Parte 10: Seattle fue padrísimo... el punto de vista de los de abajo

Entrevista a Bob Avakian, Por Carl Dix

Sobre la guerra y la revolución, Sobre ser revolucionario y cambiar el mundo

Obrero Revolucionario #1166, 15 de septiembre, 2002, posted at http://rwor.org

Con gran entusiasmo el Obrero Revolucionario brinda a los lectores esta entrevista y diálogo entre Bob Avakian, el presidente del Partido Revolucionario Comunista (PCR), y Carl Dix, vocero nacional del PCR.

Esta es la décima parte y en los próximos números publicaremos otras partes de esta importante entrevista, que abarca una gran variedad de temas. En el futuro, la entrevista se publicará en su totalidad y estará disponible en la Internet.

La entrevista tiene leves cambios editoriales.

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En tiempos de grandes retos, el pueblo requiere "armas" extraordinarias que lo preparen para asumir tales retos, y lo que les brindamos aquí es verdaderamente extraordinario: una nueva arma política para los que nos oponemos a la ofensiva de guerra y represión de los imperialistas yanquis, que elevará nuestra conciencia y nos permitirá asumir retos y entrarle de lleno a la lucha por cambiar el mundo. El Obrero Revolucionario brinda a los lectores una importante entrevista con Bob Avakian, el líder del Partido Comunista Revolucionario, EU.

Tuve el gran honor de entrevistar a Avakian. De antemano, sabía que a mucha gente le hubiera gustado plantearle cuestiones muy candentes, pues a mí me las han venido planteando cuando divulgo el Borrador del Programa del partido y cuando platicamos de "la guerra ilimitada" que la clase dominante imperialista de Estados Unidos ha desatado contra el mundo. Así que sabía que iba a tener la responsabilidad y la oportunidad de plantearle esas cuestiones en nombre de todos.

Fue una experiencia fenomenal, difícil y a la vez muy divertida. Hace mucho tiempo que no tenía la oportunidad de platicar así con Bob Avakian, pero lo encontré igual, el mismo camarada "encendido" (para usar una frase de Peter Tosh) que ha dado liderazgo decisivo al movimiento revolucionario en tantas coyunturas cruciales en el pasado. Estaba totalmente al tanto de los acontecimientos en Estados Unidos y el mundo, y le entraba con el mismo entusiasmo inagotable a las cuestiones histórico-mundiales de la revolución proletaria. Pasamos varios días juntos haciendo la entrevista, que abarcó una gran variedad de temas, tales como la situación actual, la religión y lo que lo ha sostenido a lo largo de muchos años como líder revolucionario. Y al terminar "la jornada", lo pasábamos hasta muy noche platicando de básquetbol, cine y más.

Ojalá que los lectores disfruten tanto de la entrevista y aprendan tanto de ella como yo en el proceso de elaborarla..

Carl Dix

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Carl Dix: Quisiera regresar a unos temas que ya tocamos y examinarlos desde otro ángulo. Hablamos de la política de identidad [que cada nacionalidad o grupo debe luchar por sus propios intereses], y quisiera mencionar dos cuestiones interrelacionadas que plantean personas de esa tendencia. Habrá que ver si es mejor abordar ambas a la vez o verlas una por una. Bueno, primero dicen: "Faltaron caras negras y latinas en Seattle". O sea, critican esa pujante manifestación de jóvenes porque no participaron muchos negros y latinos, y sacan la conclusión de que fue negativa. La segunda cuestión es distinta pero me parece que está relacionada con la primera: dicen que la organización revolucionaria (y la organización multinacional) puede jugar un papel positivo siempre y cuando los líderes sean predominantemente negros, latinos, etc., porque de lo contrario, no perseverará en la lucha contra la opresión y explotación, y acabará acomodándose con el sistema, sobre todo con la supremacía blanca.

Bob Avakian: Bueno, vamos por partes, ¿no? Empecemos con la cuestión de "faltan negros y latinos" en las grandes protestas y manifestaciones de resistencia.

Es innegable que son contradicciones muy espinosas, pero no tiene caso criticar por eso manifestaciones como la de Seattle porque se terminará por fortalecer el aspecto negativo de la contradicción. Es decir, es necesario movilizar a los oprimidos, y especialmente a los proletarios, en las primeras filas, y a la vez unirse ampliamente con otras fuerzas para desenvolver la lucha por el camino que lleve a la revolución y resolver los problemas del pueblo y eliminar las causas de la opresión. Esa es nuestra meta pero, ¿cómo avanzamos hacia ella?; ¿cómo movilizamos a más y más masas --de las nacionalidades oprimidas y proletarios-- en las primeras filas de la lucha?

