La revolución en Nepal es buena para los niños

Li Onesto

Obrero Revolucionario #1189, 2 de marzo, 2003, posted at http://rwor.org

En los últimos meses, la prensa ha atacado la guerra popular de Nepal por supuestas violaciones de los derechos humanos de los niños. Los funcionarios del gobierno nepalés, la prensa de Nepal y el mundo, y varios grupos de derechos humanos afirman que la insurgencia ha causado muchas muertes infantiles y que los maoístas "reclutan a niños" a su ejército y los usan como "escudos humanos". Asimismo, informan que miles de jóvenes han abandonado el campo para evitar la "conscripción" al Ejército Popular de Liberación.

Un informe del Centro de Trabajadores Sociales en pro de los Derechos Infantiles en Nepal afirma: "La guerra entre los maoístas y el gobierno ha arrojado un saldo de 96 niños menores de 16 años muertos... casi 3000 niños desplazados y 1500 huérfanos".

El Partido Comunista de Nepal (Maoísta) inició la lucha armada contra el gobierno reaccionario de Nepal en 1996 y se ha ganado apoyo popular en todo el país. Hasta el propio gobierno reconoce que los maoístas controlan vastas zonas del campo. En esas bases de apoyo revolucionarias los campesinos pobres gobiernan a través del "nuevo poder popular", reparten la tierra y hay igualdad de derechos para mujeres, minorías y castas inferiores.

El gobierno ha tildado de "terrorista" esta auténtica lucha de liberación, y con el pretexto de "la guerra mundial contra el terrorismo", Estados Unidos, el Reino Unido, India, China, Rusia y Bélgica, entre otros países, dan respaldo político y ayuda militar a la guerra contra los maoístas, con la cual el Ejército Real de Nepal ha redoblado las campañas de "cerco y aniquilamiento" en el campo y ha matado, arrestado, torturado y metido a la cárcel a miles de personas. El gobierno ha suspendido las garantías constitucionales, aprieta el control de la prensa y riega desinformación sin cesar. La racha de informes sobre "violaciones de los derechos humanos infantiles por los maoístas" se ha dado en estas condiciones y es parte de una gran campaña de tergiversaciones, mentiras y calumnias para desacreditar la guerra popular.

¿Quiénes están matando a los niños de Nepal?

"En enero de 1996, estaba en la clase de lectura cuando la policía llegó a la aldea y arrestó a los que estaban presentando un programa cultural. Arrestaron a los maestros; mi padre y mi tío ya eran militantes del partido, y estaban en la clandestinidad. Unos 500 policías allanaron la aldea y arrestaron a todo el mundo, incluso a niños y ancianos. Nos arrestaron a mí y a mi madre. Por toda esa represión, decidí participar en el equipo cultural del partido, y por la explotación y opresión de las masas, sobre todo las mujeres. Buscaba la forma de liberar a las masas de esa situación y al encontrar que esta era la labor del PCN (Maoísta), entré a militar al partido".

Joven guerrillera entrevistada en Informe directo de la guerra popular de Nepal

Al caminar por las veredas de las zonas guerrilleras encontramos muchos monumentos a los mártires revolucionarios que murieron a manos de la policía. Descansamos al lado de un pequeño monumento de piedra dedicado a Dilbahadur Ramtel. Un líder distrital del partido me había platicado del asesinato de ese niño:

" El gobierno respondió al inicio de la guerra popular con mucha saña y muchos compañeros tuvieron que esconderse en casas de partidarios. Hasta finales de febrero no hubo muertos, pero arrestaron a unas tres docenas de personas. El 27 de febrero, la policía quiso arrestar a un director de escuela y los estudiantes lo defendieron. Dilbahadur Ramtel, un niño de 11 años que cursaba cuarto de primaria, cayó ese día como el primer mártir de la guerra popular".

