Campaña y Gira Organizadora Nacional "A Entrarle a la Revolución" de 2016-2017:
10 días en Chicago... un verdadero comienzo
Sunsara Taylor
26 de octubre de 2016 | Periódico Revolución | revcom.us
“¿En serio?” Los ojos de la joven se abrieron como platos, “¿Ustedes van a viajar por todo Estados Unidos... por un año? Eso es increíble”. Había escuchado con atención mientras el Club Revolución marchaba hacia la protesta contra la brutalidad policial y explicaba que únicamente una revolución podría poner fin a todas las atrocidades y horrores causados por el presente sistema: asesinato tras asesinato por la policía, la violencia y la violación contra las mujeres, los ataques venenosos a los inmigrantes, las guerras por el imperio y la destrucción del medio ambiente. Pero cuando se enteró del alcance y la audacia de lo que se propone la Campaña y Gira Organizadora Nacional "A Entrarle a la Revolución" de 2016-2017, es decir, de recorrer todo Estados Unidos y alistar y organizar a miles de personas nuevas en la revolución con el fin de prepararse para el momento cuando sea posible dirigir a millones a derrocar al sistema entero, ella de verdad le puso atención y quiso conocer más. La misma explicación le iluminó la cara a un joven hermano del ghetto del barrio sur de Chicago. Dijo: “Es cierto. No se puede hacer una revolución en una sola ciudad”.
La Campaña y Gira Organizadora Nacional "A Entrarle a la Revolución" de 2016-2017 se ha tomado las calles de Chicago. Donde quiera que vayamos, vamos proyectando audazmente la realidad de que “¡Estados Unidos NUNCA ha sido grandioso! ¡Tenemos que derrocar, y no votar por, el presente sistema!” Que una revolución concreta pondrá fin a los horrores que miles de millones de personas sobre nuestro planeta están obligados a soportar. Y USTEDES tienen un papel que desempeñar en esta revolución AHORA MISMO.
Sí, nos referimos a una revolución concreta, y tenemos una estrategia
Mucha gente asiente con la cabeza cuando escucha la palabra revolución, al menos en los barrios de los oprimidos y en las protestas contra el asesinato policial. Sin embargo, cuando explicamos lo que en serio queremos decir: el derrocamiento total del presente sistema, el desmantelamiento de sus estructuras e instituciones de gobierno, la derrota de sus fuerzas militares y policiales y la construcción de una sociedad radicalmente nueva y un poder de estado revolucionario en transición a un mundo comunista, eso es a la vez atrayente y muy serio. Por un lado, muchas personas tienen un profundo sentido de que unas pocas reformas no van a producir el cambio que se necesita. Por otro lado, les cuesta trabajo imaginar siquiera tener la fuerza suficiente para efectivamente derrotar al presente sistema.
Ha sido crucial, desde el principio, dejar en claro que nosotros tenemos una estrategia para ganar, y empezar a expresarla vivamente desde el principio. Por eso las personas se han conmovido tanto al enterarse de que nosotros no sólo conversamos con ellas en ese momento, sino que vamos a viajar y activar a los miles de personas que pueden influenciar a millones, y contar con una capacitación para dirigir a millones en la lucha sin cuartel por el poder cuando las respectivas condiciones maduren.
En las calles más duras de Chicago
Una tarde, en el barrio sur (South Side) de Chicago, el Club planeaba conducir en una furgoneta con un sistema de sonido por hora y pico con el anuncio de que los revolucionarios iban a estar en una esquina muy transitada en un momento determinado. Apenas habían recorrido una cuadra por el barrio antes de que vieran a la policía jodiendo a dos jóvenes negros. El Club se arrimó en su furgoneta y se plantó, de pie en formación disciplinada vigilando y asegurándose de que los derechos de estos jóvenes no fueran violados de manera ilegal. Los cerdos policías no querían la atención y retrocedieron.
