La guerra popular de Nepal: Acciones del este al oeste del país

Obrero Revolucionario #1169, 6 de Octubre, 2002, posted at http://rwor.org

"Los policías que sobrevivieron al incidente de la noche del sábado... en Bhiman, distrito de Sindhuli, siguen sufriendo un trauma mental inmenso...".

Kathmandu Post , 10 de septiembre de 2002

Krishna Prasad Parajuli, un subinspector policial, le dijo al periódico Kathmandu Post que logró escapar saltando un barranco cerca del puesto policial, metiéndose en la selva y trepando un árbol.

Otro policía dijo que se escondió en un arrozal y se cubrió de tierra todo menos la cabeza.

Un funcionario del partido gobernante dijo: "Estoy vivo porque me escondí debajo de la cama".

En el hospital, el subinspector trataba de contener el llanto al relatarle al Kathmandu Post : "Las balas zumbaban por todos lados. Nos escondimos en la trinchera, pero no pudimos quedarnos ahí... Subimos a gatas hasta el puesto de mando. Hubo un tiroteo y luego, silencio. El inspector, nuestro comandante, pensó que habíamos ganado y gritó: `¡Nepal prahari jindabadh!' (Viva la policía de Nepal)". Pero el tiroteo empezó de nuevo.

* * * * *

La noche del sábado: Bhimad

El 7 de septiembre, muy de noche, el Ejército Popular de Liberación (EPL) lanzó un ataque osado contra un puesto policial de Bhimad, en el distrito Sindhuli del este de Nepal, unos 160 km al sureste de la capital, Katmandú.

De los 74 policías que estaban en el lugar, murieron 49 y 21 quedaron heridos. Los que escaparon con vida huyeron a la tupida selva que rodea el pueblo.

Esta fue la primera ofensiva importante de los rebeldes desde el levantamiento del estado de emergencia el 28 de agosto, tras nueve meses de vigencia.

Según fuentes policiales, de 1,000 a 1,500 insurgentes participaron en el combate, que duró cinco horas.

Es casi rutina ahora que los policías se salgan de los puestos en la noche para dormir en trincheras por temor a ataques. Esta vez, cuando el ataque empezó, los policías corrieron aterrados de las trincheras... para toparse con una ráfaga de balas.

Los testigos dijeron que la guerrilla llegó en tres grupos y rodeó el puesto policial, y que las balas y las bombas caseras caían como granizo.

La guerrilla prendió fuego a casi todos los edificios del gobierno menos el hospital. Destrozó completamente el puesto policial y se llevó las armas.

Bloquearon las vías de acceso al pueblo con enormes rocas y árboles cortados, lo cual retrasó la llegada de refuerzos hasta la mañana. Por carretera, el cuartel del distrito estaba a solo una hora del pueblo, pero las fuerzas de seguridad tardaron seis horas en llegar y los guerrilleros ya se habían ido.

Los noticieros informaron que una mina detonada por los rebeldes hirió a dos policías de seguridad que se dirigían hacia el campo de batalla. Un capitán del Ejército Real Nepalés (ERN) afirmó que sus tropas pelearon con los guerrilleros por una hora para llegar al puesto policial destruido.

La noche de domingo: Sandhikharka

"Era domingo, las tres de la mañana. En un valle pequeño y silencioso en los montes de Arghakhanchi, en el oeste de Nepal, de repente estalló el caos cuando miles de maoístas atacaron el cuartel del distrito de Sandhikharka.

"Bharat Pyakurel, de la Fuerza Policial Armada, le dijo al Kathmandu Post desde el hospital: `No permitieron aterrizar a tiempo los helicópteros de refuerzos y los maoístas nos arrollaron'".

Kathmandu Post, 10 de septiembre de 2002

Apenas 24 horas después del ataque contra Bhimad, el Ejército Popular de Liberación lanzó otro ataque osado contra un puesto policial... esta vez a unos 300 km al oeste de Katmandú, en el lejano pueblo de Sandhikharka, capital del distrito de Arghakhanchi.

Unos 200 soldados y policías estaban acantonados en el pueblo y, según los informes de prensa, 85 murieron y 22 quedaron heridos. La guerrilla incendió y destruyó todos los edificios del gobierno y una prisión.

El ataque empezó a las 10 de la noche, con la llegada de miles de rebeldes (4,000, según algunos informes), gritando consignas maoístas. Atacaron un cuartel del ejército, las oficinas de la policía armada y el puesto de la policía civil. Un policía dijo que una gran cantidad de guerrilleros jóvenes prendieron fuego a los edificios del gobierno, mientras otros grupos atacaban las bases de seguridad con buenas armas. El ataque duró hasta la mañana del lunes.

Los funcionarios del gobierno afirmaron que los maoístas confiscaron dinero de los bancos y pusieron bombas en instalaciones del gobierno, como la oficina de administración del distrito, el cuartel y las oficinas de la policía del distrito.

