Obrero Revolucionario #1186, 9 de febrero, 2003, posted at http://rwor.org
El 14 de enero, el periódico Kathmandu Post informó que a la semana siguiente, tropas de Estados Unidos y Nepal iban a comenzar ejercicios militares conjuntos.
Los oficiales nepaleses dijeron que un equipo de soldados estadounidenses ya estaba en el país y que "el propósito de los ejercicios es mejorar la destreza de las fuerzas de cada país y su capacidad de operar juntos".
Constance Colding Jones, vocera de la embajada yanqui en Katmandú, confirmó la noticia y agregó que las tropas estadounidenses iban a realizar ejercicios por un mes.
Los oficiales del Ejército Real Nepalés anunciaron que los ejercicios se llevarían a cabo en algún lugar de Nepal.
Según la embajada yanqui, la meta es: "aumentar la capacidad operativa de las fuerzas del Comando Pacífico; mejorar su capacidad de operar juntas con otras fuerzas; y aumentar la eficacia táctica del país anfitrión".
Jones agregó: "El ejercicio es parte de nuestro programa regular de intercambio militar. Es completamente normal". Dijo que es parte de una "serie rutinaria" de ejercicios y no constituye ayuda a la contrainsurgencia antimaoísta.
El 19 de enero, el periódico New Zealand Herald informó: "Según los diplomáticos, un equipo de 49 expertos militares de Estados Unidos se encuentra en Nepal para entrenar a los soldados a pelear mejor contra los rebeldes maoístas. Robert Boggs, sub-director de la embajada estadounidense en Katmandú, la capital de Nepal, dijo que el equipo está trabajando con el ejército nepalés en las zonas más afectadas por la insurgencia maoísta, que ya lleva seis años. Boggs dijo: `El equipo del ejército estadounidense en verdad ayuda al ejército nepalés, pero no está aquí -- repito-- no está aquí para ninguna operación militar conjunta contra los rebeldes maoístas'".
Cualquier persona que haya seguido de cerca la intensa situación de Nepal --y que sabe cuánto le preocupa al gobierno de Estados Unidos-- puede ver que se trata de una gran escalada de participación directa en la contrainsurgencia nepalesa.
La guerra popular, iniciada en 1996, sigue haciendo avances políticos y militares; el Ejército Popular de Liberación (EPL) controla bases de apoyo en todo el país y ha aumentado su capacidad y destreza militar.
En cambio, el Ejército Real Nepalés no ha tenido muchos éxitos frente al EPL, y al gobierno de Nepal lo agobia una crisis política en cuanto a cómo responder, pues ha perdido el control de gran parte del campo. En 2002, las fuerzas del gobierno mataron a miles de personas y detuvieron, torturaron, violaron y encarcelaron a muchas más; pero tal violencia no ha impedido que el EPL lanzara ataques exitosos con la participación de miles de guerrilleros y aldeanos. El rey y los líderes políticos han solicitado dinero y armas de otros países, y el gobierno de Estados Unidos ha sido de los primeros en responder.
Durante 2002, Washington se metió más directamente a apoyar la contrarrevolución de Nepal. El secretario de Estado, Colin Powell, y varios asesores militares visitaron el país, y el primer ministro Deuba se reunió con Bush en la Casa Blanca.
Los maoístas de Nepal todavía no figuran en la lista de "terroristas" de Estados Unidos, pero altos funcionarios siguen pintándolos así y la ayuda al gobierno de Nepal se justifica con el vocabulario de la "guerra global contra el terrorismo".
La guerra popular de Nepal es una auténtica guerra de liberación; tiene el apoyo del pueblo y no tiene nada en común con grupos como Al-Qaeda. Sin embargo, para el gobierno de Estados Unidos eso no es ningún obstáculo para seguir equiparando los dos grupos.
En una propuesta para otorgarle al gobierno de Nepal $20 millones de ayuda económica y militar, Bush dijo: "A pesar de que no tenemos pruebas de la presencia de Al-Qaeda en Nepal, el débil gobierno ofrece un atractivo para terroristas, delincuentes y servicios de inteligencia de países vecinos... una prolongación de la inestabilidad en Nepal podría crear una situación donde los terroristas se establezcan fácilmente, sobre todo en las zonas remotas del oeste del país. Asimismo, Nepal tiene una importante minoría musulmana, principalmente en la frontera con India. La combinación de proximidad, terreno accidentado y gobierno distraído bien podría presentar una situación favorable para que Al Qaeda establezca un puesto".
He aquí otro ejemplo de que, para el gobierno yanqui, el terrorismo es "lo que digamos": Estados Unidos califica de terrorista a cualquier grupo que obstaculice sus intereses y lo ataca con la lógica preventiva de "qué podría pasar, qué podría hacer, qué tiene la capacidad de hacer", etc.
