Obrero Revolucionario #1155, 16 de Junio, 2002, posted at http://rwor.org
"Antes del 11 de septiembre, el Dr. Al-Arian era un profesor popular aquí en la Universidad de South Florida. Después del 11 de septiembre, lo despidieron. No porque no sea un buen profesor, no porque los estudiantes se hayan quejado de su trabajo, sino porque, según la universidad, causa trastornos: porque ha recibido amenazas a raíz de unas declaraciones polémicas que hizo hace más de una década".
Abogado David Cole, en el foro "Libertad académica y libertades civiles tras el 11 de septiembre", Universidad de South Florida, Tampa
"Sopla un viento peligroso... Es irónico que un acto de suprema ilegalidad (los ataques a Nueva York y Washington) hayan llevado a un ataque a la ley en sí. No a ciertas leyes en particular sino a toda la noción de proceso legal establecido: de acusaciones específicas, audiencias formales, reglas y reglamentos, y la posibilidad, sí, de absolución... Es tentador deshacerse de las personas que no nos gustan, que no coinciden con nosotros o que nos parecen latosas. Pero mañana nos podría pasar lo mismo a nosotros. Esto nos afecta a todos porque todos contamos con el efecto civilizador del proceso legal establecido, y el despido injusto de uno nos pone en peligro a todos".
Declaración del capítulo de South Florida de Profesores Unidos de Florida
El Dr. Sami Al-Arian fue profesor de ciencias de computación en la Universidad de South Florida por 16 años. Era profesor vitalicio (de por vida), pero lo despidieron porque dos locutores derechistas azuzaron una campaña contra él y, como consecuencia, recibió amenazas de muerte. La revista de Internet Salon comentó que el caso "plantea inquietantes preguntas sobre la libertad de expresión, la libertad académica y el futuro de las cátedras vitalicias".
El ataque al Dr. Al-Arian empezó antes del 11 de septiembre. El gobierno investigó en 1995 un centro de investigación fundado por el Dr. Al-Arian en la universidad (el World Islamic Studies Enterprises, o WISE) porque a un director de dicho centro que regresó al Medio Oriente en 1995 lo sindicaron de ser el líder de la Jihad Palestina Islámica (un grupo que ha realizado ataques armados contra israelíes). El incidente causó conmoción en la universidad porque nadie sabía que el director tuviera conexiones con ese grupo, si es que las tuvo. Un juez de inmigración que examinó el caso concluyó que "no hay evidencia de que el grupo sea una pantalla de [Jihad Islámica]. Por el contrario, hay evidencia de que WISE era un respetado centro de investigación académica". La universidad también hizo una investigación por su cuenta y no encontró pruebas de que WISE tuviera lazos con grupos que el gobierno llama terroristas.
Juzgado por locutores derechistas
El 26 de septiembre, Al-Arian fue a una entrevista de cinco minutos al programa de TV "The O'Reilly Factor", un programa popular de conversación conducido por el derechista Bill O'Reilly en el canal Fox News. A Al-Arian le dijeron que el tema de la entrevista eran los ataques a los musulmanes tras el 11 de septiembre. Pero la "entrevista" fue un ataque frontal. La revista Salon la llamó "un interrogatorio acusador y amenazante, lleno de declaraciones falsas y calumnias al estilo de McCarthy".
El locutor empezó diciendo que la universidad era un semillero de terroristas y para la muestra estaba el centro WISE. Antes de que Al-Arian pudiera contestar, O'Reilly le preguntó por Tariq Hamadi, quien trabajó en WISE hace 10 años y se fue de Tampa para dedicarse al periodismo. En 1998, la cadena ABC contrató a Hamadi para que arreglara una entrevista con Osama bin Laden. Aunque a Hamadi nunca lo han acusado de nada y ha ayudado al gobierno a investigar la explosión de una bomba en el World Trade Center, O'Reilly dijo que estaba implicado en los bombazos de las embajadas de Estados Unidos en Kenia y Tanzania y que figuraba en la lista de los terroristas más buscados. Por asociación, Al-Arian también era culpable, dijo.
Antes de que Al-Arian pudiera contestar, O'Reilly lo confrontó con una declaración que hizo hace 14 años, durante la primera intifada: "Victoria al Islam. Muerte a Israel. Revolución. Revolución hasta la victoria". Al-Arian empezó a explicar que "hay que ver esto en contexto. Cuando decimos `Muerte a Israel' queremos decir abajo la ocupación, la opresión, abajo...". Eso fue todo lo que pudo decir.
O'Reilly terminó la entrevista diciendo: "Si yo fuera la CIA, lo seguiría a usted a todas partes, lo seguiría las 24 horas".
