Revolución #93, 24 de junio 2007

voz del partido comunista revolucionario, eu

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Revolución #93, 24 de junio de 2007

Las escuelas públicas de Nueva York y la criminalización de los estudiantes

¿Qué clase de sistema le hace esto a la juventud?

Linda Flores

En Nueva York, la cantidad de policías en las escuelas aumentó de 3,200 en 1998 a 4,625 en el 2006 (casi el 50%), pero la criminalización de la juventud es un fenómeno por todo el país. El informe de la NYCLU es una fuerte crítica de la policía de Nueva York, pero también habla de la experiencia parecida de los jóvenes, especialmente los negros y latinos, en otras ciudades en la escuela y afuera: el hostigamiento, la degradación y la humillación. Desperdiciar de esa manera el potencial humano y deshumanizar así a la juventud es inaceptable e intolerable. Se necesita una sociedad totalmente diferente… una sociedad que no necesite llenar las escuelas de matones armados que hostigan y reprimen a los estudiantes.. [Graphicá de Revolución]

"Nos tratan como si fuéramos delincuentes, como si fuéramos animales".

Estudiante de la prepa Curtis High, Staten Island, Nueva York

"A veces el salón de clase parece una celda".

Jane Min, estudiante de la prepa Flushing High, Queens, Nueva York

Imagínense si en las escuelas trataran a los jóvenes como personas valiosas, valoraran y alentaran su creatividad, curiosidad y pensamiento crítico. Imagínense si, en las escuelas y afuera, estimularan a los jóvenes a discutir y debatir todo: Shakespeare, la religión, el estado del planeta y cómo se debe manejar la sociedad y las escuelas. Imagínense si en vez de aplastar y acorralar el espíritu rebelde y la mente inquisitiva de la juventud, los valoraran como una parte crucial de revolucionar la sociedad.

Pero en esta sociedad, eso solo se puede imaginar, y la experiencia de muchos jóvenes es todo lo contrario. Las escuelas están rodeadas de cercas y detectores de metal; en vez del sonido de debate y discusión de teorías científicas y la globalización, se oyen los gritos de policías armados con armas automáticas que sueltan órdenes. Cuando los jóvenes llegan a la escuela, en vez de saber que es un lugar seguro donde aprender y enseñar, viven con miedo: ¿los van a cachear y humillar frente a los demás por nada? ¿Los van a arrestar si se salen de la fila de los detectores de metal? ¿Llegarán a casa al final del día, o se los llevarán a la cárcel por decir palabrotas o pelear?

En marzo la Unión de Libertades Civiles de Nueva York (NYCLU) publicó un informe titulado "La criminalización del salón de clase: La actuación policial excesiva en las escuelas de Nueva York" (que está en línea en www.nyclu.org/pdfs/criminalizing_the_classroom_report.pdf). Es una fuerte crítica del Departamento de Policía de Nueva York (DPNY) por hostigar, degradar, maltratar y criminalizar rutinariamente a miles de estudiantes; también habla de la experiencia parecida de jóvenes, especialmente negros y latinos, por todo el país. Tiene entrevistas a padres de familia, maestros, administradores escolares y, lo que es muy importante, a unos mil estudiantes.

Los agentes del DPNY empezaron a patrullar las escuelas públicas en 1998. En el año escolar 2005-2006, 4,625 agentes (200 de ellos armados) patrullaron como "Agentes de Seguridad Escolares". El informe dice que si esa división del DPNY fuera un departamento de policía, sería el décimo del país y sería mayor que los de Washington, D.C., Detroit o Boston.

Como carceleros

El nuevo programa de "seguridad" escolar dice que todo estudiante de las preparatorias y secundarias públicas (junior high y high school) tiene que pasar por un "detector de metal portátil" cuando se lo manden. Los agentes entran a una escuela sin previo aviso como si fueran un ejército de ocupación. Se parece mucho a lo que pasa en Irak: los agentes se apoderan de la cafetería o del gimnasio, y convierten la escuela en una zona policial. Los estudiantes tienen que esperar horas en filas mientras los agentes registran las mochilas y confiscan los celulares (prohibidos) y las cámaras (no prohibidas). El 21% de las escuelas tienen detectores de metal permanentes. En la secundaria Wadleigh High de Manhattan, un estudiante llamó a su madre y le pidió que fuera a recoger su celular porque no quería que se lo confiscaran; al estudiante lo arrestaron por no quedarse en la fila.

Los agentes son como carceleros: gritan órdenes, empujan a los estudiantes y toman decisiones arbitrarias sobre qué se permite y no se permite. Requisan las mochilas y confiscan una gran variedad de cosas, como llaves y monedas. Por ejemplo, les confiscaron los celulares a unos estudiantes que tenían permiso. Confiscan iPods y no los devuelven. En una escuela técnica, les confiscaron equipo de ingeniería dizque por ser "armas". Han confiscado comida (que se comen). Rutinariamente gritan a los estudiantes, y los empujan hacia los detectores o contra la pared para cachearlos, no importa si hacen sonar el detector o no. En una escuela, se burlaron de un estudiante con un abrigo caro y lo acusaron de ratero. Un agente encontró un CD en blanco en una mochila y le dijo al estudiante: "¿Es rap? Por eso te registramos". En un período de ocho meses, confiscaron más de 17,000 objetos: el 70% eran celulares y el 29% iPods y otros aparatos similares. No encontraron ni una sola pistola.

El informe de la NYCLU tiene una larga lista de ejemplos de hostigamiento y brutalidad contra los estudiantes. En una escuela, los agentes persiguieron a los estudiantes que esquivaron un punto de control gritando: "¡Agárrenlos!". En la prepa Samuel Tilden High de Brooklyn, Biko Edwards, un estudiante de 17 años de edad caminaba a su clase de química cuando lo paró el subdirector. Cuando Biko protestó porque quería ir a clase, el subdirector llamó a un agente. El informe describe lo que pasó: "El agente Rivera lo agarró y lo estrelló contra un muro de ladrillos; le laceró la cara y Biko empezó a sangrar. En vez de ayudarlo, el agente Rivera pidió refuerzos y lo esposó… lo llevaron al hospital, y lo trataron unas dos horas; pasó casi todo el tiempo esposado a una silla… Lo acusaron de cinco delitos".

¿Qué les pasa a las jóvenes en estas escuelas? ¿Las tratan como seres humanos con valor e inteligencia, o como objetos sexuales? En las escuelas, ¿animan a los jóvenes y las jóvenes a debatir la opresión de la mujer y cómo acabarla? No: son lugares donde los agentes armados del estado las hostigan y las manosean. Una estudiante informó que "a los agentes les gusta tocar a las estudiantes sin razón". El 27% de las estudiantes entrevistadas dijeron que los agentes las tocaron o las trataron de tal manera que se sentían incómodas. Cuando los aros de metal de un sostén hacen sonar los detectores, las mandan levantarse la blusa para demostrar que no tienen armas, o abrirse los pantalones para demostrar que no tienen celulares. Las registran hombres; el informe dice: "Los estudiantes y maestros se quejan de que los agentes masculinos se comportan de manera indebida con las jóvenes, y coquetean y flirtean con ellas". En una prepa, oyeron a los agentes comentar sobre el cuerpo de una estudiante. En otra escuela, humillaron a un estudiante gay todos los días: echaban a cara o cruz para ver cuál tenía que registrarlo.

Agresión contra los maestros

¿Qué pasa con los maestros que quieren hacer algo para mejorar la situación… a quienes les importa la suerte de los estudiantes a pesar de los bajos salarios, recortes, edificios destartalados y medidas fascistas… que quieren conectarse con los estudiantes y darles una buena educación… a quienes no les gusta que hayan convertido las escuelas en cárceles?

El informe de la NYCLU dice que también han atacado a los maestros que protestan contra esas medidas o que intervienen cuando los agentes maltratan a los estudiantes, para que no quepa duda de que: "Nadie los va a defender. Miren lo que le pasa a cualquiera que piense hacerlo". El informe dice:

"El 8 de marzo de 2005, cuando unos maestros de la prepa New School for Arts and Sciences llamaron al 911 para pedir ayuda médica para un estudiante herido en una pelea, unos siete agentes del DPNY fueron a la escuela. Varios maestros pararon la pelea y estaban en control de la situación, y Cara Wolfson-Kronen, una maestra de estudios sociales, le informó eso a la operadora del 911. Pero de todos modos un agente ordenó que los maestros identificaran a los estudiantes que pelearon y dijo que los iba a esposar.

"Cuando Quinn Kronen, un maestro de inglés, contestó que los estudiantes estaban sentados en la clase sin más problema, el agente Bowen le gritó: 'Pinches maestros, sirvan para algo. Estos muchachos andan desenfrenados. Hay que echarlos'. Kronen puso objeciones, y la sargento Walter le dijo que 'se callara la boca' o lo iba a arrestar. La señora Wolfson-Kronen puso objeciones, y la sargento Walter dijo: 'Ya basta, clávenle unas esposas a esta puta'. La arrestaron, se la llevaron de la escuela esposada y la dejaron afuera en temperaturas bajo cero sin abrigo. También arrestaron al señor Kronen. Los pusieron en libertad después de aproximadamente dos horas en la delegación 41. En la audiencia inicial retiraron la acusación de alteración del orden público, porque no hicieron nada ilegal. El 22 de marzo de 2005, el señor Kronen y la señora Wolfson-Kronen recibieron una carta anónima firmada por 'La Hermandad'; amenaza con hacerles daño por 'interferir con nuestros hermanos' y dijo: 'Les aconsejamos que se larguen de Nueva York pronto'".

En octubre de 2006, Adhim Deveaux, un maestro de matemáticas en la prepa Urban Assembly of History and Citizenship, se enteró de que un agente golpeaba a uno de los estudiantes y salió corriendo. Cuando el agente lo estrelló contra un carro, Deveaux se le acercó y le dijo: "Es mi estudiante. Soy su maestro. Apenas es un muchacho". En respuesta el agente golpeó y agarró a Deveaux por atrás, lo empujó a la acera y lo esposó. Se lo llevaron a la delegación y lo acusaron de agresión contra un agente, resistencia a la autoridad y obstrucción de una función oficial.

Este maestro trataba de calmar la situación. En una sociedad donde la policía está al servicio del pueblo, agradecería esto; cooperaría y confiaría en el maestro, y lo escucharía cuando dijo: "Apenas es un muchacho". Pero estos policías lo arrestaron porque imponer medidas represivas y una atmósfera de cárcel en las escuelas es su función… y no resolver problemas.

Criminalizan a la juventud

El informe de la NYCLU detalla numerosas veces que la policía ha atacado o arrestado a estudiantes por ofensas insignificantes y ridículas, como decir palabrotas, llegar tarde o no querer entregar sus celulares. Su portal menciona el caso de una estudiante de 13 años que arrestaron y esposaron en mayo por dibujar en un escritorio. Estos jóvenes no cometen ningún delito, pero los arrastran al sistema penal y los tratan como si fueran criminales.

La criminalización de la juventud no se limita a Nueva York. En varias columnas del New York Times, Bob Herbert ha descrito varios incidentes atroces de brutalidad policial contra jóvenes: a una niña negra de 6 años la esposaron y la llevaron a la cárcel en Florida por hacer un berrinche en el kinder; a un niño negro de 7 años lo esposaron en Baltimore por andar en bicicleta en la acera. Herbert destaca el aspecto racista de los incidentes: por ejemplo, en 2006 en Texas sentenciaron a una muchacha negra de 14 años a siete años de cárcel por darle un empujón a un empleado de su escuela (la pusieron en libertad hace poco). Por otro lado, en el mismo pueblo a una muchacha blanca condenada de incendiarismo la sentenciaron a libertad condicional.

Herbert dice que a los estudiantes “los denigran, les gritan, los insultan, los registran y los tocan indebidamente… Ese comportamiento policial venenoso es una extensión a las escuelas del tratamiento humillante que practica la policía con los jóvenes desde hace mucho tiempo, especialmente con los negros y latinos, en las calles de Nueva York”. (New York Times, 2 de junio de 2007)

¿Qué dice esto a los jóvenes? Las escuelas deben animarlos a experimentar, empujar los límites y cometer errores, y deben desafiar y desencadenar la mente. Pero en esta sociedad no es así. Cuando esposan a una joven por dibujar en un escritorio o a una niña de 6 años por un berrinche, esto indica lo que la sociedad opina de la juventud. No cabe duda de lo que le dice a los jóvenes: este mundo no les pertenece a ustedes. Su vida no importa un comino. El único futuro que este sistema les ofrece es un trabajo monótono o la cárcel. Después, dicen que los arrestos injustos e ilegítimos son "prueba" de que los chavos son una bola de delincuentes, y los usan para aislarlos del resto de la sociedad.

