¿Qué revela en realidad la huelga de hambre de los presos de California?

Respuesta al artículo de opinión de Jeffrey Beard en el Los Angeles Times

Del Partido Comunista Revolucionario, Estados Unidos, rama de Los Ángeles | 18 de agosto de 2013 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Hace cuatro semanas, 30.000 presos de California y otros estados vecinos iniciaron una huelga de hambre en protesta por sus condiciones de vida, en particular en las Unidades de Vivienda de Seguridad (SHU, por sus siglas en inglés). Actualmente, cientos de presos siguen sin comer; están perdiendo peso, los están internando en el hospital y uno ha muerto desde el inicio de la huelga.

El martes 6 de agosto de 2013, en Los Angeles Times, Jeffrey Beard, jefe del Departamento de Correcciones y Rehabilitación de California (CDCR), argumentó que esta huelga de hambre no se hace en protesta por condiciones de vida que constituyen la tortura, sino que representa un intento de parte de las pandillas que operan en las prisiones de "restaurar su capacidad de aterrorizar a sus compañeros presos, al personal carcelario y a comunidades por toda California." Continuó defendiendo las condiciones dentro de las SHU y afirmó que no se trata de aislamiento y, por ende, no es tortura.

Su artículo es tan malicioso como lo es engañoso, y se escribió con toda intención de hacer que millones de personas, que tal vez apoyaran a los que se juegan la vida en la huelga de hambre, vean a los presos como animales, criminales y gángsteres que tienen algún "programa de violencia" inexplicable y que merecen cualquier castigo que reciban. Pretende hacer también que los millones de presos, sus familiares y todos que han experimentado la encarcelación sientan aislados, enajenados y puestos a la defensiva.

Pero también debemos tomar nota de que Beard se vio obligado a escribir su artículo debido a los centenares de presos que han expresado su determinación de continuar esta huelga de hambre y al amplio apoyo que estos han recibido, inclusive de voces prominentes. Muchos están planteando grandes preguntas acerca de la naturaleza del sistema penitenciario de Estados Unidos y están viendo una conexión con preguntas sociales más generales. Por eso Beard se vio obligado a pasar al ataque. Aunque debemos refutar sus mentiras, también debemos cobrar ánimo y redoblar nuestros esfuerzos de sacar a la luz lo que este sistema está haciendo y apoyar y defender a los presos huelguistas.

El artículo de Beard rinde pleitesía a la cuidadosamente creada opinión pública acerca de "criminales irredimibles", sobre los cuales debemos de sentir agradecimiento de que están tras las rejas. Pero la realidad más profunda es lo criminal y sin legitimidad que es este sistema. Es este sistema el que comete crímenes de lesa humanidad al torturar a decenas de miles de personas dentro de sus propias fronteras y al convertir en sospechosos a generaciones y generaciones de jóvenes negros y latinos antes de que siquiera alcancen su estatura de adulto. Los atrapa en condiciones sociales que azuzan unos a otros, les culpa por reaccionar de maneras que este sistema les enseñó y luego los condena una vez más cuando se juegan la vida tratando de alzarse por encima de todo eso y reivindicar su humanidad.

¿Por qué sucede esto?

¿Por qué esta clase de tortura sistemática ha llegado a ser una parte necesaria del programa de encarcelación en masa?

La encarcelación en masa no es, tal como Beard quiere que usted crea, una respuesta a la explosión de violencia pandillera de los años 1970 y 1980. La encarcelación en masa se trata del control social de sectores enteros de la población a los cuales este sistema no les ofrece ningún futuro. Se desarrollaba como una política consciente así como el funcionamiento espontáneo de un sistema construido sobre una base de la supremacía blanca, la opresión del pueblo negro y de otras nacionalidades oprimidas.

