Obrero Revolucionario #1195, 20 de abril, 2003, posted at rwor.org
El enorme arsenal bélico de Estados Unidos se concentró en bombardear y apoderarse de las ciudades de Irak. Por su parte, el principal socio de la coalición --los medios de comunicación-- se concentró en pintar de "liberación" esta guerra de conquista.
Seleccionaron cuidadosamente las imágenes más aptas para la mentira. Por la televisión se vio la conquista de Bagdad como si no pasara nada, como si la resistencia simplemente "se desvaneciera". Las imágenes de las multitudes aplaudiendo a los conquistadores eran la prueba de que la población les "dio la bienvenida".
Pero por entre ese muro de desinformación se filtró un vistazo de lo que realmente pasaba: una invasión brutal se transformaba en una ocupación igualmente brutal.
El 11 de abril el Christian Science Monitor informó que las fuerzas yanquis dividieron la ciudad en una cuadrícula (de un kilómetro por un kilómetro) y lanzaron misiles para devastar todo en cada sector. Una y otra vez las fuerzas iraquíes defendieron barricadas de carros llenos de arena para bloquear el paso de los tanques. En una intervención de "reconocimiento" en Bagdad, la 3a División de Infantería dijo que mató de 2,000 a 3,000 iraquíes, tanto civiles como soldados, en su "zona de matanza". La Cruz Roja informó que los hospitales estaban completamente llenos de heridos y muertos. El general Buford C. Blount, comandante de la 3a División, le dijo a la prensa: "Solo queríamos que supieran que llegamos".
Después de una batalla en la ciudad de Najaf, un teniente coronel describió que "ola tras ola" de combatientes salieron de una fábrica para atacar los tanques. "Por falta de una palabra adecuada, casi me siento culpable de la masacre", dijo un soldado. "Tronamos a mucha gente. Quién sabe cuántos eran inocentes. Nos quita un poco de orgullo. Ganamos, ¿pero a qué precio?"
De Bagdad se oyeron informes de francotiradores, ataques suicidas, "zonas de no entrar" e intensos tiroteos. Las fuerzas yanquis no podían ni querían entrar a grandes zonas. En los retenes, mataron a balazos a civiles. A unidades enteras les dieron órdenes de matar a todos los que veían.
Mentiras
La televisión no se cansó de presentar las imágenes de los civiles que derribaron las estatuas de Saddam Hussein para dar la impresión de que el pueblo apoya la conquista del país y piensa que las fuerzas invasoras son "libertadores".
Hizo lo mismo con las grandes celebraciones en Suleymania. En realidad, estas celebraciones tuvieron lugar en las zonas curdas donde no hay fuerzas estadounidenses. La caída del gobierno de Hussein, tras años de guerra y genocidio, llenó de alegría a los curdos. Pero ahora esperan autodeterminación, no ocupación extranjera.
Uno de estos días el pueblo iraquí tendrá la oportunidad de decir lo que realmente le pasó. Hablará de lo que vio y sintió al ver caer un gobierno opresor, y al verlo reemplazado por un nuevo y salvaje invasor. Describirá lo que los medios aquí tapan: los montones de cadáveres, los barrios destruidos, los estacionamientos de los hospitales llenos de heridos, la pérdida de hijos y hermanos en bombardeos y ataques terrestres, los debates sobre cómo oponer resistencia, y la indignación y miedo al ver acercarse un ejército invasor.
Por supuesto, por el momento Donald Rumsfeld, secretario de Defensa, tiene otros planes para los medios: en una rueda de prensa mandó que los corresponsales buscaran y filmaran a iraquíes "amigos".
Toda esta desinformación sobre la "liberación" de Irak tiene una meta: no dejar filtrar la verdad sobre una cruel ocupación.
El defecto en los planes imperialistas
Toda la autofelicitación de Washington no puede tapar el hecho de que la invasión no se desenvolvió según los planes.
El plan era "cambiar el gobierno" pero no el sistema. Irak debía seguir siendo un país del tercer mundo con una economía capitalista cuya principal actividad sería la extracción de petróleo para las corporaciones transnacionales. Por eso, Washington sabía desde el comienzo que necesitaría un ejército capaz de contener y reprimir al pueblo iraquí.
El plan contemplaba decapitar al gobierno y persuadir a sectores de las fuerzas armadas a apoyar la invasión con una embestida militar denominada "shock y pavor". Esperaban restablecer el control de las ciudades con las mismas tropas iraquíes.
