Obrero Revolucionario #1145, 7 de abril, 2002, posted at http://rwor.org
"Quieren quebrantar nuestro espíritu. Pero eso no lo van a lograr...".
Salma al-Rashaid, esposa de Rabih Haddad, hablando con el OR
14 de diciembre de 2001: Cae la tarde sobre un edificio modesto de las afueras de Ann Arbor, Michigan. Rabih Haddad está adentro, jugando con sus hijos. Su esposa, Salma al-Rashaid, acaba de salir para visitar a una vecina enferma. Su hija de 12 años está leyendo y sus hermanos, de 3 a 9 años, juegan a "caballitos" con su papá. En unas horas más, romperán el ayuno que, como musulmanes, observan durante el mes de Ramadán. De repente, tres desconocidos vestidos de negro tocan a la puerta. Así empezó una pesadilla que todavía no ha terminado para Rabih y su familia.
Los tres hombres, agentes del INS, interrogaron a Rabih. Salma, cuando regresó, juntó a sus hijos aterrorizados pero momentos después, todos quedaron mirando, sin poder hacer nada, cuando los agentes se llevaron a Rabih.
Pasaron 48 horas hasta que Salma supo dónde estaba su esposo o por qué lo agarraron. Las autoridades lo llevaron unos 60 km a la cárcel del condado Monroe y lo metieron en un calabozo por una violación pequeñísima de las leyes migratorias. En una audiencia a puerta cerrada, el juez no lo dejó salir bajo fianza supuestamente por ser una amenaza a la comunidad porque --como mucha gente de esa zona-- tenía un rifle para cazar (debidamente registrado). Un mes más tarde, lo trasladaron al Centro Correccional Metropolitano de Chicago (MCC) y otra vez lo metieron en un calabozo. Todavía está ahí.
Injusticia secreta
"Simplemente desapareció. Ni su abogado ni su familia sabíamos dónde estaba".
Salma al- Rashaid, al describir al OR el traslado de su esposo a Chicago.
Durante los primeros tres meses, se le dijo a la familia de Rabih Haddad que lo arrestaron porque no renovó su visa de turista y porque es cazador. Ahora, parece que sospechan de él porque durante los años 80 y 90 colaboró en proyectos de ayuda para refugiados afganos en Peshawar, Paquistán. Miles de personas que no tienen ningún lazo con al-Qaeda trabajaron como voluntarios en Peshawar, pero para el gobierno de Estados Unidos ser árabe y estar en las mismas zonas que Osama bin Laden ser un "presunto terrorista".
El gobierno se niega a divulgar información. La procuraduría federal en Chicago no quiere decir por qué lo tienen preso ni dar evidencia; ni siquiera quiere identificar la dependencia que ordenó arrastrarlo desde otro estado a Chicago.
Hasta la fecha, las audiencias de deportación se han hecho a puerta cerrada; no permiten entrar ni a su familia ni a la prensa, y hasta Rabih tiene que observarlas por televisión de circuito cerrado. Le negaron la entrada también al congresista John Conyers, miembro de la Junta de Congresistas Negros, del Comité Judicial del Congreso y responsable de supervisar los tribunales de inmigración y el Departamento de Justicia. Conyers comentó: "John Ashcroft ridiculizó nuestro sistema de justicia penal. No hay audiencia pública ni supervisión ni acusaciones. Más parece una dictadura que Estados Unidos".
El gobierno quiere deportar a Rabih, a Salma y a tres de sus hijos (el cuarto nació en Estados Unidos) porque se les venció la visa en 1999. Salma dijo que trataron de renovarlas y que en 2001 solicitaron residencia permanente al amparo de la ley LIFE, que permite a los inmigrantes regularizar su situación. El abogado de Haddad dice que es la primera vez que el gobierno ha intentado deportar a una persona que solicitó la residencia con la ley LIFE.
Traicionados en Estados Unidos
"Tus palabras me arrebataron en un tornado de esperanzas, ilusiones e inspiración... Te hice la promesa de defender y practicar los valores que representas. ¨Cómo iba a saber que me atacarían en tu nombre?"
Rabih
Haddad, en una carta fechada 13 de enero de 2002
desde la cárcel del condado
Monroe a la "Señora de la Libertad"
"¨Le gustaría que se llevaran a su papá?"
Rami Haddad, de 8 años, en una carta al presidente Bush
Estos tres meses han sido difíciles para Salma Haddad. Su esposo está preso y su familia está bajo amenaza de deportación; de ninguna manera esperaba eso cuando vino con Rabih a Estados Unidos. Le dijo al OR : "No tengo palabras para describir cómo me siento. Fue muy feo lo que hicieron y no concuerda con la imagen que tiene este país".