Inmediatamente después del programa, la universidad recibió montones de llamadas con insultos y amenazas de muerte a Al-Arian. El centro de computadoras recibió una amenaza de bomba y tuvo que cerrar.
Al día siguiente, la presidenta de la universidad le dijo a Al-Arian que se tomara una licencia y no se presentara a la universidad. Fue una medida indignante: dejar que una bola de reaccionarios, azuzados por un locutor reaccionario, determine quién puede enseñar en una universidad, donde supuestamente reina la "libertad académica".
Bill O'Reilly siguió atacando al Dr. Al-Arian y a la universidad. Cuando la presidenta no lo despidió inmediatamente y no aceptó hablar en su programa, O'Reilly recomendó que la despidieran a ella.
En Tampa, un locutor radial se hizo cargo de seguir los ataques. Todd Clem, de la emisora WXTB, se puso a atacar a los musulmanes inmediatamente después del 11 de septiembre diciendo que los musulmanes de la universidad lo celebraron. La universidad llamó a la emisora para decir que eso no era cierto, pero el locutor siguió repitiendo lo mismo.
En octubre pasó toda una mañana insultando en el aire al Dr. Al-Arian. A raíz de eso, el profesor y la universidad recibieron otra racha de insultos y amenazas.
Nadie se imaginaría que una ola de ataques azuzada por locutores reaccionarios determina quién puede enseñar en una universidad estatal. Pero durante las vacaciones de fin de año, la junta directiva citó a una reunión de emergencia para ver qué hacer con el Dr. Al-Arian. A él no lo invitaron ni le informaron.
La presidenta anunció la decisión de la junta directiva: "Tras mucha reflexión, he llegado a la triste conclusión de que si el Dr. Al-Arian sigue trabajando en la universidad con toda seguridad tendremos más trastornos y amenazas a los estudiantes, el profesorado y el personal. Por lo tanto, he informado a la Oficina de Asuntos Académicos que le notifique al Dr. Al-Arian que su trabajo se terminará".
Apoyo de los profesores al Dr. Al-Arian
El capítulo de la Universidad de South Florida de la organización Profesores Unidos de Florida realizó reuniones especiales el 10 y 11 de enero en que se condenó el despido del Dr. Al-Arian: "...Nos parece repugnante a la libertad académica y a los principios de libertad de expresión que se responsabilice a los profesores de las respuestas de terceras partes que ellos no controlan, en especial de presuntas amenazas de trastornar la universidad con violencia o de amenazas de retirar donaciones", decía la declaración.
La declaración detalla las implicaciones del caso:
"Consideremos todos los lugares en que decimos cosas que puede que otros no quieran oír: Enseñanza. Todos tenemos nuestras diferencias con colegas y estudiantes... Investigación. Cuando estudiamos el mundo y divulgamos nuestras conclusiones, a algunos no les gustan... Servicio. Nos recomiendan salir de las torres de marfil a la comunidad, pero no siempre nos dan la bienvenida...
"Cuando hacemos estas cosas, confiamos en que la libertad de expresión nos proteja de disciplina o despido sumario por parte de burócratas que creen que la solución más simple es despedir a los profesores problemáticos. Contamos con la libertad académica como contamos con el aire. Podríamos pensar, en una especie de ficción científica, que un profesor es tan raro que abrogar su libertad académica es inofensivo; pero el hueco que eso hace resquebrajar toda la estructura de libertad académica. Silenciar a un profesor nos disminuye a todos".
El 3 de enero, la Dra. Elizabeth Bird, asesora del profesorado al superintendente de la universidad, renunció en protesta por el despido y escribió en una carta que "el despido de Al- Arian nos amenazará a todos". El 9 de enero el senado de los profesores votó contra el despido.
A mediados de marzo, la Asociación Americana de Profesores Universitarios envió un equipo a investigar el incidente. Dicha asociación define en gran medida los principios y normas que regulan la relación entre los profesores y la administración de las universidades. El caso "ha planteado asuntos de libertad académica, cátedras vitalicias y proceso legal establecido que preocupan mucho a la comunidad académica y que nos compete investigar", le escribió el subsecretario general a la presidenta de la universidad.
Los ataques a Sami Al-Arian son parte de la atmósfera represiva que se está gestando. Los loros de la prensa derechista hacen inquisiciones en el aire y azuzan a gente que puede decidir qué se enseña o se censura en las universidades.
La respuesta de los colegas del Dr. Al-Arian (solidaridad y explicación de las consecuencias) es parte de la resistencia a esa atmósfera de intimidación. Tal resistencia tiene que crecer urgentemente.
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