voz del partido comunista revolucionario, eu
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Revolución #58, 27 de agosto 2006
Hace un año, el 29 de agosto de 2005.
Nueva Orleáns. Katrina.
Lo recordamos.
Familias enteras que caminaban con el agua hasta el pecho.
Cadáveres que flotaban por el agua tóxica; una abuela muerta dejada a podrir al sol.
Desesperación, hambre y sed en techos infernales.
Gente, la mayoría negra, apiñada en el estadio como si fuera un barco negrero moderno.
Más de 100,000 habitantes abandonados y criminalizados.
Soldados, policías y mercenarios de la compañía Blackwater que encañonaban, golpeaban, disparaban y mataban a los que trataban de sobrevivir.
Familias separadas por una cruel evacuación.
Muchas, muchas muertes innecesarias.
Recordamos a los pobres de Nueva Orleáns, en su mayoría negros, que el gobierno abandonó pero que se organizaron por su cuenta, casi siempre para apoyarse y ayudarse mutuamente, y especialmente a los más necesitados. Recordamos a los chavos que caminaban con las aguas hasta el pecho para rescatar a los atrapados, que se apoderaban de camiones de pasajeros y escolares parar ponerlos a salvo, y que repartían comida y agua tomada de las tiendas abandonadas. Recordamos a la gente que expresaba su indignación contra el gobierno y el sistema, que los abandonaron y los acorralaron a la fuerza.
Recordamos a la gente de todo el país y de muchos sectores que se ofreció para ayudar de mil maneras, pero cuyos esfuerzos frustró el gobierno.
Y recordamos a Bush que, sin corazón, no hizo nada para ayudarlos. Recordamos que primero el Congreso y luego Bush recortaron los fondos destinados a reparar y reforzar los diques, a pesar de las advertencias de que se iban a reventar. Recordamos que su madre dijo que “estar aquí les cae muy bien” a las víctimas de Katrina… a pesar de que muchas familias se encontraban separadas y no sabían qué les había pasado a sus seres queridos. Recordamos al congresista de Louisiana que dijo que llevaban años tratando de deshacerse de la vivienda pública pero que ahora “Dios lo ha hecho” por medio del huracán.
Lo recordamos… y nunca debemos olvidar… ni perdonar.
Declaración de los techos
“No necesitamos la religión, sino la revolución. No necesitamos ‘someternos a dios’ sino deshacernos de este sistema”. Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, EU |
Después del huracán Katrina, Bush y los demócratas compitieron para hacer promesas. Hoy, un año más tarde, se ve que esas promesas tienen tanto valor como el barro que todavía atasca las casas del barrio Lower Ninth Ward. Los meros meros esperan que la gente no recuerde las vívidas imágenes de Nueva Orleáns ni saque las debidas lecciones.
Katrina demostró una vez más que los cimientos de este sistema son sacar ganancias y proteger la propiedad capitalista, y que la vida humana no cuenta para nada. La gran mayoría del sufrimiento fue innecesario. La humanidad tiene la capacidad de cuidar el medio ambiente, prepararse para los desastres naturales y hacerlo de una manera cooperativa. Pero la organización social del capitalismo no lo permite. Hoy, un año después, docenas de miles de personas siguen sufriendo, no reciben ayuda gubernamental y no pueden regresar ni reconstruir. Tropiezan con un sistema que considera que la devastación y el desplazamiento son una oportunidad para deshacerse de la vivienda pública y del “problema” de los pobres. La gente está, el deseo de reconstruir existe, los medios para hacerlo existen… pero no se puede hacer nada hasta que se calcule cómo sacar ganancias y quiénes las sacarán.
Katrina demuestra que las instituciones de supremacía blanca y las ideas del racismo están profundamente entrelazadas en el sistema de capitalismo estadounidense, y que los que detentan el poder refuerzan todo esto conscientemente. El hecho de que los que vivían en las peores viviendas y que no tenían con qué escapar eran en su gran mayoría negros… acorralar a los negros en el Superdome como si fuera un barco negrero moderno… demonizarlos con mentiras y descartar cruelmente su sufrimiento… el salvajismo de la policía, que reprimió violentamente a los negros que huían de la ciudad… ¿qué demuestra todo esto si no es que sigue vivo el legado de la esclavitud y la discriminación? ¿Y qué significa que al año los desplazados negros siguen dispersos a los cuatro vientos y siguen sufriendo, y que se les prohíbe reconstruir? ¿No demuestra lo profundamente que corre el veneno de la supremacía blanca en esta sociedad… y que lo refuerzan constantemente las medidas y decisiones del sistema?
Katrina surgió del océano con poca advertencia (aunque sí hubo suficiente advertencia para llevar a cabo una evacuación). La respuesta al huracán no vino de la nada… sino de un sistema que desde hace mucho merece extinción. El capitalismo estadounidense lleva 400 años cebándose de la opresión del pueblo negro y reproduciéndola constantemente y de varias formas. Este sistema, que carece totalmente de valor, seguirá haciendo lo mismo, cada vez peor, hasta que lo tumbe la acción revolucionaria de millones y millones de personas.
Esa es la clara declaración de los techos.
Como dijo nuestro partido en una declaración poco después de Katrina:
“Vistos correctamente, estos sucesos muestran la necesidad y la posibilidad de la revolución y de una sociedad radicalmente diferente. El gobierno dejó a las masas populares de las zonas afectadas por Katrina sufrir, día tras día, en una situación no apta para seres humanos, pero las masas demostraron su humanidad de muchas maneras y desmintieron las calumnias de que son unos delincuentes y animales”.
La declaración señaló cómo se vio eso y que la gente de Nueva Orleáns recibió apoyo de todo el país. Continúa: “En todo esto se ve el potencial de movilizar a las masas a forjar una sociedad con relaciones sociales radicalmente diferentes de la competencia por subsistir que impone el sistema capitalista”.
Esto todavía existe en potencia y hay mucho que hacer para plasmarlo en realidad. Hay que ayudar a la gente a, como dice la declaración, “captar completamente que este sistema está directa y profundamente en conflicto con sus intereses fundamentales”. Hay que llevarle los libros y las charlas de Bob Avakian, presidente del PCR, distribuir ampliamente el periódico Revolución, ayudarla a elevar las miras y a captar más profundamente, y exhortarla a conocer al partido, a acercarse a él y a su dirección revolucionaria.
Como dijimos hace poco: “…quienes ven la necesidad de una revolución y quieren contribuir a ella tienen que concentrar sus esfuerzos en aumentar la conciencia política e ideológica de las masas y en forjar una gran resistencia política a las medidas y acciones de la clase dominante y sus instituciones y dependencias que más concentran a cada momento la naturaleza explotadora y opresora de este sistema, con el objetivo de habilitar a más y más gente a captar la necesidad y la posibilidad de la revolución, cuando surjan las condiciones necesarias por medio del desenvolvimiento de las contradicciones del sistema, así como del trabajo político e ideológico de los revolucionarios”. (“Puntos esenciales de orientación revolucionaria: En oposición a los alardes y las tergiversaciones infantiles de la revolución”, Revolución #55, en revcom.us)
Por medio de todo esto --de la lucha y el trabajo ideológico y político-- se puede forjar un pueblo revolucionario: millones y millones de personas conscientes de la necesidad del cambio revolucionario y resueltas a luchar por realizarlo.
"A George Bush no le importan los negros"
Esas son las palabras del rapero Kanye West, por las que recibió críticas y aplausos. Pero el asunto es más complicado y apunta a la lucha más crucial del momento: la necesidad de unir a millones de personas para SACAR CORRIENDO AL GOBIERNO DE BUSH.
Bush es la continuación del mismo sistema capitalista y es una expresión perversa del mismo. Busca un orden social muy diferente en este país, una mezcla de una dictadura religiosa fascista con una política exterior imperialista mucho más agresiva. Y está comprometido a cumplirlo cueste lo que cueste.
Por eso Bush ha pisoteado las concesiones que surgieron a raíz de las luchas de los años 60. Quiere forjar un sector de pastores negros que nos digan que somos culpables del infierno en el que el sistema nos tiene, y que sean parte de un movimiento político para imponer una teocracia (una dictadura religiosa fascista) en la sociedad. Lo hace rebajando el nivel de vida de las masas negras y repartiendo fondos por medio de esos pastores para satisfacer las necesidades básicas.
Bush dice, hipócritamente, que lo hace por el bien de los negros. ¿Pero cuál es el verdadero problema? Esos tipos no son cristianos comunes y corrientes; son fascistas cristianos y quieren abolir la separación de poderes y someter a la sociedad a su interpretación de la ley bíblica. Pat Robertson, un fascista cristiano de peso y uno de los principales partidarios de Bush, dice que hay que reemplazar el sistema penal, que tiene un millón de negros, con uno más severo. Dice que los presos "manchan a la sociedad con el sello del pecado" y que se debe aplicar el "modelo bíblico" y “echar de la sociedad de manera permanente a los reincidentes con la pena capital".
Piénsenlo. Han relegado a un gran sector de las masas negras a una vida desesperada… y debido al racismo hasta una congresista negra que entra al Capitolio o un empresario negro que maneja un Lexus corre el riesgo de que la policía lo trate mal. A los negros los meten presos con pruebas chafas. En estas condiciones, la pena capital para "reincidentes" tiene implicaciones genocidas. No olvidemos las órdenes de Bush de "cero tolerancia" con los "saqueadores" en Nueva Orleáns (o sea, con gente que buscaba comida, pañales y medicinas). ¿No es esa la misma lógica de Robertson? Y si no fuera suficiente, ¿qué quiere decir que la supuesta organización benéfica de Robertson era una de las tres principales que recomendó FEMA para enviar dinero para las víctimas de Katrina?
Pero eso también es parte de algo mayor, de toda una agenda y dirección para la sociedad. La negligencia criminal y la brutalidad perpetradas en Nueva Orleáns se suman a los intentos del gobierno de Bush de desacreditar a científicos ambientalistas, descartar las pocas reglas de protección del medio ambiente y aumentar el uso de combustibles fósiles que contribuyen al calentamiento global… todo lo cual agravará los huracanes en el futuro. Se suman a las injustas guerras en Irak y Afganistán… a la invasión de Líbano por Israel con el apoyo de Estados Unidos… a los intentos de llenar los tribunales de jueces fascistas, a "legalizar" la tortura y meter a la cárcel sin juicio o abogado… al apoyo gubernamental a los fundamentalistas cristianos… a los ataques al aborto y el control de la natalidad, la demonización de los gays, los ataques a la evolución y el fomento de la ignorancia e intolerancia en general… y a la ofensiva contra los inmigrantes para declararlos delincuentes.
¿Quién sabe qué nos espera si no los paramos? ¿La invasión de Irán o un ataque con armas nucleares? ¿Otra infamia como Katrina aquí? ¿O algo parecido? No podemos darnos el lujo de sentarnos a esperar la próxima infamia. Tenemos que actuar ya.