En diciembre, la embajada estadounidense anunció que en el año 2003 iba a dar $17 millones de ayuda militar al gobierno de Nepal; el entrenamiento del ERN es una parte de eso.
A principios de enero, el Congreso aprobó $12 millones de ayuda militar "no letal" para el gobierno de Nepal (Bush pidió $20 millones) y de $24 a $38 millones para desarrollo económico.
Un funcionario del Departamento de Estado comentó: "Con doce millones de dólares, no se puede comprar aviones de combate F-16; pero no necesitan aviones F-16, sus necesidades son mucho más básicas".
El 5 de enero, el ERN recibió unos 3000 rifles M-16 como parte del paquete militar de Estados Unidos; espera otros 2000 rifles más.
Es claro que al gobierno de Estados Unidos le preocupan los éxitos de la guerra popular. Según informó un periódico: "La creciente fuerza de la insurgencia ha dejado consternado a Washington...".
A principios de diciembre, Christina Rocca (sub-secretaria de Estado para el sur de Asia) fue a Katmandú a debates sobre la seguridad del país. Al reunirse con el primer ministro Chand, el ministro y el secretario del Exterior, dio a saber su preocupación por la creciente violencia maoísta y prometió la ayuda de Washington para combatirla. Un alto funcionario del gobierno nepalés le dijo al periódico Kathmandu Post que Rocca exhortó a los partidos gobernantes -divididos por riñas intestinas--a unirse para luchar contra los maoístas y "acortar la distancia entre ellos y el rey". En cuanto al "problema maoísta", el funcionario dijo que a pesar de que algunas fuerzas políticas del gobierno quieren resolver el conflicto mediante el diálogo y las negociaciones, el gobierno de Estados Unidos destaca la necesidad de tomar fuertes acciones militares.
Por otra parte, varios gobiernos reaccionarios han respondido al llamado de ayuda militar del gobierno de Nepal. Como informó el OR , los gobiernos del Reino Unido, China, Rusia e India han expresado apoyo a la contrarrevolución y han mandado ayuda militar.
En septiembre, el gobierno de Bélgica anunció que iba a vender 5500 ametralladoras al gobierno nepalés. El Partido Verde protestó contra la decisión, pues muchos gobiernos europeos y occidentales han prometido colectivamente no vender armas a países donde "es probable que tal venta fortaleciera los conflictos dentro o fuera del país". Renunció un ministro de gabinete con muchos años en el gobierno de coalición, y el envío de armas se retrasó. Pero el 8 de enero, llegó a Katmandú el primer cargamento belga de ametralladoras Minimi. Según el acuerdo con la manufacturera Fabrique Nationale Herstal, las 5500 ametralladoras (con un valor de 25 millones de euros, o aproximadamente 25 millones de dólares) llegarán en varias fases.
El propósito de tal ayuda militar es fortalecer la capacidad del ERN de derrotar a los maoístas. El 1 de enero, el Kathmandu Post informó:
"Los 55,000 soldados del ERN, al igual que la APF y la policía civil, están en un proceso de modernizarse. Estudian la contrainsurgencia en varias academias especializadas de India, el Reino Unido y Estados Unidos. La rama aérea del ERN pronto tendrá una flotilla de 18 aeronaves: por lo menos seis MI-17, un transporte M-28 y varias aeronaves ligeras".
Ahora que tiene armas nuevas, el ERN prepara nuevas ofensivas contra la guerra popular. El Kathmandu Post informó el 14 de enero:
"El gobierno quiere desplegar en las zonas maoístas a un "equipo unido especial" de soldados y policías. Dicho equipo se compondrá de 20,000 agentes, mitad soldados y mitad policías. Recibirán armas modernas compradas hace poco de Estados Unidos y Bélgica. El equipo se llama `Entrenamiento en Acción' y se espera tenerlo en posición para el mes que entra. Recibirán entrenamiento para usar las armas nuevas antes de ir a las zonas. Un alto oficial policial le dijo al Kathmandu Post:`Será la mayor operación militar de la historia...'. Se desplegarán en fases; en la primera fase, un grupo elite de 2500 soldados y policías irán a trabar batalla con los rebeldes maoístas".
Hasta ahora, el ERN no ha podido frenar ni el crecimiento del EPL ni su control de mayores zonas del país ni los ataques contra las tropas del gobierno. Ahora, con miles de armas nuevas y más modernas, el gobierno de Nepal espera tener mayor éxito, pero también le preocupará la posibilidad de que sus armas más efectivas caigan en manos del Ejército Popular de Liberación.
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