No sorprendió a nadie que esta despiadada superpotencia lograra derrotar a un debilitado país del tercer mundo con un gobierno odiado por la población. Pero los imperialistas no salieron "invencibles" ni "todopoderosos", como afirmaban. De hecho, muchos aspectos de la guerra subrayan las debilidades de las fuerzas imperialistas y de su estilo de guerra, incluso si en última instancia los defensores no lograron derrotarlos.
Hasta la fecha, Estados Unidos no ha logrado atraer a un sector del gobierno o las fuerzas armadas iraquíes. Los chiítas del sur no se alzaron para apoyar la invasión, y muchos dirigentes de la región los han exhortado a irse.
Las milicias curdas del norte son la única fuerza militar dispuesta a luchar al lado de Estados Unidos y participaron en la conquista de Kirkuk. Pero el gobierno de Turquía (resuelto a impedir que los curdos se apoderen de los yacimientos petroleros y fortalezcan su autonomía) exigió que se retiraran. Ahora las fuerzas yanquis están en Kirkuk para impedir que los curdos tomen control.
La brutalidad de la ocupación
"Son pendejos así que los matamos a balazos".
General John Kelly, 1a División de la Infantería de Marina
La lógica de esta guerra ha llevado a las fuerzas militares estadounidenses a las ciudades como una fuerza de ocupación de largo plazo. A pesar de toda la cháchara de "liberación", esta ocupación solo se puede llevar a cabo con salvajismo.
Con el fin de restaurar el orden público, los restos de la policía de Hussein (demonizados como los asesinos de un estado policial hasta hace un par de días) ahora serán la fuerza policial del invasor. Los acompañarán miles de policías aerotransportados de Estados Unidos.
Para los millones de personas aquí que experimentan a diario la ocupación de sus barrios por la policía, las escenas de Irak son escalofriantes y familiares: la policía manda a tirarse al suelo; mata a hombres, mujeres y niños simplemente por manejar donde "no debían".
¿Y van a "parar los saqueos"? No hay nada que se compare con el saqueo del mundo que la clase dominante yanqui se propone llevar a cabo a punta de fusil, buscando hegemonía tanto sobre rivales como sobre neocolonias.
¡Invasores fuera de Irak!
"Irak es más que Irak".
Funcionario de alto nivel del gobierno de Bush, New York Times,6 de abril
"Nunca permitiremos que se queden".
Ali Al-Obeidi, dueño de tienda de Bagdad
Con el comienzo de la guerra, nos dijeron que la hora de protestar y oponer resistencia ya terminó. Lo mejor que se puede esperar, nos dijeron, es que la guerra termine rápidamente y la ocupación sea "suave y benévola".
Pero la neta es que la resistencia y la solidaridad internacional son más urgentes que nunca.
Estados Unidos inició una gran campaña de guerra y represión tras los sucesos del 11 de septiembre de 2001. Tiene enormes ambiciones. Ahora se ha apoderado de un país de importancia estratégica, con mucha muerte y destrucción, y la guerra se está transformando en una ocupación prolongada. Los soldados no van a "regresar a casa" pronto; serán una fuerza de asesinos a sueldo para un nuevo gobierno pro Estados Unidos.
Ahora se dice que el movimiento contra la guerra debe enfocarse en "suavizar" la ocupación o en pedir más participación "multilateral". Así que es importante ver la situación con claridad y responder con valentía.
Pronto veremos un nuevo show de la "televisión de realidad": "American idol: La búsqueda de un títere iraquí". El nuevo orden que Estados Unidos impondrá en Irak será injusto y brutal, no importa si es "multilateral" (con la ONU u otras potencias) o si el nuevo gobierno tiene el sello de aprobación de elecciones manipuladas por Washington.
El pueblo iraquí solo puede forjar el futuro del país por medio de la resistencia a esta ocupación y la oposición a los intereses de los conquistadores.
El movimiento mundial contra esta guerra ha logrado mucho, a pesar de grandes factores en contra. Ha dejado a los estrategas de esta guerra aislados y desenmascarados. Y ha creado las redes para la resistencia más resuelta, en nuevas condiciones, que la situación mundial dicta.
Al escribir estas palabras, el ejército yanqui está entrando a los barrios de las ciudades iraquíes, poniendo retenes en las carreteras, persiguiendo a la oposición, reorganizando las fuerzas policiales de Hussein, construyendo bases, ocupando los yacimientos petroleros y amenazando a más países y pueblos. Cada uno tiene que adoptar una actitud firme, intensificar la lucha, concientizarse más y redoblar con osadía la resistencia contra la campaña de guerra y represión del imperialismo yanqui.
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