El periódico Revolución ha escrito extensamente sobre el desarrollo de la encarcelación en masa como un producto del funcionamiento del sistema del capitalismo en los Estados Unidos…. Cómo y por qué el sistema pasó de la esclavitud al Jim Crow con la aplicación violenta de códigos raciales, la supremacía blanca y nuevas formas de esclavitud mediante el trabajo de los prisioneros y la aparcería. Y la manera en que todo eso dio origen al Nuevo Jim Crow, la brutalidad policial, los asesinatos, la criminalización y la encarcelación en masa, las formas legalizadas de la discriminación pero esta vez bajo la fachada de un supuesto criterio que dice que ni importa el color de la tez. Para conocer más, acceda a revcom.us.

Al hablar sobre la situación que engendró este Nuevo Jim Crow, un número especial del periódico Revolución, "Del infierno del encarcelamiento a un futuro de emancipación" (#183, 15 de noviembre de 2009), lo explica así:

"Trasladaron de los centros urbanos a los suburbios (donde vive la clase media) y luego a otros países las fábricas que producían bienes, mientras que las masas negras quedaron encerradas en esos centros urbanos debido a la segregación en la vivienda y a las privaciones. Simultáneamente a los centros urbanos les privaron de fondos y los dejaron convertirse en zonas económicas y culturales muertas. Hasta cierto punto surgieron espontáneamente el narcotráfico y las pandillas involucradas en ello, pero también los manipularon sistemáticamente y en algunos casos los promovieron a fin de llenar el vacío económico y político en los ghettos y los barrios dejado por el abandono económico y la represión contrarrevolucionaria del movimiento. Eso se intensificó en los años 1980 cuando la CIA orquestó el financiamiento de los terroristas centroamericanos pro-Estados Unidos (la 'Contra') mediante la venta y distribución de drogas por medio de las pandillas en las zonas urbanas de Estados Unidos. (Vea "La conexión de la CIA con el crack: Entrevista del OR a Gary Webb" en revcom.us y Dark Alliance, The CIA, the Contras, and the Crack Cocaine Explosion [Alianza oscura, la CIA, la Contra y la explosión de cocaína crack], de Gary Webb).

"Los gobernantes utilizaron todo eso, junto con otros ataques, para crear una 'clase paria'* en los centros urbanos, es decir, una clase de excluidos sociales a quienes no les daban el mismo trato ni derechos de costumbre. Y luego utilizaron la presencia de esa clase paria como una válvula de escape y un blanco para el resentimiento que se acumulaba en un gran sector de las personas blancas, muchas de las cuales experimentaban pérdidas e inestabilidad económica y de ese modo los gobernantes reforzaron y reacondicionaron la "herramienta" de la supremacía blanca para la nueva época". [*Bob Avakian, en la importante obra, El comunismo y la democracia jeffersoniana (en inglés), retoma y desarrolla el concepto de singularizar a los negros y a los amerindios como una "clase paria" que remonta a los primeros días de los Estados Unidos y la forma general en que la supremacía blanca ha embotado la conciencia de clase en los Estados Unidos desde ese entonces.]

Millones de personas tomaron conciencia de la criminalización en masa de generaciones de jóvenes a raíz del asesinato de Trayvon Martin, un joven negro de 17 años de edad quien caminaba a su casa desde una tienda cuando George Zimmerman lo asesinó. Por una sola razón Zimmerman vio en Trayvon Martin una amenaza peligrosa en primer lugar, por una sola razón le siguió a este joven vestido de sudadera con capucha una noche lluviosa: porque George Zimmerman había recibido entrenamiento para ver a todos los jóvenes negros como criminales y sospechosos ante lo demás. Otra vez, el estado ha avalado y legalizado eso.

Junto con los cambios en el citado desarrollo del capitalismo, esta encarcelación en masa juega un papel de contra-insurgencia en contra de un pueblo entero que el sistema ya ha oprimido y sigue oprimiendo con la violencia y cuyo sistema ha desarrollado y ha hecho mucho uso de la supremacía blanca como parte de su aglutinador social.