No es simplemente que los policías son una bola de matones brutales y racistas que odian y temen a los chavos (y no cabe duda de esto al leer el informe). Su conducta en las escuelas es una extensión de su papel: imponer las relaciones sociales de explotación y opresión, y la opresión nacional. No están para “proteger y servir” a la población, sino para mantener la pobreza, miseria y degradación en que viven muchos jóvenes.

El informe dice: “Durante el año escolar 2004-2005, 82% de los estudiantes de las escuelas con detectores de metal permanentes eran negros y latinos, o sea 11% más alto que el promedio de toda la ciudad. La preparatoria DeWitt Clinton High en el Bronx, la mayor escuela con detectores de metal permanentes, tiene 4,511 estudiantes y ni un solo bibliotecario”.

¿Qué clase de sistema relega a los jóvenes a escuelas atestadas sin fondos, que más parecen cárceles que lugares de educación y crecimiento? ¿Qué clase de sistema trata su energía, creatividad y rebeldía como algo que hay que sofocar, en vez de celebrar y desencadenar? ¿Qué clase de sistema envía matones a hostigarlos por no asistir a la escuela, y luego a hostigarlos y arrestarlos por ridiculeces cuando asisten?

Los que trafican la mentira de que Estados Unidos es "la tierra de la oportunidad, donde cualquier niño puede llegar a ser presidente", del "gran valor de la educación" y de "no dejar atrás a ningún niño" --pero no dicen nada de que las escuelas parecen cárceles--, no tienen derecho de hablar de "responsabilidad individual" y "mejores opciones".

Para citar la canción "Dear Mr. President" de Pink: "¿Cómo puede decir que no hay que dejar atrás a ningún niño?/ No somos tontos ni ciegos. Todos están en sus celdas mientras pavimenta el camino al infierno…".

Desperdiciar de esa manera el potencial humano y deshumanizar así a la juventud es inaceptable e intolerable. Se necesita una sociedad totalmente diferente… una sociedad que no necesite llenar las escuelas de matones armados que hostigan y reprimen a los estudiantes… una sociedad donde la juventud tiene un papel y un futuro importante: construir un mundo nuevo… una sociedad donde no haya un grupo reprimido y alejado de las ideas, y encerrado en escuelas que parecen cárceles, y otros capacitados a dominar las ideas para "salir adelante" o controlar a los demás… una sociedad socialista, donde el poder estatal esté en manos de las masas, que lo utilizan para acabar con la explotación y desarraigar todas las relaciones sociales, instituciones e ideas correspondientes y para llegar a un mundo comunista donde esta clase de dominación y maltrato NO EXISTAN.

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Revolución #93, 24 de junio de 2007

"Detenidos durante el luto"

Hace poco Bob Herbert escribió una columna en el New York Times titulada, “Arrested While Grieving” (Detenidos durante el luto). Relata que el 21 de mayo, en el barrio Bushwick de Brooklyn, más o menos tres docenas de jóvenes caminaban en un grupo para ir al velorio de un amigo, un muchacho que murió asesinado. Pero no llegaron; la placa se les cayó encima y arrestó a 36 personas, a quienes las acusaron de “reunión no autorizada”.

Leana Matia, una estudiante de 18 años de la universidad John Jay College, le contó a Herbert: “Estábamos caminando hacia el metro para tomar el tren L cuando de repente se nos aventaron un montón de placas… Nos soltaron unas palabrotas y empujaron a los muchachos. Luego nos esposaron. Les preguntábamos y preguntábamos: ‘¿Qué están haciendo?’”. La madre de un estudiante trató de explicarles que no hubo ningún disturbio pero le dijeron que si no se callara detendrían a ella también.

La versión de la policía es que los jóvenes bloqueaban el tráfico y causaban un disturbio. Pero Herbert entrevistó a varios jóvenes y a uno de los padres que los acompañó: “Todos los cuentos que escuché describen un grupo numeroso de jóvenes, todos tristones y serios por la pérdida de su amigo, que caminaban tranquilos hacia el tren. Algunos de los jóvenes vestían una playera que traía la foto del difunto y las palabras “RIP Fresh” (que descance en paz, con el apodo del amigo); según la policía eso comprobaba que eran pandilleros y justificaba el trato humillante.

Figúrense el daño que causaron a estos jóvenes, algunos de apenas 13 años de edad, al esculcarlos, humillarlos y detenerlos, sin que hayan hecho nada, y al robarles la oportunidad de velar y de acompañarse a llorar la muerte de un amigo jóven.

La directora de Bushwick Community High, Tira Randall, le dijo a Herbert, “Mis alumnos vienen diario contando del maltrato policial. No lo están inventando”.

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Revolución #93, 24 de junio de 2007

El verdadero e inminente peligro de una guerra yanqui contra Irán… y la resistencia que urge

Larry Everest

"Creo que debemos prepararnos para emprender una acción militar agresiva contra los iraníes a fin de evitar que sigan matando a estadounidenses en Irak. Y para mí, eso quiere decir cruzar la frontera… a Irán".

Senador Joseph Lieberman, en una entrevista del programa Face the Nation de CBS News, 10 de junio

Esta declaración de Lieberman es la más reciente de una serie de acusaciones, advertencias y amenazas militares que el gobierno de Bush, otros representantes de la clase dominante y aliados estadounidenses han lanzado contra Irán. Reflejan la rapidez y profundidad con que se han intensificado las contradicciones por todo el Medio Oriente, la agudización de las tensiones entre el gobierno de Bush y la República Islámica de Irán y el grave peligro de que Estados Unidos inicie un ataque. Mucha gente, aun entre los que se oponen a la guerra en Irak, no reconoce este peligro o le da poca importancia. Eso tiene que cambiar… ya. Cualquier ataque estadounidense, no importa el pretexto, sería injusto y criminal. Sería una escalada —con consecuencias impredecibles— de la agresión del imperialismo estadounidense en el Medio Oriente.

Veamos lo que ha sucedido en apenas los últimos dos meses. A mediados de mayo, el vicepresidente Dick Cheney, hablando desde el portaaviones Stennis, a menos de 200 kilómetros de la costa iraní, dijo: "…estamos enviando un mensaje claro tanto a amigos como a adversarios" de que Estados Unidos "estará firme… para impedir que Irán obtenga armas nucleares y domine la región”.

Dos semanas después, el 23 de mayo, una armada estadounidense atravesó el estrecho de Hormuz y entró al golfo Pérsico para realizar maniobras militares en la costa de Irán. El grupo de ataque contaba con nueve buques de guerra, 2,100 marines, 17,000 soldados de la marina y 70 aviones de combate.

Ese mismo día, el Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) de la ONU, que monitorea los programas nucleares por todo el mundo, anunció que Irán no suspendió sus actividades de enriquecimiento de uranio (por medio del cual se convierte el uranio para la energía o las armas nucleares) tal como mandó el Consejo de Seguridad de la ONU, pero que más bien las aceleró. Antes operaba unas docenas de centrifugadoras de enriquecimiento de uranio, pero ahora cuenta con más de 1,300. La OIEA también dijo que "no podía asegurar" que el programa nuclear iraní "tiene intenciones exclusivamente pacíficas". El subsecretario de Estado de Bush, Nicholas Burns, advirtió: "Irán se está burlando de la comunidad internacional. No vamos a aceptar un enriquecimiento limitado…".

El ambiente estaba tan cargado que el presidente de la OIEA, Mohamed El Baradei, advirtió sobre una "confrontación en gestión" entre Washington y Teherán y pidió "calmar" la crisis.

Además, el gobierno de Bush ha orquestado una campaña propagandística, con declaraciones de altos funcionarios y "anuncios" de las fuerzas armadas, que afirma que Irán está armando y entrenando a las fuerzas que se oponen a Estados Unidos en Irak y Afganistán y que es directamente responsable de matar soldados estadounidenses. Philip Giraldi, ex agente de la CIA, escribió: "Una de las cosas que todos estos informes sobre Irán tienen en común es la falta de detalles importantes. No hay nombres, datos, lugares o información que lo corroboren, y la mayoría citan a fuentes anónimas del gobierno o afirmaciones dudosas que presentan como si fueran hechos. Las fotos de supuestas armas capturadas son poco convincentes. Además, aunque fuera cierto, no se puede probar, con documentos u otras pruebas, que los responsables son algún organismo del gobierno iraní". (http://antiwar.com/orig/giraldi.php)

Pero ni la falta de pruebas convincentes ni las primeras pláticas entre altos funcionarios de Estados Unidos e Irán en mayo sobre la situación en Irak han parado los llamamientos de los derechistas de que se tomen medidas militares decisivas. Norman Podhoretz, un propagandista neoconservador de peso, dijo en un importante artículo titulado "Las razones para bombardear Irán" en la edición de junio de la revista Commentary : "Espero y rezo para que el presidente lo haga". Durante los debates, los candidatos presidenciales republicanos compitieron para ver quién es más belicoso contra Irán y no descartaron explícitamente el uso de armas nucleares tácticas.

Por su parte, el Partido Demócrata, que supuestamente "se opone a la guerra", aprobó miles de millones de dólares para las guerras de Irak y Afganistán, y se ha negado a parar o criticar las amenazas del gobierno de Bush contra Irán. De hecho, todos los principales candidatos demócratas por la presidencia —Hillary Clinton, Barack Obama y John Edwards— se han unido al coro que quiere atacar a Irán y dicho que no debe descartar ninguna opción. Como señaló el senador Mike Gravel durante el debate del 26 de abril: "En código eso quiere decir usar armas nucleares".

Estas amenazas y contraamenazas se están dando en el contexto de la agudización del conflicto en la región entre el imperialismo reaccionario, por un lado, y el fundamentalismo islámico teocrático reaccionario, por el otro. Además, Estados Unidos está presionando por todos los lados a Irán, con un cerco militar, operaciones clandestinas para crear inestabilidad, así como con presión diplomática y sanciones que apuntan a debilitar la economía iraní.

Estas acusaciones estadounidenses podrían ser pretextos para justificar un ataque contra Irán. Además, Estados Unidos y sus aliados en la región han emprendido acciones provocadoras y que podrían iniciar un ataque.

Las verdaderas necesidades imperialistas

En cualquier discusión de las amenazas estadounidenses contra Irán, se debe recordar de quiénes estamos hablando. ¿Quién es el agresor? ¿Quiénes son los agresores y fuerzas de ocupación? Es el imperialismo estadounidense: el mismo gobierno de Bush que nos dio las mentiras acerca de las "armas de destrucción masiva" como pretexto para invadir y ocupar a Irak. Las acusaciones de Estados Unidos contra Irán son una mezcla de especulaciones, distorsiones, verdades a medias y descaradas mentiras.

Por supuesto, no es inconcebible, dada la naturaleza reaccionaria del gobierno iraní y sus intereses y ambiciones en la región, que el gobierno de Ahmadinejad tenga conexiones a diferentes fuerzas islámicas fundamentalistas y que las esté apoyando.

Pero incluso si alguna parte de lo que dice Estados Unidos es cierto, DE NINGUNA MANERA justifica la agresión militar contra Irán, especialmente un ataque nuclear (que es una opción que Estados Unidos NO ha descartado).

La República Islámica es un importante obstáculo a los intereses de Estados Unidos en la región: aplastar el fundamentalismo islámico, reestructurar el Medio Oriente y fortalecer el yugo estadounidense. En este contexto, Irán es un verdadero problema para Estados Unidos debido a su tamaño (tres veces mayor que Irak) y sus vastas reservas de petróleo, y porque es el centro de la tendencia fundamentalista islámica ligada a las fuerzas que se oponen a Estados Unidos, como Hezbolá en Líbano. Estas con frecuencia entran en conflicto armado con Israel, el aliado clave de Estados Unidos en la región, y Washington las califica de terroristas.

La situación se volvió peor para Estados Unidos con su invasión de Irak en el 2003, que apuntaba a darle un golpe a esa tendencia islámica y así debilitar a Irán. El estancamiento en Irak (y la guerra en Afganistán) ha profundizado la furia contra Estados Unidos en la región, dado más ímpetu al fundamentalismo islámico y fortalecido a Irán. Una de las razones es que la invasión estadounidense tumbó a las dos potencias regionales que contenían a Irán, el gobierno de Saddam Hussein en Irak y los talibanes en Afganistán, lo cual también ha llevado al fortalecimiento en esos países de las fuerzas que tienen profundos lazos a Irán.

Ante la intimidación estadounidense (como la constante amenaza de tumbar el gobierno) y para promover sus propios intereses reaccionarios, los teócratas iraníes se esfuerzan por mantenerse en el poder y extender su influencia en la región. Es muy posible que Irán esté tomando medidas, como el desarrollo de lazos con fuerzas de la región que se oponen a Estados Unidos, para responder a un ataque estadounidense.

