Los campesinos luchadores de San Salvador Atenco

Obrero Revolucionario #1160, 28 de julio, 2002, posted at http://rwor.org

San Salvador Atenco, México: Por cuatro días en julio el mundo se enteró de la lucha del campesinado mexicano por medio de la justa lucha de San Salvador Atenco, un pueblo a 30 km de ciudad de México, que no deja que el gobierno le arrebate sus tierras para construir un aeropuerto internacional. La lucha se agudizó a principios del mes, cuando los campesinos se mantuvieron firmes ante policías y soldados.

Antes del enfrentamiento, la comunidad dijo: "Estamos dispuestos por lo que venga". Desde el viernes 12 hasta el lunes 15, el pueblo estuvo rodeado por 3,000 efectivos de la Policía Federal Preventiva y un destacamento del ejército. La comunidad tenía de rehenes a 15 funcionarios del gobierno y policías, para que le devolvieran a los 14 compañeros suyos que arrestaron el 11 de julio, cuando la policía atacó una marcha de campesinos.

Las videocámaras de la prensa se enfocaron primero en las filas de policías fuertemente armados que rodeaban la comunidad; luego se enfocaron en los rostros quemados por el sol de los campesinos, hombres y mujeres con machetes en alto. Los chavos, con paliacates en la cara, ponían barricadas, y hacían cocteles molotov y otros preparativos defensivos.

Los campesinos dijeron: "Esperamos el ataque en cualquier momento". Sergio Vásquez Díaz, ejidatario de tercera generación, dijo: "Hemos afirmado y lo volvemos a recalcar, que con la vida defenderemos nuestras tierras. Están matando a nuestro pueblo, a nuestras familias. No sabemos quién va a caer de nosotros, ni del gobierno... pero en esa postura estamos". [Los ejidos son tierras comunales que dio a los campesinos la revolución de 1910.]

Luego... ¡el gobierno retrocedió y el pueblo celebró!

Detenciones y bloqueo de carreteras

El 11 de julio, cuando unos 40 campesinos marchaban a protestar en un pueblo cercano donde iba a dar un discurso el gobernador del estado de México, cientos de policías los emboscaron y agredieron. Otros 100 campesinos fueron a auxiliarlos. A 30 los lograron tirar al suelo y arrestar; uno de ellos era un conocido activista a quien golpearon unos 20 policías.

Los que escaparon regresaron al pueblo y reventaron petardos y tocaron las campanas para dar la alerta. Salió la gente y quemaron tres radiopatrullas y bloquearon la carretera con tres camiones de Coca-Cola.

Los campesinos de los pueblos cercanos oyeron del enfrentamiento por la radio, y bloquearon carreteras y caminos. Unas 300 personas hicieron una marcha de protesta a la Subprocuraduría de Justicia de Texcoco para exigir la libertad de un líder detenido.

Cuando las autoridades no les hicieron caso, tomaron de rehenes a siete funcionarios, entre ellos el subprocurador, con quienes regresaron a su pueblo para negociar la libertad de sus compañeros.

Más tarde encontraron a unos policías vestidos de periodistas y también los tomaron de rehenes. Los campesinos de 16 pueblos de los alrededores de ciudad de México apoyaron a los de Atenco y bloquearon las carreteras a la capital. Así se produjo un embotellamiento de más de mil camiones.

Grupos de activistas de la capital, entre ellos estudiantes de la UNAM que participaron en la huelga, fueron a Atenco para unirse a la lucha, y organizaciones sociales de los estados de Oaxaca, Yucatán, Guerrero y Michoacán declararon que bloquearían las carreteras de sus estados en solidaridad.

El gobierno se raja

La lucha del pueblo hizo retroceder al gobierno. Cuando empezó el enfrentamiento las autoridades, llenas de arrogancia, declararon: "El gobierno de la República solo negociará lo que es legítimo, y romper con el estado de derecho no es legítimo". El secretario de Gobernación, Santiago Creel, aseguró a los inversionistas de la construcción del aeropuerto que el gobierno "no va a permitir el surgimiento de la violencia en el país", y que trataría a los campesinos con "mano dura". El gobernador del estado de México dijo que "no habría intercambio de detenidos por rehenes".

