Obrero Revolucionario #1172, 27 de Octubre, 2002, posted at http://rwor.org
Mucha gente espera que la ONU pare la guerra que Estados Unidos está preparando contra Irak. Pero un análisis de los motivos de los gobiernos miembros del Consejo de Seguridad demuestra lo irreal que es ese sueño.
No es ningún secreto que los aliados Francia y Alemania, y el ex rival Rusia, se oponen a la conquista estadounidense de Irak. Washington dice que eso se debe a que las potencias europeas son débiles ante la "amenaza" de Saddam Hussein.
Pero la verdad es que esas potencias tienen sus propios intereses estratégicos en el golfo Pérsico. Alemania y Francia dependen del petróleo del Golfo, y a sus clases dominantes les preocupa mucho un ataque contra las principales arterias petroleras y una ocupación estadounidense a largo plazo de los principales yacimientos petroleros del planeta. Un desastre militar para Estados Unidos en el Golfo podría trastornar la economía europea, y una victoria estadounidense dejaría a Europa vulnerable a presiones.
Sus propios intereses imperialistas dictan que las clases dominantes europeas apoyen una política de "contener" a Irak (desarmarlo y neutralizarlo por medio de la presión externa) pero que se opongan a un "cambio de gobierno".
Los imperialistas rusos tienen enormes inversiones en Irak y viejas relaciones con el actual gobierno. El New York Times informó el 17 de octubre que varias compañías rusas controlan el derecho de vender el 40% del petróleo iraquí en el mercado mundial. Además, se calcula que tienen contratos que cubren más de 70 billones (mil millones) de barriles de petróleo, o sea, más de la mitad de las reservas del país. Todo eso podría hacerse añicos en una invasión estadounidense, si Washington se lo ordena al nuevo gobierno. Sin esas inversiones, la economía rusa se iría a pique.
Todo eso ha llevado al baile diplomático de la ONU, donde Estados Unidos ha pedido un cheque en blanco para atacar a Irak y las demás potencias piden que las consulten. El Consejo de Seguridad de la ONU no es un "foro de la comunidad mundial" sino una "reunión de los principales carteles criminales".
La clase dominante estadounidense piensa que en este momento es el "capo de tutti capi", o sea, el más poderoso de todos, y ha lanzado una amenaza a los demás: "están con nosotros o están contra nosotros".
Hace poco Gerhard Schroeder ganó las elecciones en Alemania con una campaña de oposición a las "aventuras" de Bush en el Golfo. Eso enfureció a Washington: Rumsfeld no quiso darle la mano al secretario de Guerra alemán en una conferencia internacional y Richard Perle pidió un "cambio de gobierno" en Alemania (palabras que normalmente se usan en el caso de neocolonias como Panamá).
El ex director de la CIA, James Woolsey, dijo que si Francia no apoya la guerra contra Irak, Estados Unidos debe negarle el petróleo iraquí. El Congreso Nacional Iraquí (un grupo de exilados financiado por la CIA) anunció que si llega al poder tras una invasión, "reconsideraremos los contratos de Rusia y Francia en particular".
Además, un documento de la CIA filtrado al periódico Le Monde acusa al gobierno francés de vender a Irak aviones militares Mirage equipados con tanques para regar agentes químicos o biológicos. Fue una amenaza no muy disfrazada de que si París no coopera con el ataque contra Irak, se podría encontrar acusado de conspirar con Saddam Hussein.
Estados Unidos está a punto de iniciar la construcción de un oleoducto de $3 billones a través de Georgia (vecino de Rusia). El oleoducto vinculará el centro petrolero de Bakú con el puerto mediterráneo turco de Ceyhan. Competirá directamente con un oleoducto ruso que vincula el mar Caspio con sus buquetanques del mar Negro. Rusia quiere parar el oleoducto a Turquía porque le daría el control del petróleo del Caspio a Estados Unidos.
Así que Rusia ofreció otro acuerdo gangsteril a Washington: apoyará la guerra contra Irak (con el pretexto de la "guerra contra el terrorismo") si le permite atacar a Georgia (con el mismo pretexto). Eso demoraría la construcción del oleoducto.
El capo yanqui rechazó la oferta con desdén. Está resuelto a apoderarse de los yacimientos petroleros del Caspio por sí mismo y cree que Rusia tendrá que someterse para no perder toda su influencia en Irak. Pero todavía no ha prometido nada. Un funcionario de gobierno de alto nivel le dijo al New York Times:"Les hemos dicho que entendemos lo que tienen en juego económicamente. Pero eso no quiere decir que vamos a firmar un cheque en blanco. Vamos a ofrecerles igualdad de oportunidades". O sea, Estados Unidos piensa renegociar todos los contratos, y permitir a las compañías rusas competir con los rivales occidentales.
Ninguna de esas potencias (Francia, Alemania o Rusia) se opone a la dominación de los países del tercer mundo. Ninguna se opone al saqueo del petróleo del Medio Oriente ni de las demás riquezas de esos países. Sus desacuerdos en la ONU son parte de la pelea para dividir las esferas de influencia, en Irak y en todo el nuevo orden mundial, y para ver quién hará el reparto.
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