Los años 1960 constituían una época de agitación revolucionaria con una lucha de liberación negra que sacudió a este sistema hasta sus cimientos. Todo eso se dio junto con los movimientos revolucionarios por todo el mundo, una cultura revolucionaria, el desafío de los papeles de género tradicionales y los levantamientos de los oprimidos por todo el mundo. Estas luchas tuvieron un impacto sobre toda la sociedad, hasta en las cárceles. Miles de personas se pasaron de una "mentalidad criminal a una mentalidad revolucionaria". Si bien se logró arrancar algunas reformas al sistema, éstas también se toparon con una represión brutal y sangrienta. Los revolucionarios presos, como George Jackson, quienes pasaron por esta transformación, fueron asesinados y otros pasaron más tiempo en la cárcel por sus actividades revolucionarias. En 1971, durante la rebelión de Attica, por lo menos 39 personas resultaron asesinados (presos y guardias de la cárcel) por policías estatales y la Guardia Nacional.

En todo el país, el pueblo negro, en las prisiones inclusive, recibió el apoyo de las personas en todo el mundo. Si bien esos eran tiempos revolucionarios, no se dio ninguna revolución y una vez que aquellos movimientos entraron en reflujo y resultaron aplastados, este sistema ha mantenido a la fuerza las formas de opresión y explotación sobre las que se ha construido, aunque de formas distintas. En relación al pueblo negro y otras nacionalidades oprimidas, ellos han hecho esto principalmente mediante la represión generalizada, la encarcelación y la criminalización. Efectivamente, algunos de los primeros prisioneros en las cárceles de máxima seguridad y en las SHU (Unidades de Vivienda de Seguridad) eran presos políticos, unos revolucionarios cuyo punto de vista se transformó y se resolvieron no luchar entre sí pero sí luchar por un mundo mejor.

La criminalización en masa de este tipo requiere de la deshumanización y degradación, de crear una situación en la que todos, lo que incluye a aquellos quienes que sufren de todo esto, consideren que tienen la culpa. La tortura contribuye a esta deshumanización en masa.

Alan Goodman, en el periódico Revolución, sintetizó así el papel y la definición de la tortura: "Que quede claro: la tortura es literalmente y en esencia un crimen de lesa humanidad. Al igual que la violación, de manera sistemática se pretende degradar por medio de la violencia a las personas y quitarles la propia humanidad. Cualquier gobierno que desde sus puestos más altos no sólo tolere cosas así sino que las justifique y diga que sean 'instrumentos de la política'... cualquier gobierno que, una vez que esto se hubiera denunciado, no procese a los autores sino al contrario les dé una inmunidad por adelantado... pone de manifiesto que es un gobierno que para funcionar, necesita tales crímenes y tales criminales. Cualquier pueblo que no resista tales crímenes y no exija acción judicial contra los torturadores y aún más contra aquellos del más alto rango que formularan la política, pone de manifiesto que está en complicidad con esos crímenes. Y al dejar pasivamente que se degrade y ataque la humanidad de los demás, pierde la suya" ("Los memos sobre la tortura… y la justicia que se necesita", Revolución #164, 17 de mayo de 2009).

Hablaremos más en detalle sobre eso, pero primero hay que refutar y aclarar algunas mentiras de Beard.

Las SHU constituyen condiciones de aislamiento, El aislamiento es tortura

A pesar de las afirmaciones de que Estados Unidos es la tierra de la libertad y la democracia, ha quedado desenmascarado como un estado que refuerza y aprueba la tortura. Ese hecho le da una creciente ilegitimidad para millones y millones de personas en todo el mundo.

