¿Planificación socialista o “socialismo de mercado”?

Parte 3: Contra la sociedad de consumo

Raymond Lotta

Obrero Revolucionario #1169, 6 de Octubre, 2002, posted at http://rwor.org

"Se dice que el mercado de consumo capitalista es como una especie de "referendo" en el cual los consumidores "votan con billetes" y que "el mejor producto" gana. Esto es una tergiversación increíble porque el mercado es el que moldea al consumidor. En el mercado se gana en función del mercadeo. Se gana en función de la manipulación y creación de deseos. Lo que gana en el mundo de competencia brutal del capital es la rentabilidad y la producción más barata".

"El socialismo ha de forjar nuevas relaciones de vida social y de comunidad. Ha de desarrollar modos más colectivos de consumo y se propondrá crea una abundancia material de la sociedad para todos. También tiene que criticar y atacar la ideología del consumismo, que equipara el significado y el valor de la vida con la adquisición de cosas. Promoverá nuevos valores".

De la China revolucionaria: Muñecas con ropa de las minorías nacionales (arriba); una fábrica en el norte (derecha); campesinos de una comuna popular en un mercado rural (abajo).

A continuación publicamos la tercera y última parte de un artículo del economista político maoísta Raymond Lotta. Las otras dos partes salieron en los números 1167 y 1168. El artículo completo se publicó en el website 2changethe world.info, dedicado a la discusión y el debate del Borrador del Programa del Partido Comunista Revolucionario.

5. La cuestión de productos de consumo

El tema de los productos de consumo en una sociedad socialista ha salido a relucir en varias conversaciones que he tenido sobre el Borrador del Programa,pero antes de abordarlo quisiera decir algo sobre el mercado de consumo en el capitalismo.

Se dice que el mercado de consumo capitalista es como una especie de "referendo" en el cual los consumidores "votan con billetes" y que "el mejor producto" gana.

Esto es una tergiversación increíble porque el mercado es el que moldea al consumidor. En el mercado se gana en función del mercadeo. Se gana en función de la manipulación y creación de deseos (nuestra investigación económica indica que del 20 al 25% de la fuerza de trabajo de Estados Unidos se dedica a ventas, mercadeo y publicidad). Lo que gana en el mundo de competencia brutal del capital es la rentabilidad y la producción más barata.

Supuestamente debemos venerar el gran mercado de consumo de Estados Unidos. ¿Pero ese mercado no es parte del imperio? ¿Cuándo fue la última vez que compramos ropa que no hicieran obreros superexplotados del tercer mundo?

A. Revolucionar el campo del consumo

Los ideólogos capitalistas sostienen que el socialismo solo producirá cosas feas e iguales o que será imposible conseguir lo que uno necesite porque no se prestará la debida atención a la distribución de productos. La gente un poco más radical dice que la planificación socialista no responderá a los deseos de los consumidores porque tales deseos son muy variados y cambian todo el tiempo.

En el website 2changetheworld.info BrightRedLight (y yo sé que tiene las mejores intenciones) dice: "El mercado socialista seguramente responderá mejor a las necesidades de la población que la planificación central".

Mi primera respuesta a tales razones es: ¡NO ES LO SUFICIENTEMENTE RADICAL! Siempre me sorprenden las conjeturas sobre consumo de las teorías de "socialismo de mercado"; es como si, cuando se habla de productos de consumo, la situación debiera seguir igual y no alejarse de las normas del mercado.

Pero el maoísmo afirma que la revolución también tiene que revolucionar el campo del consumo.No imponer una "pobreza compartida", pero sí reestructurar radicalmente las relaciones entre los seres humanos y en última instancia alcanzar, con el logro del comunismo, lo que el Borrador del Programa llama una "abundancia material para todos"... en todo el mundo.

De modo que decir que "no es lo suficientemente radical" es decir que hay que penetrar bajo la "piel de la vida social" del mundo capitalista monopolista contemporáneo.