Rabih y Salma Haddad se conocieron en Líbano. Salma era la hija adolescente de un diplomático kuwaití que estaba de vacaciones y Rabih era el hijo del dueño de una tienda de ropa. La familia de Salma era musulmana, pero no muy religiosa. La familia de Rabih era cristiana, pero el padre recomendó a sus hijos buscar sus propias creencias. Años después, los dos se encontraron de nuevo en Estados Unidos, donde estudiaban.
Como musulmán, Rabih fundó una organización caritativa y fue a los campos de refugiados en Paquistán, Kuwait y Líbano. En 1999, Rabih y Salma se mudaron a Ann Arbor, Michigan.
Líderes cristianos y judíos de Michigan elogiaron a Rabih por condenar los ataques del 11 de septiembre en reuniones religiosas y cívicas.
Ahora los Haddad viven bajo grandes sospechas. Salma dijo: "Es alarmante. Muchas noches no puedo dormir. Estoy acostumbrada a vivir tranquila y ahora todo ha cambiado. La gente me señala en la calle. No es fácil tener que estar alerta todo el tiempo, con la respuesta lista y con miedo".
Atacan a sociedades benéficas islámicas
"Los musulmanes de Afganistán, Irak, Palestina y otros países sufrirán a consecuencias de este ataque infundado a las sociedades benéficas musulmanas en Estados Unidos. La gente que vive en la miseria sufrirá más, porque se congeló el dinero destinado a aliviar su sufrimiento. Ese dinero lo contribuyeron musulmanes de todo el país en buena fe para cumplir con deberes religiosos. La caridad es una parte importante de esta temporada festiva musulmana y congelar las donaciones caritativas unos días antes del fin de Ramadán y la fiesta de Eid Al-Fitr es una ofensa a la comunidad".
Khalid
Turaani, director ejecutivo,
Musulmanes Americanos por Jerusalén (AMJ, siglas
en inglés)
La experiencia de miles de musulmanes, árabes y gente del sur de Asia arrestados y encarcelados desde el 11 de septiembre multiplica la pesadilla de Rabih Haddad . Las autoridades ofrecen pretextos y aclaraciones que van de lo burdo a lo inexistente:
Agarraron a Abdallah Higazy, un estudiante egipcio, tras una denuncia de que poseía una radio de aviación. El guardia de seguridad que lo delató reconoció más tarde que era mentira. En San Diego, arrestaron a Mohdar Abdallah de Somalia porque su nombre es igual al de un presunto pirata aéreo y porque trabajó por unos meses en el mismo lavado de carros que otro presunto pirata. Mohammed Rafiq estuvo detenido por tres semanas y al final regresó muerto a Paquistán. Cuando su familia examinó el cadáver, tenía moretones y fracturas. El gobierno nunca especificó qué delito cometió.
En tal clima político, los abogados sospechan que el arresto de Haddad fue parte de un ataque contra las sociedades benéficas islámicas. Rabih Haddad es fundador, ex presidente y miembro de la junta directiva de Global Relief Foundation, una de las sociedades benéficas islámicas más grandes de Estados Unidos. Global Relief ha dado millones de dólares para escuelas en Paquistán y Chechenia, ayuda alimenticia en Afganistán, Etiopía y Palestina, y otros proyectos. El día del arresto de Rabih, otros agentes federales fueron a Global Relief y a otra sociedad benéfica de Chicago, la Benevolence International Foundation.
El gobierno congeló los fondos de esas organizaciones, allanó sus oficinas y confiscó sus archivos y computadoras. Durante seis horas, los agentes registraron la casa de Mohamad Chehade, director ejecutivo de Global Relief, se llevaron su computadora, sus papeles y los de su esposa, y destrozaron los muebles y los regalos festivos de sus hijos. Chehade dijo que nunca vio orden de cateo. Los agentes le dijeron al abogado que no podían enseñársela por razones de "seguridad nacional".
El mismo día, soldados de la OTAN allanaron las oficinas de Global Relief en Kosovo y Albania, con el pretexto de "combatir el terrorismo". Arrestaron a varios empleados y le dieron una paliza a un médico iraquí. Los dejaron salir solo despúes de seis semanas de aislamiento e interrogatorios en inglés (no hablan inglés.)
El vocero del Departamento de Hacienda, Rob Nichols, afirmó a la emisora National Public Radio que el gobierno tiene "información clara y válida" que vincula a Global Relief con "el terrorismo", pero agregó inmediatamente: "la cual no podemos divulgar".
Hasta la fecha, el gobierno no ha mostrado ni pizca de evidencia . Sin embargo, al congelar los fondos de asociaciones benéficas ha perjudicado a cientos de miles de personas que dependen de esa ayuda.
"Libertad paraRabih Haddad!"
"Es una barbaridad. Es para hostigar y crear un ambiente de miedo. Expulsar a la señora Haddad y sus hijos no tiene ningún fundamento de seguridad nacional. Creo que muchísima gente ve claramente que es un intento de atemorizar a toda una población".
