Obrero Revolucionario #1178, 8 de diciembre, 2002, posted at http://rwor.org
Recibimos el siguiente artículo de Osage, de la BJCR, y dos organizadores del proyecto No en Nuestro Nombre (NION):
"Nuestra generación no tiene fronteras. Se extiende de Colombia a Somalia, de Afganistán a Yemen, de Filipinas a Estados Unidos. El gobierno estadounidense recorre el mundo matando a miembros de nuestra generación, y lo hace en nuestro nombre. Como miembros de esta generación, es nuestro deber defender de las injusticias de este gobierno a nuestras compañeras y compañeros por todo el mundo... Esto lo vamos a hacer a nuestro modo, NO A SU MODO... No lo aceptaremos nada más porque el gobierno, la prensa y las demás autoridades digan que se hace por nuestro bien. Nos toca defender los intereses de los pueblos de todo el mundo".
De una carta de estudiantes de
prepa de Nueva York que militan con el
Proyecto No en Nuestro Nombre
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La mañana del 20 de noviembre, los noticieros informaron que unos aviones de guerra estadounidenses e ingleses bombardearon cerca de Bagdad en respuesta a "provocaciones" iraquíes (o sea, fuego defensivo).
Aquí acababa de entrar en vigor una ley que dicta que todos los estudiantes, turistas, empresarios y visitantes de Irak, Irán, Libia, Siria y Sudán, hombres mayores de 15 años, se presenten en una oficina del Servicio de Inmigración (la Migra) antes del 16 de diciembre, o los acusarán y deportarán.
Esta es la nueva "normalidad" post 11 de septiembre de 2001, que pretenden que nuestra generación se trague "por nuestro bien y seguridad".
Pero una cantidad significativa de gente dice "NO". Los jóvenes y estudiantes tratamos de hacernos oír y de ser una fuerza capaz de parar esta guerra antes de que empiece.
De idea a realidad
"En la historia, los colegios y las universidades siempre han sido bastiones del progreso. Como estudiantes, ocupamos una posición única en la sociedad. Por un corto tiempo, nos dedicamos a profundizar nuestros conocimientos y a entender el mundo; por ello surgen dos importantes interrogantes. El primero: ¿Qué significa ser estudiante y estar en la vanguardia de la investigación científica y social? El segundo: ¿Cuál es nuestra responsabilidad ante la sociedad? Somos estudiantes y líderes al mismo tiempo. Empezando por la segunda pregunta, la de responsabilidad: los universitarios somos como un ejército de reserva que tiene el deber de cuestionar, y lo tenemos que cumplir. Estudiar y no hacer nada es traicionar a quienes no tienen la oportunidad de estudiar. Cuanto más conozcamos el mundo, mayor debe ser nuestro esfuerzo por cambiarlo. Debemos ir del laboratorio a la escuela, a la cámara y a las calles, tanto en nuestra vida personal como en nuestra vida en la comunidad".
De una declaración de estudiantes de la universidad Hampshire College de Amherst, Massachusetts
"Debemos plantear la visión de un movimiento contra los actos de guerra y represión de `nuestro propio' gobierno que llegue a todo rincón del planeta, un movimiento tan recio y pujante que no sea posible ocultarlo de las masas del mundo, ni de las masas de los países y regiones que son blancos de la agresión del imperialismo yanqui y que justamente son `semilleros' de odio `a América'... Imaginemos cómo atizará la lucha y el potencial para una nueva configuración de fuerzas en que la gente común del mundo entero luche por una causa común contra los opresores y gandallas del mundo, sobre todo la clase dominante de Estados Unidos, que --quedará más claro con cada día que pase-- no habla ni actúa de acuerdo a los intereses ni en nombre de una creciente mayoría del pueblo estadounidense...".
Bob Avakian, presidente del PCR,EU
El 20 de noviembre empezó como una mera idea.
Tras las protestas de "No en nuestro nombre" del 6 de octubre, los organizadores sabíamos que podíamos seguir adelante. Por todas partes los estudiantes pedían algo monumental y unificador. Así que surgió la idea de un día de acción de la juventud y los estudiantes por todo el país.
Volanteamos en la manifestación del 26 de octubre de ANSWER en Washington, D.C., y enviamos e-milios por todo el país.
Mucha gente respondió con entusiasmo y se comprometió a correr la voz; otros tenían dudas y nos hicieron muchas preguntas; otros no creían que era posible. Surgió oposición también: que nuestro plan no era realista, que no se podía hacer tanto en tan poco tiempo, que salirnos de clases ofendería a los maestros que querían enseñarnos, que estudiar (un derecho del cual no disfrutan muchos jóvenes del mundo) es en sí un acto de resistencia. Otros dijeron que protestarán contra la guerra después de que empiece, no ahora. Pero pusimos manos a la obra.