¡Demos el veredicto!
Urge dar marcha atrás a este curso criminal y desastroso. El pueblo tiene que dar su veredicto sobre los crímenes que el gobierno de Bush ha cometido y sigue cometiendo en Nueva Orleáns: culpable de asesinato en masa. Por ahora, la principal manera de hacer eso es preparar el terreno durante las próximas seis semanas para que el 5 de OCTUBRE sea una poderosa expresión de la resolución del pueblo DE PARAR TODO ESTO y SACAR CORRIENDO AL GOBIERNO DE BUSH.
El 5 de octubre habrá poderosas manifestaciones en las calles. Pero no será la política de costumbre, sino algo radicalmente diferente: "faltar al trabajo (o salirse del trabajo), faltar a la escuela (o salirse de clases), unirse, participar en marchas y mítines, atraer a muchos más y, con muchas formas de protesta política creativas y significativas durante todo el día, dejar saber que están resueltos a parar toda esta dirección desastrosa y sacar corriendo al gobierno de Bush por medio de movilizaciones de una oposición política masiva.
"Si esto ocurre, la posibilidad de enderezar la situación y encaminarla en una dirección mucho más favorable adquirirá una nueva dimensión de realidad". (De la convocatoria al 5 de octubre: "¡Hay una manera de hacerlo! ¡Hay un día!")
Por eso vale la pena lanzarse con ambos pies. Para los que sufrieron con Katrina y para los que no lo vivieron pero saben cómo es por experiencia propia, es hora de forjar unidad, compartir experiencias y empezar a cambiar la situación de veras. El 5 de octubre, y de ahí en adelante, hay que oír las voces de quienes este sistema ha explotado y reprimido. Los que hirvieron de furia por Katrina y aprendieron algo nuevo y más profundo sobre esta sociedad, también deben contribuirlo a la lucha para forjar en los hechos el 5 de octubre.
Como dice la convocatoria de El Mundo No Puede Esperar: "La historia está repleta de luchas justas que triunfaron contra enemigos superiores. Pero también está llena de ejemplos de gente que se mantuvo al margen, esperando pasivamente que pasara la tormenta, y quedó ahogada por horrores que no se imaginó. El futuro no está escrito. EL FUTURO QUE NOS TOQUE DEPENDE DE NOSOTROS”.
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Revolución #58, 27 de agosto 2006
Li Onesto
When the Levees Broke – A Requiem in Four Acts, del director Spike Lee, se presentará en HBO: El primer y el segundo acto se presentarán el lunes 21 de agosto a las 9 p.m. (hora del este). El tercer y el cuarto acto se presentarán el martes 22 a la misma hora. La película completa se presentará el martes 29 de agosto, en el aniversario, de 8 p.m. a medianoche. |
El nuevo documental del director Spike Lee, When the Levees Broke: A Requiem in Four Acts (Cuando los diques reventaron: Un réquiem en cuatro actos), abre con un remolino de imágenes históricas de desfiles de Mardi Gras, marchas fúnebres con conjuntos de jazz, racistas con la bandera de la Confederación, brutalidad policial y tomas desgarradoras de la devastación del huracán Katrina: casas destruidas; un señor en silla de ruedas avanzando entre el agua; hombres y mujeres en techos pidiendo ayuda; el total de muertos de cada casa inscrito en las paredes. Louie Armstrong canta una canción sobre Nueva Orleáns, donde dejó el corazón.
El primer acto de inmediato refuta la mentira de Bush de que nadie previó que los diques reventaran. Días antes del huracán, meteorólogos y científicos predijeron que se acercaba un huracán de nivel 5 y que era necesario evacuar la ciudad (que está a casi 2 metros por debajo del nivel del mar).
Pero desde el principio, entraron en acción las disparidades históricas y actuales de la vida diaria de este país. Muchos tenían medios para irse de la ciudad y lo hicieron, pero miles se agolparon en el Superdome, que era el último refugio para los que no tenían cómo irse: los pobres y los negros. Miles más de ancianos, enfermos e inválidos se quedaron en su casa.
Nos enteramos de que FEMA (un pararrayos de la furia popular a lo largo de la película) realizó tiempo atrás un estudio de lo que pasaría si llegaba un huracán de nivel 5. El estudio predijo que 127,000 personas sin medios de transporte, inválidos y sin casa no podrían irse de la ciudad por su cuenta.
Después vemos lo que pasó cuando Katrina tocó tierra el 29 de agosto. Las tomas son horriblemente vívidas y viscerales, y medio alcanzamos a imaginar cómo será estar en una casa oscura oyendo, sintiendo y temiendo la furia natural de esa fuerza. Un señor dice que las tapas de las alcantarillas saltaron y las calles se inundaron en poco tiempo.
Miles y miles quedaron a merced del huracán. En esos momentos no podían hacer mucho fuera de tratar de sobrevivir, mientras a su alrededor las lluvias y los monstruosos vientos sembraban destrucción. El crimen que causaría tantas muertes y sufrimiento ya estaba cometido: el gobierno no cuidó los diques ni evacuó la ciudad. Eso era solo el comienzo.
El agua subió a 6 metros en unas partes. El 80% de la ciudad estaba inundado. Muchos pasaron días en el techo sin comida ni agua con un calor de casi 40 grados.
Al final del primer acto, vemos a Bush. Al igual que los miles de espectadores que vieron el estreno de la película el 16 de agosto en Nueva Orleáns, uno siente ganas de abuchearlo. Él dice que entiende la ansiedad de los que están en la ciudad y con su típica sonrisita de suficiencia dice: “No creo que nadie previera la ruptura de los diques".
Inmediatamente después oímos a Terence Blanchard, compositor de la música de la película y nativo de Nueva Orleáns: “Es preocupante un país que mira la gran cantidad de errores que ha cometido este gobierno y que han afectado directamente tantas vidas. Es preocupante un país que ve todo eso y no reconoce lo que es este tipo. Sé que me van a llegar cartas, que me van a aislar, pero hay que decirlo porque estoy preocupado por este país. Ahí tenemos a FEMA, que no fue capaz de traer agua y comida, y les echaba la culpa a los demás. Si no es tan difícil. Todavía no he oído ninguna respuesta que me convenza de que la situación no ha podido ser muy diferente”.
Bloquean puentes y disparan
En el segundo acto vemos la extensión, crueldad y conciencia de la negligencia del gobierno después del huracán.
Fue una combinación de represión descarada, armada y de negligencia criminal.
Oímos que la policía montó una barricada humana armada en el puente que da al distrito Jefferson e hizo retroceder a los que trataban de cruzar. A los ancianos, los heridos, los abandonados por las autoridades en la autopista, los encañonaron y les ordenaron dar media vuelta.
Un señor se levanta la camisa y muestra cicatrices de perdigones. En el cuello tiene una cicatriz donde lo tuvieron que coser. Dice que le disparó un hombre blanco.
Después vemos a la gobernadora Kathleen Blanco decir: “Vamos a restaurar el orden público… Estas tropas saben disparar a matar y están muy dispuestas a hacerlo si es necesario, y espero que lo hagan”.
Oímos que el jefe de policía, Eddie Compass, regó rumores de violaciones de niños, de ataques a helicópteros. Admite ante la cámara que dijo cosas que no eran verdad. Dice que “me parece que aumenté los temores… creo que pequé de cauteloso”. De hecho, fomentó histeria con mentiras que pintaban a las masas como animales salvajes.
Así emerge cómo se manufacturó una atmósfera racista que le dio a los policías y los militares permiso de disparar a los “saqueadores” (los que trataban de sobrevivir) y le dio a los racistas blancos permiso de andar armados porque, como dice uno ante la cámara, “No sabía con qué me iba a encontrar”.
El avión presidencial y zapatos Feragamo
A continuación llega la parte de la película que prendió la mayor rechifla en el estreno: es la parte en que vemos y oímos lo que hizo el gobierno de Bush en los primeros días. Es la parte en que vemos una clara conexión entre las muertes y el sufrimiento y lo que hizo y no hizo el gobierno.
Uno tras otro, varios entrevistados hablan. Douglas Brinkley, autor del libro The Great Deluge (El gran diluvio), profesor de la Universidad de Tulane, habla de la lenta respuesta del gobierno al huracán y relata que Bush fue a San Diego a dar un discurso sobre Irak y solo mencionó de paso el huracán. El Rdo. Al Sharpton nos dice que cuando Bush finalmente habló de la situación dijo que “no estaba informado”.
La cámara pasa a Harry Belafonte, quien dice: “El gobierno sabía y tenía extensa información de entidades, meteorólogos y climatólogos de que esta catástrofe se encaminaba a la zona, y que podía ser mucho peor que cualquier experiencia pasada… Había información. Creo que el gobierno federal y en particular Bush decidió no responder y no prestar atención a eso por una variedad de razones. Primera, la arrogancia del poder, la enorme arrogancia del poder: esto no afectaba mucho otras cosas que captaban su atención y que le parecían mucho más importantes, y cuando el huracán llegó, pensó que los que sufrieron esa terrible tragedia no tenían importancia social y ciertamente no tenían importancia racial”.
A todo lo largo del documental vemos que FEMA y el director Michael Brown no lograron responder a las necesidades más básicas de los que luchaban por mantenerse a flote.
Una y otra vez se oye a Bush decirle al director de FEMA: “Brownie, estás haciendo una excelente labor”.
Después vemos el avión presidencial sobre la ciudad. El presidente mira desde el cielo. Desde allá no puede oler la peste de la muerte, oír los gritos de los padres separados de sus hijos ni ver la tragedia de los que pierden la cordura.
Calvin Mackie, profesor adjunto de Ingeniería Mecánica de la Universidad Tulane, dice: “¿Cómo es posible que en el país más rico del mundo, donde el batallón aerotransportado 82 puede llegar a cualquier parte del mundo en un día y medio y a los dos día llegó a Sri Lanka, a los cuatro o cinco días del huracán el gobierno federal todavía no haya hecho acto de presencia en Nueva Orleáns?”.
El profesor Brinkley dice: “Si les preguntamos a los miembros del gabinete dónde estaban en ese momento, Cheney estaba pescando, Karl Rove no se sabe, Chernoff fue a Atlanta a hablar de prevención de enfermedades, Condoleezza Rice estaba de compras”.
Michael Eric Dyson, autor de Come Hell or High Water: Hurricane Katrina and the Color of Disaster, añade: “¿Qué estaba haciendo Condoleezza Rice? Estaba en Feragamo comprando zapatos. Creo que una clienta blanca se le acercó y le dijo: ‘¿Cómo se atreve?’… Después fue al teatro a ver la comedia Spamalot esa noche. Cuando las cámaras la identificaron al final, el público la abucheó. Al día siguiente jugó tenis con Monica Seles. Así que los zapatos, el teatro y el tenis son más importante que los negros”.
