Nuevas medidas de seguridad en los aeropuertos

Obrero Revolucionario #1185, 2 de febrero, 2003, posted at http://rwor.org

"Clevinger era un buscapleitos y sabelotodo. El teniente Scheisskopf sabía que podría causar más problemas si no lo vigilaban".

De la novela Catch-22 de Joseph Heller

"En testimonio ante el Congreso, Mueller [el director del FBI] dijo que la lista de vigilancia es una herramienta necesaria para rastrear individuos que no han cometido un delito pero que posiblemente tienen vínculos terroristas".

San Francisco Chronicle, 27 de septiembre de 2002

Al comienzo del año nuevo, la prensa habló mucho de nuevas medidas de seguridad en los aeropuertos: nuevo equipo para escanear equipaje, más agentes federales en aviones, más restricciones, etc. Otras medidas, que ya están en vigor o que vienen pronto, para inspeccionar y singularizar a los pasajeros no recibieron mucha publicidad.

El gobierno tiene un plan. Han creado "listas de vigilancia" de miembros de grupos como el Centro pro Derechos Constitucionales y los paran cuando viajan. Están computarizando enormes cantidades de información. Si el nombre o itinerario de un pasajero cuadra con ciertos criterios, pueden pararlo, registrarlo, interrogarlo, prohibirle subir al avión y posiblemente arrestarlo.

El pretexto es que tales medidas son necesarias para la "seguridad" de la población, o sea, la misma justificación con que arrestan a inmigrantes, aprueban leyes que restringen las libertades civiles y atacan los demás derechos.

Pero un vistazo a estas medidas demuestra que no tienen nada que ver con la seguridad. Son parte de un plan de corte fascista para aumentar el control de la población y frenar el disentimiento.

Lista de vigilancia

El año pasado el Congreso creó la Administración de Seguridad del Transporte (AST), que se integrará al nuevo Departamento de Seguridad de la Patria. La AST está a cargo de la seguridad de todos los medios de transporte comerciales y ha recibido millones de dólares para comprar la más avanzada tecnología para inspeccionar equipaje y pasajeros.

Ahora hay un director federal de seguridad en los aeropuertos grandes y todos los que examinan el equipaje y los pasajeros son empleados federales. Serán 29,000 y la AST está reclutando de otras agencias federales, como el FBI y la Patrulla Fronteriza. El Washington Post informó que la Patrulla Fronteriza "perderá el 20% de sus empleados el año que viene y la mayoría van a ir a la AST".

La AST dice que su misión es "garantizar la libertad de movimiento", pero en realidad es vigilar y controlar el movimiento de la población. Por ejemplo, una de sus primeras medidas fue crear una "lista de vigilancia" de personas que el gobierno considera un riesgo al transporte aéreo o a la seguridad nacional.

La lista no se ha divulgado. Cuando el periodista Dave Lindorff de Salon.com preguntó sobre la lista, los voceros de la AST primero dijeron que no existe. Luego admitieron que sí hay una lista y que tiene unos mil nombres.

No han dado ningún detalle sobre quiénes figuran en la lista ni los criterios para poner en ella a una persona o prohibirle viajar por avión. Pero es claro que la lista tiene gente de ciertas nacionalidades y activistas políticos.

Hussein Ibish, del Comité Árabe-Americano contra la Discriminación, le dijo a Salon.com que ha recibido 80 quejas sobre 200 personas con nombres árabes que han tenido problemas en aeropuertos. Unos son individuos sin ninguna afiliación política, e Ibish cree que los pararon porque tienen el mismo nombre que una persona que figura en la lista.

Han singularizado a activistas y miembros de ciertas organizaciones. Barbara Olshansky, subdirectora jurídica del Centro pro Derechos Constitucionales, informó que la han parado varias veces en los aeropuertos. Incluso le ordenaron bajarse los pantalones frente a otros pasajeros. Salon.com informó: "En un vuelo de Newark a Washington en septiembre, pararon e interrogaron a Olshansky y a otros cinco miembros del centro a pesar de que compraron los boletos independientemente y no viajaban juntos".

Han parado a muchas otras personas también:

 A Virgine Lawinger, una monja de Milwaukee y activista de Acción pro Paz, y 20 estudiantes. No les permitieron subir a un vuelo a Washington, donde iban a hablar con unos congresistas contra la ayuda militar al gobierno colombiano.

 A dos periodistas de la revista antibélica War Times de San Francisco. Les dijeron que estaban en la "lista del FBI" de los que no pueden viajar por avión (el FBI es una de los organismos que ha dado información a la AST). Tras llamadas al FBI y la policía, les permitieron viajar.

