Los “hechos alternativos” de Trump acerca de los refugiados contra la verdad

Estados Unidos y otras potencias imperialistas crearon 60 millones de refugiados y no se les debe permitir someterlos a la satanización, discriminación y deportación

1° de febrero de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

El viernes 27 de enero, el presidente Trump emitió una orden ejecutiva que prohíbe por 90 días que todos los refugiados de todo el mundo entren a Estados Unidos y prohíbe indefinidamente a las personas de Siria. Además, suspendió por 90 días, a todos los inmigrantes de Irán, Irak, Somalia, Yemen, Libia, Siria y el Sudán, países en su mayoría musulmana. (Véase “La orden ejecutiva de Trump que ataca a los refugiados: El "escrutinio extremo" = la crueldad y el racismo extremos, con una lógica genocida”)

Los “hechos alternativos” fascistas de Trump contra las realidades de la crisis de los refugiados

La orden de Trump afirma que estos pasos son necesarios “para asegurar que aquellos que han sido aprobados para que entren como refugiados no representen una amenaza a la seguridad y el bienestar de Estados Unidos”. Trump advirtió que muchos podrían ser “terroristas islámicos radicales” que representan un peligro para la gente en Estados Unidos. Le dijo a la ABC que aquellos a que la orden prohíbe entrar son personas que “van a entrar y causarnos tremendos problemas”. Declaró: “Son el ES”.

Estos “hechos alternativos” trumpistas son descaradas mentiras. Los refugiados no ponen en peligro a la gente en Estados Unidos. Es Estados Unidos el que pone en peligro a decenas de millones de personas en todo el mundo y el que es más responsable que cualquier otro país de la mayor crisis global de refugiados de la historia. Y ahora el régimen fascista de Trump tiene en la mira y vilipendia a las víctimas para justificar una escalada radical de esta atrocidad y ultraje humanitario global.

Durante la última década, ha venido surgiendo un tsunami, un tsunami de seres humanos que en la actualidad constituye un promedio de unos 42.500 al día, obligados a huir para salvarse la vida debido a la guerra, el terror, la persecución y la creciente devastación ambiental, en una desesperada búsqueda de seguridad y refugio en cualquier lugar que puedan. Este diluvio de desplazamientos ha alcanzado un total de más de 60 millones de personas. ¡La mitad de ellas son niños!

¿Qué tienen en común la inmensa mayoría de estos refugiados: los 12 millones de sirios, los casi cuatro millones de afganis, unos cinco millones de iraquíes y 15 millones del África subsahariana? Están huyendo de las regiones donde el imperialismo ha hecho que la vida sean un infierno como resultado de década tras década de explotación y saqueo, de respaldar a regímenes de tortura y ahora los más de 15 años de la llamada “guerra contra el terror”, en realidad una guerra del imperialismo. Esta guerra les ha quitado la vida a millones de personas directa e indirectamente. Ha avivado las llamas del reaccionario terror yihadista islámico reaccionario, lo que ha creado sus propias pesadillas para el pueblo. Uno de los principales factores impulsores del tsunami de refugiados globales: la invasión estadounidense a Irak en 2003, una guerra ilegítima y criminal basada en mentiras. La que provocó la muerte de cientos de miles de iraquíes, desplazó a más de 4 millones de personas de sus hogares y convirtió a Irak en el lugar de nacimiento del Estado Islámico/ES.

Unos refugiados llegan por bote inflable a la isla griega de Lesbos, 2015Unos refugiados llegan por bote inflable a la isla griega de Lesbos, 2015. (Foto: AP)



Bob Avakian sobre "¿Por qué viene gente de todo el mundo?" de REVOLUCIÓN: Por qué es necesaria, por qué es posible, qué es

Las sequías causadas por el calentamiento global y el cambio climático también están impulsando cada vez más la migración global y los refugiados. Estados Unidos y otras potencias imperialistas arrolladoramente están engendrando la crisis climática, pero sus efectos se sienten de manera más inmediata y devastadora en los países empobrecidos y oprimidos, como en el norte de África y en el Medio Oriente. Se calcula que “hacia 2050, debido al cambio climático, de 50 millones a 200 millones de personas —principalmente campesinos de subsistencia y pescadores— podrían resultar desplazados” (New York Times, 16 de mayo de 2016).