Cuando el gobierno por fin hizo algo por los miles y miles abandonados por días en el Superdome, el Centro de Convenciones y los puentes de la autopista, lo hizo con la crueldad de un dueño de plantación déspota.
Un residente recuerda: “Cuando regaron a mi familia por todo el país, sentí como un recuerdo antiguo de una subasta de esclavos”.
A miles y miles los regaron por todo el país, los mandaron a 44 estados con boletos de ida. No sabían adónde iban. Separaron familias y padres e hijos.
El profesor y escritor Michael Eric Dyson dice: “Se ha dicho que esto es parecido a los días de la esclavitud. ‘Oh, no, están exagerando, están diciendo cosas incendiarias, cálmense’. Bueno, el hecho es que los trataron como a los esclavos en un barco. Separaron a las familias; separaron a los padres de los hijos. Separaron a los fuertes de los débiles. A las madres y los padres les arrancaron los bebés de los brazos. Muchos perdieron contacto con sus seres queridos en la evacuación”.
El tercer acto termina con la parte de la película más difícil de ver y que más contundentemente demuestra que lo que pasó en Nueva Orleáns fue “un acto criminal”, como dijo el director Spike Lee.
Por 78 largos segundos vemos fotos de cadáveres: flotando, tirados en aceras, bajo escombros, pudriéndose, mutilados, a la intemperie por días y meses.
"A George Bush no le importan los negros"
En el tercer acto, vemos al rapero Kanye West decir su muy célebre declaración de que "a George Bush no le importan los negros". Le dice a Spike: "Ese día no estaba preocupado de la venta de discos, no estaba preocupado de los patrocinadores, de la pérdida de patrocinadores, lo cual sucedió. Lo que sí me preocupaba era la situación en que estaba esa gente".
La película muestra otros incidentes que dejan ver lo enojada que estaba la gente con el gobierno.
Ben Marble, un médico blanco, cuenta que iba caminando en su barrio destruido en Golfport, Mississippi, cuando ve que hay un retén porque el vicepresidente Cheney se estaba haciendo tomar fotos para aparentar “preocupación”. Marble dice: "Oímos los informes de lo que pasaba en Nueva Orleáns y de la respuesta totalmente incompetente del gobierno. Recuerdo lo que Cheney le dijo al senador Leahy (Vermont) en el Senado, que se chingue la madre. Así que me pareció justo darle su propio remedio". Luego vemos un video que tomó un amigo de Marble cuando se acerca a Cheney y le grita: "Chinga tu madre".
Cheryl Livaudais, una señora blanca del barrio St. Bernard, también comparte lo que piensa del gobierno de Bush. De lo que me han dicho, Livaudais fue uno de los personajes más apreciados en el estreno. Todos se murieron de risa cuando ella dijo: "El presidente Bush me puede besar el culo. El gobierno de Estados Unidos me puede besar el culo. El gobierno de St. Bernard me puede besar el culo. Aunque no me queda mucho, queda suficiente para que lo besen".
Spike Lee resalta la injuria de lo que dijo Barbara Bush en el Astrodome de Houston. La vemos mover los labios y en la pantalla leemos lo que dice: “Me dicen, y eso me da un poco de miedo, que todos [los damnificados negros] quieren quedarse en Texas... mucha gente aquí en el estadio, pues es gente desfavorecida y estar aquí les cae muy bien”.
Una vez más, uno se siente transportado al pasado, a la repugnante historia de este país y la esclavitud, a la condescendiente e ignorante esposa del esclavista, hablando de lo bien que los amos tratan a sus esclavos.
Después de ver la película me puse a pensar que las masas de Nueva Orleáns han vivido una experiencia similar a la de millones de personas por todo el mundo que han sufrido las guerras de Estados Unidos: muerte, la destrucción absoluta de sus viviendas, la separación de familias por evacuación y traslado, soldados y policías con órdenes de disparar, así como la angustia y el dolor que causan el trastorno de la vida y el tener que encarar a un gobierno que hace todo lo posible para impedir que regresen a su hogar.
Spike Lee entrevista a varias personas que padecen de estrés por lo que han vivido y es muy similar al síndrome que padecen los que han estado en la guerra. No pueden dormir, tienen ataques de angustia, de repente empiezan a llorar en medio día.
Cuando viajé a Nueva Orleáns nueve meses después de Katrina a hacer entrevistas y tomar fotos de la devastación, me sorprendió ver lo poco que habían limpiado la ciudad. Hablé con una joven del 9th Ward que me dijo que nadó varias horas en las aguas crecidas buscando a su compañero. Me dijo que hasta ahora tiene problemas con el agua, incluso cuando se lava las manos.
Cuarto acto y más allá
La víspera de cumplirse un año del huracán, muchas partes de Nueva Orleáns siguen desoladas. Hace casi un año y todavía hay miles de personas dispersas por todo el país, sin poder regresar a reconstruir su vida. La temporada de huracanes de 2006 empezó sin que hayan reparado del todo los diques. Las compañías de seguro no van a pagar. El gobierno está suspendiendo los subsidios de vivienda. FEMA, se escucha decir a mucha gente, sigue siendo un desastre, una broma y una asquerosa palabra. Y siguen encontrado cadáveres entre los escombros.
En el cuarto acto vemos que para los empresarios de bienes raíces y otros buitres la destrucción de Nueva Orleáns es una oportunidad para apoderarse de terrenos y hacer una bonanza con lo que lo más lucrativo de la ciudad para ellos: no la gente, por supuesto, ni la rica cultura o su importancia histórica, sino el petróleo y el gas natural. Nos enteramos de que el 25% del gas natural que se produce en Estados Unidos y el 20% del petróleo que se consume vienen de Louisiana. Douglas Brinkley señala: "Desde hace mucho el estado de Louisiana sirve como colonia, solo como un lugar para sacarle recursos para el resto del país. Jamás he visto al gobierno darle la espalda a gente tan necesitada como en esta ocasión. Esta situación no tiene precedentes: que la gente necesita tanto y el gobierno federal no quiere ayudar".
La película nos presenta a casi 100 personas de Nueva Orleáns, de diferentes nacionalidades, ramas sociales y una amplia gama de opiniones. También nos presenta un elenco de co-conspiradores criminales, entre quienes están George Bush y su pandilla, así como el racismo, la pobreza y la brutalidad policial. Esta película es una importante plataforma para que la gente de Nueva Orleáns hable y denuncie los muchos crímenes perpetrados por este sistema. Los relatos, el horror, la pena, la frustración e ira dejan ver la magnitud y la profundidad de los crímenes que persisten. Ya sea en el 9th Ward o en St. Bernard, ya sean los médicos, ingenieros y otros profesionales que intentan recuperar la vida, lo que vemos es un espíritu de resistencia y convicción de denunciar y luchar contra todas las injusticias que el gobierno ha cometido y sigue cometiendo.
Otra cosa muy importante es que la película demuestra que la tragedia de Katrina no fue, en un sentido fundamental, el producto de las fuerzas de la naturaleza, sino de las fuerzas del gobierno de Bush y del sistema capitalista en general.
El músico Wynton Marsalis, oriundo de Nueva Orleáns, ofrece este comentario: "Creo que estamos viviendo un importante momento en la historia de Estados Unidos, porque en este momento vemos mucho de lo que está mal. Es un momento importantísimo. Es como cuando uno pasa frente a un espejo y se ve en una postura que no le gusta. Carajo, pensé que tenía unas 10 libras de más, tengo 50 años. Solo que esta vez estamos frente al espejo pero no podemos dejar de vernos, nos quedamos ahí y vemos todo lo que está mal".
En los últimos minutos de la película, Cheryl Livaudais, residente de St. Bernard, dice y pregunta: "Necesitamos otro gobierno. Necesitamos alguien que de veras se preocupe por la gente, por sus propiedades, por sus hogares. Alguien que de veras se preocupe, ¿quién será?".
*****
Era pasada la medianoche cuando llegué a Nueva Orleáns nueve meses después del huracán. Recuerdo que cuando iba por la avenida Claiborne al 9th Ward vi manzana tras manzana de casas destruidas y carros abandonados. La ciudad tenía un vacío extraño, pero a la vez se sentía llena de sonidos contenidos. Al entrar a la calle principal, no había electricidad, luces, curiosos mirando por la ventana, nada. En ese momento capté la inmensidad de lo que les pasó a los residentes de la ciudad y la nimiedad de lo que el gobierno ha hecho para que puedan regresar.
When the Levees Broke me pareció conmovedora e impactante y me gustó ver las diferentes perspectivas que presenta. Muestra cosas que han encubierto y negado. Demuestra que el gobierno de Bush es inepto para gobernar. También demuestra que las instituciones de supremacía blanca y las ideas del racismo están profundamente entrelazadas con el sistema de capitalismo en Estados Unidos.
La película me trajo muchos recuerdos de mi viaje a la ciudad. Yo también oí historias que me hicieron llorar y me dieron ganas de gritar. Una pareja negra mayor que de día trabajaba limpiando su casa y de noche dormía en el carro. Un joven blanco que vivía en un trailer de FEMA y no tenía dinero para la medicina para su epilepsia. Una ciudad de carpas de gente buscando trabajo. Jornaleros inmigrantes estafados por los contratistas.
También oí relatos conmovedores de gente que luchaba por conservar la dignidad a pesar de que el gobierno se esforzaba por hacerlos sentir como basura.
Oí relatos de apoyo y ayuda mutuos: de los chavos que se organizaron para rescatar a los ancianos y llevarles comida y agua, y luego el sistema les echó encima sus sabuesos por “saqueadores”.
La unidad y el apoyo de las masas ante la horrible devastación, que empeoraron la negligencia y la represión del gobierno, muestra la necesidad y la posibilidad de la revolución. Desde una perspectiva revolucionaria, aprecio la furia, el desafío y la inventiva de los chavos, y su experiencia con este desastroso sistema. Tienen un potencial muy positivo y poderoso.
La gente de este país y del mundo entero debe ver When the Levees Broke. Esta película es una importante contribución al conocimiento de lo que sucedió después del huracán Katrina y debe ser parte de la conversación que tiene que darse en todo el país, en todas las capas sociales, sobre lo que este incidente representa, sobre quién y qué es responsable, y sobre lo que el pueblo tiene que hacer al respecto.
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Revolución #58, 27 de agosto 2006
Todos los habitantes del país y alrededor del mundo vimos con horror hace un año cómo les dispararon, abandonaron y les faltaron el respeto a docenas de miles de personas, para que se ahogaran y murieran en las calles de Nueva Orleáns. Un año después, Nueva Orleáns será el foco de atención otra vez ¿y qué vamos a ver? ¿Podrá ser Nueva Orleáns un mar de lucha masiva que muestre la determinación de nunca perdonar y nunca olvidar los crímenes que este sistema ha perpetrado tras el huracán? ¿Apoyarán esta lucha acciones de solidaridad alrededor del país con los habitantes de esta ciudad como respuesta a esos crímenes?