Sin embargo, la bola de policías y funcionarios detenidos solo salió en libertad cuando el gobierno soltó a los campesinos arrestados y les pagó la fianza. Esta es una importante victoria de la lucha de Atenco.

El 14 de julio, a la medianoche, pusieron en libertad a los campesinos. A tres los golpearon tan salvajemente que siguen hospitalizados. Han sido acusados de motín, asalto en carretera estatal, privación ilícita de la libertad, robo y otros cargos.

Cuando los campesinos regresaron a la comunidad el lunes por la madrugada, sus compañeros llevaron a los rehenes a una barricada de radiopatrullas quemados. La Policía Federal Preventiva se retiró.

Los camioneros atrapados en el embotellamiento escribieron corridos sobre la batalla de Atenco y los cantaron para la tele.

El gobierno dijo que negociaría con los campesinos, y el presidente Vicente Fox indicó que se podría encontrar otro emplazamiento para la terminal aérea. En este momento el asunto de la expropiación de tierras está ante la Suprema Corte y, pase lo que pase, ¡la lucha de los campesinos ha dejado en claro que el pueblo será un importante factor que tendrán que considerar!

Meses de lucha combativa

El gobierno anunció el plan de apoderarse de las tierra de San Salvador Atenco para construir un aeropuerto en octubre del año pasado, y desde ese entonces los campesinos han electrizado al país con combativa resistencia.

El plan del gobierno iba a desalojar a 4,375 familias de 13 comunidades ejidatarias. El aeropuerto iba a ocupar un espacio de casi 5,000 mil hectáreas y a tener seis pistas.

Al atardecer de un día de noviembre de 2001, miles de campesinos entraron a ciudad de México, con antorchas y machetes. Parecía una escena de la revolución de 1910. Pasaron por los barrios ricos en donde está la embajada yanqui y pelearon con la policía, que les quería cerrar el paso al Zócalo. La manta que portaban decía: "Quieren madrazos, madrazos va a haber, no nos intimidan. Los nuevos campesinos somos combatientes y estamos en pie de lucha contra el aeropuerto, somos la dignidad rebelde".

Unos ejidatarios entablaron una orden de amparo en los tribunales mientras se determina la legalidad de la orden de expropiación del gobierno. Sin embargo, muchos campesinos tienen poca confianza en los tribunales y, como dijo uno: "Más que un amparo, queremos que dejen en paz la tierra, porque la queremos pa' toda la vida".

La víspera del año nuevo los campesinos de San Salvador Atenco se declararon "municipio en rebeldía", y en enero empezaron a hacer vigilancia y pusieron retenes en las carreteras para protegerse de las incursiones de la policía e ingenieros del gobierno. Detuvieron y desarmaron a los policías que trataban de entrar. En abril detuvieron a un grupo de ingenieros y les quitaron los planes de la construcción del aeropuerto, que el gobierno tenía en secreto.

El gobierno de Fox intentó comprar los ejidos para construir el aeropuerto (que costará 2 billones de dólares), ofreciéndoles 7 pesos ($.65) por metro cuadrado, y dijo que prácticamente habían "ganado la lotería", porque además podrían trabajar de porteros y conserjes del aeropuerto.

Pero los campesinos no se tragaron ese cuento. Como dijo uno: "La mayor parte de los ejidatarios tenemos entre 45 y 84 años. ¿En qué vamos a trabajar? ¿Quién nos va a emplear? ¿Acaso estamos capacitados para algún empleo dentro del aeropuerto? Ahora en una empresa para trabajar de barrendero, piden preparatoria, y nosotros, si acaso, sabemos leer y escribir".

Otro campesino dijo: "No está bien que después de ser dueños terminemos como empleados de segunda". Un ejidatario de 70 años, con 10 hijos y una pequeña parcela, dijo que "la tierra no tiene precio" cuando le preguntaron cuánto iba a ganar si la vendía. Agregó "Y además yo no la vendo... No le sacamos dinero. La tierra es nuestro sustento. Aquí vivimos al día...". Otro le dijo a la tele: "Aunque nos ofrecieran millones no venderíamos la tierra".

