Noticias de la guerra popular de Nepal

Contra las mentiras oficiales

Nepal: Absurdas afirmaciones de un gobierno belicoso

Obrero Revolucionario #1153, 2 de Junio, 2002, posted at http://rwor.org

Recibimos el siguiente artículo de Un Mundo Que Ganar, una revista inspirada por la formación del Movimiento Revolucionario Internacionalista:

Durante la segunda semana de mayo los servicios noticiosos del mundo informaron que el Ejército Real Nepalés (ERN) mató en combate a 500 "terroristas" maoístas y que el total podría ascender a mil. Al mismo tiempo informaron que el Partido Comunista de Nepal (Maoísta) inició un cese de fuego unilateral en la guerra popular que viene sacudiendo al país desde hace más de seis años.

Pero la realidad es otra y revela la campaña del gobierno contra la guerra popular.

A principios de mayo los voceros del ERN dijeron que mataron a "250 maoístas" en combates en el oeste del país, en las regiones de Satbaria y Lamahi. Agregaron que encontraron 92 cadáveres de maoístas uniformados en fosas comunes cerca del campo de batalla.

Pero la realidad es otra. Es cierto que murieron guerrilleros, concretamente 17: 10 en el campo de batalla y los demás a causa de heridas.

¿Por qué la disparidad de cifras? Los revolucionarios dicen que el ERN mató a los pasajeros de un camión que viajaban en la zona, donde los maoístas tienen mucho apoyo. O sea, el ERN los mató a sangre fría por sospechas de que eran simpatizantes de los maoístas. Si bien esta no es una noticia que el ERN quiere que se difunda por todo el mundo, sí es una advertencia para los millones de nepaleses que apoyan la guerra popular.

El ERN ha acordonado el campo de batalla para controlar la información y asegurar que su versión de los sucesos sea la única, tal como están haciendo sus amos imperialistas en Afganistán. Pero es difícil encubrir una masacre de esta magnitud, aunque el gobierno no quiere que se sepa qué ocurrió. No hay por qué dudar que encontraron 92 cadáveres con uniformes del Ejército Popular de Liberación, pues el ERN los vistió y los enterró: 29 eran prisioneros de guerra del penal de Chitawan que el ERN ejecutó y mutiló con saña. Los otros también eran prisioneros de guerra, de penales de Ghorahi, Dang, Nepalgunj, Dhangarhi y Surkhet. La sonada "gran victoria" del ejército reaccionario no es sino la masacre a sangre fría de hombres y mujeres desarmados.

De igual manera, la "gran victoria" del ERN en la segunda mitad de mayo, cuando proclamó que mató entre 500 y 600 "terroristas", fue puro cuento. Se trata de una campaña de cerco y aniquilamiento que el gobierno llevó a cabo en la zona Lisne Hill cerca de Rolpa.

El 11 de mayo, Daniel Lac, corresponsal de BBC en Nepal, informó desde el campo de batalla que el ERN mostró a la prensa los cadáveres de 21 maoístas, y que el comandante del ejército dijo que el gobierno había exagerado increíblemente la cantidad de bajas. Hubo muchas bajas, pero los revolucionarios han demostrado que la mayoría eran aldeanos y militantes de diferentes partidos políticos, y no todos guerrilleros ni simpatizantes de los maoístas.

Lo que el gobierno no ha podido ocultar es el hecho de que las fuerzas del Ejército Popular de Liberación rompieron el cerco en Lisne Hill y atacaron el campamento del ERN en Gam, ni que como resultado de esta batalla, en la que cayeron por lo menos 130 miembros de las fuerzas de seguridad, capturaron muchas armas y municiones. Sin embargo, no se han logrado determinar con precisión las bajas de los dos lados. El gobierno dice que recuperó los cadáveres de 104 soldados y policías. Los revolucionarios piensan que la cantidad de bajas del gobierno es mucho más alta.

BBC también informa que el ERN se ha replegado de campamentos en Rolpa y que se está concentrando en Liwang, el cuartel general del distrito. El ERN le dijo al periódico Asian Age que hubo un repliegue táctico de dos de las cinco bases de apoyo de los maoístas.

¿Con qué propósito hace el gobierno nepalés estas absurdas declaraciones? En primer lugar al gobierno y a sus amos imperialistas les preocupa que no han podido contener la guerra popular, a pesar de la campaña de terror en el campo y de la represión en las ciudades. El turismo está prácticamente acabado, la pobreza se extiende, los pocos derechos civiles que había han sido eliminados, la prensa está censurada, hay cientos y quizás miles de detenidos sin ser acusados, y la inequidad y la corrupción crecen. Además, hay mucho descontento con el gobierno y nadie puede negar el apoyo del que gozan los maoístas, que ya tienen buena parte del campo bajo control. Lo que es peor para el gobierno es que la guerrilla está avanzando. La mitad de los 4,000 muertos desde que empezó la guerra popular cayeron en los últimos seis meses. El comandante en jefe del ERN, Prawajjwal Samsher, declaró a mediados de mayo que los líderes políticos no estaban haciendo lo suficiente para apuntalar la moral del ejército, y les rogó a los partidos políticos que tomaran más en serio el apoyo al ejército.

Las absurdas declaraciones de éxitos de parte del ERN no son invento suyo; el ejército de Estados Unidos hacía lo mismo en Vietnam. En ese entonces, todas las noches los noticieros daban altísimas cifras de vietnamitas caídos en combate. Las exageradas cantidades llevaban a promociones para los oficiales. Si hubieran sido acertadas Estados Unidos debió haber ganado la guerra muy fácilmente. Pero como sabemos, la realidad fue otra.

