Revolución #86, 29 de abril de 2007


Los hechos: El feto NO es un bebé, el aborto NO es matanza y no existe el "aborto de parto parcial"

Antes de la legalización del aborto en 1973 (con el fallo Roe vs. Wade de la Suprema Corte), cada año miles de mujeres quedaban heridas o morían a causa de abortos peligrosos e ilegales. Cientos de miles más tenían que dar a luz hijos que no querían. La legalización del aborto significó que por primera vez la mujer podía decidir si tener o no tener hijos y cuándo. Fue y es crucial para la emancipación de la mujer.

El feto NO es un bebé

¿El aborto no destruye a un ser vivo? Un importante artículo de nuestro periódico ("Qué es un aborto y por qué la mujer debe tener ese derecho — La vida no se puede y no se debe preservar siempre" de A.S.K., Obrero Revolucionario #1266, 30 de enero de 2005) contesta esa pregunta de esta manera:

"¿Es cierto que el feto es una forma de vida? Claro que sí. Lo forman células vivas, está creciendo y procesando energía, tiene la capacidad de madurarse y reproducirse, tiene un sistema genético y demás.

"¿Matará el aborto esa forma de vida? Sí, como no.

"Bueno, ¿entonces el aborto, no es matar a otro ser humano? No, claro que no.

"Un feto todavía no es un ser humano. Es más bien como una semilla o un germen de ser humano. Está vivo, pero también están vivas todas las otras células del cuerpo de la mujer. Todavía no tiene vida propia. Todavía no es una vida separada de la vida de la mujer en cuyo útero está".

El aborto NO es matanza

El fallo de la Suprema Corte está lleno de mentiras y distorsiones sobre el aborto, el feto y la mujer. Esto empieza con el nombre de la ley que ratificó: "Ley de la prohibición del aborto de parto parcial". Hablando en términos médicos, no existe el "aborto de parto parcial". El aborto de un feto no tiene nada que ver con el nacimiento de un niño. Los fascistas cristianos inventaron el término "aborto de parto parcial" para dar a entender que se está matando a un "bebé" a punto de nacer, a "tres pulgadas de nacer".

La gran mayoría de los abortos, el 99%, se hacen mucho antes de que el feto pueda funcionar independientemente de la mujer y esté a punto de nacer. Además, el 90% de los abortos se hacen en los primeros tres meses del embarazo (de 1 a 13 semanas desde la última menstruación), cuando el feto apenas empieza a formarse. Al final del primer trimestre el feto mide apenas un poquito más de una pulgada. Ese es el mejor momento para un aborto: es más fácil, no tiene complicaciones y es más barato.

Pero a veces la mujer no puede hacerse el aborto en ese trimestre. El 87% de los condados del país no tienen médicos que practiquen abortos; por tanto, hay que faltar al trabajo o a la escuela y viajar largas distancias para hacerse un aborto.

La mayoría de los estados tienen restricciones severas que requieren esperar, notificar a los padres o pedir permiso para menores de edad. Muchas mujeres, especialmente las jóvenes, no tienen el dinero, gracias a una ley federal que niega fondos para el aborto.

Además, a veces las pruebas de embarazo se equivocan o falla el control de la natalidad y la mujer no se da cuenta de que está embarazada hasta meses después. (La regla puede faltar por muchas razones, entre ellas el estrés). Y especialmente en este clima anticientífico, antieducación sexual, pro abstinencia, muchas jóvenes no entienden cómo funciona el sistema reproductivo. Hoy, algunas farmacias ni siquiera venden productos para el control de la natalidad.

Una vez que ha empezado el segundo trimestre del embarazo, ya no se puede hacer el sencillo aborto por succión. Aunque el procedimiento no presenta mayores problemas, es más complicado y son menos las clínicas y los médicos que lo pueden hacer. Aunque el feto todavía no puede sobrevivir independientemente de la mujer (aun al terminar el segundo trimestre), ya es más grande y hay que sacarlo en pedazos. Ese procedimiento se llama dilatación y evacuación (D&E).

Solo aproximadamente 1% de los abortos se hacen después del segundo trimestre, cuando hay "viabilidad", o sea cuando el feto podría sobrevivir independientemente de la mujer. En ese período solo se hacen abortos si los exámenes médicos detectan graves anormalidades del feto, como en casos de hidrocefalia (una extrema deformidad del cráneo y el cerebro), o si la salud de la mujer está en grave peligro. Es en esas circunstancias que los médicos usan otro procedimiento.

El mito del "aborto de parto parcial" y la realidad de la agresión contra la mujer

La ley federal prohíbe un procedimiento médico que se llama dilatación y evacuación intacta (D&X), que requiere sacar (evacuar) al feto intacto; eso implica colapsar el cráneo para que pueda pasar por la pelvis. No importa lo que digan los patriarcas de la Suprema Corte, eso es un aborto y no un "parto parcial".

Algunos médicos piensan que D&X es el mejor procedimiento para unas mujeres, pero ahora ya no tendrán esa opción aun si determinan que la salud de la mujer está en peligro. El fallo de la Suprema Corte Roe vs. Wade, que legalizó el aborto, puso límites a los abortos de tercer trimestre, después de la viabilidad del feto; pero también decía categóricamente que podía haber excepciones para salvaguardar la salud de la mujer. La nueva ley anula esta crucial y esencial parte del derecho al aborto.

Además, la ley federal está escrita de tal manera que se podría interpretar (como han admitido sus autores y como han reconocido los tribunales menores) que también se aplica a todos los procedimientos de D&E, o sea, al método más común y más seguro que se usa en el 90% de los abortos de segundo trimestre.

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