Lea el texto completo CÓMO PODEMOS GANAR — Cómo en concreto podemos hacer una revolución AQUI
Los jóvenes estaban aliviados, inspirados e intrigados. Los revolucionarios les retaron a entrar en la revolución. Los jóvenes dejaron en claro que apoyaban lo que los revolucionarios hacían, pero decían sin rodeos que no sabían lo que iba a significar unirse a la revolución y, “¿Qué quieren que hagamos, subirnos a su furgoneta en este momento?” El Club respondió que la esencia de la cuestión no era si desearan subirse a la furgoneta en efecto en ese instante, sino si ellos se relacionaran con la revolución. Más tarde resumimos que debíamos haber dicho nada más, “Sí, ¿por qué diablos no? ¿Qué posiblemente podrían andar haciendo en este momento que es más importante que entrar en la lucha para poner fin no sólo de su propia opresión sino a toda la opresión?”
Desde ese entonces, adoptamos ese enfoque más fuerte con varios otros jóvenes, con buenos resultados, ganándolos a participar en el acto, aunque sólo sea de formas incipientes. Ayer por la noche, por ejemplo, un joven que había venido acompañándonos un rato nos dijo: “De verdad tengo que considerar profundamente si seré parte del Club Revolución o no. No quiero hacerlo a menos que yo esté seguro”. “Así es”, le respondimos, “Más vale pensar muy profundamente sobre esto, pero lo mejor es hacer que sea rápido y es mejor que tomes la decisión correcta. Sinceramente, ¿qué posiblemente podría ser más importante que tú hicieras en este momento salvo hacer el trabajo necesario para entrar en la revolución la que podría acabar con la opresión y la explotación de todos los siete mil millones de personas en el planeta?” Nos quedamos en silencio mientras los segundos pasaban largos y él reflexionaba. “No se me ocurre nada”, respondió por fin, por lo que caminamos por la calle y nos sentamos en un McDonald’s. Muy entrada la tarde, él comentó: “Ustedes de veras han cambiado mi forma de pensar. Ahora pienso en todo el mundo, y no nada más sobre el dinero y mí mismo”.
De nuevo durante nuestra primera tarde en el barrio sur, en tan sólo las dos horas siguientes, el Club Revolución tuvo que plantarse dos veces más, ya que seguían topándose con situaciones en que los policías jodían a los negros. En cada ocasión, todos a los alrededores palpaban el poder de esta autoridad revolucionaria.
¡Dejen de matarse entre sí, y empiecen a luchar contra el verdadero enemigo y a hacer una revolución!
Llama la atención que en los barrios, casi todos, la primera vez que nos ven, dan por sentado que estamos presentes para “detener la violencia”. Cuando el Club por fin se estableció en la esquina con sus pancartas y megáfono, un gran grupo de estudiantes de secundaria caminaban por ahí y nos rodearon. “¡Déjennos decir algo, déjennos decir algo!”, clamaban y tomaban el micrófono. Cuando les preguntamos qué querían decir, exclamaron: “¡Alto a la violencia! ¡Alto a la violencia!”
Bob Avakian, "Un mundo mejor es posible", de la charla filmada REVOLUCIÓN: por qué es necesaria, por qué es posible, qué es. Este corto de la charla habla de los carceleros que obligaron a los presos a pelearse entre sí como gladiadores en la prisión estatal Corcoran, California.
Claro que es positivo el que muchos jóvenes de estos barrios deseen detener la violencia. Hablamos con un grupo de jóvenes amigos que han asistido a cinco entierros en los últimos meses. Pero nos ha costado trabajo diferenciarnos del movimiento “detener la violencia”. Queremos que nuestra gente deje de matarse entre sí y tenemos que explicarlo profunda y fuertemente con la gente, pero sabemos que eso sólo puede suceder, y sólo contribuirá a algo mayor, si es parte de unirse a la lucha para poner fin al presente sistema. Resonó muy hondo con ellos el vídeo del discurso de Bob Avakian de 2003 en el que él reta a los jóvenes a reconocer que cuando andan “regulando su esquina” en el barrio, el sistema los viene manipulando. Una y otra vez los jóvenes comentaron: “Él habla precisamente acerca de nosotros y lo que tenemos que hacer”.