Además, hay que tomar en cuenta el momento en que se anunciaron las "grandes victorias": precisamente cuando el primer ministro de Nepal realizaba su mayor gira internacional en muchos años a Londres y, por primera vez, a Estados Unidos. La prensa de Occidente repitió las exageraciones de "victorias" y los imperialistas deben haber pensado que eran un telón de fondo "adecuado" para la solicitud de ayuda militar del primer ministro.

Finalmente, las exageraciones de bajas maoístas también tienen el propósito de desmoralizar e intimidar a los maoístas y a sus millones de partidarios. Pero el ERN también corre un gran riesgo al recurrir a esta táctica. Porque si bien es cierto que la guerra quiebra a unos, la feroz represión, especialmente cuando es contestada por una fuerza revolucionaria con un programa claro que apunta a eliminar la explotación y la opresión movilizando a la gran mayoría de los oprimidos, puede templar a muchos más. No hay que olvidar que los maoístas de Nepal aplican y desarrollan la estrategia y tácticas elaboradas por Mao durante la revolución china, cuyo Ejército Popular de Liberación derrotó a los japoneses, y después de la II Guerra Mundial a Chiang Kai-shek, quien contaba con masivo apoyo de Estados Unidos.

Al mismo tiempo que el gobierno de Nepal difundía las absurdas declaraciones de victoria también anunció que los maoístas declararon un cese de fuego unilateral. El presidente Prachanda del Partido Comunista de Nepal (Maoísta) lo refutó por medio de un comunicado de prensa que dice que se trata de una "cruel patraña" cuyo propósito "es confundir al pueblo" y que "parece ser una conspiración del gobierno". Agregó que "un cese de fuego unilateral no sirve con un gobierno que no propone ninguna solución política, que sigue masacrando al pueblo, cierra las puertas a las negociaciones, le pone precio a las cabezas de los líderes del partido, mientras sufre derrotas y recorre las capitales del mundo para endeudar más al país". El presidente Prachanda también señaló que los sacrificios de los revolucionarios son necesarios e inevitables en una guerra popular, a la luz de lo que significará la liberación de Nepal para millones de pobres y oprimidos, y concluyó con un enfático: "Estamos dispuestos a luchar hasta el fin".

Las absurdas afirmaciones difundidas por la prensa de Nepal y del mundo muestran las inquietudes del gobierno acerca de la capacidad del ERN de derrotar la guerra popular. Las fuerzas maoístas pueden recurrir a las masas para enfrentar los nuevos retos, pero la monarquía feudal solo puede apoyarse en fuerzas extranjeras, como India, potencia regional, y en los imperialistas, especialmente Estados Unidos e Inglaterra.

La prensa de Occidente aporta su servilismo a la "guerra contra el terror" de Estados Unidos con mentiras sórdidas sobre "atrocidades de los maoístas", atribuidas a "fuentes anónimas". Un ejemplo especialmente diciente salió en la edición del 12 de mayo del periódico inglés The Independent , que intentó ligar a los maoístas de Nepal con Al Qaeda. El informe se basaba, y no debe sorprender a nadie, en "las sospechas de agencias de espionaje de Occidente". El único propósito de este absurdo es poner a las masas de Nepal en las miras de la "guerra contra el terror" de Estados Unidos.

Indudablemente los imperialistas recurrirán al pretexto del "terrorismo" para justificar cualquier medida que tomen contra la guerra popular. Bush anunció $20 millones de ayuda militar a Nepal, que servirá para comprar equipo de visión nocturna y de alta tecnología. Inglaterra también aportará más ayuda, y en junio patrocinará una conferencia en Londres contra la guerra popular. India por su parte ha ofrecido enviar helicópteros. El periódico londinense The Observer informó que exploradores del ejército de Estados Unidos están llevando a cabo reconocimiento en Rolpa, en el occidente de Nepal. Como informó el períodico Obrero Revolucionario la seamana pasada: "A fines de abril un equipo de asesores militares estadounidenses pasó varias semanas con el ERN e hizo una gira de los distritos occidentales donde la guerra es más intensa. Un vocero del Pentágono dijo que la misión del equipo fue evaluar cómo asignar más eficazmente los fondos para combatir a los maoístas. El Pentágono informó que el Comando del Pacífico despachó especialistas en inteligencia, aviación, logística, ingeniería y medicina".

El primer ministro Deuba, animado por este apoyo, hizo caso omiso de la posibilidad de llevar a cabo pláticas de negociaciones y optó por intensificar la guerra. Al mismo tiempo, la pandilla de reaccionarios feudales está peleando entre sí: el rey Gyanendra, se informa, ha disuelto la cámara baja del Parlamento; el Partido del Congreso ha expulsado al primer ministro Deuba, y se podría prolongar el estado de emergencia.

Sin duda alguna la lucha en Nepal se intensificará, pero como dice un artículo del próximo número de la revista Un Mundo Que Ganar : "Ante los millones de pobres que incorpora a la lucha, y del amplio y profundo apoyo de todos los sectores de la sociedad, en el campo y la ciudad, el débil y raído marbete de `terrorista' no pega en absoluto. Hoy en los montes Himalaya se ve un nuevo poder, un poder popular que ya está influenciando la situación revolucionaria en la importante región de Sudasia, donde se encuentra un cuarto de la humanidad".


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