De Informe directo de la guerra popular de Nepal

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Al leer las notas que afirman que la insurgencia ha dejado muchos "niños muertos y huérfanos", me puse a pensar en lo que me contó la gente de las zonas guerrilleras en 1996. Recorrí esas zonas y entrevisté a muchos jóvenes combatientes del ejército popular, mujeres y hombres, que empuñaron las armas contra el gobierno porque la policía asesinó, torturó o se llevó a su padre, su madre, sus tíos, hermanos y hermanas. El saldo de muertos y víctimas de la violencia oficial ha aumentado dramáticamente desde entonces.

Las notas que han salido últimamente sobre "el daño que los maoístas hacen a la niñez" afirman que "168 niños han muerto en la insurrección maoísta". Insinúan que los maoístas los mataron cuando en realidad el gobierno ha matado a miles de personas y a muchos niños. Y eso ha aumentado a partir de noviembre de 2001, cuando el Ejército Real de Nepal entró plenamente a la guerra.

Diversas fuentes informan que en diciembre pasado el saldo de muertos rebasó 7,000 y que se registraron más de 4,000 muertos de noviembre de 2001 a esa fecha. La abrumadora mayoría de ellos murieron a manos de la policía y el ejército. De acuerdo a cifras oficiales, 4,050 de los 4,366 muertos eran maoístas. Pero, como muchos grupos de derechos han señalado, mucha gente corrió esa suerte simplemente porque las autoridades sospecharon que apoyaban a los maoístas. Human Rights Watch informó que en los primeros meses del estado de emergencia declarado en noviembre de 2001, las fuerzas de seguridad mataron a más de 1,300 "presuntos maoístas", entre ellos "civiles que tuvieron alguna asociación con los maoístas o tenían propaganda maoísta".

En pocas palabras, ¡en un solo año (de noviembre de 2001 a diciembre de 2002) la policía y el ejército mataron a más gente que el saldo total de los primeros cinco años de la insurgencia!

No es accidental que los que afirman que "los maoístas matan a niños" no mencionen que los mismos grupos de derechos humanos han documentado que las fuerzas del gobierno matan injustamente a mucha gente, y a muchos niños, con el pretexto de "enfrentamientos" con las fuerzas rebeldes.

Lamentablemente, muchos grupos de derechos humanos ayudan a difundir desinformación y sembrar confusión sobre la situación en Nepal, intencionalmente o no, con su postura "equilibrada" de condenar a ambos, el gobierno y los maoístas, por "violaciones de derechos humanos", cuando sus propias cifras comprueban que el gobierno es el responsable de la abrumadora mayoría de los muertos. De hecho, esos grupos han documentado muchos casos en que el gobierno ha matado a niños por apoyar a los maoístas y maltratado a niños acusados de ser soldados rebeldes.

Un oficial del ejército admitió que en el fragor de la batalla, no distinguen entre hombres, mujeres y niños, pues como dijo un capitán: "Cualquiera que tenga un arma es el enemigo".

Sistema asesino

"Me contaron de un señor que pasó 50 años trabajando de esclavo. Se lo robaron cuando tenía nueve años y lo vendieron a un terrateniente por 20 kilos de mijo. El partido movilizó a 1000 personas en un mitin, donde las organizaciones de masas condenaron semejante explotación y exhortaron a la acción. Las masas mandaron que el amo le pagara sus 50 años de servicio o que le diera tierras. Aceptó la segunda propuesta y tuvo que darle 0.8 hectáreas y 400.000 rupias".

De Informe directo de la guerra popular de Nepal

No tiene caso hablar de la situación intolerable de los niños de Nepal sin hablar del sistema semifeudal y capitalista que obliga a millones a vivir en la miseria bajo el yugo de la servidumbre. Veamos un ejemplo: 32,000 niños trabajan en unas 1,600 canteras en todo el país; la mitad se enferman casi tan pronto como empiezan a trabajar y padecen tos, dolores de espalda, fiebre, problemas de vista y dolores de las articulaciones y músculos; y prácticamente todos se lesionan sacando piedras de las canteras y cargándolas en camiones o rompiéndolas para hacer grava.

Una nota informó de un niño de 13 años que estudia por la mañana y por la tarde rompe piedras en una cantera donde le pagan de 20 a 30 rupias el día (menos de 50 centavos) que aporta al gasto familiar.

