El reto: Tenemos que parar esta guerra

Obrero Revolucionario #1193, 30 de marzo, 2003, posted at http://rwor.org

Este es un momento triste, un momento de angustia y furia, de amor y rabia. Protestamos en la calle y regresamos a casa a ver el bombardeo y la invasión por televisión, presentados como si fueran la Copa Mundo. Luchamos contra la crueldad, aunamos coraje y determinación, pero nos preguntamos con angustia: ¿hemos hecho lo suficiente? ¿Cómo podemos parar esto?

Millones, en Estados Unidos y en el mundo, dejamos en claro que no queremos esta guerra injusta. Y... a pesar de todo eso... Estados Unidos invadió a Irak.

Pero ante la cortina de bombas, ¡la oposición no paró! Una ola de lucha y desafío recorrió todo el planeta.

Seguimos luchando, pero nos preguntamos: ¿para qué sirven nuestras protestas? ¿Qué hacemos ahora?

¿Qué han logrado las protestas?

Seamos muy claros: si no fuera por las protestas --en todo el mundo-- Bush seguramente entraría a Irak con pleno respaldo de la ONU, y con un manto de rectitud y legitimidad. La opinión pública nacional lo alabaría y se tragaría todas y cada una de sus mentiras. En el extranjero se preguntarían qué diablos le pasa a la gente de aquí que no se opone a esta guerra tan patentemente injusta. Bush entraría a Irak henchido de orgullo, con pocas preocupaciones políticas.

En vez de eso, nuestro movimiento le mostró la verdad a la gente de aquí: que esta guerra es inmoral, injusta e ilegítima, y cambió profundamente los alineamientos políticos de hace un año. Dio a conocer por todo el mundo que en este país hay un movimiento opuesto a las injusticias de su propio gobierno y solidario con el mundo.

Bush declaró la guerra... pero quedó como un cowboy robótico mentiroso y el mundo se alzó de Cairo a Chicago. Se vio cómo presionó y sobornó a los países del mundo, pero su único aliado de verdad es ese perro faldero de Tony Blair. Bush comete sus crímenes a sabiendas de que está desprestigiado y mira nervioso por encima del hombro.

Bush no ha parado, pero la lucha popular ha limitado su libertad de acción.Un ejemplo concreto: Estados Unidos contaba con el territorio de Turquía para la invasión y el gobierno turco prácticamente aceptó un gran soborno para permitirlo; pero debido a la lucha popular el parlamento se echó para atrás.

Asimismo, países imperialistas como Francia, Alemana y Rusia (que por sus propios motivos no quieren que Estados Unidos domine todo el mundo) no dejaron que la ONU diera su sello de aprobación a la guerra. Otros gobiernos que normalmente respaldan a Estados Unidos en la ONU se hicieron a un lado. Esto, a su vez, estimuló la oposición popular a la guerra.

Nada de esto hace que el trago de la invasión sea menos amargo. Nuestro propósito era parar esta ofensiva de guerra y represión, no disminuirla. Pero es necesario entender lo que hemos logrado y sacar lecciones correctas a fin de seguir adelante contra la máquina de guerra.

Es muy importante reflexionar sobre una cosa: lo que permitió que Bush y compinches se lanzaran a la guerra no fue la debilidad de nuestros movimientos ni el presunto apoyo de la ciudadanía; fue el hecho de que los imperialistas (no el pueblo) detentan el poder estatal, o sea, controlan las fuerzas armadas y dominan los medios de comunicación. A pesar de la retórica de que "esta es una democracia", ese es un hecho concreto. Por esa razón nosotros decimos que para crear una nueva sociedad sin guerras injustas como esta se necesita una revolución (e incluso los que no están a favor de la revolución deben pensarlo bien). Pero eso no quiere decir que no podamos hacerlos retroceder, que no podamos hacerles pagar un precio político tan alto que tengan que echarse para atrás.

El pueblo puede parar las guerras que empiezan los gobiernos.

¡Tenemos que parar esta guerra!

¿Qué quiere decir eso ahora que empezó la invasión?

En primer lugar, nuestra meta debe ser ni más ni menos que parar esta guerra. Por más que digan lo contrario, su victoria no es segura.

Dicen que tendrán una victoria sin sangre, pero eso es pura fantasía. La guerra es la empresa más incierta, pero tiene ciertas cosas seguras. Una cosa segura es que cometerán atrocidades y crímenes en la marcha a Bagdad, y otra cosa segura es que las taparán con propaganda de que son los "libertadores".

