Obrero Revolucionario #1194, 13 de abril, 2003, posted at rwor.org
Tan pronto como empezó la guerra contra Irak, en Estados Unidos pusieron en marcha un plan llamado "Operación Escudo de Libertad", con entrevistas a todos los iraquíes, detenciones y una serie de medidas de corte fascista.
El FBI está interrogando a los iraquíes por todo el país, especialmente en el sur de California y Michigan, donde están las mayores poblaciones de iraquíes. Primero interrogaron a los que han ido a Irak en los últimos tres años; a fines de marzo CNN informó que ya entrevistaron a 9,000 de las 11,000 personas de esta primera fase. Ahora planean interrogar a los demás 50,000 inmigrantes iraquíes.
En los interrogatorios los tratan a todos como si fueran "enemigos" por haber nacido en Irak. Un abogado que observó dos interrogatorios le dijo al New York Times que el FBI le preguntó a un señor: "Si fuera soldado, ¿qué haría? ¿Qué partes del país conoce? ¿Cómo se llaman sus familiares en Irak? ¿Qué hacen? ¿Conocen a agentes del servicio de espionaje?".
Otra medida es arrestar a los iraquíes que han infringido las leyes migratorias. De los entrevistados en marzo arrestaron a 30. El periódico Denver Post informó que los agentes federales "van a arrestar a unos 50 iraquíes en Colorado, o sea, 10% de la población iraquí del estado".
Además, dos días antes del comienzo de la guerra, el Departamento de Seguridad de la Patria adoptó otra medida contra los inmigrantes: ahora meten a la cárcel automáticamente a los ciudadanos de 33 países mesorientales y musulmanes que pidan asilo político en Estados Unidos, hasta que se haya tramitado la solicitud (un proceso que puede durar seis meses o más). Irak es uno de los países de la lista, así que un iraquí que huya de la represión política y pida asilo político irá a parar a la cárcel.
Una señora iraquí que vive en Long Island le dijo al periódico Newsday:"Huimos de Irak buscando tranquilidad, pero nos encontramos en un lugar donde pasa lo mismo".
Los peligros de la "alerta roja"
Atacar a los inmigrantes es una de las muchas medidas represivas para "proteger" a la población tras los sucesos del 11 de septiembre de 2001. Mientras libran una guerra que fomenta más odio hacia el gobierno estadounidense por todo el mundo, aquí siembran miedo de "otro ataque terrorista". Para "defender la patria", nos dicen que debemos estar dispuestos a sacrificar las libertades civiles.
Con el comienzo de la guerra, el Departamento de Seguridad de la Patria volvió a declarar una "alerta naranja" y anunció nuevas medidas represivas.
Nueva York es un buen ejemplo: ahora la patrullan helicópteros militares Black Hawk; hay retenes en los puentes y túneles, y registran carros y camiones al azar; hay policías con armas automáticas en lugares públicos como la bolsa de valores e incluso impiden que los turistas tomen fotos de la estación de tren Penn Station. Estas medidas son parte de la "Operación Atlas", que el jefe de policía llama "la operación más completa para prevenir el terrorismo que se haya llevado a cabo en nuestra ciudad".
Por todo el país se han adoptado medidas parecidas. Las 56 oficinas regionales del FBI han establecido puestos de mando de emergencia que trabajan de la mano con las fuerzas antiterroristas locales. Registran al azar los camiones de transporte en los aeropuertos. En Ohio registran a todos los que entran en edificios federales. El gobernador de California mandó que los agentes de la Patrulla de Carreteras trabajen turnos de 12 horas y que vigilen "potenciales blancos terroristas" las 24 horas del día. Todo esto se ha vuelto rutinario durante una "alerta naranja". El gobierno espera que la ciudadanía se acostumbre a estas medidas, y que después acepte más restricciones de las libertades civiles.
Un informe de la agencia noticiera AP sobre las medidas de seguridad en Connecticut es muy diciente. El periódico Journal Inquirer of Manchester informó que las autoridades todavía no han anunciado las medidas para una "alerta roja", pero que podrían restringir los movimientos de la población. Un vocero de la policía estatal dijo: "No queremos declarar ley marcial, pero lo primordial es la seguridad pública".
En New Jersey, el Courier Post On Line informó: "El zar antiterrorista dijo que si se declara una `alerta roja', que es la máxima alerta posible contra el terrorismo, las autoridades darán por hecho que uno es enemigo si sale de la casa. Con una alerta roja anularán casi todas las libertades personales, de movimiento y de asociación. `La alerta roja significa que se suspenden todas las actividades no esenciales, como casi todos los negocios, menos los servicios de salud', dijo Sid Casperson".
El FBI toca a la puerta de miles de inmigrantes iraquíes y los arrastra a la cárcel; en las fronteras arrestan a los que solicitan asilo político por el "delito" de huir de la represión; en las ciudades ponen retenes, patrullan con armas automáticas y hablan abiertamente de la ley marcial. Para la clase dominante, todas esas medidas son necesarias porque ha desencadenado una guerra de muerte y destrucción contra el mundo.
Como dijo el presidente del PCR, Bob Avakian, hace poco en la entrevista que le hizo Carl Dix:
"Es evidente que ya tenían planes en marcha, y los acontecimientos del 11 de septiembre han sido un buen pretexto para apretar el pedal y avanzar a toda máquina. Por eso hablamos de una ofensiva arrolladora: una guerra ilimitada en el plano internacional acompañada de una gran escalada interna de represión, como mencionas, porque al lanzar una guerra sin fin de esta clase es necesario instituir muchos mecanismos de represión y preparar toda una maquinaria represiva, anticipando que puede haber mucha resistencia y que las cosas se les pueden salir de las manos en el plano internacional o en el propio Estados Unidos. Dadas las fuerzas que están desatando y la situación que están creando, es muy posible que las cosas se les salgan de las manos. Por eso necesitan instituir represión ahora y prepararse para extremarla más en el futuro".
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