Ahora, un año después del huracán, existe una lucha para darle forma a la recapitulación de Katrina. Es una lucha que tiene grandes implicaciones para el futuro. Voluntarios de todo el país están en Nueva Orleáns por dos semanas para inyectarle comunismo revolucionario a esta lucha. Todos están en la calle distribuyendo 2,800 copias de nuestro periódico en el estreno del documental de Spike Lee de HBO sobre Katrina When the Leeves Broke. También tienen camisetas y carteles de “Se buscan” e invitan a escuchar las nuevas pláticas de Bob Avakian. Los voluntarios han salido por toda la ciudad después del estreno a grabar la ira que sienten los habitantes de Nueva Orleáns. Están visitando los proyectos, las ciudades universitarias y clubes para distribuir muestras de la plática histórica de Bob Avakian Revolución: Por qué es necesaria, por qué es posible, qué es. También están distribuyendo listones negros para los brazos para ponérselos como símbolo de ira contra los horrores que sufrieron docenas de miles de personas durante Katrina, y los horrores que el gobierno de Bush y otros personajes de la clase dominante imponen ahora con un plan de reconstrucción de Nueva Orleáns que hará que la ciudad sea más pequeña, más blanca y más limpia: una disneylandia con un poquito de sabor a Mardi Gras.
Uno de los voluntarios es Carl Dix, vocero del Partido Comunista Revolucionario: se acerca al pueblo, a los representantes de distintas organizaciones, hace trabajo de prensa y lleva a todos el mensaje de que el sistema es responsable de todos los horrores que sufrimos en Estados Unidos y en todo el mundo, y que la forma de lidiar con esto y de una vez por todas es a través de una revolución proletaria para formar un mundo comunista exento de clases. Nuestros voluntarios están ayudando a ampliar el grado de conciencia sobre el sistema que es responsable de la atrocidad producida por Katrina, la guerra en Irak y todas las demás injurias que el capitalismo está infligiendo en nuestro planeta. Están mostrando el futuro posible de una verdadera revolución proletaria y al líder que tenemos en Bob Avakian para dirigir a las masas hacia ese rumbo. Están sembrando las semillas de una organización revolucionaria.
¡Para realizar todo esto se necesitan grandes cantidades de dinero! Ya se han gastado miles de dólares en boletos de avión y viáticos. Se necesita dinero para sus gastos, materiales y organización para las próximas dos semanas. Necesitamos tu cooperación urgentemente para incrementar el potencial de esta situación y llevar a cabo una transformación real de manera que favorezca las perspectivas para la revolución y el comunismo.
Puedes mandar cheques a:
RCP-4 Speaking tour, con una nota de que es para los voluntarios de Nueva Orleáns.
Para las contribuciones de más de 100 dólares (con deducción de impuestos) el cheque puede ser para
A Gathering of the Tribes d/b/a RC 4 Speaking Tour.
Envíalo a
RC 4 Speaking Tour
PO Box 941,
Knickerbocker Station,
NY, NY 10002-0900.
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Revolución #58, 27 de agosto 2006
Nuevas revelaciones de Seymour Hersh
¿Cómo se le llama? El artículo del periodista Seymour Hersh “Watching Lebanon: Washington’s Interests in Israel’s War” (Con la mirada puesta en Líbano: Los intereses de Washington en la guerra de Israel), demuestra que Israel trazó los planes de la guerra contra Líbano mucho antes de la captura de los dos militares, y que a lo mínimo lo hizo tras consultar con Estados Unidos. Hersh escribe: “Un experto sobre el Medio Oriente familiarizado con las ideas de los gobiernos israelí y estadounidense me dijo que el plan inicial israelí era iniciar una gran campaña de bombardeos en respuesta a una provocación de Hezbolá. Israel pensaba que un ataque contra la infraestructura de Líbano (las carreteras, los depósitos de combustible e inclusive las pistas de aterrizaje del aeropuerto de Beirut) podría persuadir a las grandes poblaciones cristiana y sunita de volverse contra Hezbolá… Israel bombardeó el aeropuerto, las carreteras y los puentes, entre otros blancos. La semana pasada, la Fuerza Aérea israelí había llevado a cabo casi 9,000 misiones”. ¿Cómo se le llama a un estado que lleva a cabo 9,000 ataques aéreos, muchos contra la infraestructura civil (y por supuesto la población civil), y que mata a más de 900 personas y desplaza a un millón, para “persuadir” a unos sectores de la población a apoyar su causa? ¿Y cómo se le llama a un estado que justifica el asesinato y la destrucción tildándolos de los “dolores de parto de un nuevo Medio Oriente”? Si eso no es terrorismo estatal en gran escala, ¿qué es? |
Un frágil cese del fuego impuesto por la ONU entró en vigor en Líbano el 14 de agosto y muchas familias aprovecharon para regresar y enterrar a los muertos. El implacable bombardeo israelí desplazó a más de un millón de personas (un cuarto de la población nacional) e imposibilitó el rescate de cadáveres.
La revista New Yorker del 21 de agosto publicó un informe del periodista Seymour Hersh sobre el papel del gobierno de Bush en la planificación y ejecución de la guerra contra Líbano. Titulado “Watching Lebanon: Washington’s Interests in Israel’s War” (Con la mirada puesta en Líbano: Los intereses de Washington en la guerra de Israel), el informe revela que la Casa Blanca vio la guerra como preparativos y ensayo para un ataque a Irán.
El cese del fuego no representa el fin del conflicto, sino un cambio a otra fase de la contienda de las fuerzas de la región, y Estados Unidos e Israel tratarán de “terminar” lo que empezaron con el ataque a Líbano.
Por otro lado, la guerra ha desatado cosas que no están bajo control de Estados Unidos, Israel ni los demás reaccionarios de la contienda: Israel y Estados Unidos no lograron las metas trazadas; la clase dominante israelí se está peleando por la guerra; ha aumentado la fricción entre Estados Unidos y los reaccionarios gobiernos árabes de su establo por las posiciones que tomaron en respuesta a la invasión; y hay amplia indignación contra Estados Unidos por toda la región.
La actual gama de contradicciones, si sigue la misma trayectoria, empuja hacia una guerra con Irán.
Las verdaderas razones del ataque a Líbano
El informe de Hersh deja en claro que todas las razones de la invasión de Líbano que dieron los medios de comunicación fueron mentiras. Hersh escribe: “Un experto sobre el Medio Oriente familiarizado con las ideas de los gobiernos israelí y estadounidense me dijo que Israel ideó un plan para atacar a Hezbolá (y lo compartió con el gobierno de Bush) mucho antes de los secuestros del 12 de julio [así describe Hersh la captura de los militares israelíes—Revolución]”.
Hersh informa que varios funcionarios del gobierno le dijeron que “con los secuestros, Israel vio el momento oportuno para iniciar la campaña militar ya planeada contra Hezbolá”. Agrega que aunque el gobierno de Bush negó que conociera el plan de atacar a Líbano, se celebraron discusiones de alto nivel entre oficiales israelíes y funcionarios de la Casa Blanca y del alto mando militar sobre el ataque y lo que lo podría “provocar”. “Los [oficiales] israelíes nos dijeron que sería una guerra de bajo costo y grandes beneficios”, le dijo a Hersh un asesor del gobierno con fuertes lazos a Israel. “¿Por qué oponernos? Podremos localizar y bombardear misiles, túneles y búnkers desde el aire. Será un ensayo para Irán” (énfasis nuestro).
El artículo describe una compleja e íntima relación entre Israel y Estados Unidos, con aprobaciones directas e indirectas. Hersh no siempre entiende la agenda global general del gobierno de Bush y el papel de Israel en ella, pero el artículo deja en claro que Estados Unidos aprobó el ataque a Líbano, que el cuento de que fue una represalia por la captura de los militares israelíes fue un pretexto y que la guerra fue parte de los preparativos para atacar a Irán.
Los “intereses de Washington”: Preparativos para Irán
Las fuentes de Hersh le dijeron que el plan de la guerra de Líbano surgió de un proceso de consulta entre oficiales militares israelíes y estadounidenses sobre los planes para una campaña aérea de gran envergadura contra Irán.
Hersh dice que tres factores motivaron a Estados Unidos a aprobar el ataque a Líbano. Primero, sería un ensayo de un ataque contra Irán. Un ex funcionario de alto nivel de los servicios de espionaje le dijo: “El plan israelí [en Líbano] es ‘una copia fiel de lo que Estados Unidos tiene planeado en Irán’”. Atacar a Líbano ayudaría a planificar el ataque contra Irán y a callar a los críticos de la clase dominante y las fuerzas armadas.
“Las propuestas iniciales de la Fuerza Aérea para destruir la capacidad nuclear iraní, que incluyen un bombardeo intenso de la infraestructura civil, han encontrado resistencia en el alto mando del Ejército, la Marina y la Infantería de Marina, según informan oficiales pasados y actuales”, escribe Hersh. “Dicen que el plan fracasará y llevará inevitablemente a la introducción de fuerzas terrestres, como pasó en la guerra israelí contra Hezbolá”.
Un ex funcionario de los servicios de espionaje le dijo a Hersh que la oficina del vicepresidente Dick Cheney presionó a Israel a darse prisa. “Le dijimos a Israel: ‘Miren, si tienen que hacerlo, los apoyaremos cien por cien. Pero deben hacerlo lo más pronto posible. Si esperan mucho tiempo, nosotros tendremos menos tiempo para evaluarlo y planificar el ataque a Irán antes de que Bush deje el cargo”.
La segunda razón para apoyar la guerra contra Líbano fue eliminar la capacidad militar de Hezbolá de disparar misiles contra Israel como represalia por un ataque a Irán. “No se puede atacar a Irán sin destruir [los misiles de Hezbolá], porque sin duda son un elemento de disuasión. Un ataque a Irán provocará un ataque de Hezbolá contra Tel Aviv y Haifa. Por eso hay que limpiar esto primero”, Hersh dijo en una entrevista en el programa radial Democracy Now!
La tercera razón para apoyar la guerra fue asestarle un golpe a Hezbolá a fin de convertir a Líbano en un estado estable y obediente en el Medio Oriente.
Problemas para el imperialismo yanqui y peligros para los pueblos del mundo
Hersh escribe que a los estrategas de guerra de Estados Unidos les sorprendió la resistencia de Hezbolá y que pudiera seguir lanzando misiles hacia Israel a pesar de los bombardeos. Continúa: “De todos modos, a varios oficiales del alto mando les preocupa que el gobierno de Bush tenga una evaluación más positiva de la campaña aérea de lo que merece, me dijo el ex funcionario de los servicios de espionaje. ‘No cabe duda de que Rumsfeld y Cheney llegarán a una conclusión errónea’, dijo. ‘Cuando pase la tormenta, dirán que fue un éxito y lo aprovecharán para reforzar su plan de atacar a Irán’”.