 A un miembro del Partido Verde, Doug Stuber. Lo paró el Servicio Secreto y lo interrogó sobre sus ideas políticas. Le tomaron huellas digitales y le hicieron un escaneo digital del ojo. Salon.com informó: "Dijo que le pareció especialmente siniestra una carpeta que tenían los agentes del Servicio Secreto: `Estaba abierta y la examiné con prudencia. Tenía una larga lista de organizaciones, como Partido Verde, Greenpeace, EarthFirst! y Amnistía Internacional'".

La AST dice que recibe nombres de organismos federales como la CIA, el FBI, la Migra y el Departamento de Estado. Pero ninguno ha contestado preguntas sobre la lista.

Una vez que un nombre cae en la lista, no es fácil borrarlo. Jayahri Srikantiah, un abogado de la ACLU del norte de California, le dijo al San Francisco Chronicle:"Uno no sabe por qué su nombre figura en la lista ni cómo quitarlo. Varias personas nos han contado que los pararon una vez, los interrogaron y les permitieron viajar, pero que a la siguiente vez les ocurrió lo mismo".

CAPS I y CAPPS II

Las nuevas medidas de seguridad en los aeropuertos empezaron antes del 11 de septiembre de 2001, pero han aumentado mucho. Un buen ejemplo es el programa CAPS.

En 1997, el vuelo 800 de TWA se estrelló en el océano Pacífico cerca de Long Beach, California. La causa fue un problema mecánico, pero la administración de Bill Clinton aprovechó el incidente para poner en vigor un sistema de inspección de pasajeros con computadoras que singulariza a ciertos individuos. Se llama CAPS.

En febrero de 2002, Katie Corrigan, de la ACLU, describió el sistema ante el Congreso: "La computadora evalúa aproximadamente 40 aspectos de información que la aerolínea tiene sobre cada pasajero. La mayoría de los criterios no se han divulgado. Pero se sabe que consideran la dirección, si compró el billete en efectivo, si compró el billete de antemano o poco antes de viajar, con quién está viajando, si va a alquilar un carro, la fecha del vuelo, el origen y destino del vuelo, el destino del pasajero, y si tiene pasaje de ida y vuelta. También toma en cuenta si la aerolínea se ha comunicado con el pasajero en una dirección permanente".

Además, CAPS selecciona a ciertos individuos para registrar al azar. El objetivo no es que el proceso sea más "democrático" sino tapar los criterios.

Ahora quieren implementar un sistema más avanzado llamado CAPPS II. El Washington Post escribió: "El plan es establecer una red computarizada que vincule todos los sistemas de reservaciones del país a bases de datos particulares y gubernamentales". La AST ha recibido $45 millones para CAPPS II y ha pedido otros $35 millones. En los Juegos Olímpicos en Utah ensayaron un prototipo de CAPPS II, pero lo pararon porque no funcionaba bien.

El año pasado le destinaron miles de dólares a dos compañías para perfeccionar el sistema. HNC Software utiliza software diseñado para combatir el fraude. Estudia a millones de personas que tienen tarjetas de crédito, hacen llamadas telefónicas y reciben pagos de compañías de seguros. El Washington Post informó que HNC "trabaja con otras compañías que tienen información sobre los asientos de todos los pasajeros, la propiedad de casas y carros, los salarios, las suscripciones a revistas y los números de teléfono".

Otra compañía es Lockheed Martin (y su socio de Las Vegas Systems Research & Development). El Post dijo que Lockheed Martin "puede revisar montones de datos e identificar al instante vínculos entre individuos. También puede determinar si un individuo ha transpuesto nombres o intentado oscurecer detalles de su vida".

El 24 de diciembre pusieron a cargo de CAPPS II a un espía de alto nivel del Departamento de Justicia con experiencia en bases de datos. La compañía IBM también está ayudando a "aumentar los vínculos computarizados entre la AST y las aerolíneas".

En enero, el gobierno anunció que quiere poner nuevas reglas de entrada y salida del país en aviones o barcos comerciales. Todos, ciudadanos y no ciudadanos, deberán llenar formularios con la fecha de nacimiento, ciudadanía, número de pasaporte, dirección, itinerario y otros datos. Esa información terminará en un banco de datos computarizado.

Los programas como la lista de vigilancia de la AST, y CAPS I y CAPPS II aumentarán enormemente la vigilancia oficial. Quieren que la población acepte esas medidas en aras de la "seguridad" y la "lucha contra el terrorismo". Con nuevas amenazas y agresiones por todo el mundo, el gobierno está utilizando los aeropuertos para ensayar medidas de corte fascista para el control de la "patria".


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