Phillis
Engelbert de la organización American Friends Service Committee
de Ann
Arbor condena las audienciasde deportación a Salma al-Rashaid y sus
hijos
"Lo que le hacen al hermano Rabih Haddad es inmoral y va en contra de la Constitución: realizar audiencias a puerta cerrada, no dejarlo salir bajo fianza, ponerle un límite de 15 minutos al mes para hablar con su familia... ¨No aprendimos de los errores del pasado, de lo que les hicimos a los amerindios, los afroamericanos y los japoneses?"
Signatario de la peticiónLibertad para Rabih Haddad
"Ya no creo en el sueño americano que busqué cuando vine a este país".
Abdallah Naser, Centro Islámico de Ann Arbor
"En Estados Unidos, no hay justicia si eres árabe".
Ashraf Nubani,abogado de Rabih Haddad
Ha habido protestas contra esta detención injusta: en audiencias de inmigración de Detroit, en reuniones del consejo municipal de Ann Arbor y frente al Centro Correccional Metropolitano y las oficinas del INS de Chicago.
Más de 5000 personas han firmado peticiones de libertad para Haddad. El consejo municipal de Ann Arbor condenó la detención discriminatoria ( racial profiling ) y en secreto de Haddad y los demás detenidos; y pidió la aplicación de normas constitucionales. Asimismo, la asociación estudiantil de la universidad de Michigan apoya el derecho de Rabih Haddad a un proceso justo.
Dos periódicos importantes de Detroit, junto con la Unión Americana de Libertades Civiles y el congresista John Conyers, entablaron una demanda para que el gobierno ponga fin a las audiencias secretas y divulgue las actas judiciales. Benevolence International Foundation y Global Relief también entablaron demandas.
Muchos grupos han organizado apoyo: CAIR (Consejo para el Intercambio Estadounidense e Islámico) de Michigan, la Red Antibélica de Detroit, Estudiantes Unidos para la Libertad y la Igualdad, Coalición contra la Guerra y el Racismo de Chicago, Rehusar y Resistir!, la Anti- Bashing Network de Chicago, Vecinos por la Paz de Evanston, el Gremio Nacional de Abogados y otros.
Preso federal,rehén federal
"No hay razón para encarcelarlo, humillarlo y torturarlo... Es mi esposo, el padre de mis hijos. Es una parte importantísima de nuestra familia, nos sostiene en todo sentido de la palabra. Cuando eso se quita, el corazón se contrae y a la larga muere. Están torturando a mi esposo, y no solo físicamente...".
Salma al- Rashaid,hablando con el OR
"Si tienen pruebas de que hizo algo malo, entonces por Dios! Sáquenlas para que pueda defenderse en el tribunal...".
Ashraf Nubani, abogado de Rabih Haddad
Después de un mes en el MCC, Rabih Haddad escribió una carta a sus simpatizantes que describe su vida: pasa 23 horas diarias en una celda de menos de 2 x 3 metros. La cama está atornillada al piso y solo hay medio metro de espacio a cada lado. La ventana está pintada de blanco para que no pueda ver nada afuera. La puerta (hecha de acero) tiene una ventanilla con una cámara de televisión para observarlo. Lo esposan cuando sale de la celda, no importa si es para reunirse con el abogado o para ducharse (permitido tres veces por semana). Limitan su contacto con la familia a una llamada telefónica de 15 minutos y cuatro horas de visita (tras plexiglás)... por mes. Su único contacto físico con otro ser humano es cuando los guardias le ponen las esposas.
Los muchos faxes, cartas y protestas (y la publicidad resultante) hicieron que relajaran esas restricciones. Ahora Haddad puede recibir una llamada de 15 minutos cada semana (en vez de cada mes) y una visita de cuatro horas con su familia, sin plexiglás. Últimamente, lo sacaron del aislamiento.
Haddad no se ha doblegado a pesar de esa situación, el dolor de la separación familiar y la incertidumbre de no saber qué acusaciones ridículas le pueden achacar. Se negó a dar testimonio a un gran jurado convocado en febrero y escribió al congresista John Conyers que lo hizo no porque haya cometido algún delito sino "porque a raíz de los ataques terroristas del 11 de septiembre, han puesto en tela de juicio mi honestidad, mis creencias y mi religión".
Rabih dice que su firmeza viene de su familia y del gran apoyo que ha recibido. Escribió a sus simpatizantes: "¨Dónde se traza la línea divisoria entre la justicia y la opresión? ¨Entre un proceso y la persecución? Me han tratado como el peor criminal imaginable, sin acusarme de ningún delito. Solo lograron consolidar mi firmeza y fortalecer mi resolución de vencer y perseverar. La labor de ustedes y de otros son antorchas de esperanza que iluminan mi camino en el túnel oscuro y hondo en que estoy, y por eso les doy mil gracias".
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