El sitio del campo re refugiados palestinos Nahr el Bared por el ejército libanés (supuestamente para extirpar una milicia fundamentalista islámica), que hizo huir a decenas de miles de palestinos, una serie de coche bombas en Beirut, la guerra desenfrenada entre Hamás y Fatah en Palestina, la violencia en Irak a pesar del "aumento de tropas" estadounidense y el dinamitazo (por segunda vez) de la mezquita chiíta de Askariya en Sumatra… todos estos son ejemplos de las contradicciones que arden en la región, que amenazan con desatar una conflagración regional e intensificar la necesidad que tiene la clase dominante de Estados Unidos de aplastar a quienes se les oponen y tomar más control de la región.

La clase dominante: Malas opciones, claras divisiones

La clase dominante de Estados Unidos tiene profundas y complejas dificultades en el Medio Oriente —en buena medida debido a lo que ha hecho— y no tiene opciones buenas. Tiene grandes problemas en la región que se entrelazan, pero también sabe que al tratar de resolverlos podría empeorar la situación o fomentar nuevos y mayores problemas. Se dice que eso ha desatado agudas diferencias en la cúpula del gobierno de Bush sobre cómo proceder, especialmente con respecto a Irán.

Es imposible saber cuáles son las posiciones que toman las varias figuras de la cúpula del gobierno de Bush, especialmente porque es posible que estén filtrando diferentes "posiciones" para intensificar la presión contra Irán, y sin lugar a dudas la "vía diplomática" tiene elementos propagandísticos para hacer parecer que Estados Unidos es el razonable. Pero se especula mucho de que un grupo de funcionarios, agrupados en torno a la secretaria de Estado, Condoleezza Rice, está a favor de acelerar la presión diplomática, económica, política y militar contra Irán junto con otras potencias mundiales, y poner a un lado, por el momento, un ataque militar.

Si es cierto, esta posición podría reflejar que estos funcionarios captan la necesidad de confrontar a Irán, pero temen que la acción militar lleve a una situación aun peor para Estados Unidos.

Por otro lado, los que están agrupados en torno al vicepresidente Dick Cheney supuestamente dicen que las negociaciones con la dirección iraní fracasarán inevitablemente y que a fin de cuentas Estados Unidos tendrá que escoger la fuerza militar para impedir que Irán obtenga armas nucleares, aplastar contundentemente la influencia de la República Islámica y sus ambiciones en la región y proteger la hegemonía estadounidense.

Estas supuestas discrepancias en la clase dominante no son, como se suele decir, discrepancias entre "halcones a favor de la guerra" y "palomas contra la guerra". Ambos lados buscan proteger los intereses del imperialismo estadounidense en la región. Entienden que el dominio de Estados Unidos no es "opcional" ni caprichoso, sino un aspecto fundamental para su poderío mundial y posición como única superpotencia, e indispensable para el funcionamiento de su sistema, aquí y en el extranjero. Ningún lado tome en cuenta los intereses del pueblo —del Medio Oriente o Estados Unidos— o cómo liberar al pueblo iraní, acabar la aplastante opresión o impedir el uso de armas nucleares.

Por eso ningún demócrata de peso —cuyo partido también representa los intereses imperialistas— se opone públicamente a la guerra con Irán, y por eso tacharon una prohibición de tal guerra sin la autorización del Congreso del reciente proyecto de ley de fondos para la guerra.

Además, las sanciones y la diplomacia no son necesariamente incompatibles con la guerra. Esas iniciativas pueden ir de la mano con la formación de una coalición a favor de la guerra para convencer que "se ha hecho todo lo posible" por la paz. (Y las amenazas públicas de los "halcones" también pueden servir para crear opinión pública a favor de la guerra o para intentar intimidar a un adversario). La semana pasada, el ministro de Comercio de Israel, Shaul Mofaz, que también fue ministro de Defensa, viajó a Washington para trabar conversaciones con funcionarios del gobierno de Bush acerca del programa nuclear iraní. Según informes de prensa, Mofaz instó al gobierno de Bush a fijar el fin de este año como plazo límite para las negociaciones diplomáticas con Irán. Superada esa fecha, la opción militar debería ponerse en práctica. Según el Canal 2 de la televisión israelí, Mofaz le dijo a Condoleezza Rice: "Israel bombardeará las instalaciones nucleares iraníes después de esa fecha si la diplomacia y las sanciones no obligan a Teherán a abandonar sus actividades de enriquecimiento de uranio". ( New York Times, 16 de junio)

Además, las divisiones dentro de la clase dominante no quieren decir que no procederán a pesar de las discrepancias, hasta para superar o impedir el parálisis o prevenir las pérdida de la iniciativa política. En el blog de la Internet de Steve Clemmons (The Washington Note) del 24 de mayo hay una advertencia de que la oficina de Cheney podría estar planeando atacar a Irán por medio de Israel sin que los que se oponen a eso en la administración de Bush puedan impedirlo:

"El equipo de Cheney piensa que se debe coludir con Israel y empujarlo en un momento clave del enfrentamiento entre las actividades nucleares de Irán y las frustraciones internacionales sobre esto a preparar un ataque convencional de pequeña escala contra Natanz [un importante local nuclear de Irán] con misiles cruceros (o sea, no balísticos).

"Esta estrategia evitaría la polémica sobre los bombardeos por avión y los derechos de sobrevolar con otros países del Medio Oriente y podría provocar contraataques iraníes contra las fuerzas estadounidenses en el Golfo —que han aumentado— y llevar a Bush a abandonar la vía diplomática que los realistas de la administración están pregonando y adoptar otra clase de guerra". (http://www.thewashingtonnote.com/archives/002145.php)

El pueblo tiene que impedir otra guerra yanqui

Las agudas contradicciones han creado una situación en la que los imperialistas estadounidenses tienen que perseguir sus objetivos en el Medio Oriente —incluso con la guerra— a pesar de los deseos de los que supuestamente "representan". Esto ha dejado en claro la enorme brecha entre las necesidades y los intereses de los imperialistas y los intereses y deseos de la gente de muchas capas sociales.

Es imposible predecir con certeza si Estados Unidos atacará a Irán o cuándo. Lo que es cierto es que la situación en la región está cambiando rápidamente y siguen aumentando las tensiones entre Estados Unidos e Irán. Ante esta situación y en vista de los preparativos de guerra de Estados Unidos, tal ataque podría darse pronto. Sin lugar a dudas, si el gobierno de Bush ataca a Irán, dirá que lo hizo después de considerar todas las opciones pacíficas, y solo después de ser "provocado" por Irán. Repetimos, sea cual sea el pretexto o provocación alegada, cualquier ataque estadounidense contra Irán sería un acto injusto y criminal de agresión imperialista. Iría contra todos los intereses del pueblo, de Irán, el Medio Oriente y de Estados Unidos.

Nosotros que estamos aquí en Estados Unidos, el país que ha lanzado una desenfrenada guerra de conquista en el Medio Oriente, tenemos la responsabilidad especial de hacer todo lo posible con audacia y resolución para impedir semejante guerra contra Irán. Urge que el descontento, la pérdida de lealtad e ira se convierta en acción y resistencia, no pasividad y desesperación. Esto requerirá una lucha tenaz, incluyendo entre la gente, pero eso podría multiplicarse y afectar la libertad de la clase dominante de llevar a cabo sus salvajes y reaccionarios planes.

Como dijimos la semana pasada en nuestro editorial:

"La gente no puede influenciar la dirección en que está encaminada la situación si se mantiene dentro de los confines y el marco establecidos por la clase dominante imperialista. Esta es una lección del voto del 25 de mayo. Esto NO quiere decir que no la puede influenciar… pero para lograr verdaderos cambios tiene que zafarse de este marco. Si el descontento masivo se vuelve acción política masiva desde abajo, puede ser contagiosa. En un momento en que la matanza continúa y se han trazado planes para peores infamias —como atacar a Irán— sería criminal darnos por vencidos. Además, en un momento en el que la clase dominante no tiene respuesta a la indignación y desilusión de millones, sería imprudente no aprovechar lo que podría ser una oportunidad muy real y positiva de cambiarlo todo".

Envíenos sus comentarios.

Revolución #93, 24 de junio de 2007

De la página web de El Mundo no Puede Esperar:

Reuniones populares del 21 de junio al 15 de julio: Fuera Bush y su gobierno — Juicio de destitución a Bush y Cheney por crímenes de guerra

El movimiento a favor de un juicio de destitución de la campaña Impeach07 está organizando “reuniones populares de destitución” por todo el país. La plataforma de El Mundo no Puede Esperar para estas reuniones será nuestra convocatoria, que presenta un cuadro contundente de todo lo que representa el gobierno y su trayectoria y por qué se debe y puede sacar al gobierno de Bush antes del 2008. Entre los presentadores habrá artistas de renombre y escritores que han firmado la convocatoria, así como líderes del movimiento de un juicio de destitución. Se anunciarán los planes de El Mundo no Puede Esperar para movilizaciones en vista de que entendemos que el mundo no puede esperar hasta el 2008.

Reuniones: (consulte la página web de worldcantwait.org para la última noticia)

Chicago
21 de junio 6-9 p.m.
DePaul University College of Law, 25 E. Jackson Blvd., sala 803
chicago@worldcantwait.org
773-227-2453

Nueva York
25 de junio 6:30-9 p.m.
New York Society for Ethical Culture, Central Park West con calle 64
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Filadelfia
5 de julio 6:30-9 p.m.
Unitarian Church; 2125 calle Chestnut
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Los Ángeles
12 de julio 7 p.m.
Immanuel Presbyterian Church, 3300 Wilshire Blvd. con Berendo, al oeste de la avenida Vermont
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323-462-4771

San Francisco
15 de julio 2:30-4:30 p.m.
San Francisco Main Library, 100 Larkin St. (entre por la calle Grove)
sf@worldcantwait.org
415-864-5153

La semana del 18 de junio se publicará un desplegado de toda una página de El Mundo no Puede Esperar en el New York Times con la convocatoria e información sobre las reuniones.

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Revolución #93, 24 de junio de 2007

 

Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, EU

Parte 10

Nota de la Redacción: A continuación publicamos pasajes de una versión editada de una charla que dio Bob Avakian, presidente del Partido Comunista Revolucionario, EU, a un grupo de simpatizantes en el otoño del año pasado. Esta es la décima de una serie de pasajes que publicaremos. Agregamos los subtítulos y notas de pie de página.

Interpretar el mundo para transformarlo

Todo esto recalca la gran importancia del comunismo como una cosmovisión y aproximación científica de la realidad, del materialismo y de la dialéctica. Recalca la importancia de la teoría y de la metodología. No vamos a llegar hasta donde necesitamos llegar --y es algo que la complejidad de la situación actual debe enseñarnos-- si no abordamos las esferas de la teoría y la metodología, y si no aplicamos eso para cambiar el mundo. Marx dio en el clavo, con contundencia, cuando dijo en La tesis sobre Feuerbach que los filósofos se han limitado a interpretar el mundo, pero de lo que se trata es de transformarlo. Pero no debemos combinar “dos en uno”: combinar, fusionar y mezclar incorrectamente la teoría y la práctica. Eso es, francamente, lo que ha caracterizado a muchos movimientos, entre ellos movimientos revolucionarios y comunistas. Ha habido mucho positivismo. Ha predominado la idea de que la teoría surge directamente de la experiencia práctica inmediata (o que se reduce esencialmente a ella). A esto lo acompaña la tendencia a negar la necesidad de dar un salto de la práctica a un nivel superior, más abstracto, al nivel conceptual del conocimiento, y la idea de que hay una correspondencia directa entre la teoría y una especie específica de práctica, y que la teoría solo puede avanzar en una relación más o menos directa con la práctica. Eso niega que, aunque en última instancia toda la teoría se origina y se verifica en la experiencia práctica, hay que verlo en términos amplios, no estrechos, y que la teoría, en aspectos importantes, puede adelantarse y anticiparse a la práctica.

La teoría y la línea (política e ideológica) son abstracciones de la realidad que, cuanto más correctas sean, tanto más podrán guiarnos para cambiar el mundo conforme a su naturaleza y movimiento. Si se va a tomar la teoría y la línea como instrumentos para cambiar el mundo, hay que abrazarlas y bregar con ellas de por sí, como una abstracción de la realidad de donde provienen y de la cual son una concentración y, claro, como recalcó Marx y como nosotros tenemos que recalcar, a la cual hay que devolverlas para cambiar el mundo. Pero si se descarta el paso de bregar con la teoría, como abstracción, nos descarrilaremos y terminaremos mal.

