Nuevas amenazas a José-María Sisón

Gobierno filipino ataca a refugiado revolucionario

Obrero Revolucionario #1188, 23 de febrero, 2003, posted at http://rwor.org

"El Partido Comunista de Filipinas, el Nuevo Ejército Popular y el Nuevo Frente Democrático de Filipinas no se intimidan. Lucharon contra la dictadura fascista de Marcos y se fortalecieron, aunque las bases militares estadounidense todavía estaban en el país y entregaban materiales de guerra y entrenaban a las tropas del gobierno títere... Seguiré usando la libertad de expresión para abogar por la liberación nacional y la democracia. La palabra liberación es lo que Estados Unidos más odia, porque significa zafarse de su sistema imperialista de explotación".

José María Sisón responde a las amenazas imperialistas que Estados Unidos lanzó contra su persona y contra el movimiento revolucionario filipino

El reaccionario gobierno de Filipinas, respaldado por Estados Unidos, aumenta sus ataques siniestros contra el revolucionario maoísta José María Sisón. A finales de enero, el gobierno de Macapagal-Arroyo anunció que la Policía Nacional entabló acusaciones de homicidio contra Sisón, inculpándolo directamente en varios ataques armados del revolucionario Nuevo Ejército Popular (NEP) y la muerte en el año 2001 de un ex coronel de la Policía Nacional. Una vez más, el gobierno filipino pidió al gobierno de Holanda la extradición de Sisón.

Un vocero del Ministerio de Justicia de Holanda dijo que su gobierno no ha recibido la solicitud de extradición y señaló: "No tenemos tratado [de extradición] con Filipinas y una extradición debe proceder con un tratado". Sin embargo, el secretario de Relaciones Exteriores del gobierno filipino dijo que un funcionario del gobierno holandés expresó apoyo a la solicitud de extradición.

El camarada Sisón es el presidente fundador del Partido Comunista de Filipinas (PCF) y el principal asesor político del Frente Democrático Nacional de Filipinas (FDNF). Pasó ocho años (de mediados de los 70 a mediados de los 80) como preso político de la dictadura fascista de Ferdinando Marcos, un lacayo del establo yanqui, hasta que un levantamiento de masas la derrumbó. Debido a los ataques oficiales y amenazas de muerte en Filipinas, Sisón ha vivido desde 1988 en los Países Bajos como refugiado político.

Las acusaciones de homicidio son el último de una serie de ataques contra Sisón, otros exilados revolucionarios filipinos y el movimiento revolucionario filipino por parte de los imperialistas estadounidenses y europeos, y el gobierno filipino. En agosto, el Departamento de Estado de Estados Unidos puso el PCF y el NEP en su lista de "organizaciones terroristas extranjeras". Asimismo, el Departamento de Hacienda anunció que congelará los bienes de Sisón y de dichas organizaciones.

Luego, a petición de Washington, el gobierno holandés congeló los bienes del PCF y de los exilados revolucionarios filipinos. Además, suspendió el pequeño estipendio que Sisón recibía para sus necesidades básicas, como seguro médico y vivienda.

En octubre, se dio una escalada peligrosa cuando la Unión Europea puso a José María Sisón y el NEP en su lista de "personas, grupos y entidades terroristas extranjeros".

En una declaración fechada 31 de enero, 2003, el profesor Sisón dijo: "Lo que pone en ridículo a Macapagal-Arroyo y su gabinete es que han inventado acusaciones de homicidio falsas y con motivos claramente políticos... Fabricar acusaciones de homicidio contra mí demuestra otra vez la vil práctica de inculpar a revolucionarios de delitos comunes en vez de acusarlos de hacer rebelión".

Las acusaciones contra Sisón tienen que ver con sucesos que ocurrieron en Filipinas años después de que se vio obligado a exilarse muy lejos. Es claro que el gobierno de Macapagal-Arroyo quiere criminalizar la guerra popular, un movimiento revolucionario que cuenta con el apoyo de millones de campesinos, trabajadores, estudiantes, gente de clase media y otros sectores. Por otra parte, los imperialistas estadounidenses y sus lacayos quieren aprovechar su "guerra contra el terrorismo" como justificación para atacar a revolucionarios, como el camarada Sisón, y a todos los que no se doblegan.

Los terroristas de talla internacional que gobiernan Estados Unidos no tienen ningún derecho de tildar de "terrorista" al camarada Sisón y la lucha revolucionaria filipina. Cuando Sisón y otros jóvenes maoístas de Filipinas iniciaron, con osadía y el pleno apoyo de las masas, la lucha armada contra un siglo de dominación yanqui, George W. Bush era un junior arrogante y Colin Powell era cómplice de las sangrientas matanzas estadounidenses en Vietnam. Los oprimidos de Filipinas, al igual que los oprimidos de todas partes, tienen el derecho de hacer la revolución para liberarse. La guerra popular de Filipinas se reconoce y se apoya en todo el mundo; no se parece en nada al "terrorismo", una etiqueta que los imperialistas usan según conviene a sus intereses e intrigas.

Esos ataques mortales contra José María Sisón se hacen cuando el gobierno de Estados Unidos acelera su intervención militar en Filipinas. Dicen que buscan a Abu Sayyaf, un pequeño grupo armado musulmán en el sur del país, pero los ataques contra el camarada Sisón son un indicio de que el verdadero blanco es la guerra popular dirigida por el PCF. En ese contexto, Estados Unidos quiere silenciar a un revolucionario renombrado que ha dedicado su vida a oponerse al imperialismo y el sistema semifeudal y semicolonial que encadena al pueblo filipino.


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