Piensen en lo que revelaron las fotos de la prisión Abu Ghraib de Irak, donde los soldados sacaron fotos de sí mismos con presos en posturas de degradación sexual y la violencia. Se trataba del procedimiento operativo normal, y los soldados sentían que tenían toda la libertad de jactarse de eso y compartir las fotos con sus amigos en Estados Unidos. Piensen en lo que se ha revelado en Guantánamo, donde los presos que hacen una huelga de hambre en demanda del fin a las condiciones de tortura que viven, sufren la tortura adicional de ser dados de comer por la fuerza brutal. [Para tener una idea de qué tan intolerable es, véase, en inglés, el vídeo del rapero Yasiin Bey (Mos Def) en que le dan a comer por la fuerza a él, y solo puede aguantar unos minutos de lo que normalmente es un procedimiento que dura dos horas y se hace dos veces al día.] Piensen en lo que revela el hecho de que el procurador general Holder se vio obligado a prometer a Rusia de antemano que Estados Unidos no iba a asesinar ni torturar a Edward Snowden si Rusia lo mandara de regreso a este país. (Snowden es un denunciante heroico que puso al descubierto el programa de espionaje masivo que hace Estados Unidos y pidió asilo en Rusia.)

La tortura era y es la política oficial de Estados Unidos, pero en vista de que éste envía su ejército a saquear por todo el mundo en nombre de la democracia y los derechos humanos, ser visto como un país que tortura hace mucho para socavar su legitimidad en el mundo.

Así que y ¿qué de la afirmación de Beard de que las SHU no son una forma de aislamiento y por eso no son tortura? Esa es una mentira descarada.

Más de 10.000 presos actualmente viven en alguna forma de aislamiento solo en California, y algunos lo han vivido por décadas. De acuerdo a las Naciones Unidas, el aislamiento se define como cualquier régimen en que se mantiene a un preso aislado de otros (con excepción de los guardias) por al menos 22 horas al día. En la prisión de Pelican Bay en el norte de California, encierran a los presos en celdas que miden un poco más de 3.5 metros por 2 metros, las 22.5 horas al día. En las otras SHU del estado, las celdas de cemento miden más o menos lo mismo. Los presos duermen sobre bloques de cemento. La comida muchas veces está podrida y casi incomible; les prohíben tener relojes, naipes o tableros de ajedrez. Los presos están una hora al día al aire libre, solos, en un espacio con paredes de concreto que miden unos 5 por 7.5 metros, desde el cual solo es visible un poco de cielo. El personal carcelario y los presos llaman ese lugar el "corralón de perros".

No hay ningún contacto físico significativo con otros seres humanos. Una barrera separa el preso de toda persona que lo visita. Las visitas se limitan también, debido a las largas distancias que los familiares tienen que viajar para llegar a las prisiones, que están en zonas remotas por todo el estado. Muchas veces, incluso el contacto con trabajadores de medicina o psiquiatría u otro personal ocurre detrás de las barreras.

Estas condiciones tienen el propósito de quebrantarles el espíritu a los presos y eso se reconoce en todo el mundo, inclusive por profesionales médicos y psiquiátricos, como una de las formas más crueles de la tortura. Sandra Schank, una psiquiatra que trabaja en la prisión de Mule Creek, dijo: "Este es un concepto psiquiátrico estándar: si se pone a las personas en aislamiento, se volverán locas..." Uno de los datos más reveladores sobre el impacto psiquiátrico del aislamiento es que la mitad de los presos que se suicidan vivían en unidades de aislamiento, como las SHU, pero solo representan el 5% de la población carcelaria.

Al preso no le dan una sentencia en una SHU como resultado del proceso debido de la ley, sino como resultado de una decisión relativamente arbitraria de los funcionarios de prisiones. Se le "valida" a raíz de afirmaciones de su afiliación con una pandilla y termina en una SHU. Pero también se puede establecer la existencia de tal afiliación mediante el arte que un preso coloca en las paredes de su celda, si hay fotos en que él aparece junto a una persona que otro preso ha dicho que es pandillero, o incluso a raíz de los libros que él lee (la literatura revolucionaria figura en la lista de literatura clasificada oficialmente como de pandilla). Y es increíblemente difícil salir de la SHU. Un preso le escribió al periódico Revolución: "Hay tres maneras de salir de la SHU: en libertad condicional, tras rendir información o al morir". La rendición de información es un proceso en el cual básicamente un preso delata a otros presos, y estos terminan en la SHU. Un preso lo describió como un círculo vicioso en que uno termina en la SHU debido a la desesperación de otro por salir de la SHU. La huelga de hambre se hace en protesta de tales condiciones.

