Obrero Revolucionario #1190, 9 de marzo, 2003, posted at http://rwor.org
Nos encontramos en los rápidos. Poderosas fuerzas de Washington están resueltas a empezar esta guerra, y urge que millones de personas respondan con una resistencia más formidable y resuelta.
El Obrero Revolucionario saluda a todos los participantes en la Moratoria Nacional para Parar la Guerra el 5 de marzo y a todos los que van a protestar contra esta guerra en los días venideros.
El pueblo iraquí está en las miras de los bombardeos de la operación "Shock y pavor". Los estrategas están desplegando las tropas, planeando la ocupación y preparándose para apoderarse de las reservas petroleras.
La campaña para influenciar la opinión pública mundial no conoce límites. Siembran ríos de desinformación: que ellos son "libertadores" y que la oposición son demonios. Con toda seguridad van a fabricar incidentes y mentiras para generar fiebre bélica en la "patria".
Al gobierno estadounidense le choca verse tan aislado de los gobiernos y pueblos del mundo. Anda buscando a iraquíes que darán la bienvenida a la invasión y presionando a los gobiernos de todas partes a apoyarlo.
La llamada "coalición de los dispuestos" es en realidad una "coalición de los intimidados y comprados".
El mundo ha sido testigo del asqueroso regateo entre Estados Unidos y el gobierno opresor de Turquía sobre cuántos miles de millones de dólares quiere para participar en la guerra. Washington pidió permiso para utilizar las bases militares, el espacio aéreo y los soldados turcos. Por su parte, el gobierno turco demandó su tajada del botín: una parte del petróleo del norte de Irak.
En el Consejo de Seguridad de la ONU sigue el drama diario de presionar a una mayoría de países a favor de una resolución de guerra.
El ejemplo de Angola, un miembro africano del Consejo, es muy diciente: a partir de 1975, Estados Unidos proporcionó ayuda militar y económica a UNITA, una brutal fuerza antigubernamental al estilo de la contra nicaragüense. El país vivió 15 años guerra civil que lo dejó en ruinas, con centenares de miles de muertos y un millón de desplazados. Ahora, Washington dice que podría darle dinero para la reconstrucción... pero solo si vota a favor de darle permiso para devastar otro pobre país del tercer mundo.
No solo están presionando a los países más pobres, como Angola y Guinea. En medio de sus charlas moralizadoras, el primer ministro británico, Tony Blair, afirma que apoyar a Estados Unidos en todas las guerras que empiece es la única manera de mantener la influencia global de Gran Bretaña en el futuro. En público, Francia, Alemania y Rusia se oponen a la guerra. Pero no tienen muchas ganas de enemistar a la única superpotencia del mundo, que les ha dicho que "están con nosotros o contra nosotros". Tampoco quieren perder su lugar privilegiado en un "nuevo orden mundial".
Si Estados Unidos logra presionar a los miembros del Consejo de Seguridad a que aprueben una resolución de guerra, no será "la voz de la comunidad mundial" sino una victoria rastrera de la fuerza e intimidación de una gran potencia.
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Estados Unidos quiere hacer pensar que esta guerra es inevitable y que "liberará" al pueblo iraquí. Por eso tenemos que captar claramente por qué prepara esta guerra y por qué urge oponerse a ella.
Primero, la guerra será una gran injusticia contra el pueblo iraquí. Washington está dispuesto a apalearlo, destruir sus ciudades e imponer el futuro que quiera al servicio de sus propios intereses imperialistas.
Los pretextos que ofrece son pura lógica colonialista: esta superpotencia tiene el derecho de escoger a los gobernantes de otro país; los países del tercer mundo, como Irak, no tienen el derecho de autodefensa ni de autodeterminación; tienen que someterse al desarme y a la conquista.
Segundo, es esencial arrancar las capas de retórica y desenmascarar las metas del imperialismo estadounidense y las consecuencias para los pueblos de la región.
Será una guerra imperialista: Estados Unidos quiere aprovechar la supremacía militar para afianzar la dominación global. Envalentonado por una victoria en Irak, amenazará y atacará a otros países.