Fundamentalmente, esto no se debe a que el gobierno de Bush sea tonto o ciego a los peligros y dificultades de una invasión. Como escribió hace poco Larry Everest (“Ambiciones globales, lógica asesina y el peligro de una guerra regional”, Revolución #56): “Aquí opera una lógica asesina y explosiva. Por un lado, el gobierno de Bush tiene que seguir a la ofensiva para realizar sus metas. Aflojar el paso podría descarrilar toda la campaña. Lo que hace a escala mundial requiere una ofensiva implacable, una dinámica en que vacilar o retirarse socava las metas y podría desenmarañarlo todo. Por eso no se retiran cuando tropiezan con obstáculos y dificultades, como por ejemplo en Irak. Su visión es crear un nuevo orden mundial por medio de años de caos. (Hace poco George Will, imperialista derechista, dijo que el enfoque de Bush ‘hace que la inestabilidad, no importa lo pandémica o letal, sea necesariamente una señal de progreso’, y advirtió que eso ‘crea una ceguera’, Washington Post, 18 de julio). Tienen que seguir avanzando e inclusive ‘escapar acelerando’ de las contradicciones que encaran y crean al extender la guerra, para mantener el impulso y porque piensan que solo pueden resolver sus problemas en un escenario mayor”.
De hecho, Estados Unidos ya está preparando el terreno para un ataque a Irán o Siria en medio de este conflicto, echándoles la culpa y por otros medios. En un artículo titulado “The Neocons’ Next War” (La próxima guerra de los neoconservadores), Sidney Blumenthal informa que Bush ha aprobado un programa secreto para que la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) le dé información secreta de intercepciones de radio y de otros medios de comunicación a Israel, a fin de supervisar si Siria e Irán le envían nuevas armas a Hezbolá. “En el gobierno, los neoconservadores del personal de seguridad nacional del vicepresidente Dick Cheney y Elliott Abrams (el neoconservador director sobre el Medio Oriente del Consejo de Seguridad Nacional) alaban el plan de compartir inteligencia de la NSA con Israel y dicen que el envío de armas podría servir de pretexto para que Israel bombardee ambos países, me dijo una fuente que tiene conocimiento de las conversaciones”, escribe Blumenthal. “Se dice que los neoconservadores están muy entusiasmados con la posibilidad de utilizar la inteligencia de la NSA para ampliar el conflicto entre Israel y Hezbolá y entre Israel y Hamas a una guerra de cuatro frentes”. (Salon.com, 3 de agosto)
Por su parte, el gobierno reaccionario de la República Islámica de Irán tiene sus propias razones para buscar una confrontación con Estados Unidos. La imposición de un gobierno teocrático fundamentalista ha provocado mucho odio y protestas populares en los últimos años, y el gobierno espera que una confrontación con Estados Unidos e Israel refuerce su base interna y aísle a la oposición. Además, tiene sus propias aspiraciones de influencia y poder regional. Espera crear las condiciones para un mundo menos unipolar donde pueda negociar mejor la exportación de petróleo y las inversiones imperialistas. El papel de Irán (y Siria) con relación a Hezbolá en Líbano solo se puede entender en el contexto de esas necesidades.
En el campo de batalla, Israel no derrotó decisivamente a Hezbolá. La campaña aérea no la destruyó, como esperaban Israel y Estados Unidos, y a las fuerzas de infantería israelíes se les dificultó conquistar y controlar pueblos libaneses en la frontera. La guerra se alargó más de lo que querían, desató mucha indignación por toda la región y causó problemas a los reaccionarios gobiernos árabes del establo yanqui.
“La derrota de Hezbolá sería un grave revés para Irán, psicológica y estratégicamente. Perdería su base en Líbano y sus principales medios para desestabilizar el corazón del Medio Oriente. Demostraría que el intento de establecerse como superpotencia regional es demasiado ambicioso”, escribió el columnista conservador Charles Krauthammer. “Estados Unidos arriesgó mucho para que ganara Israel y pasara todo esto. Contaba con una victoria israelí, pero Israel lo decepcionó”. (Washington Post, 4 de agosto)
Los problemas con que tropezaron Estados Unidos y su perro de ataque Israel en este conflicto representan un mayor peligro para los pueblos del Medio Oriente. La dinámica del sistema capitalista-imperialista y la “gran estrategia” del gobierno de Bush lo obligan a seguir metiéndose en el Medio Oriente y por todo el mundo, y a vencer los obstáculos por medio de la agresión militar cueste lo que cueste.
Krauthammer escribe: “Para cuando llegue el inevitable segundo round, Israel habrá rechazado la indecisión de Ehud Olmert, que no dio resultados, y tendrá nuevos líderes, tácticas y equipo (por ejemplo, nuevo blindaje para los tanques, que son muy vulnerables ante las armas antitanques iraníes)”. (Washington Post, 18 de agosto)
Ante estos crímenes tan monstruosos, y los peores crímenes que están planeando, las masas que captan el horror de lo que han hecho Israel y Estados Unidos en Líbano y de lo que planean, tienen que transformar la situación por medio de una lucha que se abra paso entre las alternativas de Jihad y McCruzada, y forjar una oposición que no acepte ninguna de las dos.
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Revolución #58, 27 de agosto 2006
El New York Times del 16 de agosto dice que podría haber cientos de cadáveres enterrados en las ruinas del sur de Líbano y el sector sur de Beirut. En Tiro, la principal ciudad de la región, se acumularon tantos cadáveres que los tuvieron que enterrar en fosas comunes.
"En Srifa, al sur del río Litani, encontraron 26 cadáveres en las ruinas sobre las que hace tres días yo estaba parado", escribió Robert Fisk en el número del 17 de agosto del periódico The Independent. "En Ainata, encontraron otros ocho civiles muertos. Debajo de los escombros de un edificio de cuatro pisos al norte de Tiro encontraron un cadáver y, cerca, encontraron a una joven de 16 años, tres niños y un adulto. En Khiam, un lugar golpeado por más de un mes por Israel, encontraron muerto en los escombros de su vivienda al 'mukhtar' del pueblo".
El gobierno libanés informa que ha confirmado 1,300 muertes hasta hoy y que la cantidad podría subir. La mayoría de los muertos son civiles y un tercio son niños.
Todavía no se sabe el monto de los daños a la infraestructura civil; muchos pueblos y aldeas carecen de electricidad, agua y drenaje; las carreteras están destruidas y dificultan el transporte. El Comité Internacional de la Cruz Roja informa que los sembrados de tabaco y de uvas, dos de los principales cultivos del sur de Líbano, se han perdido, y que lo mismo podría suceder con las aceitunas.
Según la ONU, en las ciudades de Tayyabah, Ghanduriyah, Zibqin, Jabal al Butm, Bayyadah, Markaba y Qantarah, el 50% de las viviendas han sido destruidas. Todavía no se ha podido hacer una evaluación completa de otros pueblos. UNICEF dice que con urgencia se necesitan agua, alimentos, medicinas y colchones para 50,000 personas en el sur de Beirut.
Otro grave problema para los que regresan al sur son las bombas de dispersión. Israel soltó miles de esas armas bárbaras en zonas de mucha población, pero muchas no explotaron y estallan al tocarlas o moverlas. La agencia Associated Press informa que en Tibin "la principal calle está cubierta de bombitas".
Jawad Najam, un médico de un hospital de Tiro, dice que atendió a 25 personas con heridas causadas por bombas de dispersión en un período de 24 horas. Dijo que las bombas "parecen juguetes".
Líbano también encara un desastre ambiental. Se calcula que se regaron al mar 30,000 toneladas de petróleo a raíz del bombardeo de tanques de almacenamiento de la central eléctrica Jiyyeh, en el sur de Beirut, durante los primeros días de la guerra. Israel no dejó limpiar el derrame, lo que agravó la magnitud del desastre. La ONU estima que el daño podría ser mayor que el derrame causado por el Exxon Valdez, que hasta la fecha ha sido el mayor derrame de petróleo en la historia.
El alto número de civiles muertos NO es accidental, y NO es porque Hezbolá supuestamente se escondió entre la población. El hecho es que los ataques a civiles y a la infraestructura civil fueron medidas intencionales de Estados Unidos e Israel y son crímenes de guerra.
El artículo de Seymour Hersh “Watching Lebanon: Washington’s Interests in Israel’s War” (Con la mirada puesta en Líbano: Los intereses de Washington en la guerra de Israel), dice que varios oficiales israelíes viajaron a Washington a principios del verano para "recibir la luz verde para atacar". Hersh escribe que un experto sobre el Medio Oriente familiarizado con las ideas de los gobiernos israelí y estadounidense afirma que el plan que propuso Israel, y que Bush y Cheney aprobaron, "era iniciar una gran campaña de bombardeos en respuesta a una provocación de Hezbolá. Israel pensaba que un ataque contra la infraestructura de Líbano (las carreteras, los depósitos de combustible e inclusive las pistas de aterrizaje del aeropuerto de Beirut) podría persuadir a las grandes poblaciones cristiana y sunita de volverse contra Hezbolá… Israel bombardeó el aeropuerto, las carreteras y los puentes, entre otros blancos. La semana pasada, la Fuerza Aérea israelí había llevado a cabo casi 9,000 misiones”. (The New Yorker, 21 de agosto)
Según las fuentes de Hersh, los oficiales israelíes dijeron que sería "una guerra de bajo costo y grandes beneficios”. “De bajo costo” quiere decir que el masivo bombardeo aéreo causaría mucha destrucción y mataría a muchos civiles libaneses con mínimas pérdidas para el ejército israelí. En estos cálculos, el pueblo de Líbano no cuenta.
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Revolución #58, 27 de agosto 2006
El cese del fuego auspiciado por la ONU entró en vigencia el lunes 14 de agosto. El cese del fuego es parte del mismo proceso y sirve a los mismos objetivos políticos imperialistas que la guerra de Estados Unidos e Israel. Ese mismo día, George Bush dijo que Líbano es uno "de los tres frentes de la guerra mundial contra el terror" (los otros dos son Irak y Afganistán). Bush criticó a sus predecesores por "promover la estabilidad en el Medio Oriente" y dijo que ahora tiene "una estrategia de libertad". Identificó a Irán y Siria, y a Hezbolá y Hamas, como enemigos que tiene que derrotar.
Traducción: Al igual que Irak y Afganistán, Líbano será un frente de la guerra de Bush para redefinir el Medio Oriente, eliminar toda oposición (o posible oposición) y poner esa región estratégica más directamente bajo el control de Estados Unidos. El statu quo en Líbano es insatisfactorio y Washington persistirá hasta lograr sus objetivos.
Al día siguiente, la ministra de Relaciones Exteriores de Israel, Tzipi Livni, dijo ante un congreso de presidentes de las mayores organizaciones judías que "la guerra no ha terminado".
De hecho, el sábado 19 unos comandos israelíes realizaron una redada en el valle de Bekaa. Asimismo, la fuerza interina de la ONU informa que la fuerza aérea israelí ha realizado varias violaciones del espacio aéreo libanés desde el cese del fuego.
