Obrero Revolucionario #1195, 20 de abril, 2003, posted at rwor.org
Hoy Estados Unidos quiere hacerse pasar como el gran salvador del pueblo curdo de las crueles garras del gobierno de Saddam Hussein. Pero en realidad el imperialismo yanqui ha traicionado una y otra vez a los curdos, una nación oprimida de unos 25 millones de personas que viven en Irak, Irán, Turquía y Siria.
El 7 de marzo de 2003, un artículo del Servicio Noticioso de Un Mundo Que Ganar señaló: "Después de la I Guerra Mundial, cuando los imperialistas occidentales se repartieron el imperio Otomano en el tratado de Sevres de 1920, Estados Unidos e Inglaterra se comprometieron a crear un país independiente llamado `Kurdistán'. Tres años más tarde, olvidando la promesa, firmaron otro tratado que le dio a Irak el territorio prometido a los curdos (una zona rica en petróleo ocupada por Inglaterra). Dividieron la población curda entre Irak, Turquía, Irán y Siria. Eso dejó a los curdos en una posición oprimida y marginada en esos países". (traducción del OR)
De 1973 a 1975, Estados Unidos apoyó a los rebeldes curdos en Irak para fortalecer al gobierno pro yanqui del sha de Irán y para debilitar al gobierno de Irak, que en esa época era pro soviético. Pero cuando Irak e Irán llegaron a un acuerdo, Washington retiró su apoyo, no permitió que los rebeldes curdos se refugiaran en Irán y miró para otro lado mientras el gobierno iraquí los masacraba. Henry Kissinger, el asesor de seguridad nacional en ese entonces, lo justificó así: "No se deben confundir las operaciones clandestinas con las obras de los misioneros".
En 1979, los curdos de Irán se rebelaron al lado de millones de iraníes para tumbar el odiado gobierno del sha. Pero cuando pidieron autodeterminación, Washington apoyó públicamente la campaña del gobierno del ayatolá Jomeini para aplastarlos.
En 1988, el gobierno iraquí atacó la aldea curda de Halabja con gas neurotóxico y mató a unas 5,000 personas. En ese entonces Halabja estaba bajo el control de rebeldes curdos. Washington hizo la vista gorda; incluso dijo que "no se podía llegar a conclusiones precisas". Simultáneamente, le dio más ayuda al gobierno de Hussein para prolongar la sangrienta guerra entre Irak e Irán.
Bush y Cía. condenan el tratamiento de los curdos por el gobierno de Hussein, pero Estados Unidos lleva décadas dándole enormes cantidades de ayuda al gobierno turco, que ha librado una guerra genocida contra los curdos, con torturas y detenciones de un sinnúmero de personas.
Durante la guerra del Golfo de 1991, el primer presidente Bush exhortó a los curdos del norte de Irak (y a los chiítas del sur) a rebelarse contra Hussein. Pero cuando se alzaron, Washington se sentó de brazos cruzados mientras el gobierno iraquí aplastó brutalmente las rebeliones (porque no le convenía que Irak se desestabilizara). A los curdos que huyeron hacia el oeste los atacó el ejército turco. Una vez más los curdos cayeron en la trampa de las maniobras imperialistas.
La situación actual en las zonas curdas del norte de Irak es una compleja mezcla de aspiraciones nacionales curdas, recursos petroleros, expansionismo turco y maniobras de las fuerzas de ocupación yanquis. No está claro cómo se resolverá, pero no cabe duda de que los imperialistas yanquis no son partidarios de la liberación del pueblo curdo. Como señaló un vendedor curdo en el mercado de Suleimaniah poco antes de la invasión: "Si los americanos vienen, será en aras de sus propios intereses, no de los nuestros".
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