En la televisión nepalesa un policía dijo que los maoístas atacaron de todas direcciones con armas automáticas modernas. Bal Jung Tamang, un oficial de la Fuerza Policial Armada que se recuperaba en el hospital, le dijo a la prensa: "En mi opinión, están bien entrenados y son letales... Huyeron como a las seis de la mañana, después de la llegada de los refuerzos del ERN y la policía. A esa hora, ya habían matado a la mayoría de nuestras tropas y se habían llevado las armas".

Los testigos informaron que tras apoderarse del pueblo los rebeldes hicieron un desfile de victoria, dieron un breve discurso y se retiraron con las armas confiscadas.

Más tarde, los vecinos contaron que en los dos o tres días previos al ataque la guerrilla maoísta fortaleció sus posiciones en las aldeas vecinas. La prensa informó que como parte de los preparativos también construyeron campamentos de salud en nueve lugares; y como en Bhimad, bloquearon los senderos y caminos de acceso.

Emergencia para el gobierno

El reaccionario gobierno de Nepal, pasmado por el éxito de los dos ataques del EPL, considera reimponer el estado de emergencia.

El estado de emergencia apenas se levantó el 28 de agosto, tras nueve meses. El estado de emergencia da a las fuerzas de seguridad amplios poderes para buscar y detener, y suspende muchísimos derechos constitucionales. Durante el estado de emergencia el ERN y la policía asesinaron, violaron y torturaron a la población civil del campo, y realizaron varias campañas de contrainsurgencia. Una intensa campaña de desinformación solo permite la publicación de información del gobierno. El gobierno ha detenido a unos 130 periodistas, cerrado publicaciones pro maoístas y asesinó en la cárcel a Krishna Sen, director del periódico maoísta Janadesh.

Los edecanes del primer ministro han dicho que todos los jefes de seguridad ahora recomiendan la reimposición del estado de emergencia. El ministro de Gobernación le dijo a la agencia de prensa Reuters: "Ahora el estado de emergencia es inevitable. Hay que reimponerlo".

El Consejo Popular Revolucionario Unido convocó un bandh (huelga) nacional para el lunes 16 de septiembre, con la consigna: "¡Montar una resistencia unida contra la dictadura militar real!" Con el avance de la guerra popular en Nepal, la situación seguramente intensificará aún más.

Head: La realidad de la "guerra civil"

A continuación, una reciente declaración (Contestación sobre asuntos de la actualidad, 4 de septiembre de 2002) de Baburam Bhattarai, miembro del Comité Permanente del Partido Comunista de Nepal (Maoísta) y presidente del Consejo Popular Revolucionario Unido en Nepal.

¿Se trata de "terrorismo"? ¿Una "insurgencia"? ¿O una verdadera "guerra civil"? Sin acrobacias de palabras, podemos decir con certeza que lo que ocurre es una verdadera guerra civil. Al seguir, con honestidad e inteligencia, la definición y categorización de "la guerra" en cualquier libro de derecho internacional o en artículos del Convenio y Protocolo de Ginebra sobre la guerra, habrá que reconocer que el enconado conflicto armado que se da por todo el país entre el Ejército Real Nepalés (ERN) y el Ejército Popular de Liberación (EPL) es una guerra civil.

No es un secreto que todo el país ahora está dividido en dos ejércitos, dos estados, dos economías y dos culturas. El ERN está confinado principalmente a los cuarteles de distrito, los centros urbanos y las zonas que colindan con las carreteras, y el EPL controla todo lo demás, más del 67% del país. Se informa que los choques armados entre los dos ejércitos rivales son comunes en 73 de los 75 distritos. El poder popular se ejerce a nivel local en una red de Comités Populares revolucionarios, coordinados a nivel central por el Consejo Popular Revolucionario Unido (CPRU), un embrión del Comité Organizativo del Gobierno Central Popular bajo el liderazgo del PCN (Maoísta).

¿No es un autoengaño y una ridiculez pintar o descartar dicho movimiento político revolucionario como un simple caso de "terrorismo"? ¿En qué otro país, o cuándo en la historia, han gozado los "terroristas" del apoyo tan generalizado de las masas? Nos intriga mucho que el gobierno de Bélgica no vea esa realidad objetiva y que hace poco acordó dar armas al ERN*, en contravención total del Código de Conducta de 1998 de la Unión Europea, el cual prohíbe la venta de armas a las partes de "conflictos internos". Si aquí no se trata de un "conflicto interno", pues señores, ¿de qué se trata?

La negación del mundo civilizado a reconocer que el actual conflicto armado entre dos partes beligerantes es "una guerra civil" o "una guerra interna" ha llevado al ERN a cometer crímenes de guerra generalizados, como la ejecución de centenares de prisioneros de guerra, la masacre de miles de civiles (que luego describe como combates) y vil tortura, violación e incendios contra la población civil, todo con una impunidad completa. Varias organizaciones nacionales e internacionales de derechos humanos han documentado esos crímenes de guerra, los cuales se taparon sin inconveniente bajo el estado de emergencia.

* Nota de la redacción: El gobierno belga hace poco aceptó vender al gobierno de Nepal 5,500 ametralladoras para la contrainsurgencia.


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