Un chico joven, mientras empezaba a comprender en serio el objetivo por lo que nosotros luchábamos, nos dijo que creía que lo más importante para sacar a los otros jóvenes como él de la mentalidad pandillera sería darles un sentido de propósito mayor. Él se inspiraba, y creía que iba a ser posible inspirar a otros, siendo parte de algo tan liberador como una revolución.
Agitar, contender y elevar las aspiraciones de la gente
Un hombre mayor que se había detenido por ahí y se había portado muy amistoso cuando montamos nuestro puesto por primera vez, había comenzado a beber y esta vez cuando él se nos acercó, se puso a discutir muy fuerte. Estaba enojado con los blancos y los “extranjeros que ni siquiera hablan inglés”. Le respondimos muy fuerte: “¿Tienes alguna idea de por qué la gente viene a Estados Unidos desde otros países?” Hicimos agitación sobre las guerras y la dominación, los golpes de estado y escuadrones de la muerte, la explotación y empobrecimiento que Estados Unidos y otras potencias imperialistas infligen sobre otros países y cómo todo eso hace que la gente no pueda sobrevivir en sus tierras natales. Además, la gente huye de sus hogares desesperadamente y alguna gente viene a Estados Unidos, donde termina por tener que trabajar casi como esclavos en los campos, las cocinas, las empacadoras de carne y el trabajo de jornalero, muchos de ellos sin derechos, una vida a las sombras, cazados y luego separados de sus familias por las deportaciones en gran escala.
Una mujer de más lejos en la esquina se acercaba, asintiendo con la cabeza vigorosamente. El tipo que bebía seguía discutiendo fuerte pero viró su argumento por otro lado. “¡Exactamente!”, insistió, “¡Y de todos modos ¡ésta es una tierra de indígenas!” Un chico joven del barrio que había salido a estar junto a los revolucionarios claramente no había sabido todo esto y nuestra agitación lo conmovió visiblemente. Por lo que él intervino para recanalizar la ira del hombre mayor. En referencia a su declaración acerca de los indígenas, dijo: “Tienes razón, tú podrías hacer algo que importara si recorriera la calle diciéndole eso a la gente”. El chico tenía un buen estilo, lo que dejaba que el hombre mayor se salvara las apariencias, a la vez que luchaba con él a fin de sacarle lo mejor.
Una mujer joven que también había salido a sumarse a nosotros se percató de la pancarta que llevábamos que decía: “¡Las mujeres NO son putas, perras, sacos de boxeo, objetos sexuales o reproductoras! Las mujeres son plenos seres humanos”. Le pregunté por qué le gustaba, y me dijo que a las mujeres casi nunca les llaman por sus nombres y les faltan mucho el respeto. Dije que estaba de acuerdo pero no lo dejé allí no más, retomaba sus puntos, pero también hacía agitación sobre la forma en que se celebra y se bromea sobre la cultura del proxenetismo, de la esclavización brutal y venta de mujeres, de que todos saben lo que significa que los hombres califican a las mujeres por números como si su único valor es ser denigrada como un objeto sexual, qué tan degradante lo es el que los hombres se reúnen y se jactan de que se salen con la suya en su uso de los cuerpos de las mujeres, la manera en que las mujeres son objeto de golpizas e insultos, las formas en que las mujeres sufren violaciones y manoseos y las maneras en que las avergüenzan cuando tienen relaciones sexuales o si gozan en el acto sexual o si no quieren tener un bebé.
Era importante que a ella le gustara la consigna, pero no bastaba dejar las cosas así no más. La agitación y su respectivo contenido y convicción tuvieron un fuerte impacto sobre ella, y de nuevo expresaban nuestra moral y autoridad revolucionaria. Al levantar la vista, me di cuenta de que otra mujer se había acercado durante la conversación desde más allá sobre la calle.