Para nosotros la pregunta es esta: ¿habrá en la calle constantemente gente que condene esas atrocidades y le haga saber la verdad a millones? ¿Que diga la verdad de lo que está pasando en Irak? ¿Que diga la verdad de las detenciones de inmigrantes y los ataques a los que protestan aquí? ¿Que siga estimulando el coraje y la creatividad de la juventud? ¿Que no acepte "bajar el tono"? ¿Que proclame la verdad de que esta guerra no le conviene a la gran mayoría de la gente de este país? ¿Que demuestre que el gobierno y la prensa mienten sobre la magnitud de la oposición? ¿Que apoye la resistencia de las tropas? Porque si hay un movimiento que haga eso la situación será muy distinta, y eso depende de nosotros.

Tarde o temprano, los que pensaban que la invasión llevaría alivio y democracia a la gente de Irak se darán cuenta de la dura verdad. Los oprimidos que cifraron sus esperanzas en la invasión se verán usados cruelmente en las intrigas de un imperio. Los/las jóvenes que pensaron que iban a una misión de "liberación" se darán cuenta de que los mandaron a una misión de rapiña y las manos les quedarán manchadas de sangre. Los trabajadores que mandaron a sus hijos y compañeros a la guerra se arrepentirán del día en que entraron al ejército.

La pregunta es: ¿será más temprano o más tarde... y cómo puede crear el movimiento un clima de resistencia en toda la sociedad que nos permita seguir tomando la iniciativa en todas las vueltas y revueltas del camino?

Lo que hagamos ahora y en los próximos días y semanas será un factor determinante en el resultado de esta guerra. Tenemos que desenmascarar todos los crímenes implacable y constantemente, aprovechar toda oportunidad para crear condiciones favorables por medio de la lucha, e ingeniarnos para unir a la gente a parar esta guerra y ocupación.

¿Qué clases de protestas necesitamos?

Ha surgido la pregunta de qué clases de protestas son "apropiadas" ahora que la guerra está en marcha. Nuestra orientación primaria debe ser decir la verdad. Luego tenemos que ver cómo conectar esa verdad con la resistencia. Hace meses, cuando este movimiento apenas empezaba (y cuando muchos decían que no era prudente construir un gran movimiento contra la guerra "porque la gente no estaba lista para oír eso"), Bob Avakian dijo:

"¿Cómo logramos que la gente nos escuche? Diciendo la verdad. Si cantamos derecho, nos escucharán".

Tenemos que propagar la verdad: que esta es una guerra para afianzar un imperio, no una guerra de liberación. Que a los iraquíes muertos los están sacrificando en el altar empapado en petróleo de los intereses imperialistas. Que la guerra contra Irak es apenas una parte de una "trayectoria mortal", como dice la Declaración de Conciencia de No en Nuestro Nombre. Que la victoria en Irak le abrirá más el apetito a la estructura de poder que encabeza un hijo de papi con complejo de Mesías... y que el mundo será mucho más peligroso.

También tenemos que fortalecer y propagar el espíritu de resistencia. En la entrevista citada arriba, el camarada Avakian dice: "Hay que movilizar oposición... y unir y elevar las diversas corrientes, tomar una posición firme y decir: ¡No! ¡No en nuestro nombre!; vamos a oponer la más resuelta resistencia. Vamos a poner un hasta aquí: esto no se hará en nuestro nombre; ¡no lo permitiremos!".

Una cosa que se ha visto claramente en los últimos meses es que la resistencia reverbera.Cuando confrontamos al gobierno y decimos la verdad, nos contesta gente de otras ciudades y de otros países.

Luchar por el futuro

Hoy muchos están aprendiendo que el futuro no se puede dejar en manos de los imperialistas. Necesitamos un futuro por el que valga la pena vivir. Pero el mundo del futuro no será mejor si no asumimos el desafío del presente. Ese desafío es: analizar lo que hemos logrado y lo que nos falta hacer; seguir avanzando y aplicar las lecciones que hemos aprendido a los nuevos problemas; apoyarnos mutuamente y fortalecer nuestra camaradería, organización y conocimiento; ingeniarnos con creatividad y resolución cómo movilizar las próximas olas de resistencia de masas para parar los horribles crímenes que cometen en nuestro nombre.

Lo prometemos. Y, juntos, lo lograremos.


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