidos. Veamos la respuesta de [el presidente de la universidad]. No me molesta que a mi jefe no le gusten mis ideas, pero me preocupa el efecto que su ataque puede tener en otros, especialmente en los profesores que no tienen cátedra y en los estudiantes. También lamento que se haya quedado a un nivel personal y que no explicara sus desacuerdos con mi posición. Que yo sepa, no lo ha hecho en público...".

Jensen quería debatir con partidarios de las medidas policiales "antiterroristas", pero la emisora National Public Radio no encontró gente dispuesta a hacerlo aunque obviamente abunda.

Eso muestra la deshonestidad y cobardía de los seguidores del gobierno. Dicen que la guerra no se debe criticar ni debatir, y luego dicen que "todo mundo apoya al presidente".

Jensen ha seguido firme. Su último artículo (20 de enero) en el Houston Chronicle se titula "Cuatro meses después, sin remordimientos por criticar la política oficial".

La doctrina Bush en las universidades

"Hay que tener cuidado con lo que se dice y lo que se hace".

Ari Fleischer, vocero de la Casa Blanca

Lynne Cheney, ACTA y sus aliados recuerdan lo que pasó con la guerra de Vietnam y quieren cortar en flor el movimiento antibélico. Quieren declararle guerra al mundo, y prohibir el disentimiento y el debate. Magnífica democracia.

Los políticos y académicos derechistas siempre han criticado a los sectores liberales y progresistas de las universidades. Por ejemplo, en los últimos años han atacado la "corrección política". Pero esta vez la cosa va más en serio.

Primero: sucede en estos momentos, cuando el gobierno claramente se siente con libertad de exigir obediencia política y de darle más poderes a la policía política. ACTA quiere aplicar a la vida intelectual la doctrina de Bush de "Están con nosotros o están con los terroristas". El que no marche al compás, el que no sea patriotero y belicoso, no debe tener derecho de enseñar o de hablar en una tribuna pública.

Segundo: esta campaña tiene conexiones en los más altos niveles de la clase dominante. Lynne Cheney es hoy la esposa del vicepresidente, pero desde hace muchos años ha sido una politiquera derechista de peso que se ha concentrado en las "guerras culturales" para purgar la educación, la música y las artes. Ha lanzado campañas contra la música rap y buscado mayor control político del cine de Hollywood.

Durante la presidencia de Reagan y de Bush padre, Lynne Cheney fue presidenta del Fondo Nacional para las Humanidades. En ese cargo se dedicó a manipular los fondos federales para hacer más conservadora la arena cultural. Después se dedicó a abolir esa entidad para que el capital privado tuviera más voz y control en los proyectos culturales.

En los últimos años se ha concentrado en preparar una purga de las universidades: dice que las ideas progresistas y críticas tienen demasiada fuerza, y que es necesario imponer normas conservadoras y patrióticas. Escribió un libro contra el postmodernismo en la vida intelectual porque no exalta la civilización occidental. Esta primavera saldrá su último libro, America, A Patriotic Primer, una cartilla patriótica de mitología imperialista para las escuelas.

La principal creación de Lynne Cheney es ACTA, que fundó en 1995 con el senador demócrata Joe Lieberman (candidato a la vicepresidencia). La misión de ACTA es movilizar a los conservadores de las corporaciones para hacer presión en las universidades, por medio de sus contribuciones monetarias, a fin de efectuar un cambio ideológico. ACTA dice que es la "mayor fuente privada de apoyo a la educación universitaria" y que controló más de $3 billones de dólares de contribuciones el año pasado. Aun si exagera, la intención es clara: cortarles los fondos a las universidades privadas que no supriman las ideas progresistas y revolucionarias.

"Corrección patriótica"a la fuerza

"Los terroristas tienen aliados en las universidades"

Título de informe de prensa de "Accuracy in Academia", 5 de octubre de 2001

Lynne Cheney, William Bennet y otros ideólogos conservadores de esta campaña de pureza reaccionaria en las universidades dicen que no quieren tocarle ni un pelo a la "libertad académica", que lo único que quieren es más equilibrio. Lo único que quieren es más cursos de historia de Estados Unidos y de civilización occidental. Lo único que quieren es cambiar la dictadura de la "corrección politica" antiamericana y parar la intimidación del patriotismo. Todo eso es deshonesto y es puro cuento.

El informe de ACTA es como una lista negra macartista. Su objetivo es intimidar e iniciar una purga universitaria.