Como dijimos la semana pasada, la resolución de la ONU es injusta y no se puede apoyar. No condena a Israel por los crímenes de guerra y crímenes de lesa humanidad que cometió; pone la realidad patas arriba y dice que Israel es la víctima, cuando Israel invadió a Líbano y pisotea la soberanía de Líbano; y no obliga a que Israel retire sus tropas, como pide el gobierno libanés.
Pero ahora, tergiversando la resolución, Israel insiste y amenaza que el ejército libanés y las fuerzas de la ONU cumplan la labor militar que Israel no logró terminar. Por ejemplo, quiere que las fuerzas de la ONU y el gobierno libanés pongan un bloqueo en la frontera de Siria. La resolución no dice nada de eso.
Además, Israel dice que la resolución ordena que la ONU y el gobierno libanés desarmen a Hezbolá inmediatamente. La resolución dicta "el desarme de todos los grupos armados de Líbano para que, de conformidad con la decisión del Gobierno de Líbano de fecha 27 de julio de 2006, no haya más armas ni autoridad en Líbano que las del Estado libanés". Pero no dicta que lo hagan las fuerzas de la ONU ni el gobierno libanés, ni da un plazo.
Cualquier pretexto, real o imaginado, por parte de Israel podría ser motivo para volver a atacar, si así dictan los planes estratégicos de Estados Unidos e Israel. También es posible que presenten "pruebas", reales o imaginadas, de envíos de armas a Hezbolá de parte de Siria o Irán para ampliar la guerra en la región.
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Revolución #58, 27 de agosto 2006
El 10 de agosto, los gobiernos inglés y estadounidense anunciaron un “complot terrorista” e inmediatamente pusieron en marcha nuevas medidas de seguridad. También desataron una ola de miedo, histeria y chovinismo a favor de la guerra y la represión. ¿No es conveniente que esto ocurrió justo cuando mucha gente empezaba a expresar dudas y oposición por la invasión israelí de Líbano con apoyo estadounidense?
Tengamos presente que los que hablan de complots son unos mentirosos comprobados sobre los asuntos más importantes que hay.Permalink: http://revcom.us/a/058/october-5-way-day-es.html
Revolución #58, 27 de agosto 2006
Worldcantwait.org ( El Mundo No Puede Esperar)
¡El mundo no puede esperar! ¡Hay que sacar corriendo al gobierno de Bush!
Esta convocatoria, “¡Hay una manera de hacerlo! ¡Hay un día!”, la sacó El Mundo No Puede Esperar. Pensamos que representa un análisis sumamente importante de la situación, de la visión del 5 de octubre y de lo que está en juego si tiene éxito… o si fracasa. Con esto en mente, exhortamos a nuestros lectores a leerla… a repartirla a amigos y parientes… y a correr la voz en la internet, las emisoras, los periódicos, los salones de clase, los púlpitos, los tableros de anuncios y dondequiera que sea posible. En este momento tan urgente, también exhortamos a apoyar los esfuerzos de El Mundo No Puede Esperar para recaudar medio millón de dólares antes del Labor Day. Ve al portal de worldcantwait.org. Mitin de El Mundo No Puede Esperar, Nueva York, 31 de enero de 2006.
Piensen en todas las personas que están profundamente angustiadas por la dirección en que el gobierno de Bush ha encaminado al país… y al mundo… en todas las personas que están indignadas por la manera en que este arrogante gobierno busca someter a golpes a los pueblos del Medio Oriente y de todo el mundo, y pisotea nuestros derechos aquí… en todas las personas a quienes les preocupa el futuro de la humanidad y del planeta donde vivimos, y que reconocen que el gobierno de Bush representa una grave amenaza a esto… en todas las personas que sienten una profunda inquietud pero tienen miedo de estar solas e impotentes; o que dicen que les gustaría que se haga algo para dar marcha atrás a toda esta dirección desastrosa pero que nada lo logrará; o que esperan que los demócratas hagan algo para cambiar todo esto, a pesar de que cada día es más y más claro que no lo harán… en todas las personas que son una gran parte de la población de este país y cuyos sentimientos básicos los comparte la gran mayoría de la población del mundo.
Imaginen si, de esta enorme represa de gente, se desencadena una gran ola, y por medio de su firme resolución y gran cantidad de participantes hace una poderosa declaración política que no se pueda pasar por alto: faltar al trabajo (o salirse del trabajo), faltar a la escuela (o salirse de clases), unirse, participar en marches y mítines, atraer a muchos más y, con muchas formas de protesta política creativas y significativas durante todo el día, dejar saber que están resueltos a parar toda esta dirección desastrosa y sacar corriendo al gobierno de Bush por medio de movilizaciones de una oposición política masiva.
Si esto ocurre, la posibilidad de enderezar la situación y encaminarla en una dirección mucho más favorable adquirirá una nueva dimensión de realidad.
Pasará de ser una esperanza imprecisa de millones de individuos aislados, y la acción de unos pocos miles hasta la fecha, a ser una fuerza moral innegable que tendrá un impacto político sin precedente.
Hay una manera de plasmarlo en realidad. Hay un día, y viene pronto, cuando nos movilizaremos para hacerlo. Hay un vehículo y un medio por medio del cual se podrá transformar la angustia, indignación y frustración en una movilización política significativa, positiva y potente.
El 5 de octubre de 2006, en respuesta a la convocatoria de El Mundo No Puede Esperar—Hay que Sacar Corriendo al Gobierno de Bush, por todo el país participaremos en un día de resistencia masiva. La amplitud, la profundidad, el impacto y el poder de ese día dependen no solo de los militantes de El Mundo No Puede Esperar y de los demás organizadores de ese día… también dependen de ustedes, de nosotros, de todos los que esperan y buscan una manera de hacer algo que tenga el potencial de cambiar la situación.
Si no lo hacemos y no lo plasmamos en realidad, habrá consecuencias… muy negativas. Pero si respondemos al reto que se nos presenta y tomamos la historia en nuestras propias manos ese día, por medio de la acción política en gran escala, se podrá cambiar la situación en una dirección muy positiva en aras de un futuro mejor para la humanidad.
“La neta: la historia está repleta de luchas justas que triunfaron contra enemigos superiores. Pero también está llena de ejemplos de gente que se mantuvo al margen, esperando pasivamente que pasara la tormenta, y quedó ahogada por horrores que no se imaginó. El futuro no está escrito. EL FUTURO QUE NOS TOQUE DEPENDE DE NOSOTROS”.
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Revolución #58, 27 de agosto 2006
Alice Woodward
Elvira Arellano, ciudadana mexicana, recibió órdenes de comparecer ante el Departamento de Seguridad de la Patria el 15 de agosto para que la deportaran.
Pero Elvira desafió la orden. Su iglesia, Adalberto United Methodist, situada en el barrio puertorriqueño Humboldt Park de Chicago, le dio santuario. El pastor de la iglesia ha pedido que otras iglesias de todo el país abran las puertas a los inmigrantes bajo ataque.
Al cierre de esta edición Elvira permanece en la iglesia con su hijo Saúl, de siete años. Centenares han ido a la iglesia a expresarle apoyo a ella y a la lucha que representa. Un representante anónimo del Buró de Inmigración y Aduanas dijo que no entrarán a la iglesia a arrestarla, que "no es mayor prioridad que los otros 500,000 fugitivos que hay en el país", y que la detendrán "en el momento y lugar oportuno".
Apoyo de California a Carolina del Sur
El martes 15 por la noche vi a Elvira por la tele con su hijo en brazos. Al día siguiente fui a la iglesia, donde ya había mucha gente que reconoce que lo que esta mujer está haciendo es sumamente importante.
Desde que Elvira entró a la iglesia, la calle está llena de alegría y de espíritu combativo: familias enteras de inmigrantes van a acompañarla; los feligreses se quedan a apoyarla; llegan estudiantes solos o en grupos. Unos se quedan horas y otros pasan por curiosidad al ver las camionetas de la prensa. Una joven reportera de uno de los canales de español sale de la iglesia a entrevistar a los que están en la acera y vuelve a la camioneta a editar el video. Se le ve en la cara que la historia de Elvira Arellano le cala hondo.
Impera una sensación de estar participando en algo histórico, que no es solo de una nacionalidad o grupo. Es casi palpable el deseo de que esto se difunda y la idea de que es una verdadera posibilidad.
Esta posición, y lo que significa para la lucha por los derechos de millones de inmigrantes, ha resonado por todo el país. La prensa nacional e internacional lo comenta, especialmente los canales en español. La noticia corrió como relámpago entre los grupos que velan por los derechos de los inmigrantes. La agencia Associated Press informó que "activistas de California a Carolina del Sur" están con ella. En Phoenix, Martín Manteca, del grupo Mi Familia Vota, dijo que ya están organizando vigilias para apoyar a Elvira. Dolores Huerta, dirigente del sindicato de trabajadores del campo, fue a la iglesia a acompañar a Elvira.
El Movimiento 10 de Marzo, una coalición de unos 100 grupos que coordinó las megamarchas de Chicago en pro de una reforma migratoria, dijo: "La deportación de Elvira Arellano, inmigrante indocumentada y dirigente del movimiento a favor de todos los inmigrantes, no debe proceder".
Una posición justa ante una ley injusta
En medio de una entusiasta multitud frente a la iglesia, una representante de Elvira dijo por altoparlante: "Ella ha iniciado algo que este movimiento necesita. Creo que todas las iglesias deberían ser santuarios. No podemos permanecer al margen con los brazos cruzados mientras separan a las mamás de los hijos, a los padres de sus hijos y a las esposas de los esposos". Muchos comparan lo que Elvira está haciendo con la histórica posición que tomó Rosa Parks. Otros dicen que si las iglesias y los partidarios de los inmigrantes abren sus puertas, podría ser otra vez como el movimiento que ayudaba a los esclavos a escapar.
La Migra dice que solo una petición de un senador puede impedir la deportación, pero los dos senadores de Illinois, los demócratas Dick Durbin y Barack Obama, han dicho que no pueden hacer nada por ella. Obama dijo: "Lo que no puedo hacer es darle preferencia a una persona cuando hay cientos de miles que están en la misma situación. No sería justo. Así no se hacen las cosas aquí en Estados Unidos".
Cómo se "hacen las cosas" en Estados Unidos
Elvira fue detenida en el 2002 en el aeropuerto O'Hare, donde trabajaba en limpieza. En total la "Operación Chicagoland Skies" detuvo a 53 inmigrantes que trabajaban en el aeropuerto. No se sabe la suerte de muchos de los detenidos en esa operación de la "guerra contra el terror", aunque no han acusado a ninguno de tener conexiones con terroristas.