Estos millones de refugiados huyen desesperadamente de unos horrores que una mayoría demasiado grande de los estadunidenses no pueden (o se niegan a) imaginar: para salvarse la vida y la vida de sus seres queridos. Llevan niños pequeños y las pertenencias que puedan llevar, cruzando desiertos muy áridos, fronteras peligrosas, mortales zonas de combate, se arriesgan la vida en frágiles balsas de hule en alta mar, para encontrar refugio y sustento, y no para cometer actos de terrorismo.

¿Los refugiados son un peligro? Roger Cohen, un columnista del New York Times, explica: “Un estudio del Cato Institute sobre los refugiados admitidos en Estados Unidos entre 1975 y 2015 halló que la posibilidad de que un estadounidense sea asesinado en un atentado terrorista cometido por un refugiado es de 1 por 3.64 mil millones”. En otras palabras, un peligro muchííísimo menor que el de morir en un accidente de tránsito o en un tiroteo en masa por un estadounidense desquiciado — o el de ser asesinado por un policía rabioso.

Estos refugiados son unas de las personas más valientes y abnegadas de la Tierra. No obstante, las satanizan y deshumanizan los fascistas trumpistas que son una verdadera escoria de la Tierra. Los medios noticiosos como Breitbart e InfoWars riegan “falsas noticias” de que los inmigrantes del Medio Oriente propaguen enfermedades y violen a mujeres y las amenacen con la mutilación genital. Todo eso tiene paralelos reales con la manera en que se inició el Holocausto — con mentiras y no de inmediato con los campos de concentración, con los vilipendios y la deshumanización de los judíos como una plaga, portadores de enfermedades, radicales anti-alemanes y comunistas, etc.

Trump y Pence: Hacen que sea muchísimo peor la posición racista e inhumana de Estados Unidos acerca de los refugiados

Los fascistas Trump y Pence insisten que las fronteras de Estados Unidos han estado muy abiertas para todos, incluidos los “terroristas islámicos”. Otro “hecho alternativo”/mentira. La realidad es que las fronteras de Estados Unidos nunca han estado muy abiertas, ni siquiera bajo Obama, sino que han estado muy fuertemente cerradas a la inmensa mayoría de la humanidad que huye de las guerras, persecuciones y horrores ambientales de los que Estados Unidos es responsable de la parte del león.

De los cinco millones de refugiados sirios, Estados Unidos recibió a meramente 10.000 en 2016. De los 60 millones de refugiados del mundo, en su mayoría terminan en los países relativamente pobres como Turquía, Irán y Pakistán. Según el New York Times: “Uno de cada cuatro refugiados ahora encuentra refugio en los países más pobres del mundo; Etiopía y Kenia reciben a muchos más refugiados que, digamos, Gran Bretaña y Francia”. Piense en lo siguiente: las potencias capitalistas del mundo se han enriquecido mediante la dominación y saqueo de los países más pobres del mundo. A la vez, cuando es imposible sobrevivir a la pobreza, las guerras y la opresión y la gente huye en busca de un refugio seguro, esos mismos países imperialistas les cierran la puerta de un golpe y obligan a los países empobrecidos a lidiar con la crisis.

