Obrero Revolucionario #1195, 20 de abril, 2003, posted at rwor.org
Rachel Corrie, de 23 años, dejó su casa en Estados Unidos y viajó a Palestina con los voluntarios del Movimiento de Solidaridad Internacional (ISM). Con sus compañeros "internacionalistas" participó en actos de resistencia pacífica contra la ocupación israelí y se solidarizó con la lucha del pueblo palestino. El 16 de marzo lo pagó con la vida: las fuerzas de ocupación israelíes la mataron a sangre fría.
Rachel se estaba quedando en la ciudad de Rafah en el sur de Gaza, donde los jóvenes lanzapiedras llevan meses luchando contra las fuerzas de ocupación. El 7 de febrero, escribió un email a su familia: "[Rafah es] una ciudad de unos 140,000 habitantes, y aproximadamente el 60% son refugiados".
Se fundó antes de 1948, pero la mayoría de la población son palestinos expulsados de sus tierras en la antigua Palestina (que ahora es Israel) y sus descendientes. Cuando Israel le devolvió el Sinaí a Egipto, dividió la ciudad. El ejército israelí ahora está construyendo un muro de 14 metros entre Rafah y Egipto. Los bulldozers han demolido más de 600 casas y muchas más han sufrido daños considerables. Además, han destruido los pozos que abastecen de agua la ciudad.
El 16 de marzo, Rachel Corrie y varios compañeros se sentaron frente a una casa que el ejército iba a demoler. Joseph Smith, un compañero del ISM, fue testigo del asesinato de Rachel: "Vistiendo su chaleco de color naranja fluorescente, Rachel se sentó a unos 15 metros del bulldozer, hizo señas y gritó, tal y como hicimos en docenas de ocasiones ese día para parar los bulldozers. Pero el conductor avanzó directo hacia ella. Cuando empezó a mover la tierra en que estaba. Rachel se subió a un montón de tierra y escombros; estaba plenamente visible a la altura de la cabina; sin embargo, el conductor no paró. La máquina le jaló las piernas y se cayó. Si el conductor hubiera parado en ese momento, a lo mejor solo le habría fracturado las piernas, pero siguió y ella cayó debajo de la pala. Corrimos hacía el bulldozer, haciendo señas y gritando; un compañero gritó por megáfono, pero el bulldozer siguió y la atropelló. Paró encima de ella. No cabía duda de que se encontraba debajo del bulldozer, pues ¿dónde más?; ya no se le veía ni al frente ni a los lados. Sin embargo, el conductor dio marcha atrás sin levantar la pala y pasó de nuevo sobre ella".
Ese día, los israelíes invadieron el campamento de refugiados de Nusseirat y mataron a seis palestinos, entre ellos una niña de dos años, y en otras partes de Gaza dieron muerte a dos palestinos más.
Un militar israelí culpó a Rachel Corrie de su propia muerte; dijo que "actuó irresponsablemente al colocarse frente al bulldozer". La embajada estadounidense no hizo comentarios. Después se celebró una reunión en su honor y un tanque israelí roció gas lacrimógeno a los dolientes. Llegó un bulldozer acompañado de vehículos blindados, que dispararon y lanzaron bombas de percusión.
Durante su estancia en Gaza, Rachel se quedó con familias en casas que iban a demoler, y sus compañeros cuentan que se llevaba muy bien con los palestinos. En el día de acción internacional en marzo, organizó una manifestación de solidaridad con el pueblo iraquí a la cual acudieron centenares de palestinos. Hizo una manta que decía: "¡No a la guerra contra Irak! ¡No a la guerra contra Rafah!".
Podemos aprender mucho de la valentía y compromiso de Rachel Corrie; vivió y murió apoyando a los pueblos del mundo y aprendiendo de ellos. Escribió a su familia: "Dos semanas antes de mi llegada, un tanque israelí mató a balazos a un niño de 8 años y muchos niños me repiten su nombre en susurros (Alí) y me enseñan afiches con su foto pegados en las paredes... Aquí niños de 8 años conocen mejor la dinámica de la estructura de poder global que yo hace unos cuantos años, al menos con respecto a Israel, pues luchan contra la cuarta potencia militar del mundo que, con el respaldo de la única superpotencia, les aprieta el yugo y busca borrarlos de su tierra natal... Apenas empiezo a conocer las capacidades del pueblo para organizar resistencia a pesar de tenerlo todo en contra y a pesar de los grandes peligros. Veo que aquí aprenderé muchas lecciones muy duras en muy poco tiempo".
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