Obrero Revolucionario #1182, 12 de enero, 2003, posted at http://rwor.org
"Decimos: ¡NO EN NUESTRO NOMBRE! No apoyaremos sus guerras; repudiaremos todas esas acciones emprendidas en nuestro nombre, pues no nos benefician. Tenderemos la mano a los pueblos del mundo que sufren como consecuencia de esas decisiones. Manifestaremos nuestra solidaridad con las palabras y en los hechos".
De la "Declaración de Conciencia de No en Nuestro Nombre"
Después de los sucesos del 11 de septiembre de 2001...
El presidente George Bush fue a las ruinas del World Trade Center a anunciar una "nueva cruzada"... en nombre de las víctimas;
Los políticos y los medios de comunicación clamaron venganza... en nombre de la justicia;
La policía sacó a jóvenes musulmanes de camiones y trenes de transporte público, les allanó la casa en medio de la noche y los metió a la cárcel durante meses sin siquiera anunciar los nombres... en nombre de la seguridad;
El Congreso corrió a aprobar nuevas leyes que anularon derechos políticos... en nombre de la libertad;
Las fuerzas armadas bombardearon Afganistán y el gobierno sofocó las voces de oposición y pensamiento crítico... en nombre de la protección;
En esos días angustiosos, los padres de un joven puertorriqueño que murió en las Torres Gemelas alzaron la voz y declararon:
"No en nuestro nombre".
Es una declaración muy sencilla... pero a la vez de enorme fuerza. De tanta fuerza que echó raíces y retumbó más allá de los primeros grupos de valientes parientes de las víctimas del 11 de septiembre, más allá de las agobiadas calles de Nueva York, y más allá incluso de Estados Unidos.
Solo son cuatro palabras, pero le quitaron la legitimidad al programa de dominación global de Bush y Cía. Desafiaron la mentira de que beneficiará a los que vivimos en Estados Unidos. Tendieron la mano a todo el planeta y dijeron: "Aquí hay oposición a lo que están haciendo en nuestro nombre; vamos a protestar y vamos a pararlos".
Un movimiento se forjó alrededor de esas cuatro palabras.
Una Declaración de Conciencia --una pujante exhortación a la resistencia ante la campaña de guerra y represión-- salió en periódicos aquí y en otros países. La firmaron artistas, intelectuales, religiosos y activistas contra un fondo que decía... NO EN NUESTRO NOMBRE.
Una Promesa de Resistencia --casi un himno-- se escribió y se leyó al unísono en reuniones y mítines por todo el país. El estribillo decía... NO EN NUESTRO NOMBRE.
Un día de resistencia se organizó y docenas de miles de personas se reunieron por todo el país; vigorizaron un movimiento antibélico y lo vincularon a la oposición a la represión de los inmigrantes y el despojamiento de los derechos políticos. Las voces y letreros clamaban... NO EN NUESTRO NOMBRE.
Un movimiento de oposición a la guerra y la represión surgió... con el lema... NO EN NUESTRO NOMBRE.
¿ES HORA DE HACERNOS A UN LADO...?
Pero ahora se dice que este lema está pasado de moda, que si el movimiento realmente quiere influenciar a las masas, si realmente quiere tener éxito,tiene que seguir otra dirección. Por ejemplo, un organizador de la coalición Ganar sin Guerra dijo que se necesita una estrategia que responda a "los millones de personas preocupadas y temerosas que todavía no tienen voz", que obligue a Bush a "pausar".*
Para "construir un amplio movimiento", nos dicen, se debe "aceptar que la meta de Estados Unidos y la ONU de desarmar a Saddam Hussein es `legítima'", pero decir que una "invasión de prevención" no es correcta y que se debe "permitir que los inspectores de la ONU completen su trabajo". Esa posición permite apoyar una invasión de Irak si tiene el sello de aprobación de la ONU.
Así que la pregunta es... ¿necesita el movimiento una nueva dirección para responder a las "preocupaciones y temores" de millones de personas? ¿Debe aceptar que la supuesta meta de Bush (desarmar a Irak) es justa? ¿Nos permitirá esta posición forjar un movimiento más amplio para parar la guerra?
Primero, tenemos que examinar si la premisa de la "nueva estrategia" es correcta. ¿Representa el gobierno de Saddam Hussein una amenaza especial a los pueblos del mundo? ¿Es una amenaza tan seria que se deben tomar medidas extraordinarias para desarmarlo, medidas que ya han llevado a la muerte lenta de docenas de miles de iraquíes por las sanciones y que seguramente llevarán a la masacre de docenas de miles más en una guerra? ¿Puede la intervención estadounidense llevar algo bueno al pueblo iraquí?