La vida del pueblo vs. "el progreso" capitalista

Las comunidades que quiere desplazar la construcción del aeropuerto son descendientes de los nahua. En San Cristóbal Nexquipayac, todavía se extrae sal con los mismos métodos que usaban los nahua hace siglos. Además, hay sitios arqueológicos de la época precolombina. En San Salvador Atenco hacen un cinturón inventado por los "tamemes", los cargadores de barcazas, que se venden en los mercados. (Ahora los hacen de los retazos de blue jeans de las maquiladoras). Pero nada de esto les importa a quienes quieren eliminar comunidades por lo que la clase dominante y los imperialistas llaman "progreso".

Se dice que la construcción del aeropuerto será la guinda en el pastel del presidente Fox, quien lo considera pieza clave para "modernizar" al país y abrirles más las puertas a los inversionistas imperialistas y a la globalización capitalista.

Pero los planes del gobierno han chocado con la resuelta oposición de los campesinos. Por otra parte, los ambientalistas han señalado los peligros que conlleva la construcción de un aeropuerto en la región de Texcoco. Además de aumentar la contaminación, que ya es un peligro, afectaría el agua subterránea y agravaría el problema de inundaciones en ciudad de México.

La construcción del aeropuerto será muy lucrativa y la decisión se tomó en medio del forcejeo entre el PAN y el PRI. Con Fox en la presidencia el PAN tiene palanca en el ejecutivo, pero el PRI todavía tiene control del gobierno estatal. Destacan los intereses de la familia de Hank González (quien fue de los 500 más ricos del mundo) y su camarilla del Grupo Atlacolmulco, que se beneficiaría mucho.

La lucha por la tierra se está agudizando por todo México; a los campesinos de todas partes les están quitando la tierra para los planes de "modernización" y globalización de los imperialistas. Los campesinos de todas partes se están organizando y luchando, y se están ganando el apoyo de maestros democráticos, activistas de la UNAM y muchos grupos sociales.

Otro grandioso plan de desarrollo que ha propuesto el gobierno se llama Plan Puebla- Panamá, que destruiría la tierra y cultura de regiones indígenas de México a Panamá.

Un auge de lucha

La rebelión de los campesinos de San Salvador Atenco ha prendido un auge de lucha popular y es un ejemplo de lucha resuelta contra la clase dominante mexicana y sus padrinos, los imperialistas yanquis.

Por ahora, la policía y el ejército se han retirado de San Salvador Atenco. El 16 de julio se reunieron delegados del gobierno federal y campesinos que acababan de regresar de una protesta y celebración en Los Pinos. Se fijó un horario para futuras reuniones.

Actualmente las posiciones de ambos lados están muy distantes. La posición de los campesinos es que el gobierno debe anular la orden de expropiación y ubicar el aeropuerto en otra parte. Además quieren que el gobierno retire las acusaciones de los detenidos. Como dijo un líder campesino: "No venimos a negociar ni por dinero, venimos por la cancelación del proyecto para construir un aeropuerto en nuestro pueblo".

El gobierno dice que aumentará el precio por la tierra. Al mismo tiempo, Francisco Curi Pérez, el principal representante del gobierno en las negociaciones, explicó su "justicia mafiosa" de esta manera: "Pero me parece que sería injusto que un grupo importante, como este, pudiera encadenar a una gran mayoría que podría beneficiarse de un proyecto que le daría expectativa a sus hijos. Basta mirar los indicadores sociales para concluir que si no hay una salida se va a condenar a una región al tercero o cuarto mundo".

La clase dominante mexicana quiere hacer creer que al defender su tierra los campesinos de San Salvador Atenco se están condenando ellos mismos y a otros a la pobreza. A esa lógica asesina la acompaña la amenaza de echarles encima las fuerzas armadas del estado.

Un campesino de San Salvador Atenco habló por todos los campesinos cuando dijo: "Este movimiento es como un fluido eléctrico y aquí ya se prendió el primer foco... El gobierno está fallando en sus estrategias porque al intentar sacarnos de nuestras tierras nos condena a la muerte. Por eso decimos que de aquí para adelante se prenderán más focos".


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