A propósito, todo mundo puede entender las abstracciones, no solo un puñado de personas. La teoría revolucionaria, la teoría comunista, tiene que presentarse de modo comprensible a las masas populares, pero estas bregan con abstracciones todo el tiempo, aunque con otra cosmovisión. Nunca he conocido a una persona de las masas básicas o de otras capas sociales que no tenga toda clase de teorías sobre muchos temas --la mayoría provienen de la burguesía y reflejan su punto de vista--, aunque algunas lo hacen indirectamente y parecen ser, y en cierto sentido son, ideas y teorías que “inventaron” por su cuenta y reflejan más o menos inconscientemente el punto de vista burgués predominante. Naturalmente, hacer abstracciones teóricas que reflejan la realidad y su movimiento y desarrollo acertada, profunda y plenamente, requiere el punto de vista y la metodología comunistas, y aprender a aplicarlas de una manera consecuente y sistemática. Como Lenin recalcó (en ¿Qué hacer? y otras obras), el punto de vista y la metodología comunistas no “se prenderán” de por sí en las masas de manera espontánea; es algo que se les tiene que llevar desde fuera de su experiencia directa e inmediata. Pero todo mundo hace abstracciones teóricas de una u otra forma, todos son capaces de hacerlo y, fundamentalmente, es cuestión de cómo lo hacen y con qué punto de vista y metodología.

Esta es una analogía que me ha servido: la realidad es como el fuego, como un objeto que arde, y si uno quiere levantar ese objeto y trasladarlo, necesita un instrumento para hacerlo. Si trata de hacerlo con las manos vacías, el resultado no será bueno. Esa es otra manera de ver el papel de la teoría con relación al mundo que hay que transformar, con relación a la práctica y en particular a la práctica revolucionaria, para cambiar el mundo.

No se trata de quedarse al nivel de la abstracción. Hay que dar dos saltos. Uno es al nivel de la abstracción. El otro es volver a la práctica para cambiar el mundo, en un sentido amplio y no estrecho, positivista, pragmático que solo llevará al reformismo y tal vez al “revanchismo”, pero no a objetivos radicales y revolucionarios, no a la transformación del mundo para lograr la emancipación de la humanidad.

Por eso he recalcado que la teoría es el factor dinámico con respecto a la ideología; es un factor dinámico para cambiar la cosmovisión. No es que no haya necesidad de bregar sobre la moral y las responsabilidades morales que uno tiene. En esta charla y en general en mis charlas y escritos, he recalcado la necesidad de hacer precisamente eso, porque es sumamente importante. Pero la moral de uno, la noción de lo que es bueno y de lo que es malo, surge de nuestra interpretación del mundo. ¿Cómo sabe uno lo que es “bueno” y “malo”? Eso surge, de una u otra manera, de su manera de ver el mundo.

Así que necesitamos dar ambos saltos. Necesitamos pasar al nivel de la abstracción de la realidad, la concentración de la realidad, que es lo que son la teoría y la línea. Tenemos que bregar constantemente a ese nivel; necesitamos analizar continuamente cuál es la interpretación correcta de la realidad, porque la realidad es compleja en un sentido general y está en movimiento y cambio constante, y nos toca hacer un esfuerzo constante para no quedarnos atrás. Aunque a veces uno puede anticipar ciertas cosas y, en ese sentido, en su concepción estar “adelante” del desarrollo de la realidad, la mayor parte del tiempo, o en un sentido general, uno tiene que esforzarse por estar al día con la realidad. Y así será. Si no entramos a la esfera de la abstracción, de la teoría, estamos muertos. Así de sencillo es. Pero si paramos ahí y no volvemos a la práctica, a cambiar la realidad, no en un sentido estrecho sino en un sentido amplio, en un sentido histórico-mundial, ¿qué sentido tendría? En ambos sentidos, si no damos uno u otro salto --de la realidad a la abstracción teórica y conceptual, y de nuevo a la práctica, para cambiar la realidad--, ¿entonces qué estamos haciendo?

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Revolución #93, 24 de junio de 2007

Presentación especial de película de Bob Avakian en el Schomburg

"Revolución" llega a Harlem

Se oye el gemido de una trompeta amortiguada detrás de la cortina. Un murmullo recorre el auditorio Langston Hughes del Centro Schomburg para la Investigación de la Cultura Negra en Harlem, Nueva York. Poco a poco, en la oscuridad de la plataforma aparece el trompetista Roy Campbell, tocando una estrofa de su canción “The Surge” (El auge) que anuncia el comienzo de una noche increíble. Enseguida, Herb Boyd, escritor y miembro del Comité Anfitrión del programa, se acerca al podio y da la bienvenida a un teatro casi repleto: “El Schomburg. Comunismo. Revolución. ¡Quién lo creyera!”.

Así empezó la “Noche especial” en el Schomburg… y no decepcionó. Se despertaron sueños postergados a medida que las posibilidades y perspectivas de la revolución —la visión de un socialismo liberador y un comunismo que inspira— recorrían el público multinacional y multigeneracional, estimulado al oír a Bob Avakian en pasajes de la película “Revolución: Por qué es necesaria, por qué es posible, qué es”, de una charla que dio en el 2003.

Carl Dix, del Partido Comunista Revolucionario, dio la bienvenida y presentó a los artistas y la película. El cómico Aladin empezó diciendo que la primera vez que oyó hablar de Bob Avakian, preguntó: “¿Por qué voy a oír a un tipo blanco hablar sobre la revolución?”. Dijo que la respuesta a esa pregunta se la dieron esta película y la lectura de la autobiografía de Avakian From Ike to Mao and Beyond: My Journey from Mainstream America to Revolutionary Communist.

La poeta Staceyann Chin, que aparece en Def Poetry Jam en Broadway, empezó con un haiku refrescantemente franco y condenador de la reelección de George Bush, e hizo reír a todos con críticas irreverentes de los tabúes religiosos sobre el sexo. Luego entró en la parte principal de su presentación: una montaña rusa de comentarios sobre el mundo entero, de los niños del tercer mundo que producen nuestra ropa a las humillaciones que sufren los gays, los migrantes y los negros. Mantuvo al público cautivado y callado con: "Acérquense, hijos de esta revolución necesaria. No estamos simplemente en una encrucijada política; estamos sumidos en una batalla por nuestra humanidad…". Concluyó con una variación escalofriante de la lección del pastor Martin Niemoller, tras sobrevivir en un campo de concentración nazi. Exhortó al público: "Ya es hora de actuar… antes de abrir la puerta y descubrir que han venido por ti".

Se juntó, solo para esa noche, un conjunto de jazz con músicos de la generación de los 60 hasta la actualidad. El grupo constaba del alto saxofonista y flautista James Spaulding, de renombre internacional; el trompetista y compositor Roy Campbell; y el percusionista y compositor Michael Wimberly, quien hizo los arreglos musicales de la noche.

Wimberly inició una composición que empieza con un verso del clásico “Blue Train” de John Coltrane, y los músicos se lanzaron a un viaje hacia nuevas alturas que abarcó el bebop, pasando por el jazz libre hasta nuevos sonidos; despertó mentes y elevó espíritus. La iluminación cambió de blanco caliente a azul profundo, y el conjunto tocó una evocadora versión abstracta de “Strange Fruit" (Fruta curiosa), una pieza clásica sobre los linchamientos que hizo famosa Billie Holliday.

Cuando terminaron, el escenario quedó oscuro y empezó a rodar la película con Bob Avakian cantando “Desolation Row” de Bob Dylan. Así empieza “Venden postales del linchamiento”, una profunda y contundente denuncia de los linchamientos y la opresión nacional.

De ahí, el público se embarcó en un viaje que recorrió el afán ciego de ganancias del capitalismo y su indiferencia ante la destrucción del medio ambiente, que amenazan la existencia del planeta y la cultura y existencia de pueblos enteros; repudió fuertemente la degradación y opresión de la mujer que está entretejida en todo aspecto de este sistema y las relaciones que fomenta; y sacó al público de este mundo de pesadillas a imaginarse cómo, con el poder estatal, se podría transformar todo.

Después de escuchar cómo podría ser una sociedad que no solo atiende las necesidades del pueblo sino que lo trata con respeto y lo incorpora al proceso de tomar decisiones sobre la vida y la sociedad, el público se rió con el público de la película cuando Avakian, hablando del trabajo en el socialismo, dice: “Para empezar, ¡imagínense que quisieran ir al trabajo!”.

Otro pasaje fue cuando Avakian habla directamente de que a los de abajo se dejan engañar por el sistema. Lo abordó con mucha pasión y un mordaz humor. Está en la parte del DVD "Cómo el mundo ha llegado a donde está".

Después, el Rdo. Earl Kooperkamp expresó los sentimientos de muchos cuando dijo: “Este hombre explica con claridad pero también despierta la imaginación de una manera increíble”. Exhortó a quedarse para la recepción a platicar y dialogar, y la mayoría lo hizo.

La sala de la recepción estuvo repleta por más de una hora, con chavos blancos, profesionales negros de traje y corbata, chavos proletarios negros (como un grupo que fue con un trabajador de una organización de caridad) y migrantes latinos y otros. Gente procedente de diversas capas sociales y puntos de vista trabó discusión sobre interrogantes que unos jamás se habían hecho (“no sé nada del socialismo o el comunismo, pero quiero aprender”), y unos vieron el comunismo y la revolución con nuevos ojos. Un universitario blanco de la CUNY comentó: “Yo me inclino más hacia el anarquismo y todavía tengo preguntas sobre la dirección, pero esta fue una hermosa película y esencialmente todos compartimos las mismas metas”.

Varias personas expresaron acuerdo con la “hermosa visión” que Avakian presenta de otro mundo, pero también preguntaban: “¿Será posible?”, “¿Quién va a manejar las cosas?”, “¿Será posible la revolución en vista del poder de las fuerzas armadas?”, “¿Y la ‘naturaleza humana’?”… y muchas más. Muchos comentaron sobre la “profunda humanidad” y el “amor que siente por el pueblo” que vieron en la charla.

También se comentó la importancia de que el programa se haya realizado en el histórico Centro Schomburg en el corazón de Harlem. Fueron personas de 10 a 80 años de edad, con estudiantes de prepa y universitarios, y de todas partes de la ciudad y especialmente Harlem, el norte del estado, Long Island, Connecticut, Filadelfia y Washington, D.C.

El programa generó mucha anticipación. Se anunció en varios programas de la emisora WBAI, con una entrevista a Herb Boyd en el programa de Gary Byrd, así como a través de anuncios de Chuck D., miembro del Comité Anfitrión, y otros. Lo anunciaron en la calle los vendedores del periódico Revolución. Se repartieron miles de tarjetas postales. Se anunció en la internet y con un llamativo afiche rojo y negro. El periódico Amsterdam News publicó un aviso dos semanas consecutivas, y la Declaración ¡Éntrale! salió la semana anterior. Muchos vieron los dos anuncios en Time Out New York.

El Comité Anfitrión jugó un importante papel para dar a conocer el programa. Además de Alladin, Herb Boyd, Carl Dix, Chuck D y el Rdo. Earl Kooperkamp, el Comité Anfitrión contaba con el padre Luis Barrios; el guionista y poeta reg e. gaines; Christopher McElroen, cofundador y director ejecutivo del Classical Theatre de Harlem; Philip Rice, M.D.; el abogado Michael Tarif Warren; y el cineasta David Zeiger.

Como dijo una persona, el programa sirvió para “abrir una conversación”. Otro dijo: “Me abrió el apetito. Ahora quiero más”.

Dos días después del programa, se realizó otra presentación de la película Revolución en el teatro Magic Johnson de Los Ángeles, con representaciones de la actriz Lucía Morano y el poeta Jerry Quickley.

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Revolución #93, 24 de junio de 2007

Declaración ¡Éntrale!

Los tiempos peligrosos requieren voces valientes.
Bob Avakian es una de tales voces.

Bob Avakian combina una crítica rigurosa de la historia y la dirección actual de la sociedad estadounidense con una amplia concepción de la historia universal y el potencial de la humanidad. Ofrece una visión refrescante, válida y convincente del marxismo; analiza a fondo la historia del movimiento comunista y de las revoluciones socialistas, y defiende sus logros. Por otro lado, aborda y critica honestamente lo que para él han sido sus puntos débiles, y en el proceso abre nuevos caminos de investigación e inicia un diálogo con individuos que tienen una amplia gama de puntos de vista. Aborda los problemas candentes de la sociedad desde una posición única, y consideramos que su análisis y solución revolucionarios son una parte importante y necesaria de la efervescencia y el discurso que se requieren en esta sociedad y en el mundo en estos tiempos aciagos. Los que hemos firmado esta declaración no concordamos necesariamente con todos sus puntos de vista, pero en nuestros encuentros con Avakian, él ha estimulado y enriquecido nuestra manera de pensar, e invitamos a otros a que escuchen y ponderen su voz.