¡Hágannos el favor! Hay un solo gobierno en este mundo que tiene más armas de destrucción masiva que todos los demás juntos; un solo gobierno que ha soltado bombas atómicas... dos veces; un solo gobierno que lleva décadas amenazando responder con armas nucleares a un ataque, que ha amenazado con usarlas repetidas veces y que se atribuye el derecho de atacar primero a cualquier país que amenace sus intereses. Hay un solo gobierno en este mundo que amenaza con usar armas nucleares en una guerra en Irak.
Ese gobierno, por supuesto, es el estadounidense. Y ahora tiene el descaro de decir que la mayor amenaza a los pueblos del mundo proviene de un país devastado y postrado que quizá quiere obtener armas nucleares.
Esa noción pone la realidad patas arriba. Pero Bush quiere que nos traguemos ese cuento para justificar una guerra devastadora contra Irak y un gran aumento de la dominación estadounidense del planeta. Si el movimiento antibélico legitima esa noción, confundirá a las docenas de millones de personas que entrarán a la vida política en los meses siguientes que, incluso si al comienzo apoyan la guerra, tienen dudas.
¿Por qué busca Washington un "cambio de gobierno" en Irak? Su misión es dominar y controlar a la gente y los recursos de Irak y, de ahí, reconfigurar las relaciones de poder del Medio Oriente y todo el mundo. Esto no representa absolutamente nada bueno para los pueblos del mundo.
Es una misión injusta, inmoral e ilegítima que se basa en desencadenar fuerza militar abrumadora. Las promesas de llevar "democracia" y "liberación" a Irak son mentiras; solo llevarán sufrimiento y destrucción. Si forjan alianzas con fuerzas en Irak, solo serán para conquistarlo. Y no pararán con Irak. Una victoria en Irak los envalentonará a atacar otros países y regiones.
Por supuesto, el movimiento antibélico tiene que influenciar a millones de personas y tiene que responder a las afirmaciones de los que detentan el poder. Pero eso de ninguna manera quiere decir que tiene que aceptarlas.Como ha dicho Bob Avakian, presidente del PCR: "Te escucharán si dices la verdad. Te escucharán si presentas la realidad con la mayor nitidez". Creemos que el movimiento antibélico tiene que responder a esas justificaciones y pretextos desenmascarándolos, y mostrando los verdaderos intereses y metas.
Dado que se avecina --y rápidamente-- algo con consecuencias horripilantes, gente de muchos puntos de vista políticos busca la manera de alcanzar e influenciar a millones de personas y de parar esta guerra.
Pero hay que pensar críticamente sobre la noción de que debemos exhortar a "permitir que los inspectores de la ONU completen su trabajo". Primero, las inspecciones son una descarada violación de la soberanía nacional de Irak. Es más, las diseñaron para fracasar: Washington impuso condiciones tan difíciles y está presionando tanto a los inspectores precisamente para causar un "fracaso" y darse así un pretexto para la guerra con "apoyo internacional".
¿Qué pasará si no preparamos al movimiento para el "fracaso" de las inspecciones? ¿Qué pasará cuando Washington de repente invente "pruebas"? (Eso es lo que hizo en la primera guerra del Golfo en 1991 con la noticia de que "el ejército iraquí sacó a bebés kuwaitíes de sus incubadoras". Más tarde se supo que esa noticia la inventó una compañía de relaciones públicas vinculada al Partido Republicano). Los que han aceptado las mentiras acerca de la "amenaza de Saddam Hussein" verán desmoronarse la unidad que forjaron.
¿Cómo responderá el movimiento si los dirigentes de un golpe de estado pro Estados Unidos "invitan" a Washington a ocupar Irak?
En pocas palabras, esta "nueva dirección" no es un camino que puede impedir la guerra sino un callejón sin salida que lleva al silencio, la pasividad y la desesperación.
¿... O ES HORA DE REDOBLAR LA LUCHA?
No podemos darnos el lujo de seguir ese camino. Y no lo tenemos que hacer. De hecho, uno de los problemas de esa noción es que quiere arreglar algo que no está roto.
Para decirlo sin pelos en la lengua: es extraño decir que la línea de No en Nuestro Nombre no puede influenciar a millones de personas. Vaya al website de la Declaración de Conciencia y examine los miles y miles de firmas. Mire los periódicos de Seattle (Washington) y Madison (Wisconsin), donde salió hace poco la declaración con docenas de firmas de gente de esas ciudades. Examine la lista de casi 40 periódicos y revistas donde ha salido hasta la fecha y los muchos más que la mencionan. Recuerde la persona que escribió a los organizadores que la declaración "me dio un profundo sentido de validez, y el valor y las palabras para dar voz a mis ideas".
Piense en las docenas de miles de personas que leyeron la Promesa de Resistencia en las manifestaciones del 6 de octubre, en el día de acciones estudiantiles de noviembre, en las obras artísticas y otras actividades que No en Nuestro Nombre ha inspirado. Mire la amplia gama de personas, de muchas capas, puntos de vista y experiencias, que se han expresado con este lema.