Elvira se declaró culpable de trabajar con un número de seguridad social falso y la sentenciaron a libertad condicional. Desde entonces ha recibido órdenes de deportación cuatro veces, pero en cada ocasión recibió un plazo de un año, en parte porque su hijo es ciudadano y tiene problemas de salud. Fundó la organización La Familia Latina Unida, de la cual es presidente, para impedir que separen a miles de familias. Esa horripilante realidad hace recordar los días de la esclavitud, cuando literalmente les arrebataban los hijos a los padres para venderlos.
Hoy, millones de inmigrantes viven escondidos y como ciudadanos de segunda categoría. Los arrestan en redadas y los deportan. Les prohíben hablar español en el trabajo. No tienen servicios de salud ni pueden conseguir licencia de manejo. Los detienen indefinidamente, los matan en la frontera y, los que logran cruzarla, viven con la angustia de que los agarren.
Fuera de la iglesia había mucha gente para quien Elvira es su voz. Una señora me dijo que por falta de licencia de manejo la tratan como ciudadana de segunda categoría, que ni siquiera puede alquilar películas. Me dijo: "Cuando voy con mis hijos a la tienda, me preguntan si les puedo alquilar una película. Yo tengo que decirles que no; me preguntan que por qué no y tengo que decirles que no puedo; cómo se le puede explicar eso a un niño. Ella (Elvira) está harta de eso y por eso está haciendo esto; por eso estamos aquí con ella, porque nosotros también estamos hartos".
Un joven latino me contó que ha demandado a los dueños de una tienda de refacciones de carros porque amenazaron con correrlo y lo hostigan porque habla español con los clientes y los quiere ayudar. Dice que cuando van nigerianos a pedir refacciones les dicen que no hay.
Los planes del gobierno de Bush para la inmigración son despachar la Guardia Nacional a la frontera, construir centros de detención en varias partes del país, hacer deportaciones en masa e imponer tarjetas de identificación biométricas. Los inmigrantes ya sufren feroz represión, violación y muerte en la frontera, y discriminación a diario. Todo eso está aumentando de una manera alarmante. En el New York Times, un miembro de la Liga de Ciudadanos Latinoamericanos Unidos (LULAC) afirmó que "nunca en la vida he visto este tipo de deportaciones". Hay que parar los ataques contra los inmigrantes.
Vientos de verano y tormentas de otoño
Cuando pienso en el mundo en que esto se está dando, en el contexto en que esta mujer ha tomado esta posición desafiante, se me acelera el pulso de expectativa y urgencia. Esto ocurre tras un enorme auge de lucha de millones de inmigrantes en todo el país, que son parte de un creciente movimiento, y tras una amplia lucha de masas en México por las elecciones fraudulentas.
Ocurre en un contexto en que el gobierno de Bush está llevando la sociedad en una dirección muy peligrosa: libra una guerra contra Irak, invade Líbano con Israel, espía a la ciudadanía, ataca a los gays, abandona a los negros tras el huracán Katrina. La gente está indignada pero paralizada, sin ver cómo actuar.
Elvira Arellano ha tomado esta valiente posición en momentos en que lo que se haga aquí y en el mundo para oponerse al gobierno de Bush es sumamente importante. Indica que hay un enorme potencial para que el movimiento en pro de los derechos de los inmigrantes continúe y crezca. Representa un llamamiento y un desafío para quienes ven las injusticias que se cometen contra los que tienen que "vivir en las sombras" y todos los que están hartos de los atropellos actuales.
Cuando pienso en lo que he aprendido, visto y escuchado, veo el potencial palpable de que miles de personas se junten para construir un movimiento para sacar corriendo al gobierno de Bush; veo el potencial de la "enorme represa" de millones de personas, como dice la declaración de El Mundo No Puede Esperar para el 5 de octubre. Si miles de esa represa, representada frente a la iglesia Adalberto, salieran ese día a oponerse a la dirección por la que Bush lleva a la sociedad, imagínense no más el impacto: miles movilizando a millones.
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Revolución #58, 27 de agosto 2006
Recibimos esta carta de unos camaradas que fueron al servicio conmemorativo:
La vida de gente como Susan cuenta mucho para el mundo. Para celebrar la vida de esta persona tan valiosa, se reunieron 100 amigos, familiares y camaradas en un salón decorado de su gimnasio. Era evidente que las personas que tocó vieron en ella algo diferente... y con razón.
Susan era comunista, atea e internacionalista. Dedicó su vida adulta a la creación de un mundo mejor para la humanidad y encarnaba ese mundo. Era apasionada, rebosaba de curiosidad y siempre estaba rompiendo barreras. Tenía un interés profundo por las personas, cómo pensaban y qué sueños tenían. Su sentido de humor era contagioso y tenía una convicción muy práctica y realista de que un mundo mejor es posible. Debatía e invitaba a compartir su convicción de por qué el mundo es como es, y que es posible cambiarlo. Incluso cuando estaba enferma, vio su lucha con el cáncer como una lucha por la humanidad; es duro, especialmente hoy, que el mundo la pierda.
Del diario de Susan: Como a muchos otros, me entusiasma la idea de que la vida es un proceso de cambio constante y de que mañana existe la posibilidad de que entendamos mejor cosas que no entendemos: eso encierra mucha esperanza. Como a muchos otros, me inspira la lucha de tantos en tantas partes del mundo, vivan en Paquistán o Nueva Orleáns: respondiendo a los sacudones y cambios del planeta, manteniendo la cabeza en alto bajo una ocupación o lidiando con un cáncer, como yo. |
La celebración pintó un cuadro de su vida. Su hermano dijo que no tenían mucho tras la muerte de su padre, pero que en la cena siempre tenían “una dieta continua de conversaciones políticas. Conversaciones en que todos hablábamos a la vez, como en una vieja película de Woody Allen”. Una amiga de su juventud envió un mensaje que describió el despertar político de Susan en la prepa, a finales de los años 60. Una película corta de la marcha de Washington, D.C. de 1963, con imágenes de Bob Dylan y Joan Báez, muy jóvenes, cantando “When the Ship Comes In”, captó los sonidos que influenciaron a una generación entera de revolucionarios y gente radical.
Su esposo y una amiga de muchos años relataron que a Susan no la frenaron los golpes violentos (y una grave fractura del cráneo) que recibió de la policía en la histórica manifestación de 1979 durante la visita de Deng Xiaoping a Estados Unidos, contra el desmantelamiento del socialismo en China por el golpe de estado después de la muerte de Mao Tsetung en 1976.
Varias personas describieron su boda a fines de los años 70, una ceremonia postergada varias horas porque la mayoría de los invitados estaban en una protesta contra la dictadura del sha de Irán, convocada por estudiantes iraníes justo antes de regresar a su país a participar en la revolución (o sea, antes de que los fundamentalistas religiosos la dominaran). Un familiar contó, ante las risas del público, que el conjunto musical del hotel Holiday Inn “tocó melodías populares en un estilo hawaiano, por ejemplo una versión enérgica de ‘Hava Nagila’ que prendió a los viejitos parientes judíos. Y luego, después de la protesta, un dúo revolucionario tocó ‘The Krugerrand’ y ‘Death to the Shah’”.
Hubo varios comentarios aquí y allá sobre el amor de Susan por la comida y el ejercicio. Su cuñada dijo: “Nos gustaba comer y nos gustaba hacer ejercicio, y lo primero ayudaba a lo segundo”. Una ayudante médica que la cuidaba bromeó que, al planear una dieta contra el cáncer, la primera pregunta de Susan fue: “¿Puedo seguir tomando café?”. Otra cuñada dijo: “No sé si saben que el café era lo más importante de su vida [risas]... que no medía el tiempo con relojes, sino con tazas de café”.
A todos sus conocidos les impresionaba su colección de pendientes única y juguetona, y en la celebración se explicó que comenzó con un intercambio de regalos con una amiga hace muchos años. Una bella exposición de docenas de pendientes hizo sonreír a todos. Su esposo invitó a todos los presentes a llevarse un par de pendientes como recuerdo.
En un momento muy conmovedor, se leyó uno de sus pasajes favoritos de la autobiografía de Bob Avakian, From Ike to Mao and Beyond: el capítulo titulado “Perseverancia e inspiración”. Después, se leyó el pésame que envió Bob Avakian y el inicio de una lista de “Perseverancia e inspiración”, con el nombre de Susan a la cabeza.
Como en la vida de Susan, el arte y la cultura desempeñaron un papel importante en la celebración. Una camarada hizo una interpretación a cappella de la canción “Imagine” de John Lennon y leyó un poema que escribió: “Los picos que escalaron extrañan/ sus risas audaces y elevadas, ¡pero miren!/ ¡La saludan nuevas lámparas!”. Tocaron una canción y bailes de la película india La leyenda de Bhagat Singh, en que dos grupos de revolucionarios se encuentran en la universidad durante la ocupación inglesa. La cuñada de Susan creó una hermosa imagen de un árbol. A todos les dio una hoja para escribir una nota o palabra y luego las colgó en el árbol. Simboliza la comunidad de los presentes y el significado de la vida de Susan.
Susan tenía un buen grupo de amigas en el gimnasio, muchas de las cuales la conocieron después de que se enfermó de cáncer. Hablaron de los fuertes lazos de amistad que tenían con ella y del profundo efecto que ella tenía en su vida. Una dijo: “Tenía creencias tan fuertes que eran contagiosas. Era valiente, agalluda, divertida y afectuosa”. Leyó un poema conmovedor escrito para la celebración sobre su amistad, el espíritu de Susan y sus aventuras y discusiones políticas. Una administradora del gimnasio que también era amiga de Susan habló de una conversación: “Le dijo que lamentaba el dolor que experimentaba y me miró a los ojos y me preguntó por qué. No sabía cómo responder así que ella continuó: ‘Soy una sola pieza de algo mucho mayor. Pasan tantas otras cosas en el mundo peores de lo que me está pasando a mí’”. Otras amigas hablaron de que corría “como una gacela”, tenía el pelo alborotado y estaba resuelta a derrotar el cáncer.
Raymond Lotta habló del método científico de Susan. Dio el ejemplo de una investigación demográfica que llevaron a cabo juntos para contribuir al Borrador del Nuevo Programa del Partido Comunista Revolucionario. Captó lo esencial de Susan y lo que inspira a los demás: “…si veía un muro, tenía que escalarlo, fuera un muro de lo desconocido, de las relaciones de propiedad que impiden que seamos verdaderamente humanos o de las divisiones entre los seres humanos… quería escalar los muros y tumbarlos… Tenía un amor profundo al pueblo, igual a su deseo de dedicarse totalmente a la creación de un mundo donde pueda florecer verdadera y cooperativamente”.
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Oda a la flor del ciruelo Viento y lluvia despiden a la primavera que parte, Llena de gracia, mas no pretende para sí la primavera, Mao Tsetung, diciembre de 1961 |
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Revolución #58, 27 de agosto 2006
Esta nota se leyó en el servicio conmemorativo de Susan:
El presidente del Partido Comunista Revolucionario, Bob Avakian, expresa su gran pérdida por la muerte de Susan Sheppard, y extiende su más sentido pésame a la familia, amigos y camaradas. También ha pedido que se inscriba su nombre en una lista especial de recuerdo y honor, iniciada en esta ocasión, con la designación “Perseverancia e inspiración”, el título del capítulo final de la autobiografía de Avakian, que era uno de los favoritos de Susan.