Tales ataques no vienen solo de la ultraderecha. The New York Times,el periódico liberal de la clase dominante, sacó un editorial de una página contra las tendencias postmodernistas (pomo) y postcolonialistas (poco) en la vida intelectual. Tras criticar a destacados intelectuales por decir que los crímenes del Occidente son la raíz del 11 de septiembre, el autor, Edward Roth, añade que espera que "en todas partes se vea que el relativismo occidental de pomo y poco es éticamente perverso" (22 de septiembre de 2001).

El caso de Richard Berthold, catedrático vitalicio de historia de la Universidad de Nuevo México, muestra la intensidad de los ataques que siguieron. El 11 de septiembre el profesor Berthold supuestamente dijo en broma a su clase: "El que sea capaz de darle al Pentágono tiene mis respetos".

Tres legisladores republicanos y un regente de la universidad pidieron la expulsión de Berthold. Huelga decir que Berthold ocupa un lugar destacadísimo en el informe de ACTA y en la lista negra del grupo estudiantil derechista Young Americans for Freedom.

La universidad tomó en consideración el asunto y anunció que aunque al comentario de Berthold lo ampara la Primera Enmienda, "no cumplió sus responsabilidades como miembro del cuerpo docente" al exponer a los estudiantes a una opinión tan opuesta al Pentágono. Berthold recibió un regaño, no lo dejarán enseñarle a los estudiantes de primer año y sus colegas examinarán su labor académica a ver si lo pueden despedir. Fue un despliegue de represión cobarde e injusto.

Pero la universidad recibió fuertes críticas de varios legisladores... porque fue demasiado blanda con el ofensor. Pidieron que lo echaran.

Los argumentos del representante estatal William Fuller son muy dicientes: afirmó que el comentario de Berthold no se debe considerar al amparo de la Constitución y que se debe considerar traición. En el derecho estadounidense la traición es un delito muy grave. Fuller dice que se debe castigar a la universidad por permitir tal traición cortándole los fondos.

El antiizquierdista profesional David Horowitz ha dicho cosas similares. Horowitz está sacando desplegados en periódicos universitarios que recomiendan a los estudiantes prevenir la formación de un movimiento antibélico. Dice que en los años 60 "la división entre el disentimiento y la traición se borró". (El año pasado Horowitz sacó desplegados contra la indemnización de las víctimas de la esclavitud).

Horowitz publicó un ataque contra Noam Chomsky, profesor de MIT que ha criticado la actual guerra. El artículo de Horowitz empieza con una cita de la Constitución que define traición como dar "ayuda y consuelo" al enemigo.

En otras palabras, Fuller y Horowitz dicen que las críticas a la guerra se deben considerar ilegales y se deben castigar. ACTA no dice lo mismo abiertamente, pero usa la definición de traición en el informe: "La historia nos enseña que cuando los intelectuales de una nación no quieren defender su civilización dan ayuda y consuelo a sus adversarios".

Tiempo de urgencia

"El enemigo está afilando sus espadas y nosotros debemos afilar las nuestras".

Mao Tsetung

Esta campaña contra el disentimiento en las universidades tiene un olorcillo nazi.

La nazificación de Alemania no ocurrió de la noche a la mañana. Una parte importante de ese proceso fue una campaña llamada "gleichschaltung", que quiere decir "poner a todos a marchar al compás". Los nazis anunciaron que del dolor y el peligro estaba naciendo una nueva Alemania orgullosa y patriótica, pero que fuerzas siniestras estaban desgarrando la nación y pidieron "gleichschaltung" para meter en cintura a los disidentes o echarlos de sus cargos. De fines de los años 20 a fines de los 30, atacaron a los comunistas, radicales, progresistas y judíos de las universidades y de otras instituciones, y a sus defensores. La "nueva normalidad" que surgió a fines de los años 30 fue el preludio a grandes horrores.

Por supuesto que hay diferencias entre esa y esta época, como las hay siempre que se comparan momentos históricos. Pero es importante aprender las lecciones de la experiencia.

"Estamos unidos" está cambiando a "Todos deben estar firmes o...". Están azuzando a los universitarios de derecha a espiar a los profesores y estudiantes progresistas, a informar lo que hacen y dicen. A los que se oponen a la guerra los acusan de dar "ayuda y consuelo al enemigo". A las directivas las acusan de ser "blandas" con la "traición". Amenazan con despedir maestros y expulsar estudiantes.

El profesor Jensen hizo un comentario importante sobre los estallidos de protesta contra la guerra el otoño pasado: "Gran cantidad de gente común y corriente, presintiendo el peligro, está yendo a manifestaciones de paz. Pero sin organización, esos esfuerzos se desvanecerán y se tratará de volver a la vida normal, pero mientras tanto entraremos en un nuevo mundo frío de miedo, odio y guerra".