Bueno, ¿ahora puede volver a decirnos que es un lema que no atraerá a millones de personas?
Entendemos que en este momento los de la corriente mayoritaria que se oponen a la guerra están influenciados por las ideas que se expresan en la línea de "ganar sin guerra". Pero hay una minoría de millones cuyo rechazo de la guerra y cuyo deseo de oponer resistencia se expresa en la política de "no en nuestro nombre". Y es esencial que esa minoría de millones redoble su acción política independiente, construya un pujante movimiento de resistencia e influencie a millones más.
NO EN NUESTRO NOMBRE puede influenciar y unir a millones de personas. Además, es una línea duradera:dará al movimiento la fibra para sobrevivir las presiones e intimidaciones que acompañan a una guerra; las herramientas intelectuales para desenmascarar las mentiras, excusas e intereses mezquinos; y la fuerza para unir a la gente de Estados Unidos para tomar partido con los pueblos del mundo.
La Declaración de Conciencia es una clara acusación contra las injusticias de lo que está pasando y una amplia base de unidad.
Gente de una amplia variedad de puntos de vista ha asumido la línea de "No en Nuestro Nombre". No todos están de acuerdo con nuestra cosmovisión, pero "No en Nuestro Nombre" concentra un importante punto de acuerdo común de que "las personas de conciencia debemos responder por las acciones de nuestro gobierno y sobre todo oponernos a las injusticias que comete en nuestro nombre". Creemos que esto es sumamente importante en este país que busca dominación global.
La guerra que están preparando NO beneficiará a los pueblos del mundo, y no beneficiará a la mayoría de los que vivimos en Estados Unidos . Este hecho fundamental nos permite tenderle la mano y movilizar a millones de personas (entre ellas muchas que al comienzo apoyarán al gobierno).
¿Cómo beneficia a la gente que vive aquí poner en peligro la vida de docenas de miles de iraquíes inocentes con bombardeos, destrucción de la infraestructura, etc.? ¿Cómo beneficiará a la gente que vive aquí si el resto del mundo piensa que Estados Unidos está invadiendo Irak para controlar su petróleo? ¿Cómo beneficiará a la mayoría de los que viven aquí si envían a sus hijos a pelear y morir en una misión brutal e injusta? ¿Cómo les beneficiará si todo el mundo desprecia a un gobierno dispuesto a usar armas nucleares en Irak? ¿Cómo les beneficiará si todo el mundo los considera matones a quienes no les importa la vida de millones de árabes? ¿Qué tan "segura" será la vida en el "nuevo imperio romano" más odiado --y odioso-- que el viejo, e igualmente condenado al fracaso? ¿Qué tan "libre" serán si el gobierno adquiere nuevos poderes para meter a la cárcel, intervenir los teléfonos y computadoras, y vigilar todo aspecto de la vida? No hay que dejarnos intimidar por las encuestas ni aceptar las ideas de Bush y Cía. Todo lo contrario: nos toca a nosotros gritar a los cielos que el emperador no tiene traje.
Los que vivimos en Estados Unidos tenemos que rechazar claramente las injusticias que comete el gobierno en nuestro nombre y tomar partido con los pueblos del mundo. Solo así tendremos un futuro que vale la pena luchar por alcanzar.
¡UNÁMONOS Y PARÉMOSLA YA!
Hemos dicho muchas cosas con toda franqueza porque hay mucho en juego hoy. Sabemos que mucha gente está buscando la mejor manera de parar esta guerra, y que muchos piensan que cualquier cosa que se oponga a Bush y Cía. (sea la Declaración de Conciencia o la petición de Ganar sin Guerra) ayudará. Hemos tratado de esbozar deficiencias y puntos ciegos de ese punto de vista, y de subrayar la profunda fuerza de "No en Nuestro Nombre", pero esas diferencias no significan que no estamos dispuestos a unirnos para actuar y a seguir el debate.
Urge hacer mucho más. El nuevo movimiento es muy prometedor, pero todavía no lo suficiente para parar la guerra. Tiene que crecer y tiene que actuar. Pensamos que todo mundo debe considerar nuevas ideas, nuevos puntos de vista y nuevas direcciones... lo que requiere analizarlos. Pero todo ese debate, discusión y análisis debe estimular a tomar medidas para parar la guerra y la represión.
Se acercan muchos retos. En este contexto es "sumamente importante", como decimos en el número 1181, "que por todo el mundo vean que aquí en Estados Unidos hay muchos que odian este monstruo de guerra, que se le oponen, que toman partido con los pueblos del mundo y luchan para pararlo, que gritan que las injusticias de este gobierno no son `en nuestro nombre'".
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Notas
* Citas de "The Antiwar Movement Goes Mainstream", de Michelle Goldberg, en Salon.com, 12 de diciembre; "Mainstreaming the Antiwar Movement", de David Corn, en el website de The Nation ; y de la petición de Ganar sin Guerra.
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