Obrero Revolucionario #1173, 3 de noviembre, 2002, posted at http://rwor.org
Recibimos la siguiente declaración de la rama de Nueva York del PCR:
Octubre de 2002
¡JUSTICIA PARA LOS 5 DEL PARQUE CENTRAL!
¡MENTIROSOS! ¡MENTIROSOS! Condenaron y encerraron a cinco jóvenes de 14, 15 y 16 años --Antron McCray, Kevin Richardson, Raymond Santana, Yusef Salaam y Kharey Wise-- por el asesinato de una joven corredora en el parque Central de Nueva York en 1989 con mentiras. El caso recibió mucha publicidad por todo el país: calumniaron a los cinco jóvenes y los tildaron de "manada de lobos".
Otro hombre, Matías Reyes, ha confesado que violó y mató a la corredora. A Reyes lo arrestaron unas pocas semanas después del asesinato del parque Central y lo condenaron por violar y matar a una señora embarazada. También cometió otras violaciones en los barrios cercanos y una en el parque dos días antes del ataque por el que condenaron a los cinco jóvenes. Pero nunca entrevistaron a Reyes sobre este caso, ni compararon muestras de semen de las varias violaciones. Que ocurrió una violación casi idéntica dos días antes en un lugar cercano nunca se mencionó en el juicio de los cinco jóvenes.
Ahora se sabe que: el ADN del semen del ataque del parque Central es de Reyes; el semen no es de ninguno de los cinco jóvenes; y las pocas pruebas físicas que presentaron en el juicio son falsas.
¡Y ahora esperan que creamos las declaraciones de la policía y la fiscalía de que todo eso ocurrió "por descuido"!
¿Qué pasó esa noche?
La policía ya había arrestado a docenas de jóvenes esa noche a raíz de varios incidentes. Cuando apareció el cadáver de la corredora, la policía empezó a interrogar a los arrestados, sin abogados ni padres, y sin permitirles comer ni dormir. Tras largas horas de interrogatorio cinco "confesaron", aunque poco después se retractaron. Pero a pesar de esto, de la falta de pruebas físicas y de las considerables pruebas de que otra persona cometió el crimen, los condenaron y los metieron a la cárcel.
Pero la cosa no paró ahí. En este país ocurren más de 200 violaciones a diario: una realidad que molesta poco a los politiqueros y los medios. Pero tras la violación del parque Central, desataron una campaña nacional de calumnias contra toda una generación de jóvenes oprimidos, como si fueran culpables de toda violación. Ahora todos los jóvenes negros y latinos son culpables a menos que demuestren su inocencia. Todo grupo de jóvenes oprimidos es una "manada de lobos". A los padres, educadores y ministros negros y latinos los acusaron de criar una generación de "animales salvajes". El superrico capitalista de bienes raíces Donald Trump pidió ejecutar a los cinco jóvenes.
Fue un parteaguas en la criminalización de una generación. Les robaron muchos años a cinco jóvenes y crearon una atmósfera que evoca 400 años de linchamientos de negros en este país.
¿Quiénes fueron la verdadera "manada de lobos" en 1989? ¿Quiénes siguen acosando a los oprimidos de este país y del mundo entero? El aparato de mentiras y opresión de la clase dominante, su policía, fiscalía y jueces, su prensa prostituta y "expertos" de toda calaña. Ellos fueron la "manada de lobos" que lanzó el vil ataque político contra los cinco jóvenes, contra todos los oprimidos, y los jóvenes negros y puertorriqueños en particular.Pero la estructura de poder tampoco paró ahí. Aprovechó la oportunidad para darles una advertencia a las mujeres independientes y también le echó la culpa a la víctima. ¿Por qué estaba en el parque? ¿No sabía que una mujer no debe andar en la calle de noche? ¿No se lo buscó? El hecho de que la mayoría de las veces el violador conoce a su víctima, o el hecho de que una mujer corre más peligro a manos de un novio o esposo que en la calle... nada de eso figuró en el debate público sobre las causas de la violación.
Las consecuencias han sido devastadoras. Se puede ver en el centro, donde los jóvenes negros caminan con ojos cautelosos. Se puede ver en las cárceles, donde la población se duplicó en los años 80 y 90, principalmente a raíz de las largas sentencias a los jóvenes negros y latinos de la "guerra contra la droga". Se puede ver en los más de 2,000 asesinatos policiales de la década pasada, que justificaron tildando a las víctimas de "delincuentes peligrosos" y "lobos".
Los cinco jóvenes ya cumplieron su sentencia. No se puede devolverles los años robados y es una infamia que la fiscalía todavía no quiera anular su condena. Ahora hay que enjuiciar a los responsables de esa conspiración de confesiones coaccionadas y mentiras.
No es demasiado tarde para sacar lecciones que pueden ayudarnos a parar los crímenes de este sistema:
La próxima vez que las autoridades griten que quieren "justicia" para la mujer y las demás víctimas de la opresión, pensemos en el caso del parque Central.
La próxima vez que digan que el "racial profiling" es necesario para garantizar la "seguridad" de todos y que podemos confiar que lo harán con equidad, pensemos en el caso del parque Central, en los 2,000 asesinatos policiales y en los millones de jóvenes negros y latinos que se pudren en las cárceles.
La próxima vez que digan que "tenemos las pruebas", recordemos que tergiversan pruebas o crean falsas "pruebas" si les conviene, ya sea contra los acusados de delitos menores, supuestos terroristas u otros gobiernos.
Hay que cuestionar lo que digan esos mentirosos y criminales. Sus "verdades" no se deben creer. Sus clamores de "justicia" son una señal de que están a punto de derramar la sangre de los inocentes. Su "preocupación" por las víctimas es una señal de que van a presentar a los "culpables" que les conviene y a atacar con más saña las comunidades oprimidas.
Ese es el "American way", ¡y todo este horror continuará hasta que los oprimidos se responsabilicen de tumbar este sistema hipócrita e injusto!
Rama de Nueva York, Partido Comunista Revolucionario
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