Por el momento, las ideas y actividades opuestas a la guerra no son ilegales. Pero esta lucha apenas empieza.

Es sumamente significativo que se pida tan abiertamente castigo y penalización de la oposición a la guerra. Eso, en sí, es una forma de intimidación. También indica que poderosas fuerzas de la clase dominante están pensado suprimir los derechos políticos más básicos de cuestionar lo que hace el gobierno.

Hay que luchar contra esas medidas a cada paso y hay que organizar esta resistencia ya, con gran urgencia.

Veamos unas cuantas de la lista de 117 citas de titulado "Defensa de la civilización: Cómo le fallan a América las universidades y qué hacer al respecto", publicado por el grupo derechista ACTA (American Council of Trustees and Alumni) de Lynne Cheney en noviembre del año pasado.

Las citas demuestran lo que ACTA considera intolerable y necesario aplastar.

 Profesor de antropología y ciencia, y de estudios tecnológicos, Instituto de Tecnología de Massachusetts:"Imaginen el sufrimiento y dolor de la gente de otros países. La mejor forma de empezar una guerra contra el terrorismo es mirarse en el espejo".

Decano de la Escuela Woodrow Wilson, Universidad Princeton:"Existe un deseo terrible y comprensible de castigar a los responsables de esto. Pero cuando pensemos en esto es sumamente importante pensar en nuestra propia historia, lo que les hicimos a los ciudadanos japoneses en la II Guerra Mundial, cuando los internamos en campos".

Profesor de inglés, Universidad Brown: "Lo que sucedió el 11 de septiembre fue terrorismo, pero lo que sucedió en la guerra del Golfo también fue terrorismo".

Profesor de física, Universidad de Massachusetts-Amherst: "La bandera estadounidense es un símbolo de terrorismo y muerte, miedo, destrucción y opresión".

Profesor de periodismo, Universidad de Texas-Austin: "Los actos de terrorismo... no fueron más detestables que los enormes actos de terrorismo... que el gobierno estadounidense ha cometido durante mi vida".

Profesor de antropología, Facultad de Medicina, Universidad Brown: "La única forma de terminar esta guerra es renunciar a nuestro papel de líder mundial, cambiar nuestra forma de vida y lograr neutralidad política... Quizá lo mejor ahora sea buscar los orígenes de esta nueva guerra, sacar fuerza del reconocimiento de nuestra debilidad, y hacer cambios en nosotros y en nuestras relaciones con los demás. Muchos se preguntan si estamos pagando una deuda de siglos de dominación e intervención lejos de nuestra tierra, un castigo por nuestra cultura de consumo y explotación... Debemos... examinar nuestro lugar en el mundo y empezar a imaginar un mundo sin superpotencias".

Profesor de antropología, Universidad Brown: "Un despreciable acto de destrucción como los que se cometieron en Nueva York y Washington son una medida de la repugnancia que otros sienten por nuestras acciones que limitan los derechos (a la autodeterminación). Si perpetuamos el ciclo de odio y venganza, este conflicto escalará a una guerra que lucharán nuestros nietos".

Profesor de economía, Universidad Brown: "Los que tengan fervor patriótico que trabajen para la CIA degollando gente en callejones oscuros".

Profesor de historia: Universidad Estatal de Ohio: "Me preocupan las guerras que hablan de libertad pues en general producen el efecto contrario... Durante la guerra fría, la 'amenaza comunista' sirvió para lanzar ataques histéricos macartistas contra las libertades civiles".

Profesor de inglés, Universidad Rutgers: "Debemos tener en cuenta que, sean cuales sean las causas próximas, la causa fundamental es el fascismo de la política exterior estadounidense en las últimas décadas".

Profesor de estudios hawaianos, Universidad de Hawai: "Estados Unidos está furioso porque alguien fue y les derrumbó las Torres Gemelas. Yo también estaría furioso. ¨Pero qué los llevó a hacerlo? Es el terrorismo con que Estados Unidos azota a los pueblos nativos de todo el mundo... Por todas partes, ha tumbado gobiernos izquierdistas. Por todas partes, ha tumbado gobiernos nativos. ¨Qué razón hay para apoyar a Estados Unidos, cuyas manos están empapadas de sangre?".

Profesor de gobierno, Universidad de Texas-Austin: "Las medidas de Estados Unidos hacia la región, especialmente en los últimos 10 años, han creado serias quejas. Para la mayoría de la opinión pública y musulmana, nuestra conducta parece una reedición del imperialismo del siglo 19".


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