Esta es la realidad. La realidad dolorosa, brutal e inhumana. Todo lo mencionado está bien documentado y es la experiencia vivida de muchas decenas de miles de personas cuyas voces nunca escuchamos, de cuya experiencia nunca aprendimos y cuyas vidas se dice que no cuentan para nada.

¿POR QUÉ sucede esto?

La encarcelación en masa no es, tal como Beard quiere que usted crea, una respuesta a la explosión de violencia pandillera de los años 1970 y 1980. La encarcelación en masa se trata del control social de sectores enteros de la población a los cuales este sistema no les ofrece ningún futuro. Se desarrollaba como una política consciente así como el funcionamiento espontáneo de un sistema construido sobre una base de la supremacía blanca, la opresión del pueblo negro y de otras nacionalidades oprimidas.

El periódico Revolución ha escrito extensamente sobre el desarrollo de la encarcelación en masa como un producto del funcionamiento del sistema del capitalismo en los Estados Unidos…. Cómo y por qué el sistema pasó de la esclavitud al Jim Crow con la aplicación violenta de códigos raciales, la supremacía blanca y nuevas formas de esclavitud mediante el trabajo de los prisioneros y la aparcería. Y la manera en que todo eso dio origen al Nuevo Jim Crow, la brutalidad policial, los asesinatos, la criminalización y la encarcelación en masa, las formas legalizadas de la discriminación pero esta vez bajo la fachada de un supuesto criterio que dice que ni importa el color de la tez. Para conocer más, acceda a revcom.us.

¿Qué revelan en realidad los presos que están en huelga de hambre?

Para respaldar sus argumentos, Beard cita a un preso que dice lo siguiente acerca de la huelga de hambre: "El objetivo fue entrar en la población [carcelaria] general... y empezar de nuevo a dirigir nuestros regimientos en las calles". Cita a otro preso: "Sabíamos que podríamos ganar un apoyo máximo con esta táctica, pero no estábamos tratando de mejorar las condiciones en la SHU; estábamos tratando de salir de la SHU para promover nuestros planes como pandilla en la población general".

Pero Beard no cita a los que iniciaron la huelga de hambre. No cita y ni siquiera hace referencia a las demandas concretas planteadas por los iniciadores de la huelga de hambre. No cita ninguna de las cartas muy conmovedoras de los presos mismos, en que dicen que es posible que mueran en esta lucha pero que están decididos a poner fin a esas condiciones para el beneficio de las futuras generaciones venideras. (Casi nunca se permite que los medios de comunicación entrevisten a los presos que están en la SHU, con la excepción de los que han aceptado rendir información o delatar a otros presos, así que no es de sorprenderse que digan cosas en defensa de sus acciones en vez de hablar sobre la realidad general de las prisiones.)

A continuación, las palabras de solo un preso: "Una huelga de hambre no es algo a la ligera para nosotros, no somos suicidas, al contrario esperamos salvar vidas. Puede que no seamos capaces de salvar nuestras vidas. Pero hemos llegado a identificar nuestra existencia en la SHU como una cinta transportadora que conduce a un horno de infierno. Y es posible que sí estemos amarrados a esta cinta transportadora sin salida tal como que hemos seguido observando durante años a nuestros compañeros caer en el abismo del horno en la psicosis, el suicidio u otras enfermedades crónicas. Y puede que no seamos capaces de impedir que nuestro viaje nos deje caer en el abismo, pero detendremos esta cinta transportadora para las futuras generaciones por venir. ¡Hoy en día este paseo se detiene!"

Varios presos han trazados las conexiones entre lo que sufren y lo que sufren los presos de Guantánamo. Un preso escribe desde Pelican Bay: "Aquí estamos en celdas sin ventanas, en aislamiento, pero hemos empezado a aprender más sobre lo que está pasando y un par de hombres incluso ha empezado a hacer una huelga de hambre en solidaridad con Guantánamo porque nos hemos dado cuenta de que lo que conecta la SHU de Pelican Bay con Guantánamo es que tenemos el mismo torturador".