Bob Avakian también es el líder del Partido Comunista Revolucionario, EU; como tal no solo teoriza sobre el mundo, sino que también juega un papel especial en la organización y dirección del cambio. Se ha dicho que es un “corredor de larga distancia en la lucha de libertad contra el imperialismo, el racismo y el capitalismo”, y se inspira en sus profundas conexiones y compromisos con personas de todas las capas sociales y rincones del mundo. Todo eso moldea y anima su trabajo.

Desafortunadamente, en este país se suelen reprimir voces como la suya. Tal represión se ha aplicado en particular contra quienes pregonan la revolución, especialmente cuando lo hacen eficazmente. A lo largo de la historia de Estados Unidos, la suerte de muchos revolucionarios ha sido la vigilancia, el hostigamiento, la supresión, los juicios políticos, la cárcel, el exilio y el asesinato, y a Avakian le han aplicado muchas de esas medidas. El gobierno actual ha aprobado serias medias represivas, como la Ley Patriota; ha instituido la detención preventiva y el aislamiento de quienes el presidente considere “terroristas”; ha creado un clima en el que se ataca la reputación y el medio de ganarse la vida de profesores radicales o incluso liberales. Todo esto subraya qué tan importante es que Bob Avakian pueda funcionar sin trabas. Tiene especial resonancia hoy la declaración del pastor alemán Martin Niemoller —que empieza: “Primero vinieron a buscar a los comunistas y no dije nada porque yo no era comunista” y que describe que Niemoller no hizo nada cuando Hitler se iba llevando uno por uno a las víctimas del gobierno nazi, hasta que no quedaba nadie para defenderlo a él.

Así que, además de exhortar a otros a entrarle a las ideas de Bob Avakian y a integrarlas en un diálogo social bien profundo y diverso, queremos informarle a este gobierno que vamos a defender su derecho a propugnar libremente sus puntos de vista, a organizar a favor de ellos y a trabar conversación con mucha gente por toda la sociedad.

Lista inicial de firmantes: Charles Aikens, periodista, Oaktown New s* / Jaafar Aksikas, profesor de Estudios Culturales, universidad Columbia College*/ Aladdin, actor, cómico/ Bob Anderson, profesor, universidad College of New Mexico* / Rafael C. Angulo, profesor adjunto, facultad Clinical Field, USC* / Bernardo Attias, profesor, universidad CA State, Northridge* / Padre Luis Barrios, universidad John Jay College* / David Best, artista / Robert Bloom, abogado / Herb Boyd, escritor, periodista / Anne Bray , artista / Michael E. Brown, profesor de Sociología, Universidad Northeastern* / Leroy Bryant, Sr ., profesor y presidente emérito, facultad de Historia, Filosofía, Ciencia Política y Estudios Afroamericanos, Universidad Chicago State*/ Kevin Burgess, ex soldado negro de la guerra de Vietnam / Rdo. Richard Meri Ka Ra Byrd, KRST Centro de Espiritualidad Africana* / Angelica Carapia, redactora, Laney Tower* / Robert Keith Collins, PhD, Homalusa: Centro de Investigación Africano e Indígena* / Jeff Cooper, director, Freshman & Transfer Summer Progs., UCLA* / Chuck D / Jesse Díaz, Jr ., UC Riverside* / Víctor Díaz, director, B-Tech* / Dr. Roger Dittman, presidente, Científicos Sin Fronteras / Lynn Domingo, activista de derechos humanos / Derek Dorsey, editor de música, co dueño, The Fire* / Judy Drummond, maestra / Richard Duardo, artista / Ramona Dvorak, MD, Harvard Medical School* / Quentin Easter, productor de teatro / Rdo. Jon Eckels, poeta, activista de derechos humanos / Dick Eiden, director, North County Forum* / Amon Emeka, profesor adjunto de Sociología, USC* / Sonny Espinoza, profesor, Universidad Marymount* / Jeffrey Felshman, escritor / Leslie Fields-Cruz , administradora de medios de comunicación / Joe Fortunato, abogado, Partido Verde de NJ* / reg e. gaines, director / Jim Geraghty, Coalición de Marin de Paz y Justicia* / Joan P. Gibbs, Conferencia Nacional de Abogados Negros*, Movimiento Jericho* / Lois Gish, enfermera, partera / Bill Goodman, abogado de derechos civiles / Connie Grappo, directora de teatro / Tom Harker, cantante, compositor / Lilith Hazard, estudiante / Bob Helmick, contratista jubilado / Julia Butterfly Hill, activista, escritora / Jack Hirschman , Poet Laureate de San Francisco / Danny Hoch, actor, dramaturgo / Rachel Holmes, escritora / Phil Hutchings, activista de derechos civiles y humanos / John Hutnyk, director académico, Centro de Estudios Culturales, universidad Goldsmiths Univ. de Londres* / H. Range Hutson, MD, Harvard Medical School* / Dr. Tony Jackson, psicólogo, artista / Bill Jennings, Comité It’s About Time* / Russ Jennings, productor radial / Talbert Jennings, productor, Carl Stokes Forum*, Community TV / Steve Johnson, activista, pensador, escritor / Larry S. Jones, instructor adjunto jubilado, Universidad Chaminade* / Rickie Lee Jones , cantante, músico / Pa Joof, Africans On the Move* / Paul Kangas, vicepresidente, Ex Soldados por la Paz* / Erin Aubry Kaplan, periodista, escritor / Yuri Kochiyama, activista de derechos civiles / Rdo. Earl Kooperkamp, iglesia St. Mary’s Episcopal* / David Kunzle, profesor, UCLA* / Mike Ladd, escritor, productor / Ray Laforest, organizador, sindicato Dist. Council 1707 AFSME*, miembro de Consejo directivo de Pacifica* / Michael Lange, actor, dramaturgo / Aron Laub, abogado / Kenny Leon, director de teatro / Calvin Levels, actor, cineasta / Brian Lloyd, facultad de Historia, UC Riverside* / Dennis Loo , profesor adjunto de Sociología, Cal Poly Pomona / Raymond Lotta, economista político maoísta / Padre Lawrence Lucas, iglesia católica Nuestra Señora de Lourdes* / Paul Magno, Movimiento Obrero Católico* / devorah major, escritora / Lucía Marano, actriz, escritora / Bill Martin, profesor de Filosofía, Universidad DePaul* / Timothy Patrick McCarthy, Universidad Harvard* / Peter McLaren, profesor de Educación, UCLA* / David Meltzer, poeta, profesor, universidad New College of California / David Meyerhof, maestro / Alan Miller, maestro, preparatoria Berkeley H.S.* / Eric Mofford, cineasta / Will Napoli, maestro, escritor, artista, inventor / Not a Number, tienda, Seattle / Susan Nussbaum, actriz / Heriberto Ocasio, MD / Denise Oliver, instructora de Inglés, universidad Cuyahoga Community College* / Tomás Olmos, abogado de derechos civiles / Claire Ortalda, novelista / Gary Pak, profesor de Inglés, Universidad de Hawai* / José Palafox, conferencista, UC Santa Cruz* / Hal Perry, jugador de baloncesto / Peter Phillips, profesor de Sociología, Universidad Sonoma State* director, Project Censored* / Townsand Price-Spratlen, PhD, sociólogo / Jerry Quickley, dramaturgo / Ruth Reese, programa de Estudios Negros, Universidad Cleveland State* / Rhadames Rivera, sindicato SEIU Local 1199, Nueva York* / Phil Rice, MD, Harvard Medical School* / DJ Riddm / Wilson Riles, Jr ., ex concejal de Oakland / Walter Riley, abogado / Tara Rivera, bibliotecaria / Victoria Robinson , conferencista, UC Berkeley* / Al Ronzoni , Demócratas Progresistas de América* / Floyd Salas, escritor, poeta / Dorothy Salem, profesora de Historia / Ricardo Salinas, actor, Culture Clash* / Vicky Scheidler / Thomas Willy Sepe, artista / Elías Serna, conferencista / Nick Setka, vendedor de libros / Adam Shapiro, Current Events WRFG* / C. Zadik Shapiro, abogado / Joann Shapiro, artista de teatro / Herbert Sigüenza, Culture Clash* / Henry Silverman, profesor y presidente emérito, facultad de Historia, Universidad Michigan State* / Rick Simonson, editorial Elliott Bay Book Co.* / Ted Sirota, músico / Michael Slate , presentador y productor, KPFK*, periodista de Revolución / Jimmy Slater , Patrido Pantera Negra* / Tolbert Small, MD, George Jackson Free Clinic del Partido Pantera Negra* / Sparrow, poeta / Carol Steiner, tenacious misfit / Lynne Stewart / Brenda C. Stokely, organizadora, Marcha de un Millón de Trabajadores* / Ula Taylor, profesora adjunta, UC Berkeley* / minimum tek, músico / Hank Willis Thomas, artista, fotógrafo / Dwight Trible, músico / Daniel Tsang, KUCI Subversity Show* / Katherine Turner, iglesia armenia St. Vartan* / Morrie Turner, caricaturista / Kinan Valdez, escritor y director, El Teatro Campesino* / José Luis Valenzuela, director artístico, Latino Theater Co.*, profesor de Teatro, Cine y Televisión, UCLA* / Collins Van Nort, maestro / Chuy Varela, productor de radio, escritor / Tony Vick, DJ Vick / Paul Von Blum, profesor de Estudios Afroamericanos, UCLA* / Michael Tarif Warren, abogado / Rdo. George W. Webber, profesor de Ministerio Urbano, presidente emérito, Seminario Teológico de Nueva York* / Bob Weick, actor, Marx in Soho / Cornel West, profesor de Religión, Universidad Princeton* / Susan Wicklund, MD / Michael Williams, programa de Estudios Negros, Universidad Cleveland State* / Saul Williams, artista / Dr. Donald E. Winters, autor de Soul of the Wobblies / John Wood, poeta, profesor emérito, Universidad McNeese* / Kriss Worthington, concejal de Berkeley / Marvin X, Universidad de Poesía* / Malik Yakini, educador, activista / Al Young, Poet Laureate de California / David Zeiger, cineasta, Sir! No Sir!   
* se da el nombre de la organización solo con fines de identificación

Comité ¡Éntrale! para Proteger y Proyectar la voz de Bob Avakian

Para firmar esta declaración y contribuir a publicarla, pónganse en contacto con el comité en:
Engage! 1474 University Ave. #141, Berkeley, CA 94702 (cheques a nombre de Engage!) Más información: 415.902.7936 o info@engagewithbobavakian.org
www.engagewithbobavakian.org

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Revolución #93, 24 de junio de 2007

Antecedentes de una confrontación:

Estados Unidos e Irán: Una historia de dominación imperialista, intriga y guerra

Tercera parte: Irán 1953-1979: La pesadilla de la dominación estadounidense

Larry Everest

Durante más de 100 años, Estados Unidos y las demás potencias imperialistas han dominado Irán con intrigas clandestinas, intimidación económica e intervenciones e invasiones militares. Ha llegado a ser una pieza clave del imperialismo global. Es esencial examinar esta historia para entender los verdaderos motivos de las actuales amenazas yanquis de guerra y ataques nucleares contra Irán. La primera parte de esta serie exploró la rivalidad de las potencias europeas para explotar los recursos petroleros y al pueblo de Irán antes y después de la I Guerra Mundial. La segunda parte detalló cómo Estados Unidos tumbó al gobierno laico nacionalista de Mohammed Mossadegh en 1953 e instaló en el poder a un administrador leal: el brutal sha Mohammed Reza Pahlavi. La tercera y cuarta parte examinarán las consecuencias de 25 años de dominación estadounidense para el país y el pueblo. También veremos cómo sembró las semillas de la revolución de 1979 y la fundación de la República Islámica.

La versión oficial, que el gobierno y los medios no se cansan de repetir, es que todo lo que hace Estados Unidos por todo el mundo (acuerdos económicos, presiones políticas y hasta guerras) tiene la meta de erradicar la pobreza, la tiranía y la opresión, y de llevar a los demás países los beneficios de la democracia, la modernización y el "mercado libre". Pero lo que Estados Unidos lleva al resto del mundo es el imperialismo y las estructuras políticas que lo imponen. Lo que hizo el gobierno del sha Mohammed Reza Pahlavi (instalado por Estados Unidos) lo demuestra.

Estados Unidos y el sha toman las riendas

Tras el golpe de estado de la CIA en 1953, el sha y Estados Unidos aplastaron las amplias fuerzas de la oposición, solidificaron el control y colocaron al país bajo la firme dominación estadounidense en asuntos políticos, económicos y militares.

