Obrero Revolucionario #1150, 12 de Mayo, 2002, posted at http://rwor.org
Durante semanas la máquina de guerra israelí se desmandó violentamente por toda Cisjordania e hizo añicos la vida de miles de palestinos.
Demolió manzanas enteras de casas en el campo de refugiados de Jenin. En muchos pueblos, el ejército saqueó las casas y las oficinas de la Autoridad Palestina. Mató a centenares y arrestó a miles más. Los tanques destruyeron carreteras, cañerías de agua y líneas de conducción eléctricas, y todo lo que les bloqueó el paso. Muchas familias no podían salir de la casa por el toque de queda. Los helicópteros Apache lanzaron misiles en el centro histórico de Nablus, donde hay muchos mercados y casas.
Todo el mundo vio la horripilante realidad de una brutal y humillante ocupación.
Ahora -tras semanas de crímenes y barbaridades cometidas por Israel, el agente especial de Estados Unidos en el Medio Oriente-- se dice que Washington está "redoblando su participación" en el proceso de negociaciones y "paz" en la región.
¨¿Qué clase de "paz" está buscando?
Una "paz" que garantice la "seguridad" de Israel y mantenga a los palestinos rodeados, en ghettos, bajo la constante amenaza de ataque por los tanques y helicópteros artillados israelíes. Una "paz" que traiciona los sueños de una Palestina libre.
La cháchara de "paz" tiene una meta: parar la resuelta y heroica resistencia de los palestinos, que ha inspirado a millones de personas por toda la región y el mundo entero.
También busca crear una mejor situación para los planes globales estratégicos del imperialismo estadounidense, en particular el plan de guerra contra Irak.
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La ofensiva israelí empezó a finales de marzo con la invasión de Ramallah y el edificio de Yasser Arafat, dirigente de la Autoridad Palestina. Con Arafat rodeado, el ejército atacó sistemáticamente todas las principales ciudades y pueblos de Cisjordania.
Ariel Sharon y el gobierno israelí declararon que la operación (la mayor ofensiva contra los palestinos desde la guerra de 1967) era una misión de autodefensa y que la provocaron los suicidios con bombas. La meta era "destruir la infraestructura de terror", anunciaron.
Pero en ciudad tras ciudad, se comportó como un ejército de ocupación totalmente injusto, un ejército que castiga colectivamente a un pueblo entero y que comete barbaridades para aplastar toda forma de resistencia.
En el campo de refugiados de Jenin, donde viven 15.000 palestinos, tropezó con una fiera resistencia: una docena de soldados israelíes murieron en una sola emboscada. El ejército se vengó: atacó el campo con saña y lo redujo a escombros.
El ejército saqueó casas, tiendas y oficinas gubernamentales. En el Ministerio de Educación, se llevó los archivos de graduación; en los correos, destruyó cartas y timbres. Interrogó a los hombres y a veces a las mujeres. A muchos les vendaron los ojos y les ataron las manos y los dejaron así días enteros; a miles más los enviaron a un penal militar aislado del desierto Negev.
La meta israelí (para los que no tienen tapados los ojos) era devastar la sociedad palestina en Cisjordania y declarar que Israel y sus padrinos yanquis dictarán el futuro del pueblo palestino.
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Durante la operación israelí, George Bush declaró varias veces que quería que el ejército se retirara. Pero los tanques no pararon. Bush también dijo que la ofensiva era "autodefensa justificada" y que Sharon es un "hombre de paz", y le echó la culpa a Arafat por "no hacer lo suficiente" para parar el conflicto. Por su parte, el secretario de Estado, Colin Powell, tardó varios días en llegar a Israel en "misión de paz", lo que le dio Sharon más tiempo para cometer barbaridades contra los palestinos.
Los funcionarios del gobierno estadounidense dicen que están "frustrados" por la actitud de Sharon. Pero, ¨¿quién realmente cree que Estados Unidos es incapaz de obligar a Israel a retirarse, si así lo desea? Sin los billones de dólares al año de ayuda militar y económica estadounidense, Israel no podría sobrevivir un solo día. De hecho, justo en medio de la invasión, Washington despachó los primeros de 24 nuevos helicópteros Black Hawk para el ejército israelí.
Lo que vimos es una versión del hombre que le ha enseñado a su perro a morder cada vez que le dice: "Siéntate". Bush gritó "siéntate" y Sharon siguió mordiendo. Eso le permitió a Washington distanciarse un poco de las barbaridades cometidas en Cisjordania por Israel.
Ahora, tras una campaña militar que puso en peligro la supervivencia del pueblo palestino, Estados Unidos dice que quiere un acuerdo y reiniciar las "charlas de paz".
A fines de abril, el príncipe Abdullah, jefe de estado saudita, se reunió con Bush en su rancho de Texas. Después de varios días de charlas, Bush y Abdullah llegaron a un acuerdo informal de cierta "división del trabajo": Estados Unidos hablará "francamente" con Sharon y los sauditas presionarán a Arafat.