Una cuestión importante que he venido señalando en esta entrevista es que las disparidades en la sociedad tienen una influencia muy concreta. Por lo mismo, generalmente los proletarios no son los primeros que entran en lucha, ya sea la lucha contra las guerras imperialistas, la batalla por defender los derechos de la mujer u otras luchas. Eso no quiere decir que no se preocupen por esas cuestiones, pero en general no son los primeros que entran en lucha debido precisamente a la mayor opresión y represión en que viven. No es fácil que inmigrantes de la costura, "ilegales" como los llaman, le entren de lleno a la lucha política ni tampoco que residentes de vivienda pública que viven bajo el gatillo y con la regla de "un strike y fuera" (si acusan, no si condenan, sino si acusan , a un familiar, o incluso a una visita, de un delito, desalojan al inquilino) se manifiesten políticamente.

Desde luego, nos proponemos superar esos obstáculos; de hecho ese es un gran reto que se nos plantea para construir el tipo de movimiento revolucionario que necesitamos con el proletariado en la vanguardia y para forjar el núcleo sólido de las nacionalidades oprimidas como el núcleo del frente único amplio. Entonces, ¿cómo vemos los estallidos de lucha de otros sectores del pueblo? ¿Qué nos enseña nuestro trabajo (y seguramente tú podrías dar ejemplos)? ¿Cómo las masas de los ghettos y barrios pobres ven protestas como Seattle? ¿Acaso dicen: "¡Qué gacho que haya puros blancos y falten negros y latinos!"? Seguramente les hubiera gustado que participaran más negros y latinos, más gente como ellos, pero más que nada para ellos fue muy alentador ver a jóvenes, estudiantes y otros sectores del pueblo, principal pero no exclusivamente blancos. Pensaron: "¡Qué bueno que no estemos tan solos ni tan aislados! No nos tienen completamente cercados. Dicen que no más contamos con otros pobres como nosotros y que el resto de la sociedad favorece borrarnos del mapa si alzamos la frente, pero no es cierto".

Los de abajo se alentaron muchísimo por protestas como las de Seattle; les dio esperanza y ánimo para entrarle a la lucha de varias maneras y en varios frentes porque sentían que tenían con quienes unirse, que otra gente estaba dispuesta a luchar contra las injusticias del sistema. No dijeron: "Faltan caras negras y latinas. No hay suficientes negros o latinos" o lo que sea; dijeron: "¡Está padrísimo!"

Por otra parte, cabe mencionar que sí participaron negros y latinos, entre ellos compañeros con quienes trabajamos, camaradas de nuestra organización juvenil, la Brigada de la Juventud Comunista Revolucionaria (BJCR) y militantes del partido, que han participado en protestas como la de Seattle, las protestas contra el FMI y el Banco Mundial y contra las convenciones de los partidos Republicano y Demócrata en el 2000. Todo eso contiene ricas experiencias. Y después platicaron con las masas, por ejemplo con negros de clase media, y les plantearon lo padre que fue y los animaron a entrarle. Así es como se fomenta una dinámica positiva. O sea, ¿qué hacemos frente a la contradicción de que muchas veces los más oprimidos y explotados no son los primeros que le entran a ciertas luchas? ¿Fortalecemos el aspecto positivo y el ímpetu positivo que da a luz luchas importantes y le brinda al proletariado mucho potencial y aliados importantes? ¿O condenamos esas luchas como si no valieran porque participó principalmente otro sector del pueblo: blancos o chavos blancos o lo que sea? Cada clase analiza esas cosas a su manera.

CD: Claro, y es importante trazar la relación, como estás haciendo, con la concepción del mundo de cada clase porque de verdad fue muy alentador para los de abajo, sobre todo para muchos proletarios negros y latinos, que un chingo de jóvenes, principalmente blancos, se lanzaran a una batalla campal con la policía por la justicia social en Estados Unidos y en el mundo entero. Los jóvenes tomaron una posición muy consecuente y a los proletarios, como dices, les hizo sentir que "no somos los únicos inconformes, no somos los únicos con ganas de entrarle a luchar y darles duro" y "no estamos solos" a pesar de la fanfarronería del sistema de que: "Están solos. Están aislados y si luchan...".

BA: Sí, claro...

CD: "los aplastaremos". Ocurre lo mismo en otros casos. Por ejemplo, cada año la Coalición 22 de Octubre brega por movilizar a los que viven bajo el gatillo de la policía asesina, que son principalmente negros y latinos, y a aliados de otros sectores. Y eso también ha sido muy alentador para las masas, porque destaca las posibilidades de avanzar a través de lucha y que hay aliados que se solidarizarán. Este punto de vista es muy distinto al de criticar las protestas de Seattle porque participaron puros blancos, y cada cual expresa la posición de una clase y su proyecto, y es muy importante distinguir entre ellos.


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