El sha estableció un gobierno militar e impuso ley marcial indefinida. Estados Unidos envió un chorro de asesores y fondos a Irán ($504 millones entre 1952 y 1961) para reorganizar, capacitar y ampliar la policía, las fuerzas armadas y (en 1957) la temida policía secreta.1

Proscribieron a los grupos de oposición que apoyaban al primer ministro Mossadegh (tumbado en el golpe de estado), como el Frente Nacional (una coalición amplia) y el Partido Tudeh (pro soviético). Prohibieron todas las formas de organización y actividad política, hasta las reuniones literarias. Los arrestos en masa, las detenciones sin justificación, la tortura institucionalizada, las matanzas en las cárceles y las ejecuciones estaban a la orden del día. Prohibieron los periódicos, las revistas, los libros y hasta los volantes que criticaban al gobierno o a Estados Unidos. Impusieron una censura tan estricta que la cantidad de publicaciones disminuyó de 600 durante el gobierno de Mossadegh (1951-53) a 100.2

Le quitaron la independencia limitada al parlamento y el gobierno escogía a los candidatos. En 1957 establecieron un sistema de "dos partidos", ambos controlados por el sha. Reorganizaron el sistema de educación para institucionalizar la lealtad al sha y difundir propaganda.

La economía petrolera: "Propiedad sin control"

Además, para apuntalar al sha, Estados Unidos restauró la economía iraní como productor de petróleo barato y mercado de bienes e inversiones occidentales, y la integró más al mercado mundial. Entre 1952 y 1961, destinó $631 millones de ayuda económica a Irán: la mayor cantidad a un país que no era de la OTAN.3 Al llegar los años 60 había más de 900 expertos económicos y técnicos en el país; prepararon los planes económicos y crearon el banco principal (el Banco de Desarrollo de Industria y Minería). Las inversiones corporativas estadounidenses aumentaron a $200 millones y Estados Unidos pasó a ser el mayor socio comercial de Irán.

El petróleo todavía era la mayor parte de las exportaciones y de los ingresos estatales. Después del golpe hubiera sido difícil restablecer el viejo sistema de propiedad extranjera directa del petróleo. Por eso se estableció un nuevo acuerdo que le dio derechos de propiedad a una compañía paraestatal, la Compañía Nacional Petrolera Iraní (creada por el gobierno de Mossadegh), y aumentó a 50% su proporción de las ganancias. El acuerdo acabó con la dominación inglesa del petróleo iraní. Las compañías estadounidenses y otros multinacionales crearon un nuevo consorcio con derecho exclusivo al petróleo.

Entre bastidores, el consorcio estaba al mando porque Irán dependía de su equipo, pericia técnica y redes globales de mercadeo, y porque el sha dependía de Estados Unidos. Por ejemplo, los ocho miembros del consorcio firmaron un acuerdo secreto (que se conoció en 1974) que detallaba las condiciones de compra del petróleo iraní para cada uno. También detallaba cómo iban a restringir colectivamente la producción para evitar un exceso de oferta y una disminución de ganancias. El historiador Amin Saikal escribió: "Las compañías petroleras internacionales tenían una posición tan poderosa que podían dirigir la industria petrolera iraní según sus intereses. Aumentaban y reducían la producción y los precios, y a fin de cuentas controlaban la oferta y la demanda en los mercados, al nivel y de la manera que les convenía". Saikal lo llama "propiedad sin control" que "le permitía al consorcio tomar las decisiones importantes sobre el crecimiento económico de Irán".4

Como consecuencia, Irán perdió docenas y quizás centenares de millones de dólares, y los capitalistas occidentales sacaron $12.8 mil millones de ganancias del petróleo del Medio Oriente de 1948 a 1960.5

La "revolución blanca": Planes imperialistas y consecuencias no planeadas

Configurar la economía iraní en torno a la extracción de petróleo para el mercado mundial no llevó a la modernización sino al estancamiento económico, la crisis y la miseria para la gran mayoría de los iraníes. A finales de los años 50, más del 70% de la población todavía vivía en el campo, la mayoría como arrendatarios o dueños de pequeñas parcelas pobres. Unas 400 a 450 familias de terratenientes feudales (como la del sha) eran dueñas de más de la mitad de la tierra.6 Cuando fui a Irán en 1979 y 1980, los campesinos curdos me dijeron que los señores les imponían impuestos por todo (días festivos, agua, animales y la cosecha) y que tenían que entregar el 40% de la cosecha. Los grandes terratenientes ejercían un poder político absoluto en los pueblos y los campesinos tenían que pedir permiso para casarse o ir a la ciudad. Un terrateniente notorio los hacía llevarle la novia la víspera del matrimonio.

A comienzos de los años 60, al gobierno estadounidense le preocupaba mucho la estabilidad del sha. Irán sufría una inflación desenfrenada, escasez de comida y combustible, y gran descontento. En otras partes (como China en 1949, y Vietnam, Latinoamérica, Egipto e Irak en los años 50) se libraban revoluciones nacionalistas y antiimperialistas, alentadas por las luchas de los campesinos por la tierra y la liberación del feudalismo.

En 1963, con la dirección de Estados Unidos, el sha inició un programa de gran alcance de reformas económicas, políticas y sociales. Diseñado por estrategas de Washington y profesores de la Universidad Harvard, la "revolución blanca" apuntaba a impedir levantamientos, fortalecer al gobierno del sha y convertir a Irán en una sociedad moderna y más industrial con una clase media en crecimiento y más amplias oportunidades para el capital extranjero. La revista Time la describió como "un gran diseño con la meta de arrancar a Irán de la edad media a una sociedad industrial moderna", gracias a "una extensa reforma agraria y una campaña de alfabetización" e "ingresos anuales del petróleo de más de $500 millones y $2 mil millones de inversiones extranjeras".7

Pero la "revolución blanca" terminó desestabilizando al país y contribuyendo al derrocamiento del sha.

Esa "revolución" nunca se propuso movilizar al campesinado ni arrancar de fondo las relaciones feudales económicas, políticas o sociales.8 A los grandes terratenientes los mandaban vender tierras a aparceros (con fondos estatales). Junto con un programa de vender las industrias paraestatales a inversionistas particulares, la reforma agraria "trasladó el capital de los terratenientes rurales a la industria y otros proyectos urbanos, y sentó las bases para el capitalismo estatal en la ciudad y el campo", escribió la historiadora Nikki Keddie. También debilitó el poder político de los terratenientes feudales y los vinculó más estrechamente a la monarquía.9

Los terratenientes tenían el derecho de conservar una sexta parte de sus tierras (las mejores) y tener propiedades en varios pueblos, así que conservaban mucho poder económico y social. La "revolución" solo afectaba a un 30% de los pueblos y a los nueve años solo el 20% de las familias campesinas (700,000 de un total de 3.5 millones) había recibido tierra, muchas veces en parcelas demasiado pequeñas para subsistir. En las zonas rurales los ingresos eran pésimos: el 80% de la población solo ganaba $200 al año en 1972.

Alrededor del 40% de los campesinos eran trabajadores sin tierra y no se beneficiaban de la "reforma agraria". Casi 600,000 familias se vieron obligadas a abandonar el campo y migrar a las ciudades, donde contribuyeron a un enorme crecimiento de la población urbana en los años 60 y 70.

La "revolución blanca" casi no tocó a Curdistán, que padecía una intensa opresión nacional, donde el 80% de la población vivía en el campo. A mediados de los años 60, más de la mitad de las familias curdas (en promedio cinco o seis personas) vivía en un solo cuarto, y la mayoría no tenía electricidad ni agua corriente.10 Cuando fui a Irán en 1979, después de la revolución, poco había cambiado. Muchos pueblos no tenían agua corriente, electricidad, escuelas ni hospitales. Un campesino me dijo: "Hay muchos desempleados. Nadie puede ganarse la vida con una parcela, porque es muy pequeña y pobre y tenemos pocos animales. Hay que conseguir dos o tres trabajos para comer y no morir". Otro dijo: "No tenemos nada, ni trabajos ni escuelas ni electricidad ni hospitales. No tenemos vida ni futuro".

Como la reforma agraria le dio a la mujer el derecho a votar y abrió las puertas más a la influencia extranjera, muchos clérigos islámicos se unieron a la oposición. Los clérigos eran parte del orden y sistema feudal desde hacía mucho tiempo. Se unían a las luchas populares contra el imperialismo y sus monarcas clientes cuando percibían amenazas al islam, las relaciones sociales tradicionales y su propia influencia. Unos clérigos importantes eran grandes terratenientes y en general los clérigos recibían gran parte de su apoyo financiero de los propietarios de tierras.

En 1963, pusieron al ayatola Jomeini bajo arresto domiciliario por condenar la "revolución blanca", y estallaron motines en Qom y Teherán. Las tropas mataron a balazos a centenares y quizás miles de personas. En 1964, Jomeini condenó públicamente la inmunidad que el gobierno del sha les concedió a los empleados del gobierno estadounidense en Irán, y se vio obligado a exiliarse en Najaf, Irak. Así, Jomeini se perfiló como un importante clérigo y figura de la oposición al sha; 16 años después, con el derrocamiento del sha, regresó y fundó la primera República Islámica de Irán.11

Próxima parte: Irán, 1953-1979: Una economía deformada y dependiente


Footnotes

1 Ali Reza Nobari, editor, Iran Erupts, p. 143; Ali M. Ansari, Confronting Iran, p. 41 [Regresa]

2 Nobari, p. 64 [Regresa]

3 Ansari, p. 41 [Regresa]

4 Amin Saikal, The Rise and Fall of the Shah, pp. 50-51  [Regresa]

5 Larry Everest, Oil, Power & Empire – Iraq and the U.S. Global Agenda, pp. 57-58 [Regresa]

6 Fred Halliday, Iran: Dictatorship and Development, pp. 106-7, 10 [Regresa]

Time, 11 de febrero de 1966 [Regresa]

8 Nikki Keddie, Modern Iran: Roots and Results of Revolution, p. 144; Ansari, p. 46 [Regresa]

9 Keddie, p. 145 [Regresa]

10 Gerard Chaliand, editor, A People Without a Country: The Kurds and Kurdistan, p. 113 [Regresa]

11 Ansari, p. 49; Dilip Hiro, Iran Under the Ayatollahs, p. 47  [Regresa]

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Revolución #93, 24 de junio de 2007

Reseña de libro

Ausente sin permiso de Irak: "Yo ya no puedo hacer estas cosas"

The Deserter’s Tale: The Story of an Ordinary Soldier Who Walked Away From the War in Iraq
(“La historia del desertor: La historia de un soldado común y corriente que abandonó la guerra de Irak”)
Joshua Key, contado a Lawrence Hill
Atlantic Monthly Press
237 páginas (inglés)
$23.00

“Nunca pensé que iba a perder a mi país y nunca me imaginé que mi país me perdería a mí”, dice Joshua Key en el prólogo de The Deserter’s Tale (“La historia del desertor”). “Me criaron como un estadounidense patriótico; me enseñaron a respetar el gobierno y a creerle al presidente. Hace solo diez años estaba jugando fútbol americano en la prepa, vivía en una casa móvil con mi madre y mi padrastro, trabajaba en Kentucky Fried Chicken y tenía esperanzas de algún día criar una familia en el único pueblo que conocía: Guthrie, Oklahoma, de una población de diez mil personas. En ese entonces me hubiera reído a carcajadas si alguien me hubiera dicho que iba a ser un delincuente buscado, un fugitivo en mi propio país, y que mi esposa y mis hijos huirían como refugiados a otro país”.

En The Deserter’s Tale, Key relata cómo se incorporó a las fuerzas armadas, los siete meses que pasó en Irak, y cómo y por qué decidió desobedecer órdenes de volver a Irak. Describe la vida con su familia en la clandestinidad, con el temor constante de que lo capturaran y lo acusaran de deserción, penada (según le dijo el ejército) con fusilamiento.

Duele leer las historias de matanzas en este libro, pero es un relato, en el lenguaje sencillo pero impactante de Key, que los que viven en este país deben oír. Al mismo tiempo es un cuento de valentía y conciencia, de cómo Key lo arriesgó todo porque no pudo, como persona de conciencia, seguir cometiendo crímenes.

Impacta ver cómo asume su propia responsabilidad moral por las atrocidades. Es de esperar que los que lean esta conmovedora historia se pregunten: ¿hasta qué grado son cómplices también de esos crímenes los que hacen la vista gorda o no hacen nada para pararlos?

Key pasó su niñez en la pobreza en un pueblito en Oklahoma. Su madre, una mesera de un comedor para camioneros, tuvo una serie de matrimonios fracasados con alcohólicos que la maltrataban. Sobre su padrastro, Key escribe: “Reconozco un solo bien que hizo. Maltrataba tan feo a mi mamá que aprendí por las malas lo que no debía hacer”.