El sábado 28 de enero por la noche en los aeropuertos en todo Estados Unidos empezamos a tener un vistazo de los saltos en la singularización de poblaciones enteras que ha puesto en marcha el régimen de Trump y Pence. De repente, sin ninguna advertencia, amenazaron con separar para siempre a las personas de sus familias en el Medio Oriente, a impedir que jamás vuelvan a visitar a sus familiares o que sus familiares visiten Estados Unidos. Los estudiantes que volvían de las vacaciones no podían entrar en Estados Unidos. Incluso estaban en la mira de Trump los portadores de una mica (tarjeta verde), residentes legales de Estados Unidos: detuvieron a 375, al menos temporalmente, si habían llegado desde los países prohibidos. En otras palabras, impiden entrar a Estados Unidos por sospecha de ser un terrorista a cualquiera que proviene de una vasta parte del Medio Oriente y que es musulmana — etiquetan a toda la población de nueve millones de musulmanes que viven en Estados Unidos. (Ya se han reportado muchos crímenes de odio contra los musulmanes en Estados Unidos; en el más reciente, el sábado 28 de enero por la noche un incendió redujo a cenizas una mezquita en Victoria, Texas, que había sido objeto de amenazas en el pasado).

La prohibición contra los musulmanes, la reconfiguración fascista de Estados Unidos y el peligro de una guerra

Todo lo anterior es una parte de una reconfiguración fascista más amplia, más letal y siniestra de Estados Unidos que Trump y Pence tratan de realizar a la fuerza. Veamos una dimensión: la orden de Trump discrimina contra los musulmanes que entran a Estados Unidos y favorece a los cristianos. En otras palabras, impone lo que se llama una “prueba religiosa” para entrar a Estados Unidos. “El documento no menciona de manera explícita ninguna religión”, informó el New York Times. “Por otro lado, establece un criterio descaradamente inconstitucional al excluir a los musulmanes mientras le otorgar a los funcionarios del gobierno la discreción para admitir a las personas de otras creencias” — en otras palabras, los cristianos.

(Trump le dijo a la Christian Broadcasting Network [cadena de televisión cristiana] que bajo los anteriores presidentes: “Si uno fuera musulmán, podría entrar [a Estados Unidos], pero si fuera cristiano, era casi imposible”. Una mentira más. “En realidad, Estados Unidos acepta a decenas de miles de refugiados cristianos”, informa el New York Times. “Según el Pew Research Center [Centro de Investigación Pew], en el año fiscal de 2016 admitieron casi el mismo número de refugiados cristianos [37.521] que refugiados musulmanes [38.901]”).

Como analiza revcom.us, la "prueba religiosa" incluida en su orden ejecutiva es una parte de un programa fascista más amplio: "Trump y los teócratas cristianos en su gabinete de vampiros se proponen imponer una identidad explícitamente cristiana sobre Estados Unidos e incorporarla en la política estadounidense". (Véase también "Hay vidas en juego… ¿Qué lado ganará? Los primeros días de Trump: La mano dura del fascismo y la chispa de la resistencia").

Trump tilda a estos refugiados de presuntos terroristas —hasta que se pueda probar lo contrario— y tilda en general de terroristas y miembros de una "religión radical" que su asesor de seguridad nacional Michael Flynn llama "un cáncer" a los más de 200 millones de personas que viven en los países enumerados en su orden ejecutiva así como a los 1.600 millones de musulmanes del mundo. Además, Flynn se ha esmerado en singularizar a la República Islámica de Irán, uno de los países enumerados en la orden ejecutiva de Trump.

De manera ominosa, mientras Trump comanda a sus generales a preparar nuevas opciones militares en el Medio Oriente, también hay que ver su orden ejecutiva como una parte de sentarlas bases para escalar la matanza estadounidense —lo que incluye el genocidio— a los pueblos de Medio Oriente y más allá en nombre de “erradicar el terrorismo islámico radical de la faz de la Tierra”.

Todo esto azuza y agrava más el choque reaccionario entre el imperialismo anticuado y el fundamentalismo islámico anticuado, un choque que ha causado tanta miseria, sufrimiento y muerte en toda la región, sobre todo desde que Estados Unidos lanzó su “guerra contra el terror” en 2001. De hecho, si el objetivo fuera el de intensificar esta contradicción, Trump no podría haberlo hecho de manera mejor que con sus últimas acciones.