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Muchos estudiantes le entraron a la idea de un día de protesta. Planearon foros, paros, mítines, reuniones y teatro callejero. Aquí en el "punto cero", en Nueva York, queríamos hacer un paro de clases y un mitin. Mucha gente respondió, especialmente la Coalición pro Paz de NYU y YouthBloc, una red de estudiantes de preparatoria.
En la preparatoria LaGuardia High School, organizaron un foro el viernes antes de la protesta. Unos 80 estudiantes estaban esperando, pero cuando los oradores llegaron con volantes que comparaban las violaciones de las resoluciones de la ONU por Irak y las violaciones (más numerosas) por Israel, las directivas no los dejaron entrar. A los organizadores (unos son judíos) los regañaron. Unos estudiantes sionistas los tildaron de antisemitas.
A los organizadores de paros escolares los amenazaron con suspenderlos, enviar cartas a los padres y más. Querían ahogar nuestros sueños antes de que se realizaran. Incluso en los círculos de la resistencia, empezaron a expresarse dudas de que esto era muy grande y que no podríamos hacerlo. Pero a pesar de eso la resistencia siguió creciendo y los estudiantes amenazados con los peores castigos fueron los más audaces organizadores.
Empezamos a darnos cuenta de que, para tener el impacto que queríamos, tendríamos que hacer captar que los planes de guerra nos afectarán de una manera drástica.
En Nueva York peleamos para obtener los permisos necesarios. Nos reunimos a diario con los abogados de la alcaldía. En la prepa LaGuardia y en las emisoras progresistas contamos que querían callar a los organizadores. El movimiento cobró más fuerza y las directivas de LaGuardia dieron un paso hacia atrás. Mandamos cartas a los maestros para pedirles que apoyaran la protesta.
El júbilo de lanzarse a la calle
La mañana del 20 de noviembre, los directores de prepas estaban listos a suspender a los desobedientes. Pero 2,000 estudiantes estaban listos a correr los riesgos necesarios para expresar solidaridad con el pueblo iraquí y oposición a la guerra.
En vista de todos los obstáculos --de apatía y dudas a amenazas-- no sabíamos cuántos estudiantes irían, pero estábamos resueltos a hacernos oír en todo caso.
Nos reunimos --sin permiso oficial-- en la plaza Union Square, donde ya había un chingo de policías. Al comienzo éramos cinco personas, poco después éramos 50 y luego 500. Llegó gente de muchas nacionalidades, barrios, tendencias políticas y escuelas; jóvenes de grupos como el Partido Verde, No Sangre por Petróleo, la Liga de Resistencia a la Guerra, la Internationalist Socialist Organization, YouthBloc, la Coalición pro Paz de NYU y la Brigada de la Juventud Comunista Revolucionaria, y muchos jóvenes sin grupo. Llegaron de muchas prepas, particulares y públicas, y de universidades. Algunos eran de movimientos y otros participaban por primera vez.
Sumamos 2,000 cuando llegó un contingente encendido de mil estudiantes de la Universidad de Nueva York. Llevamos 30 hermosas banderas del globo terráqueo. Como no teníamos permiso para usar altoparlantes, unos se treparon a un muro y gritaban los lemas: "¡Nos quieren callados y mansos, no a la guerra contra el mundo en nuestro nombre!" y "¡El FBI intercepta llamadas telefónicas y el correo, métanlo a la cárcel sin regateo!".
Muchos se salieron de clases porque les enfurece lo que está haciendo el gobierno. Una estudiante de 18 años de la universidad Hunter College dijo: "Estamos luchando contra la guerra. Los jóvenes debemos influenciar lo que pasa en el mundo". Un estudiante de Friends Seminary dijo: "Creo que tenemos que unirnos y defender a los que no pueden defenderse a sí mismos, como por ejemplo la gente de Irak, que no ha hecho nada malo". Una estudiante de NYU dijo: "Estoy aquí porque no creo que esta guerra es necesaria. Esta guerra solo beneficia a un puñado de gente. Tenemos que unirnos y luchar por el cambio. Si somos muchos, podemos parar esta guerra".
La policía y los abogados nos dijeron que no podíamos marchar en la calle Broadway, ni siquiera en la acera, y que más valía buscar otra calle. Pero no nos dejamos y coreamos: "¡A la Broadway!". Empezamos en la acera, pero en un dos por tres estábamos en plena calle. Desfilamos por la Broadway sin permiso. ¡La juventud, harta de oír que no tenemos derecho de hablar o pensar de lo que pasa en el mundo, llenó la calle más gruesa de Manhattan!