El hecho de que Beard denuncia el "control de las pandillas" en las prisiones es una hipocresía total y absoluta. Cualquiera que conozca una pizca sobre el funcionamiento básico de las prisiones sabe que las autoridades se apoyan en las divisiones entre las pandillas y las refuerzan aún más como una forma de ejercer un control brutal. Desde el momento en que un preso entra en una prisión, las autoridades lo separan según su nacionalidad o su lugar de origen. Le dicen dónde comer, dónde dormir y dónde hacer ejercicios. Le dicen cuáles serán sus días de visita y cuándo puede usar el teléfono, todo ello según esas divisiones raciales. Los guardias carcelarios instigan conflictos basados en esas divisiones. A finales de los años 1990 se sacó a la luz que en la SHU de Corcoran los carceleros organizaron "días de gladiador", en que colocaron a los presos de pandillas opuestas en el área de ejercicio y les dijeron que pelearan entre sí, mientras los guardias armados miraban y hacían apuestas sobre quién iba a ganar. Instigan y refuerzan esas divisiones y luego montan situaciones que causen peleas.

Es más, pregúntense lo siguiente: si las autoridades carcelarias están tan preocupadas por las pandillas en las prisiones y la división entre los presos, ¿por qué no celebran el inspirador "Acuerdo para terminar las hostilidades" publicado por un grupo de presos de todas las nacionalidades de la SHU de Pelican Bay, que exhortó a cesar todas las hostilidades entre las diferentes nacionalidades en las prisiones y cárceles de California? Al contrario, las autoridades afirman que esa es parte de un intento de promover el control de las pandillas.

Piensen en lo que ese acuerdo significa: por décadas, las personas han luchado por mantener la razón en condiciones de encarcelación que con frecuencia hacen que se vuelvan locos. En la rebatiña por sobrevivir, se han atenido a divisiones sin sentido, buscando refugio en "su propia raza", y abriendo espacio para sí mismo con el deseo de ser el número uno en una competencia desaforada. En la prisión todo se organiza para fomentar y reforzar las formas y el modo de pensar vinculados al contraponerse de unos a otros.

Ante todo eso, en un principio eran decenas de miles de presos y ahora son cientos que dicen que NO. ¡NO! Que tomarán una postura juntos en contra de esa tortura criminal, promoverán la unidad y no la división entre las personas, se jugarán la vida por esto. En las palabras de un preso el día después de iniciar la huelga de hambre: "Acabamos de empezar la huelga de hambre, nos sorprendió que tantas personas participaran. Asiáticos, negros, blancos, hispanos. Es algo precioso".

¿Cómo ha respondido este sistema? Con más represión y más criminalización.

 

Esta huelga de hambre revela tres cosas importantes:

Primero, se revela la total bancarrota de un sistema que no le ofrece ningún futuro a las generaciones de jóvenes negros y latinos excepto para confinarlos en los barrios pobres de las ciudades sin esperanza de empleo, inundando los vecindarios de drogas, oponiendo las personas unas contra otras, promoviendo una cultura y moral cuyo único propósito es inculcar la necesidad de "enriquecerse o morir al intentarlo" en un sistema capitalista donde eso solamente se puede hacer a expensas de las demás personas al igual que usted. De ahí, les echa la culpa a aquellos jóvenes y encarcela a muchos de éstos cuando actúan en las maneras que el sistema los ha confinado, enseñado y embaucado para actuar. El almacenamiento de cientos de miles de personas en las cárceles y la tortura y la amenaza de la tortura una vez que están dentro. Y cuando luchan para levantar la cabeza y unirse para salir de todo esto: más brutalidad y criminalización. Esta opresión es una parte integral de la naturaleza del sistema y es necesario ponerle fin y eliminarlo mediante una revolución lo antes posible.

