Obrero Revolucionario #1159, 21 de julio, 2002, posted at http://rwor.org
Duele verlo y por más veces que uno lo ve por la tele, le hace voltear la vista o cerrar los ojos. En la primera escena se ve a un jovencito delgado tirado en el asfalto, esposado, inmóvil. Cuatro fornidos policías lo rodean. De repente lo agarran de la cadena que tiene en el cuello y levantan su cuerpo fláccido; pierde el conocimiento. Lo estrellan contra el radiopatrulla y el golpe lo despierta. La videocámara se enfoca y muestra la boca roja y húmeda de sangre, la mejilla también manchada de sangre. No puede cerrar la boca y los ojos no enfocan. Se esfuerza por levantar la cabeza, pero no puede. Los cuatro policías son como una jaula de la que no puede escaparse. El agente Jeremy Morse lo agarra del cráneo, lo posiciona hacia la derecha, lo coloca bien y le da un puñetazo en la cara. Luego lo agarra del cuello. El video muestra la mueca de Morse, como gruñiendo, como una bestia.
Al igual que el video sobre la paliza a Rodney King, este video le está mostrando al mundo entero cómo es la epidemia de brutalidad policial, cómo viven aquí los oprimidos y los chavos todos los días. También hizo recordar el feroz levantamiento cuando absolvieron a los chotas que golpearon a Rodney King.
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Como a las 5:00 p.m. del 6 de julio, el papá de Donovan Jackson-Chavis paró para comprar gasolina en Inglewood, un barrio negro desde hace años que colinda al oeste con el suburbio rico de West Los Ángeles y al este con la pobreza de Sur Centro y Watts. Los sheriffs del condado de Los Ángeles y el Departamento de Policía de Los Ángeles patrullan sus calles, pero Inglewood tiene su propio departamento de policía, con una conocida tradición de brutalidad policial.
Mientras su papá compraba gasolina Donovan fue a comprar papas fritas. Al regresar vio que unos sheriffs estaban hostigando a su papá porque las placas del carro estaban vencidas. Los sheriffs dicen que Donovan empezó a argumentar, que no podían razonar con él, que no dejaba de argumentar y que de repente se lanzó contra ellos. Dicen que dos trataban de esposarlo cuando llegaron cuatro policías de Inglewood a ayudar.
El papá de Donovan y otro testigo relatan otra cosa: Donovan llevaba la bolsa de papas fritas en una mano. Los policías le ordenaron parar, pero Donovan siguió caminando lentamente hacia su padre. Le dijeron que pusiera las manos sobre el carro, pero él siguió como si no los oyera. El papá trató de intervenir, pero los policías lo pararon. Donovan seguía caminando hacia su papá como si no oyera los gritos de los policías, como si no entendiera lo que veía. Y eso es en efecto lo que sucedió. Lo que pasa es que Donovan, un muchacho tímido de 16 años, padece de una discapacidad en que el cerebro tarda en procesar la información que recibe. O sea que Donovan oye y comprende, pero sus reacciones son diferidas, y reacciona tarde a lo que ve y oye.
La naturaleza permite esa demora, pero no la chota, que inmediatamente lo atacó a golpes y lo tiró al asfalto. El papá de Donovan y el testigo dicen que uno de los policías le clavó una rodilla en la espalda y le dio puñetazos en la cara. El papá dice que uno le dijo nigger . El testigo estaba a siete metros y dijo que el joven jamás se resistió: "No sabíamos por qué lo estaban tratando así. Parecía pura venganza y racismo". Todo eso pasó antes de que rodara el video.
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Mitchell Crooks se encontraba alojado en un hotel al lado de la gasolinera cuando escuchó los gritos de una mujer de que la policía estaba golpeando a alguien, y prendió su videocámara. Y lo que captó se vio en todo el país.
Las autoridades ordenaron a Crooks comparecer ante un jurado de acusación. &E;l no se opuso, pero se puso nervioso cuando le dijeron que entregara la cinta del video. Al día siguiente, cuando lo entrevistaba un reportero, Crooks dijo que estaba dispuesto a cooperar con las autoridades pero temía que lo acusaran de algo. En ese mismo instante, el subfiscal de distrito sorprendió a Crooks con un anuncio de urgencia televisado: "Mitchell, hay una orden judicial para que comparezcas ante el jurado de acusación, ¡y te recomiendo que la obedezcas! Tienes que comparecer ante el Tribunal del Condado... y no llegues tarde".
Crooks contestó: "Pues bien, ojalá la comunidad me respalde. Me buscan porque grabé el video, ahora temo lo que me pueda pasar". Mitchell se escondió, pero cuando fue a la emisora CNN para grabar una entrevista lo estaban esperando agentes secretos que le cayeron encima con fuerza antes de que pudiera entrar. (Todo fue grabado por las cámaras de vigilancia). Lo metieron en una camioneta y lo único que se oían eran sus gritos. Esa noche lo atendieron en el hospital del condado y el viernes lo extraditaron al norte de California.
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Las autoridades también han tomado otras medidas. Todos, del secretario de Justicia, John Ashcroft, para abajo, piden una "investigación a fondo". El principal abogado sobre asuntos de derechos civiles del Departamento de Justicia, Ralph Boyd, fue despachado a "encabezar la investigación". A Boyd lo mandaron a Cincinnati el año pasado para calmar la situación tras las rebeliones contra la brutalidad policial. Ya se ha entrevistado con fiscales federales, agentes del FBI y del municipio de Inglewood.
¿Por qué tanta preocupación y diligencia? ¿Qué le pasa a John Ashcroft, ese racista, reaccionario, lunático... acaba de darse cuenta de que hay brutalidad policial? ¿O será más bien que la paliza a Rodney King y la rebelión que estalló están muy conectadas con la actual realidad? ¿Mandó a su bombero a prevenir que estallara otra rebelión?
Fuera de la imagen digital de la paliza a Donovan Jackson-Chavis que vemos en el video, la grabación nos muestra una sociedad en la que la chota tiene licencia para maltratar y matar a la gente común y corriente, lo que viene haciendo con mayor saña desde el 11 de septiembre, cuando se inició la supuesta "guerra contra el terrorismo". En estos momentos en que Estados Unidos intenta dominar el mundo entero, estas imágenes muestran cómo se vive aquí en Estados Unidos.
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