Los primeros diez días... intensos y ricos en lecciones
En los diez días intensos que hemos estado aquí en Chicago, hemos hablado con una asamblea de estudiantes negros de secundaria con muchísimos que ya han pasado tiempo en la prisión... Nos hemos conectado con cientos de personas fuera de la Corte del Condado de Cook que están atrapados en el sistema de injusticia criminal... Hemos pasado tiempo propagando la revolución y participando en una profunda discusión con estudiantes de la Universidad de Chicago... Hemos estado en las devastadas calles de South Shore y Englewood... Hemos hablado en un micrófono abierto... Nos sentamos con las personas y empezamos a trabajar para alistarlas en el Club Revolución (en discusiones sobre la primera cita de cada capítulo de Lo BAsico y los Puntos de Atención para la Revolución), y mucho más.
Ayudamos a dirigir una protesta desafiante en las calles con motivo del 22 de octubre, el Día Nacional de Protesta para Parar la Brutalidad Policial, la Represión y la Criminalización de una Generación. Noche Díaz, uno de los miembros de la Gira Nacional, fue brutalmente arrestado junto con otras tres personas. No sólo no dejamos que lo anterior nos impidiera seguir marchando y haciendo que se oyera poderosamente nuestra resistencia, sino que tenemos planes de aprovechar este asalto policial indignante para movilizar a más personas para enterarse de esta Gira y unírsele, e insistir que se retiren todos los cargos en contra de nuestra gente.
En todo lo que hacemos, nos basamos en el análisis y enfoque científicos del folleto “CÓMO PODEMOS GANAR — Cómo en concreto podemos hacer una revolución”. Nos adentramos en todo eso con las personas, las movilizamos para difundirlo y organizamos a la gente para actuar en torno a él.
Al mismo tiempo, ha sido necesario, y sigue siendo necesario, que todos los que ya forman parte del Club y el movimiento para la revolución sigan profundizando su comprensión científica de por qué es que únicamente una revolución comunista puede resolver los problemas que enfrenta la humanidad. No sólo para “desmenuzarlo para los demás” sino para comprender con firmeza por nuestra cuenta por qué no es posible reformar el presente sistema de una manera fundamental y científica. Lo anterior se trata muy profundamente en EL COMUNISMO NUEVO de Bob Avakian así como en artículos como “Cómo funciona el presente sistema — y por qué hay que derrocarlo“, y hay que bregar con lo mismo mucho más profundamente y de manera continua.
Mitin “A Entrarle a la Revolución” el 29 de octubre
El sábado 29 de octubre reuniremos a personas de toda la ciudad para tomar partido con esta revolución y dar un gran salto hacia adelante, desde donde cada persona se encuentre, a su nivel de participación, comprensión y partidismo con esta revolución. El mitin tratará el tema “¡Estados Unidos NUNCA ha sido grandioso! ¡Tenemos que derrocar, y no votar por, el presente sistema!”
En el trabajo de conectarnos con muchos diversos sectores de la población, ponemos especial atención a activar a las y los jóvenes de las calles más duras de Chicago: movilizarlos para que dejen de luchar y matarse entre sí y al contrario, tomen partido juntos a medida que le entren y hagan suya la lucha contra el verdadero enemigo, la lucha por hacer una revolución y alcanzar un mundo mucho mejor. En preparación, el jueves 27 de octubre por la noche, celebraremos un Acto Organizativo “A Entrarle a la Revolución” en la Universidad de Chicago. Pronto diremos más acerca de las universidades.
Para repetir, nos encontramos en las etapas iniciales de la Gira. Seguimos aprendiendo, los brotes de nueva organización y fuerzas revolucionarias que hemos comenzado a hacer nacer son muy pequeños y todavía muy frágiles, y todavía no sabemos para nada lo suficiente acerca de lo que se necesitará para sostenerlos y expandirlos cualitativamente. No obstante, ya hemos comenzado, y es un verdadero comienzo. Que ustedes esperen recibir muchas más noticias de nosotros en los días, semanas y meses por venir.
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