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Junto con la nota, se leyó el siguiente pasaje del capítulo final de From Ike to Mao and Beyond: My Journey from Mainstream America to Revolutionary Communist, que era una de las partes preferidas de Susan:
“Cuando veo todo esto, vuelvo a pensar en el amigo que decidió dedicar la vida a curar el cáncer, y pienso en la necesidad mayor aún de ponerle fin al sistema de capitalismo-imperialismo y a todo el sufrimiento y la opresión que encarna e impone a lo largo y ancho del mundo. Veo que mi vida no podría dedicarse a nada más importante y que las contribuciones que haga en el curso de la vida son lo más importante y lo más elevado de todo lo que podría hacer. Esto entraña momentos de gran decepción, sí, pero también momentos de gran gozo. El gozo de ver cómo los seres humanos se libran de trabas, se alzan, empiezan a ver el mundo tal como es en realidad y abrazan más conscientemente la lucha para cambiarlo. El gozo de saber que somos parte de este proceso y de contribuir lo máximo que podamos a él. El gozo de la camaradería de estar con otros en esta lucha y de saber que es algo que vale la pena, que no estamos metidos en algo insignificante y nimio, sino en algo elevado. El gozo del mirar al futuro, de divisar la meta por que luchamos y de ver a quienes empiezan a captar lo que podría significar, no solo para sí mismos, sino para la sociedad, para la humanidad entera”.
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Revolución #58, 27 de agosto 2006
Se leyó la siguiente carta de una compañera y amiga de muchos años de Susan en su servicio conmemorativo.
El 4 de julio, Susan perdió en la lucha contra el cáncer. Su muerte es una gran pérdida para sus seres queridos y para todos los que tuvieron el gran privilegio de conocerla. Era, si se pudiera pasar al español la letra de Peter Tosh, una persona tan “positiv-osa”. Tenía un gran corazón, y una insaciable sed de entender el mundo a su alrededor y de comunicarlo de la mejor manera y en toda forma a su alcance. Siempre hacía resaltar en las personas sus mejores cualidades, y daba mucha importancia a las opiniones, inquietudes y perspectivas de ellas en toda esfera, sea política, arte o ciencia. Cuando entraba en plática con los amigos o incluso con los que se topaban con ella en distintas esferas, le entraba con toda el alma y aprendía mucho.
Se puede decir honestamente que su muerte es una trágica pérdida no solo para los que la conocían, la querían o sintieron su presencia en sus vidas, sino también para millones de personas que no la conocieron...
Me pongo a pensar en Susan, su lucha contra el cáncer en la cual perdió al final, el espíritu combativo con que luchó hasta el último momento, que nos inspiró tanto a todos. Incluso los detallitos, como lo que escribió en su diario de que no dejaba que la enfermedad le quitara el sentido del humor.
Me pongo a pensar en cómo se sentiría al no poder correr, tras las primeras series de quimioterapia, y eso que le reteencantaba correr. (Antes, de relajo le decíamos que su afán de correr tenía mucho que ver con su afán de comer, algo que tristemente tampoco no podía gozar desde hace unos meses...).
Pero no permitió que esos reveses la amargaran ni la hicieran egoísta, tampoco --más importante-- que la desviaran del “maratón” al que había dedicado la vida. Muy al contrario.
Susan tenía como 12 ó 13 años cuando estalló la rebelión de Watts, y le impactó mucho. De universitaria en el Área de la Bahía de San Francisco, no se aguantaba las ganas de cambiar esta sociedad en la cual se decide la vida de la gente por el color de la piel o su posición económica. Como muchos otros de su generación, quería llevar esas ideas al pueblo. Se sumó al piquete de las costureras en huelga contra Farah Pants; iba a los campos del valle central de California para hablar con los trabajadores agrícolas. Entró a trabajar en una de las primeras fábricas electrónicas de Silicon Valley; soldaba pastillas de silicio con trabajadoras latinas y asiáticas, aprendía de sus vidas y les platicaba de las ideas que se estaba formando sobre la revolución, el socialismo y el comunismo. En las tardes iba a los clubes de música latina para bailar cumbias y comer pupusas.
Se comprometió más aún a militar por un mundo completamente nuevo, un mundo comunista, “un mundo de seres humanos que se asocian y cooperan libremente, un mundo en el que le gustaría vivir a la gran mayoría de las personas y, en última instancia, a toda la humanidad, y en que podría prosperar de una manera nunca antes posible sino en la imaginación”. Por supuesto que no es una posición de moda hoy día, pero Susan no se atenía a lo que estuviera de moda. Le importaba la verdad, las verdaderas razones por las que el mundo está como está: lo absurdo de una sociedad en que un puñado de ricos controlan la riqueza y la vasta mayoría sufren en la miseria, y asimismo las profundas contradicciones de dicha estructura social que obstaculizan el progreso de la sociedad y al tiempo la conducen hacia rupturas potencialmente sísmicas que podrían traer algo totalmente nuevo y liberador.
Susan admiraba con toda el alma a Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario. Me escribió que le platicaba a mucha gente sobre su asombroso DVD “Revolución: Por qué es necesaria, por qué es posible, qué es”, su autobiografía, From Ike to Mao and Beyond…, y otras obras. Quería que todos tuvieran la oportunidad de tratar los temas más importantes.
Cuando se enfermó hace tres años, trajo a su lucha contra el cáncer un método científico e inspirador, y dedicó lo que le quedaba de vida a hacer que la mayor cantidad de gente posible supiera que en Bob Avakian tienen un líder capaz de dirigirnos hacia un futuro por el cual vale la pena vivir y morir.
También estaba consciente, y le perturbaba mucho, que Estados Unidos está encaminado hacia una Edad de Tinieblas de alta tecnología. Con toda la fuerza de que era capaz, trabajaba para organizar a la cantidad más grande posible de personas en la batalla contra esa trayectoria. A pesar de su debilidad física participó con mucho orgullo en la protesta del 2 de noviembre del año pasado de El Mundo No Puede Esperar en Chicago, que fue una de las últimas funciones políticas en que pudo participar.
Aun cuando su estado físico empezó lo que resultaría ser en un deterioro irreversible, tenía la mente muy clara y el corazón firme con el pueblo del mundo. Incluso unas cortas semanas antes de que se nos fuera, nos daba mucha alegría y ánimos visitarla en el hospital. Desde su cuarto del hospital, seguía las noticias que empezaban a salir de la masacre de Haditha y otras atrocidades estadounidenses en Iraq, que le enfurecían. Estaba ansiosa de conseguir una copia del DVD de “Sir, No Sir”, un nuevo documental sobre la resistencia en las fuerzas armadas durante la guerra de Vietnam. Como siempre, le entró profundamente a la cultura, por ejemplo estudió la última temporada de “The Sopranos” y las dimensiones filosóficas profundas del famoso último episodio. Me di cuenta que se habían encariñado de ella todos los empleados del hospital que entraron al cuarto cuando estuve, y ella de ellos. Fue la última vez que nos dimos un abrazo.
Tenemos que seguir esta gran conversación sobre cómo entender la realidad, qué tipo de mundo podremos crear y cómo llegar ahí, y comunicarla a otros. Al mismo tiempo tenemos que actuar con lo que entendamos en este momento con todo y con toda la creatividad individual y colectiva posible. Como me escribió en agosto del año pasado: “Del Sur Centro (de Los Ángeles) a Níger, de Perú a las regiones que azotó el maremoto, el pueblo del mundo está contando con nosotros para cumplir con esa gran necesidad”. Para los que comparten su visión del mundo, sería un tributo apropiado a su legado redoblar su compromiso; y para los que no están en total acuerdo o de plano discrepan, pero que tienen en común con ella esa inquietud intensa por el estado del planeta, que contribuyan todo lo que puedan para actuar conforme a sus convicciones para hacer nacer un mundo mejor. Susan nos ha pasado el testigo para que terminemos el maratón.
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Revolución #58, 27 de agosto 2006
Esta es una declaración de una enfermera que cuidó a Susan durante los tratamientos:
Había tantas razones para querer a Susan, pero la razón que destaca era su capacidad de infundirles esperanza de un mundo mejor a los demás. Cambió mis ideas acerca de las personas y mi actitud hacia ellas. En la enfermería, soy heroína todos los días, pero si me hubieran preguntado sobre ofrecerse de voluntario, en el mundo actual, hubiera contestado: “¿Qué van a ganar?”.
Huelga decir que es una manera de ver el mundo sin esperanzas, como si lo que motiva primero que todo es el puro interés. Es fácil captar que Susan podía inspirar a cualquiera que la conociera, ¿pero podría esa persona concebir el mundo como su comunidad, como lo hacía ella?
Por supuesto, tras conocer al equipo médico de Susan, fui testigo de una clase de generosidad, perseverancia y amor que solo una persona como Susan podía inspirar.
Susan ayudó a disolver mi desesperación ante el mundo en que vivimos. Ayudándole y conociendo al equipo médico, vi lo que antes no hubiera podido creer… que sí es posible dar y recibir incondicionalmente.
Me hizo pensar en algo que escribió Albert Einstein:
“Un ser humano es parte de un todo, llamado por nosotros universo, una parte limitada en el tiempo y el espacio. Se experimenta a sí mismo, sus pensamientos y sentimientos como algo separado del resto... algo así como una ilusión óptica de su conciencia. Esta falsa ilusión es para nosotros como una prisión que nos restringe a nuestros deseos personales y al afecto que profesamos a las pocas personas que nos rodean. Nuestra tarea debe ser el liberarnos de esta cárcel ampliando nuestro círculo de compasión para abarcar a todas las criaturas vivas y a la naturaleza en conjunto en toda su belleza. Nadie es capaz de hacerlo del todo, pero el intentarlo es en sí mismo una parte de la liberación, y el fundamento de nuestra seguridad interior”.
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Una amiga del gimnasio a donde iba Susan mandó esta nota:
Cuando Susan entró al gimnasio, existía un silencio incómodo en el locker entre las coreanas y las demás. Era una clara actitud de ‘nosotras’ y ‘ellas’ de parte de nosotras. Conforme a sus creencias y su conciencia internacional, Susan se puso a cambiar esa situación. Empezó sonriendo a las señoras coreanas, después les decía buenos días y al poco tiempo ya conversaba con ellas. Yo me di cuenta de lo que pasaba cuando vi que una señora coreana le llevó un frasco de kimchee, un platillo coreano muy elaborado. Al poco tiempo, las demás adoptaron la nueva actitud y ahora todo el mundo se sonríe, se saluda o conversa, y el locker es mucho más agradable que antes.