Además, quiere cimentar el control de toda la región del golfo Pérsico y de las reservas petroleras. No lo hace única ni principalmente para sacar mayores ganancias o tener más petróleo para el consumo interno. Afianzar el control del petróleo del golfo le permitiría controlar más cabalmente todos los países que dependen de él, tanto del tercer mundo como muchas grandes potencias, por ejemplo Francia, Alemania y Japón.
Es una maniobra para garantizar su papel de "única superpotencia" por décadas y para prevenir que los rivales se atrevan a desafiarlo.
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Es decir, una victoria yanqui en Irak tendría graves consecuencias para miles de millones de personas por todo el planeta. Permitiría a Estados Unidos ejercer mayor control de la explotación de la gente trabajadora y las riquezas del planeta, y de los gobiernos y ejércitos.
Por eso, perjudicaría gravemente a la gran mayoría de los pueblos. Y eso no cambiará si más potencias participan en la guerra o si se aprueban resoluciones.
Digámoslo sin pelos en la lengua: El movimiento popular de resistencia contra esta guerra es lo que representa los intereses de los pueblos del mundo, no la ONU.
Es importante captar que esta será una guerra totalmente ilegítima incluso si Washington logra presionar a suficientes gobiernos a votar a favor de una resolución de guerra (o de una docena).
Esta será una guerra injusta y colonialista incluso si colaboran los gobiernos de Francia, Rusia o Alemania, con la esperanza de compartir en el botín.
Esta será una guerra sin justificación incluso si los inspectores de la ONU le dan a Estados Unidos un pretexto para invadir (como ha exigido desde el principio). Será ilegítima incluso si Hans Blix (el jefe de los inspectores) se pone un casco azul y lanza los misiles cruceros personalmente.
Será injusta incluso si Washington encuentra iraquíes dispuestos a dar la bienvenida a las tropas invasoras e incluso si los medios muestran multitudes de iraquíes lo suficientemente asustados o hambrientos para ondear banderas yanquis.
Será una guerra injusta, y punto...porque las metas son injustas, porque la imposición de un nuevo gobierno iraquí pro Estados Unidos ayudaría a los imperialistas yanquis a afianzar el control del planeta. A la gran mayoría de la población de Estados Unidos no le beneficia apoyar esta guerra.
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Nos encontramos en un momento de fines y comienzos.
No cabe duda de que la Casa Blanca está a punto de comenzar la guerra.
Millones de personas por todo el mundo y en Estados Unidos han comenzado un movimiento de resistencia y protesta.
La clase dominante está muy resuelta; piensa que es invencible y que tiene que aprovechar este momento para reconfigurar el mundo. Pero una guerra que ha comenzado un gobierno opresor la puede terminar la gente.
Hace poco una joven comunista revolucionaria escribió:
"Ellos están preparando las fuerzas invasoras, y nosotros tenemos que preparar una resistencia dinámica. No es suficiente continuar como siempre; tenemos que ver el potencial que existe en una situación que cambia, cuando millones de aliados podrán surgir de los rincones más inesperados de la sociedad. No es suficiente perseverar; tenemos que acelerar, ver cómo inspirar a los que están sentados en la barrera y mandar una declaración a los pueblos del mundo. Tenemos que rechazar la arrogancia e intimidación de los de arriba, oponernos y ridiculizar a estos sangrientos `malvados' que se atribuyen el derecho de dominar nuestro hermoso planeta. Tenemos que desenmascarar su sed de poder. Es la hora de los héroes. Es hora de sacrificarnos y dedicarnos a aplicar toda la fuerza, conocimiento, amor y pasión de millones de personas.
"También es la hora de la claridad. No podemos perder de vista la imagen de un futuro diferente, a pesar de la destrucción que van a desatar y de lo que van a hacer para quebrantarnos el espíritu luchador. Mantendremos la cabeza en alto porque vemos la posibilidad de que de nuestras luchas salga un mundo mejor, porque sabemos quiénes son los representantes del futuro y quiénes no reparan en medios para apretar su brutal control".
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