Según una investigación nacional hecha por la universidad de Tribhuvan en Katmandú, más del 27% de los niños de Nepal (o sea, unos 2.6 millones) trabaja y el 60% de ellos tiene de 6 a 14 años. Casi un millón no recibe salario y muchos son "vendidos" (los venden al patrón por un tiempo determinado y no tienen derechos).

Millones de niños viven en la miseria. Se calcula que el 50% de los niños de Nepal padecen desnutrición y muchos mueren de enfermedades curables por falta de agua potable, sanidad y servicios de salud en el campo.

Cuando viajé por Rolpa en la región occidental, hubo una epidemia de gripa; 10,000 personas se enfermaron y 400 murieron. En Estados Unidos, con una gripa así la gente faltaría unos días al trabajo o la escuela, pero en Nepal mata a muchos niños y ancianos.

Esa situación de miseria y explotación es producto del sistema semifeudal y capitalista de Nepal que la revolución maoísta busca tumbar.

Escuelas de guerra

Millones de jóvenes que viven en la miseria y el desempleo son atraídos por la visión y el programa maoísta y ansían cambiar la sociedad, y miles se alistan en el Ejército Popular de Liberación.

Conocí a muchas compañeras jóvenes que huyeron de las tradiciones feudales opresivas y matrimonios concertados, e ingresaron a las filas del ejército popular. También conocí a muchos líderes del partido y combatientes del ejército popular que se metieron a la lucha cuando eran estudiantes. Organizaban a estudiantes en las ciudades, pero debido a la represión pasaron a la clandestinidad, se fueron al campo e ingresaron al ejército popular. También, muchos combatientes de la guerra popular eran maestros.

Dicen que la revolución maoísta está "negándoles educación a los niños", pero en realidad ha movilizado a millones de estudiantes en la lucha por mejorar la educación y por una mejor sociedad que beneficie a todo el pueblo.

El pliego petitorio de la Unión Estudiantil Nacional Independiente Revolucionaria de Nepal (ANNISU-R), un grupo maoísta, reclama educación gratuita que atienda las necesidades de las masas; que se deje de enseñar el sánscrito, antiguo idioma que solo un puñado domina; que las escuelas particulares bajen las colegiaturas en un 50% o se cierren; y acabar con la "comercialización y "privatización" de la educación. ANNISU-R ha organizado paros de varias semanas en escuelas por todo el país.

Cuando estuve en Nepal, me contaron que el nuevo poder popular "supervisa" a maestros corruptos e irresponsables: exige que los que cobran sin impartir clases trabajen o que donen su salario a la revolución.

En las zonas controladas por los maoístas, muchas escuelas del gobierno han cerrado porque los maestros reaccionarios se han ido. Acusan a los maoístas de "cerrar las escuelas" y "negarles educación a los niños", cuando en realidad están organizando a millones de jóvenes rebeldes contra el sistema educativo desigual y deficiente que ignora las necesidades del pueblo. Y en las bases de apoyo revolucionarias construyen escuelas donde llevan a la práctica su visión de una nueva educación revolucionaria que "sirve al pueblo".

Tuve la oportunidad de entrevistar a Krishna Duoj Khadka, presidente de ANNISU-R en ese entonces, sobre las metas del grupo y por qué apoya la guerra popular:

"El sistema educativo es un sistema feudal que no es productivo ni ayuda a la gente. La gente común no tiene para pagar la educación privatizada. Tenemos educación desigual, pero supuestamente todo mundo compite en igualdad de condiciones. Solo los hijos de la élite y las clases dominantes reciben una educación adecuada, y el sistema educativo inculca la cultura feudal e imperialista... Los problemas que agobian al pueblo no se resolverán con reformas. Necesitamos un cambio radical y total que solo el sistema de nueva democracia nos brindará. Por eso, apoyamos la guerra popular. Tenemos la meta de establecer un nuevo sistema educativo popular con igualdad de oportunidades para todos.