Varios días más tarde, Washington fraguó el fin del sitio de Arafat en Ramallah. Arafat accedió a trasladar a seis palestinos (que Israel dice son "terroristas") a una cárcel en Jericó, supervisada por carceleros estadounidenses e ingleses. Cuatro de ellos son militantes del Frente Popular por la Liberación de Palestina (FPLP), que Israel acusa de asesinar al ministro de Turismo, Rehavam Zeevi, en octubre. El FPLP dice que el asesinato de Zeevi (de la extrema derecha, quien exhortó a expulsar a todos los palestinos de Cisjordania y Gaza) fue una respuesta a un ataque israelí que mató a un dirigente del grupo. Los otros dos palestinos trasladados a Jericó son el líder del FPLP y un funcionario de la OLP que Israel acusa de llevar armas a Palestina.
Sharon le permitió a Arafat salir de sus oficinas. Pero le dijo a la prensa que no hay garantía de que si sale de Palestina y continúan los ataques contra Israel, le permitirá regresar. Israel lo trata como si fuera un preso en libertad condicional.
Poco después del acuerdo, el gobierno de Bush anunció que Estados Unidos, Rusia, la Unión Europea y la ONU organizarán una conferencia internacional en el verano sobre "paz en el Medio Oriente y reconstrucción económica". Se sabe pocos detalles de la conferencia, pero la prensa dice que es un "esfuerzo ambicioso para resolver el conflicto".
Bush repitió que Estados Unidos está comprometido con una "visión" de un estado palestino, pero le advirtió a Arafat que "tiene que hacer más" para parar los ataques contra Israel. Esa es una ridiculez, y lo saben tanto Estados Unidos como Israel. La justa resistencia de los palestinos no es algo que Arafat ni nadie más pueda encender y apagar a su gusto. Y es más ridículo ahora que nunca, dado que Israel acaba de desmantelar sistemáticamente la infraestructura de la Autoridad Palestina de Arafat, destruir los cuarteles de policía y matar o arrestar a muchos de sus tenientes. El acuerdo enfureció a muchos palestinos, que piensan que el traslado de los seis acusados es una traición.
Pero esta demanda la dicta una fría lógica imperialista. Tras un despliegue de fuerza militar israelí, a Arafat le dan una "oferta que no puede rechazar". Tiene que aceptar la "paz" que le ofrecen los imperialistas, que a lo máximo creará un "mini-estado" palestino en unos pocos fragmentos de territorio a merced del poderío militar israelí.
Además, Washington exige que a cambio de ser nombrado dirigente de tal gobierno, Arafat sea un carcelero más desalmado de la nación palestina y aplaste la resistencia armada a la ocupación y los asentamientos israelíes.
¨¿Y si no cumple ese papel Arafat? Las amenazas son claras. El Senado y la Cámara de Representantes aprobaron resoluciones de apoyo incondicional a Israel, y los medios dicen que lo hicieron para "presionar a Bush". En realidad son una declaración de que la próxima vez Washington no controlará del todo el perro de ataque.
También se habla de "soluciones" más extremas. En medio de la ofensiva israelí, Sharon nombró al gabinete al fundamentalista Effi Eitam-Fein, quien quiere apoderarse de todos los territorios y expulsar a los palestinos a Jordania. Dick Armey, el líder republicano de la Cámara de Representantes, sugirió lo mismo.
Mientras siguen esas maniobras diplomáticas, los palestinos siguen experimentando mano de hierro. Al cierre de esta edición, los tanques y soldados israelíes han abandonado el centro de la mayoría de las ciudades y pueblos de Cisjordania, pero todavía están en las afueras, de donde lanzan ataques, asesinan a "sospechosos" y destruyen casas.
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La cháchara de "paz" está vinculada a la ofensiva general que lanzó Estados Unidos después del 11 de septiembre para reconfigurar las relaciones de poder en grandes extensiones del mundo, especialmente el Medio Oriente y Asia central (zonas ricas en petróleo).
Un elemento clave de esta ofensiva es el plan de atacar a Irak. Washington ha estado creando pretextos para esa guerra, preparando las fuerzas armadas y buscando aliados.
Pero cuando Israel atacó Cisjordania, estallaron enormes protestas por todo el mundo árabe. Los gobiernos leales a Washington, como Egipto y Jordania, han sido profundamente sacudidos. En esta situación, se les complica endosar los planes bélicos de Estados Unidos.
Por eso, Washington decidió intervenir más directamente en el conflicto. Su principal preocupación es que los choques en Palestina lleven a mayores problemas por toda la región.
Los imperialistas yanquis esperan que la apariencia de "movimiento hacia la paz en Palestina" apacige las tensiones regionales, y les permita reaprovisionarse de bombas inteligentes agotadas en Afganistán y forjar alianzas para el ataque a Irak.
En pocas palabras, la cháchara de "paz en el Medio Oriente" busca crear una mejor situación para la próxima guerra en esa misma región. Las charlas de paz son un disfraz para una sangrienta guerra imperialista.
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