Segundo, revela el potencial liberador de las personas quienes constituirían la columna vertebral de esta revolución. El potencial de aquellos que el sistema ha desechado y echado. En las condiciones más deshumanizante, los presos están decididos a afirmar su humanidad. Para ponerse de pie y luchar, literalmente arriesgan la vida no solo para terminar la tortura que están sufriendo sino para pararla para otros y para las generaciones futuras. Lo que se muestra aquí es el potencial para la transformación a una escala aún más grande para salir de las condiciones y mentalidad de perro come perro de este sistema, para levantar la cabeza y reunirse en unidad y para un camino completamente mejor.

Lo que vemos, a todo color, es, de formas incipientes, el proceso y el potencial que menciona Bob Avakian, el presidente del Partido Revolucionario Comunista, en Lo BAsico 3:16:

Un llamado a quienes el sistema ha desechado

Aquí hablo no solo a los presos sino a todos aquellos que viven su vida al filo de la desesperación, ya sea que hallen trabajo o no; a los que no tienen trabajo ni techo; a los que el sistema y sus capataces tratan ni más ni menos que basura humana.

Eleven la vista por encima de la humillación y la locura, la mugre y la desmoralización, por encima de la batalla individual por sobrevivir y "ser alguien" según la definición de los imperialistas — de los criminales más espantosos, más monstruosos de lo que jamás haya inventado la mitología o haya encerrado ninguna cárcel. Sean parte de los salvadores humanos de la humanidad: los sepultureros de este sistema y los portadores de la futura sociedad comunista.

No digo esto por hablar ni por querer dármelas de poeta: para conquistar todo esto hay grandes tareas que cumplir, grandes luchas que realizar y grandes sacrificios que hacer. Pero hay un mundo que salvar —y que ganar— y en ese proceso aquellos que este sistema ha dicho que no valen nada, pueden importar muchísimo. Representan una gran fuerza de reserva que se debe convertir en una fuerza activa para la revolución proletaria.

Esto nos lleva al tercero y último punto: la necesidad de meterse en el movimiento para la revolución ahora a fin de hacer que todo eso sea posible. Es necesario echar el sistema por la borda, cuando surjan las condiciones para que esto sea posible, millones de personas de un pueblo revolucionario tendrían que desmantelar el aparato represor del sistema, lo que incluye sus ejércitos, prisiones y policías que utiliza contra el pueblo mediante la tortura y la brutalidad. Para que haya trabajo consciente para la revolución hoy y para que la revolución tenga una buena posibilidad de ganar, se requiere de dirección. Existe tal dirección en Bob Avakian y en el partido que él dirige, el Partido Comunista Revolucionario. Pero también hay mucho trabajo que hacer.

El Partido Comunista Revolucionario tiene una estrategia para la revolución, la que tienen que conocer todos los que arden con ganas de ver otro mundo. Éntrele, apoye a este partido y difunda la obra de Bob Avakian. Sea parte de luchar contra el poder, y transformar al pueblo, para la revolución.

Si usted quiere vivir en un mundo en el que podrán florecer la energía y la creatividad de los millones de personas encerradas en jaulas de acero… en el que ya no existan las antagónicas relaciones sociales que tergiversan las todas relaciones humanas hoy… en el que las personas trabajen y luchen colectivamente por el bien común… en el que todos contribuyan lo que puedan a la sociedad y reciban lo que necesitan para llevar una vida digna del ser humano… sea parte del movimiento para la revolución para plasmar todo eso.

Sea parte de los miles de personas hoy que están influenciando a millones de personas hacia una revolución… que están desafiando y cambiando la manera en que las personas ven las cosas y están preparando a aquellos millones de personas para hacer una revolución, cuando surjan las condiciones para hacerlo.

¡Exija un fin a la tortura en las prisiones de Estados Unidos! ¡Defienda y tome partido con los prisioneros!

Luchar contra el poder, y transformar al pueblo, para la revolución.

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