 Consideremos la relación entre el consumo capitalista, el hogar y el papel de cada género, y entre el mercadeo y las representaciones de belleza.

 Consideremos las terribles consecuencias que tienen para el ambiente los productos de consumo de usar y tirar.

 Pensemos en la relación entre una economía que se basa en el automóvil y la estructura social de los suburbios.

 Pensemos en las nuevas tecnologías de consumo y el repliegue a la esfera privada.

No abordaré esos temas aquí, pero los planteo para ilustrar que un mercado de consumo que supuestamente responda a los cambios de las necesidades del consumidor "no es lo suficientemente radical". O sea, la sociedad socialista tiene que responder a las necesidades sociales, pero también tiene que moldear la estructura, los estándares y la ideología del consumo.

Una de las secciones del Borrador del Programa que más hace reflexionar habla de los estándares de consumo y de las actitudes hacia el consumo en una sociedad socialista, en el contexto de desarrollar una economía independiente que no explote a los pueblos del mundo:

"La nueva economía satisfacerá las necesidades básicas de la población y procurará producir una variedad racional de bienes de consumo. Pero no `se beneficiará' del obrero indonesio que produce modelos costosos de ropa deportiva ni del campesino de otros países que siembra variedades de café para gustos caros... A su vez, las necesidades sociales de la población cambiarán de acuerdo a la transformación de la vida social. No habrá obsesiones con el consumo ni la necesidad de definirse uno mismo a partir de qué y cuánto consume".

También habla de socializar el consumo:

"Se satisfacerán más necesidades básicas sin dinero. Se ofrecerán servicios médicos, guarderías, actividades culturales y ciertos productos de consumo gratis o a bajo costo, de forma colectiva en los centros de trabajo, barrios, granjas, etc.".

El Borrador del Programa dice que un nuevo sistema agroindustrial que no desperdicie ni sea destructivo para el ambiente, y una economía que no se cebe en el mundo, dará lugar a grandes cambios. Requerirá una reorganización radical de las prácticas de producción. También requerirá el desarrollo de nuevos patrones de consumo.

El Borrador del Programa dice que la sociedad socialista tiene que aplicar elementos de distribución comunista: cada vez más bienes y servicios se distribuirán socialmente sin pago, de acuerdo a la necesidad. Dice que una meta de la sociedad socialista es crear una abundancia material común (compartida).

Lograr eso requiere, en parte, expandir la capacidad productiva. Pero también requiere crear nuevas redes sociales. La integración del trabajo, la vivienda y la comunidad trazará nuevos vínculos entre la producción y el consumo (la noción de "consumidor" no tendrá el mismo significado). Habrá una mayor base social para crear una abundancia material para todos.

B. Volvamos a los deseos de los consumidores

Un verdadero sistema de planificación socialista no puede ser indiferente a las necesidades y los deseos de la población. Debe salvaguardar los intereses del pueblo, y tiene que responder a los cambios de deseos y gustos. El Borrador del Programa no detalla esto, así que quiero indicar cómo se puede hacer. Me baso en la experiencia socialista y en la economía política del socialismo. El estado proletario tiene que tomar decisiones sobre los niveles de producción y sobre la combinación de productos de los sectores de bienes de consumo. Esas decisiones se basarán en las prioridades políticas, económicas y sociales; en la evaluación de deseos sociales; y en la capacidad de producción. Parte de esto se puede determinar y resolver en los niveles políticos y administrativos regionales y locales.

En el campo de la producción y distribución de bienes de consumo, la economía socialista tiene que usar un sistema de precios y mecanismos de feedback.

Veamos el sistema socialista de precios: durante un tiempo, los individuos comprarán muchos productos de consumo, así que el estado socialista tiene que "regular" esta esfera. El comercio (de "minoristas" y los canales de distribución de mayoreo) debe estar bajo el control del estado proletario. El estado utilizará un sistema de precios que sea "racional" desde una perspectiva socialista. Eso quiere decir que los precios deben concordar con el ingreso total en la sociedad. También quiere decir (y esto es totalmente "irracional" desde la perspectiva de la economía burguesa) que los precios de bienes y servicios se deben establecer conscientemente para satisfacer las necesidades básicas.