Al salir de la prepa, se casó. Con dos hijos y otro en camino, navegaba para subsistir. Cada vez más endeudado y enfadado de tanto comer las pizzas sobrantes de su trabajo de entrega, el ejército le pareció la mejor opción. Escribe: “No tenía dinero. Soñaba con aprender a ser soldador y me hacía falta arreglarme los dientes y que me operaran un cálculo del riñón. Inscribirme al ejército --como daban a entender los afiches— me solucionaría todo… Para gente como nosotros, que con cada día nos hundimos más en la pobreza, los afiches nos hacían imaginarnos que estar en las fuerzas armadas sería como ganar la lotería”. (p. 36)

Un reclutador le echó mentiras: le prometió que no lo mandarían a zonas de combate, que no lo separarían de la familia, que lo pondrían a construir puentes en Estados Unidos.

Describe que en el entrenamiento básico les inculcan que los musulmanes son el enemigo. Les dijeron que los musulmanes eran culpables de los ataques del 11 de septiembre, que los iraquíes no son civiles, ni siquiera son seres humanos.

“Un día nos pararon a los 300 reclutas en el campo de bayoneta, cada uno frente a un hombre de paja de tamaño natural, que teníamos que imaginar que era un musulmán”, escribe sobre un día de su entrenamiento. “Al mismo tiempo que apuñalábamos a los hombres de paja, uno de los comandantes gritaba en el micrófono desde el podio: ‘¡A matar! ¡A matar! ¡A matar! ¡A matar a los ‘niggers’ del desierto!’. También a nosotros nos hicieron gritar ‘A matar a los ‘niggers’ del desierto’ a nuestras víctimas imaginarias mientras las apuñalábamos en la cabeza y el corazón, y luego las degollábamos. Mientras apuñalábamos, los sargentos pasaban en medio para ver que todos gritábamos. Al parecer, la lección no sería del todo efectiva a menos que gritáramos las palabras de odio cuando mutilábamos a nuestros enemigos”. (p. 49)

La mayoría del libro relata lo que pasó durante los siete meses que Key estuvo en Irak. Al llegar a Ramadi al comienzo de la guerra, su escuadrón hacía redadas en casas donde supuestamente escondían a terroristas. Golpeaban brutalmente a todo hombre de más de 5 pies de altura (metro y medio) que encontraran y luego los detenían. A los niños dormidos los sacaban de las camas con metralleta. Registraban las casas de arriba abajo y los soldados se sentían muy libres de llevarse el dinero u otras cosas de valor. Key calcula que participó en más de 200 redadas.

Dice que no encontraron a ningún terrorista: “Los comandantes no nos mandaban a hacer redadas en miles de casas de civiles porque creían que pescaríamos a terroristas o armas de destrucción masiva. Creo que lo hacían para castigar e intimidar a los iraquíes”. (pp. 214-215)

El momento decisivo para Key fue cuando mandaron su escuadrón a reforzar a otro escuadrón que supuestamente estaba metido en un tiroteo con unos iraquíes. Cuando llegó, vio que habían matado a cuatro civiles desarmados con tantos disparos que las cabezas se habían separado de los cuerpos. Unos soldados de la otra unidad pateaban las cabezas decapitadas en un juego de fútbol.

“Yo no sabía mucho de las Convenciones de Ginebra, pero de una cosa no cabía duda: lo que presencié no era correcto”, escribe. “Éramos soldados del ejército de Estados Unidos. En Irak, se suponía que estábamos eliminando el terrorismo, trayendo la democracia y actuando como una fuerza de bien en el mundo. En cambio nos habíamos convertido en monstruos… Si alguien me hubiera contado de los cuerpos decapitados cuando estaba en Oklahoma, me hubiera costado trabajo creerlo… No hubiera querido aceptar que los soldados estadounidenses se portarían de esa manera en el extranjero. Pero ya no estaba en Oklahoma y no podía negar lo que vi. Durante todo el resto de mi tiempo en Irak, no pude olvidarme de la escena de los cuerpos decapitados y las cabezas que los soldados pateaban. A veces, en sueños, las cabezas sin cuerpo me acusaban. Me decían lo que poco a poco yo iba reconociendo: que las fuerzas armadas habían traicionado los valores de mi país. Nos habíamos convertido en una fuerza del mal, y no pude escaparme de la realidad de que yo era parte de la máquina”. (pp. 109-110)

Presenció muchas otras atrocidades durante sus meses en Irak. Mataron a una niña de siete años que pepenaba sobras de comida cerca de una base estadounidense. A un carro iraquí que se acercó un poco a un convoy estadounidense, le prendieron fuego y luego lo aplastó un tanque. En Faluya unos soldados que disparaban a la menor provocación mataron a balazos a siete civiles por nada. A una muchachita de 13 años la entregaron a los policías iraquíes para que la violaran. Relata de una redada que, según les dijeron, era una misión para pescar a un terrorista de alto rango. Cuando llegaron e hicieron una revisión de toda la casa, no encontraron nada de armas, solo mujeres. Les ordenaron vigilar las puertas mientras unos oficiales pasaron una hora adentro. Durante ese tiempo oyeron a las mujeres gritar. Después los oficiales les mandaron largarse. Todo eso lo presenció encima de las golpizas, el maltrato y el robo que los soldados estadounidenses cometían a diario.

Cuando le dieron licencia de dos semanas para volver a casa, decidió desertar. Escribe: “Yo sé que muchos estadounidenses ya tienen su idea fija de gente como yo. Piensan que somos cobardes. No los culpo: yo también tenía una idea fija sobre los desertores de guerra, mucho antes de poner pie en Irak. Pero no soy cobarde: lo más fácil hubiera sido seguir haciendo lo que me mandaban hacer. Pero muy poco a poco, durante las largas noches, mientras los jets hacían carreras en lo alto, las bengalas brillaban y las casas caían, se me despertó la conciencia. Ese hombre no soy yo, me dije. Yo ya no puedo hacer estas cosas”.

No pudo localizar un grupo que respaldara a soldados en su situación. Durante un año, vivió en la clandestinidad, dormía en carros o moteles pobres, hasta que se puso en contacto con un grupo en Toronto que se llama Wars Resisters Campaign, que lo ayudó a cruzar la frontera canadiense y le consiguió vivienda y respaldo. Cuando termina el libro, aún no sabe si Canadá le permitirá quedarse: rechazaron su solicitud de asilo en noviembre y está apelando.

Key no es el único soldado que ha desafiado las fuerzas armadas y el gobierno y abandonado la guerra de Irak. Jeffry House, un abogado que defiende a muchos exsoldados que ahora están en Canadá, informa que aproximadamente 40 han solicitado asilo y que unos 150 más huyeron a Canadá pero no han pedido asilo. Un artículo del Denver Post cita informes del ejército de que 3,101 miembros del ejército desertaron de octubre de 2005 a octubre de 2006, y por lo menos 2,400 de otras ramas de las fuerzas armadas desertaron de octubre de 2004 a octubre 2005. ( Denver Post, 15 de abril de 2007)

En el epílogo, Key habla de la moral y la responsabilidad de los soldados que cometen semejantes crímenes. No los disculpa. “Si uno ha golpeado o matado a una persona inocente, y si le queda en el corazón una pizca de conciencia, no podrá esquivar la angustia diciendo que solo cumplía órdenes… Me avergüenzo de lo que hice en Irak, y de los sufrimientos y las muertes a manos nuestras. El hecho de que solo cumplía órdenes no atenúa mi inquietud ni me quita las pesadillas”. (p. 213)

Al final, dice que está absolutamente seguro de que hizo lo correcto al no volver a Irak y que, como lo expresa, “en cuanto a pedir disculpas, tengo un deber y solamente uno: pido disculpas al pueblo de Irak”.

Pasajes de The Deserter's Tale

Cuando entramos a la casa, las mujeres tambaleaban saliendo de su cuarto. Tres muchachas jóvenes gritaron cuando nos vieron. Unos compañeros de escuadrón las agarraron y las encañonaron, mientras los demás corríamos por la casa. No encontramos ningún hombre; solo había seis mujeres de entre veinte y treinta años de edad.

Los hombres de mi escuadrón no encontraron nada, ni siquiera armas, y parecía que entre menos encontraban, más destructivos se volvían. Destrozaron tocadores, despedazaron colchones, rompieron gabinetes, tiraron cajones al piso… a uno de ellos se le ocurrió la brillante idea de que las armas posiblemente estaban debajo del piso… ahí vinieron las picas… No salimos de la casa hasta cuando era obvio hasta para los que destrozaban el concreto a golpes que lo único que había en esa casa era un grupo de mujeres furiosas.

Ahí afuera vi al soldado Hayes con una mujer en un garaje vacío. Le apuntaba un M-16 a la cabeza, pero ella no paraba de gritar. “¿Por qué están haciendo esto?… Nosotros no les hemos hecho nada a ustedes… ¡Ustedes son repugnantes! ¿Quiénes creen que son para que vengan a hacernos esto?”.

Hayes le golpeó la cara con la culata de su M-16. Ella cayó boca abajo en el piso sucio, sangrando y en silencio…

En ese momento algo pasó que aún inquieta mis sueños hasta el día de hoy. A todas las mujeres las llevaron dentro de la casa y a todos nos ordenaron vigilar los alrededores. Cuatro militares estadounidenses entraron a la casa con las mujeres y cerraron las puertas. No podíamos ver nada por las ventanas.

…Nos obligaron a vigilar la casa por cerca de una hora. Las mujeres gritaban y protestaban. Los hombres estuvieron con ellas allí encerrados y los gritos seguían y seguían.

Finalmente los hombres salieron y nos dijeron que nos largáramos todos de allí. (pp. 136-138)

*****

Desafortunadamente, la violencia de las tropas no se limita a pegar y patear. Un día de nuestra primera semana en Faluya, mi unidad (tres escuadrones de unos veinte hombres) estaba en un punto de control de tráfico. El teniente Joyce era el oficial de más alto rango que estaba con nosotros ese día. Mientras los otros dos escuadrones monitoreaban los carros que venían, yo estaba ocupado con mis compañeros registrando vehículos y conductores. Cuando miraba bajo la capota de un carro, buscando bombas y armas escondidas, la tierra comenzó a temblar. Me agaché pero pronto me di cuenta de que los disparos venían de mis compañeros. La lluvia de plomo venía de los M-16, M-249 y de las ametralladoras de calibre .50 del primer y segundo escuadrón. Hasta un tanque Bradley se incorporó a la acción. Todos disparaban a un carro blanco con rayas amarillas y dos personas adentro.

Me di cuenta de que el carro había pasado demasiado cerca al punto de control: unos diez pies de la línea a donde debería haber parado. Por eso lo pararon de esa forma tan violenta. Cuando el carro paró de moverse muy lentamente y el fuego cesó, mis compañeros y yo corrimos hacia el vehículo y lo encontramos perforado con balazos de dos pulgadas o más de diámetro. Dentro del carro estaba un hombre muerto. La cabeza colgaba de unos hilos de carne y había sangre salpicada por todas partes. Nadie lo tocó. En ese momento vi a un muchacho de unos diez años de edad en el asiento del frente. Un paramédico lo sacó. Uno de los brazos estaba casi destrozado pero estaba vivo… Pasé unos diez minutos registrando el vehículo y al hombre muerto. No encontré ninguna arma. No había nada fuera de lo normal en el vehículo, excepto toda la sangre que hicimos correr…

Cuando regresamos al campamento me bajé del carro blindado en que viajábamos, fui detrás del edificio y vomité… Nunca había visto matar a un hombre a tiros. Lo mataron porque no supo dónde parar su carro. (pp. 85-87)

*****

Cuando nos acercábamos al cruce, vi una pequeña camioneta blanca que venía hacia nosotros. Parecía una Toyota o una Nissan. Se nos atravesó en el camino haciendo una izquierda rápida y nos separó del segundo vehículo blindado. No vi ningún peligro, pues aún había unas treinta yardas frente a nosotros. Sin embargo mi sargento descargó su ametralladora de calibre .50 hacia la camioneta y la hizo parar con una ráfaga de balas (de unas seis pulgadas de largo). Vi un reguero de gasolina que salía del carro. El sargento cambió el blanco, apuntó al reguero de gasolina y disparó. El rastro de gasolina se prendió y llegó rápidamente hasta la camioneta. Cuando el fuego llegó al tanque de gasolina, la camioneta explotó en una bola de fuego.