"La educación debe ser obligatoria, científica y al alcance de todo el pueblo. La gente necesita empleo y el sistema educativo tiene que ligarse al sistema de producción. Debe estar libre de toda intervención extranjera y fomentar el conocimiento del mundo y de los pueblos del mundo. No debe ser una mercancía; es un derecho del pueblo, y debe ser obligatoria y gratuita. Debe orientarse hacia las diversas nacionalidades y fomentar amor a la patria. Las medidas que se toman deben atender las necesidades del pueblo. Debe haber libertad en las diversas carreras y libertad de expresión. Los estudiantes deben hacer trabajo manual también... Actualmente, dominan las tradiciones feudales. Por lo general, no mandan a las niñas a la escuela. En el campo el analfabetismo es de 40%. El programa revolucionario para la educación debe bregar por la igualdad regional y dar facilidades para la educación de los niños indígenas y las mujeres".

La esperanza revolucionaria de los jóvenes

"Los jóvenes estaban buscando un partido revolucionario, un partido que dirigiera al pueblo a resolver los problemas. Al analizar esa situación, el partido elaboró un programa revolucionario para la juventud y se unió a la generación rebelde, sobre todo en Rukum, Rolpa y Jarjarkot, planteándole una causa común".

Integrante del Comité Central y Buró Político del partido hablando del inicio de la guerra popular. De Informe directo de la guerra popular de Nepal

"Tanka de ocho años nos canta dos canciones. La primera es una composición suya sobre la muerte de su padre, Tirtha Gautam, en el ataque al puesto policial de Bethan... La segunda es una melodía tradicional, pero le ha puesto una nueva letra que habla de la policía y la represión, y afirma que la respuesta del pueblo es `que nos pasen el fusil de Gautam', refiriéndose a su padre que cayó mártir".

De Informe directo de la guerra popular de Nepal

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El 90% de la población de Nepal son campesinos pobres. De una población de 23 millones, 11 millones son niños menores de 16 años y muchos de ellos han sido testigos de las salvajadas del gobierno: la policía y el ejército han hecho redadas en sus aldeas; han matado a aldeanos y aldeanas a sangre fría por ser "partidarios maoístas"; han violado a sus madres y hermanas; y se han llevado a sus padres, tíos y hermanos.

En el campo millones de personas apoyan plenamente la guerra popular y hasta los chiquitos comprenden que la revolución lucha contra los que matan y torturan a la gente, y muchos arden de ganas de ingresar al Ejército de Liberación Popular.

El PCN (Maoísta) no acepta a combatientes menores de 18 años y ha tenido que decirles a miles de menores que no pueden alistarse todavía en el EPL y las milicias populares.

A esos jóvenes los organizan de otras formas, como explica un artículo de The Worker ( El Obrero , publicación del PCN [Maoísta]): "Se prohíbe estrictamente que [los niños] ingresen a las fuerzas armadas del pueblo, pero los organiza la organización infantil `Akhil Bal Sangathan', que se encarga del desarrollo infantil y apoya su derecho de solidarizarse con causas que consideren buenas, entre ellas la guerra popular...".

El actual sistema económico y político no ofrece ningún futuro a los jóvenes. Millones de niños viven en la miseria y desnutrición; con sus familias sobreviven a duras penas cultivando pequeñas parcelas de tierra. Muchos terminan en los talleres de hambre de Katmandú e India, trabajando por una miseria. A las jóvenes la sociedad les ofrece matrimonios concertados y tremenda desigualdad, y a muchas las venden a burdeles en India.

La guerra popular ofrece otro futuro: sumarse a la lucha por tumbar el sistema opresor y construir una nueva sociedad liberadora. Esta es la visión del ejército popular y las organizaciones de masas campesinas, estudiantiles y de mujeres y niños. Y en las vastas zonas del campo donde los maoístas han establecido bases de apoyo, esa visión se está haciendo realidad: las masas están forjando nuevos gobiernos revolucionarios.

La guerra popular de Nepal es una revolución popular que tiene el apoyo de las masas y también se ha ganado el apoyo de millones de niños y jóvenes, pues está plasmando sus sueños. La energía y valentía de la nueva generación de combatientes revolucionarios fortalece la revolución y le da mayores posibilidades de triunfar.


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