Vayamos un poco más a fondo. Los productos esenciales, como alimentos y medicinas, tendrán un precio muy bajo (se venderán al costo o bajo costo) o se distribuirán gratis. Si hay escasez y trastornos de abasto, será necesario racionarlos. Otros productos necesarios pero no esenciales costarán un poco más. Y los productos menos esenciales (BrightRedLight los llama "pequeños lujos") tendrán una estructura de precios diferente. Esas categorías cambiarán con el tiempo, al compás de las capacidades de producción y de la transformación de la vida social.

Pasemos a lo que se podría llamar el asunto de "preferencias": el volumen, la diversidad y la variedad de bienes de consumo. La crítica burguesa típica es que una economía socialista no puede responder a los cambios de deseos y gustos, o que no le importan. Hay dos respuestas a eso.

Ya he mencionado la primera. En el campo del consumo, el socialismo no es "más de lo mismo" (o "menos de lo mismo"), con el individuo como punto de partida y punto final de todo. El socialismo ha de forjar nuevas relaciones de vida social y de comunidad. Ha de desarrollar modos más colectivos de consumo y se propondrá crea una abundancia material de la sociedad para todos. También tiene que criticar y atacar la ideología del consumismo, que equipara el significado y el valor de la vida con la adquisición de cosas. Promoverá nuevos valores.

Así y todo, es legítimo preguntar cómo responderá la economía socialista a los deseos del consumidor y a los "cambios de gustos". La respuesta es que se requieren "mecanismos de feedback" y "flujos de información" en el proceso de planificación para poder responder a ellos. Se requieren comunicación e investigación social a todos los niveles.

Mejor dicho, no se trata de dejar a los burócratas decidir desde lejos, ni de dejar que el mercado y el precio dicten lo que se produce y quién lo compra.

Para ver esto a un nivel concreto y práctico, me parece interesante observar lo que se hacía en la China maoísta:

 Las organizaciones gremiales hacían encuestas de consumidores periódicamente.

 El sistema de distribución tenía una cantidad relativamente grande de puntos de venta para evitar la congestión y para inventariar los cambios de gustos.

 Las tiendas de departamentos hacían foros públicos para oír sugerencias y quejas.

 Cuando salían nuevas líneas de productos, las tiendas de departamentos y las tiendas grandes tenían que reservar un mostrador para ellos y solicitar reacciones.

 Los organismos encargados de distribución y los minoristas se reunían cada mes para hablar de problemas de mercadeo, volumen, calidad y adecuación de los productos.

 Unos equipos móviles hacían "investigaciones relámpago" de necesidades y respuestas de los usuarios en tiendas y centros de distribución.

 Los organismos encargados de distribución mantenían representantes en las plantas de los principales distribuidores, que actuaban como enlaces de los usuarios.

No doy estos ejemplos porque el sistema funcionara a la perfección ni porque sea el camino para todos (los maoístas no creemos en eso: la vida y la lucha de clases son demasiado complicadas); pero creo que esta orientación a los deseos de consumidores y usuarios (¡que funcionó!) permite quitarse los tapaojos y pensar en alternativas serias a los mecanismos de decisión de mercado y precios.

Quiero terminar con lo siguiente:

BrightRedLight escribe: "El marxismo es una herramienta analítica creativa que evoluciona". Estoy de acuerdo, añadiendo que es una herramienta para llegar a la sociedad sin clases.

El Borrador del Programa del Partido Comunista Revolucionario y los conocimientos generales que han adquirido el partido y el Movimiento Revolucionario Internacionalista dan testimonio del vigor del marxismo, de su capacidad de asimilar nuevas experiencias y nuevos análisis, para que podamos llevar a cabo la revolución más radical y liberadora: la revolución proletaria mundial.


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