Continuamos manejando y cuando miré hacia atrás vi a nuestro tanque Abrams pasando por encima y continuó siguiéndonos. Parecía una escena de las películas de Rambo. Los muchachos del escuadrón dieron unos gritos de euforia. "¿Vieron eso?", uno exclamó…

Por lo que pude ver, no dispararon a la camioneta porque presenciaron un peligro para nosotros sino porque le molestó al sargento. Hubieran podido pararla o confiscarla, pero fue más rápido y menos problemático simplemente hacerla explotar y volar al conductor y a los pasajeros. (pp. 88-89)

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Revolución #93, 24 de junio de 2007

Del Servicio Noticioso Un Mundo que Ganar

La cumbre del G-8: “Nos comemos el mundo”

Alemania:
Docenas de miles de manifestantes desafían a la policía y protestan contra la cumbre de los G-8

Docenas de miles de manifestantes de todo Europa y otros países protestaron antes y durante la cumbre de los G-8 en Alemania, a pesar del mayor despliegue de las fuerzas de seguridad alemanas desde hace décadas: 16,000 agentes y 1,100 soldados. La policía realizó redadas de las casas y oficinas de los activistas en las semanas antes de la cumbre. Pero a las protestas las caracterizaban "un espíritu radical y actitud abierta, y un deseo apasionado de actuar", informó el Servicio Noticioso Un Mundo que Ganar.

11 de junio de 2007. Servicio Noticioso Un Mundo que Ganar. Estados Unidos aspira a seguir de mandamás, y las otras siete grandes potencias imperialistas maniobran al servicio de sus propios intereses antipopulares en ese marco. Tal era el mensaje básico de la cumbre del G-8 en Heiligendamm, Alemania.

El Grupo de los 8 se describe como una reunión anual en que los líderes de “las principales democracias industriales del mundo” pueden hablar en privado y de manera informal. En los hechos es una reunión de las principales potencias imperialistas del mundo que se ceban de la exportación de capitales y la división del mundo entre países dominantes y dominados, y de la explotación de los pueblos en sus territorios respectivos. Aunque se inició en 1975 para abordar cuestiones de economía y comercio, con mayor frecuencia sus declaraciones públicas han tratado asuntos políticos. En los últimos años, sobre todo en Génova, Italia, en 2001, los manifestantes contra la globalización han acudido a protestar en el marco de estas cumbres porque creen que el G-8 como institución es una fuente importante de mucho sufrimiento en el mundo y una concentración de qué está mal con la forma en que está organizado el mundo.

Quienes dicen que el G-8 debería “dejar de hablar y empezar a tomar medidas” deben considerar un paso crucial, si bien poco difundido, que dio la cumbre: los ocho países estuvieron de acuerdo en tomar “más medidas apropiadas” contra Irán si Teherán se negara a detener el enriquecimiento de uranio, lo que alienta exactamente lo que el jefe de la Agencia Internacional de Energía Atómica de la ONU, Mohamed El Baradei, advirtió al respecto en vísperas del G-8: a los “nuevos locos” (léase: el gobierno de Bush) quienes quieren bombardear a ese país. Aunque lo que se dijo acerca de este asunto a puertas cerradas sigue en secreto, ni uno de los jefes de estado lo consideró necesario hacerle eco públicamente a las preocupaciones de El Baradei. Eso en sí es una señal que hay que tomar en serio.

Las divergencias entre Estados Unidos y Rusia acerca de los planes del primero para emplazar un sistema antimisilístico cerca de la frontera rusa eran otra señal de los tiempos tumultuosos por venir. Rusia sostiene que ha hecho muchas concesiones a Estados Unidos, por ejemplo la de no estorbar las nuevas bases yanquis en Asia central. En lugar de responder con concesiones, Estados Unidos ha extendido la OTAN hasta a la frontera rusa. Los planes estadounidenses de construir bases antimisilísticos en Polonia y la República Checa constituyen un acto agresivo apuntado contra Rusia, pero también contra Europa, porque es una declaración de que Estados Unidos se propone tomar la delantera ahí en asuntos militares. Aunque estas dos bases en sí no representarían una gran amenaza a Rusia, si llegan a ser parte de un sistema antimisilístico mundial en los siguientes años, tal como espera Estados Unidos, el sistema podría llegar a tener la capacidad de derribar los proyectiles que Rusia aún tiene después de un primer golpe nuclear estadounidense.

Esta no es la guerra fría, cuando la amenaza de un conflicto nuclear era real y palpable, pero a quien no entienda por qué Rusia está molesta por el emplazamiento de proyectiles gringos cerca de su frontera más le vale recordar qué pasó cuando la Unión Soviética emplazó unos cuantos proyectiles en Cuba en 1963. El actual plan yanqui tiene por objeto asegurar que Rusia no busque su propio camino en un mundo dominado por Estados Unidos. Otro factor es Irán: no en el sentido de apuntar proyectiles contra proyectiles iraníes no existentes (Estados Unidos echó agua fría sobre la oferta del presidente ruso Vladimir Putin de construir una base compartida cerca de la frontera iraní), sino a Rusia, que ha sido la potencia imperialista que en la cruzada de guerra encabezada por Estados Unidos más ha arrastrado los pies.

El G-8 también abordó el calentamiento global, supuestamente el tema central de esta reunión. Cuando la canciller alemana Angela Merkel pidió un acuerdo sobre objetivos obligatorios para reducir las emisiones del bióxido del carbono, los ayudantes de Bush chillaron que ella cruzaba una “línea roja”, pues Estados Unidos no aceptará restricciones internacionales sobre su economía, al igual que no aceptará la interferencia de la ONU en su “derecho” de invadir al país que quiera. Aunque hace poco Bush opinó que el calentamiento global, así como la evolución, no se ha comprobado, ilustró los constantes ataques de su gobierno contra el método científico la declaración de Washington durante la cumbre de que quiere acabar con su programa de monitoreo satelital del medio ambiente, lo que bloquearía cruciales investigaciones sobre el cambio climático. Lo más que Bush aceptaría en el G-8 era “considerar seriamente” las propuestas de Merkel. Con su intransigencia hizo que los demás jefes de estado no tuvieran que tomar medidas contra el calentamiento global.

Algunos expertos ambientales tal como el climatológico y ambientalista de Greenpeace, Joerg Feddern, consideran que la meta que Merkel anunció, de reducir a la mitad las emisiones de gases de invernadero para mediados del siglo, no está a la altura del problema. Aun así, hay razones que hacen dudar si las potencias europeas de verdad tratarán de alcanzar esa meta. La Unión Europea en conjunto ni siquiera ha cumplido con los plazos menores del Protocolo de Kioto. Alemania ha logrado que los requisitos permanezcan dentro de los criterios que le convengan (por ejemplo, no figura en las cifras sobre la contaminación el uso de carbón), y se ha dudado si las cifras de los supuestos avances positivos de Inglaterra son reales o imaginarias. La única medida concreta del G-8 era llevar a cabo más negociaciones en Bali, Indonesia, este año, en espera de un acuerdo nuevo para 2009, lo que es una descarada admisión de que de nuevo, no se ha logrado nada salvo echar más humo.

El consenso del G-8 sobre África también fue una muestra de viles promesas falsas. Los jefes de estado alardearon que asignarían $60 mil millones para medidas contra el SIDA, malaria y tuberculosis en ese continente. Pero $50 mil millones de esa cantidad es del mismo dinero que prometieron hace dos años en la cumbre del G-8 en Gleneagles, cuyo declarado objetivo principal fue África. Hasta ahora no han dado ni dos tercios de esa cantidad, y ahora ningún país hizo ningún compromiso concreto. Una vocera de Médicos en pro de los Derechos Humanos con sede en Estados Unidos dijo que ha habido poco o ningún progreso desde entonces en los programas universales de prevención y tratamiento del SIDA en África, que fue la meta que fijó la cumbre de Gleneagles para 2010. La cumbre de Heiligendamm ni se molestó en repetir ese compromiso. Para colmo, los jefes del G-8 aceptaron endurecer sus leyes de propiedad intelectual, lo que bloqueará la producción de drogas genéricas baratas de las cuales los países pobres dependen.

“El comunicado del G-8 se está convirtiendo una lista de deseos, y no un documento que va a salvar vidas”, dijo la vocera. Bono, quien al igual que su socio roquero Bob Geldof parece creer que el G-8 no es el problema sino la solución, dijo que el comunicado sobre África era “deliberadamente engañoso”. Geldof dijo: “No es serio, es una farsa total”. La Campaña Mundial contra el SIDA con sede en Holanda describió la cumbre de Heiligendamm como “un gran paso hacia atrás”.

Las consignas y estandartes en Heiligendamm proclamaron que el G-8 era “ilegítimo”. Para mucha gente eso quería decir que es injusto e inmoral que un puñado de países ricos y sus gobiernos determine el futuro del planeta y sus pueblos. Un estandarte dijo que los jefes de estado eran “lobos vestidos de lobos” quienes, según otro estandarte, “se comen el mundo”. Los manifestantes acudieron al lugar indicado en el momento indicado y, si bien variaron muchísimo sus ideas acerca de una solución, tuvieron una posición principalmente unificada y acertada de odio hacia lo que consideran inaceptable.

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Revolución #93, 24 de junio de 2007

Arrestan a más de 200 personas en desfile puertorriqueño

El Departamento de Policía de Nueva York (NYPD) insensiblemente convirtió el 50 desfile anual del Día de Puerto Rico de un día festivo para expresar orgullo puertorriqueño y celebración de la cultura puertorriqueña en una pesadilla de brutalidad y arrestos en masa. El domingo 10 de junio, el NYPD arrestó a 208 personas, la mayoría jóvenes puertorriqueños, supuestamente porque recibió informes de que los Latin Kings pensaban desfilar, tal como lo han hecho en años pasados.

El NYPD acusó a 132 de los 208 detenidos de reunión prohibida, imagínense, reunión no autorizada en un desfile autorizado por el propio NYPD. Se informa que 145 de los detenidos son Latin Kings. ¿Cómo sabía la policía que eran Latin Kings? Según la "lógica" de la policía, la ropa que llevaban era negra y dorada —los colores de los Latin Kings— o hacía señas con las manos específicas a los Latin Kings.

Muchos de los detenidos dijeron que no pertenecían a los Latin Kings, y aun si algunos eran Latin Kings, ¿qué importa? Pertenecer a ese grupo no es ilegal. De hecho, los organizadores del desfile terminaron ayudando a la policía en ese ataque al pedir al NYPD que arreste a los Latin Kings si trataran de participar en el desfile sin el permiso de los organizadores. Esa fue, naturalmente, el pretexto que necesitaba el NYPD para lanzar su ataque. Pero como dijo la presidenta de quienes organizaron el desfile un par de días después: "Algo terrible sucedió el domingo. A docenas de espectadores del desfile reunidos pacíficamente los arrestaron, maltrataron, negaron sus derechos y obligaron a pasar una noche en la cárcel".

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Revolución #93, 24 de junio de 2007

Últimas noticias

Presión oficial a favor del proyecto de ley de inmigración: Un programa de más represión y esclavitud legalizada

La semana pasada informamos que el proyecto de ley de inmigración del Senado tropezó con un gran obstáculo, pues sus partidarios no lograron cerrar el debate y llevarlo a una votación, y que es posible que esté muerto. (Ver “El proyecto de ley de inmigración: El choque en la cúpula del poder… y los auténticos intereses del pueblo” en el número 92, en línea en revcom.us).

Desde entonces, George Bush y los senadores partidarios del proyecto de ley han estado presionando mucho para “reavivarlo”. Inmediatamente después de regresar de su viaje a Europa (donde asistió a la cumbre de los G-8, las máximas potencias imperialistas, en Alemania), Bush se reunió con los senadores republicanos para “cabildear” a favor del proyecto de ley. Dos días después, los líderes del Senado anunciaron que pronto volverían a considerarlo.

La Casa Blanca y los partidarios del proyecto de ley anunciaron varios cambios que realzan aun más que, como analizamos la semana pasada, no tiene nada bueno para el pueblo. Un cambio clave es destinar inmediatamente 4.4 mil millones de dólares para la “seguridad fronteriza”: en otras palabras, un aumento de la militarización de la frontera con más muros, equipo de vigilancia, agentes armados, tropas, etc.

Bush dijo que los 4.4 mil millones de dólares vendrán de las multas e impuestos atrasados que los migrantes tendrán que pagar para conseguir una visa temporal para trabajar en Estados Unidos. Es otra infamia más: los propios migrantes tendrán que pagar por la militarización de la frontera que obliga a cada vez más migrantes a cruzar en zonas peligrosas del desierto y las montañas, y causa la muerte de centenares cada año.

Pase lo que pase con este proyecto de ley, las “reformas migratorias” que quiere la clase dominante llevarán a un gran aumento de la represión contra los migrantes y otros, y a la esclavitud legalizada.

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Revolución #93, 24 de junio de 2007

¡La interpretación textual de la Biblia es un horror!, Parte 5


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