Había momentos de policías en patrullas, camiones e incluso un helicóptero, y trataron de empujarnos a la acera. Pero nos reímos de ellos y les gritamos: "¡Chínguense!". No podían contenernos y corrimos por la calle saltando, tocando tambores y felicitándonos, los puños en alto.
Una organizadora de NION dijo: "¡Qué cosa tan increíble cuando nos lanzamos a la calle! Caminando por la Broadway, no sabía qué iba a pasar. Teníamos una gran variedad de ideas sobre qué hacer, física y metafóricamente. Yo solo quería que no nos separáramos. En medio de la marcha, cuando estábamos en la acera, los organizadores nos pusimos a discutir si debíamos echarnos a la calle. ¡Pero la marcha ya estaba en la calle! Coreamos tan alto que estoy segura de que nos oyeron del otro lado de Manhattan. Es el entusiasmo que tiene que manifestarse a cada paso de este movimiento".
Marchamos al parque Washington Square. Miles Solay (de ¡Rehusar & Resistir!) y Naomi (una estudiante de prepa miembro de NION y de Riot Grrl), felicitaron a la multitud por lo que había logrado y por su osadía.
Pasaron al micrófono muchos; dijeron que estamos al tanto de lo que está pasando en el mundo, que no somos una bola de ignorantes como dicen, que el petróleo, y no la seguridad de la población, es la meta de esta guerra. Un estudiante señaló un parquecito al frente y dijo: "¡Si estuviéramos en Irak, esos niños podrían estar muertos en unos pocos días! Podría haber muchas docenas de parquecitos silenciados por todo el país. ¡No lo vamos a permitir!". Condenaron el racismo contra los árabes y los musulmanes, y los interrogatorios, los arrestos y las deportaciones. Un grupo de estudiantes de NYU enseñó qué hacer con las tarjetas de reclutamiento: las quemó. Cantamos, leímos poemas y dijimos la Promesa de Resistencia de No en Nuestro Nombre con los puños alzados.
Un estudiante dijo: "Me dirijo al director que me amenazó con suspensión: ¡¡¡VETE A LA CHINGADA!!! A ti no te van a llamar al ejército, PERO A MÍ SÍ. ¡No voy a tolerar que me intimides en tu pinche escuela!".
Naomi dijo: "Siempre callan la voz de la juventud. Por eso, si logramos hacernos oír, es muy grueso. Tenemos que ser gruesos, porque quieren mandarnos a la guerra contra nuestros compañeros y compañeras de Irak... Todo lo que pasa al otro lado del mar nos afecta aquí. Mientras matan a los jóvenes iraquíes, aquí espían y reprimen a los jóvenes musulmanes, sudasiáticos, árabes y a los que se oponen, por no decir nada del maltrato diario a manos de la policía".
Esto es apenas el comienzo...
Recibimos informes de que muchos jóvenes superaron las dificultades y protestaron por todo el país: un magnífico ejemplo de que lo más poderoso que hay es el poder del pueblo.
Durante la protesta del 6 de octubre en el parque Central, un militante de la Brigada de la Juventud Comunista Revolucionaria dijo: "Tenemos que hacerles saber que, si quieren atacar a los pueblos del mundo, primero tendrán que pasar por encima de nuestra generación". Eso ha guiado nuestras acciones, porque tenemos planes para nuestra generación muy distintos a los de la estructura de poder. Lejos de ser carne de cañón para la maquinaria de guerra imperialista, o legiones de racistas y derechistas, vamos a poner el ejemplo de defender a los pueblos del mundo. Nos sostiene el hecho de saber que hacemos algo que el mundo clama.
Como dice una carta de un grupo de estudiantes de prepa: "En 50 años, los que nos gobiernan se habrán ido, pero nosotros estaremos aquí. Tenemos la responsabilidad de garantizar que nuestros compañeros y compañeras iraquíes estén a nuestro lado, y lo podemos hacer. Como estudiantes, esta tiene que ser nuestra prioridad. La escuela seguirá ahí, pero la oportunidad de parar esta guerra se desvanecerá. Tenemos que hacerlo ya".
Un informe de NION del 29 de noviembre dice: "A los que pensaban que íbamos a quedarnos callados, sentarnos en clase y dejar que libraran esta guerra en nuestro nombre, a los que decían que no se podía hacer... aquí está nuestra respuesta: ¡Esta guerra no se librará en nuestro nombre! ¡Los arrestos de nuestros compañeros y compañeras árabes y musulmanes no se llevarán a cabo en nuestro nombre! ¡Esta guerra contra el mundo y la destrucción de las libertades civiles no ocurrirán en nuestro nombre! Todo lo contrario: ¡vamos a impedir que lo hagan! Esto es apenas el comienzo".
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