Ninguna actividad de costumbre en los aeropuertos, y la expulsión de Trump y Pence

El sábado 28 de enero, con un comienzo en el aeropuerto JFK de Nueva York y de ahí con un veloz propagación por todo Estados Unidos en los aeropuertos de Houston, San Francisco, Dallas, Salt Lake City, Denver, Chicago, Washington, D.C., Portland, Newark, Seattle-Tacoma, Boston, San Diego, Minneapolis-St. Paul, Milwaukee y Los Ángeles, la gente justamente alteró la actividad de costumbre ahí para denunciar y detener la prohibición contra los musulmanes y los refugiados. (El sitio web Brietbart inmediatamente atacó a las protestas bajo el titular clamoroso tipo “hecho alternativo”: “El grupo conectado con el terror, CAIR, causa caos y promueve protestas y demandas, mientras Trump protege a la nación”).

Estas fueron acciones muy importantes y mostraron el amplio potencial de movilizar rápidamente a muchos miles de personas. Pero la orden ejecutiva de Trump todavía está en vigor, su régimen todavía está en el poder y todavía está defendiendo agresivamente sus acciones y está luchando por avanzar. Así que hace mucha falta el que la gente (especialmente aquellos que no son musulmanes y no son del Medio Oriente) siga defendiendo a los que están bajo ataque, propagando esta lucha a más personas y más lugares y construyéndola como parte de un movimiento de millones de personas que dicen ¡NO!, y que estén decididas a expulsar del poder el régimen ilegítimo de Trump y Pence.

       

¿Cómo lidiaría una sociedad humanitaria y emancipadora con los refugiados?

El bárbaro e infrahumano trato que Estados Unidos le da a las personas de todo el mundo que más necesitan ayuda, suscita la pregunta: ¿Qué es la alternativa? ¿Cómo sería una manera humana de lidiar con el desplazamiento de millones de personas?

Respuesta: Con los objetivos, los métodos, la cultura y la moralidad que están diametralmente contrarios a los del régimen de Trump y Pence, el que es una expresión extrema de la naturaleza esencial del capitalismo-imperialismo estadounidense.

No hay manera de que Estados Unidos jamás podría compensar o pagar a las masas por la muerte, destrucción y sufrimiento que les ha causado en todo el mundo, y que sigue causando en particular en los países que ha devastado en el norte de África, el Medio Oriente y Asia central.

Incluso un estado socialista revolucionario auténtico no podría resarcir por completo los siglos de horrores que Estados Unidos ha infligido a la gente. Pero un estado revolucionario socialista en el camino hacia el comunismo trabajaría y lucharía para superar las cicatrices que esta monstruosidad imperialista ha dejado sobre el mundo y sus habitantes. Semejante estado partiría de una perspectiva totalmente diferente y actuaría para hacer enormes cambios para parar esos horrores y para crear un mundo en el que nunca pudieran volver a darse. Semejante estado revolucionario pondrían el mundo y la emancipación revolucionaria de toda la humanidad ante todo, y no “mi país”. Y no conservaría ninguna forma de opresión o posición privilegiada con relación a otros pueblos o países.

Entre muchas otras cosas, semejante estado no intensificaría el saqueo, la conquista militar y la destrucción ambiental que impulsan la crisis de refugiados en el mundo de hoy, sino que actuaría para ponerles fin como parte de arrancar de raíz el sistema capitalista-imperialista del que surgen esos horrores. Y su orientación inmediata, en las relaciones exteriores, la cultura, la educación, la moralidad y la toma de decisiones económicas, sería la de apoyar y ayudar a las personas en todo el mundo en la lucha contra la opresión y de construir una sociedad que pondría la humanidad ante todo, y lo Estados Unidos.

Lo anterior no es un sueño — es real, y realizable, y se expone en muchísimo detalle en la Constitución para la Nueva República Socialista en América del Norte, escrita por Bob Avakian y adoptada por el Comité Central del Partido Comunista Revolucionario. Hoy, todos deberían tomar parte y fortalecer la resistencia inspiradora que hoy se está librando en todo Estados Unidos contra la prohibición fascista declarada por el régimen de Trump y Pence; y al hacerlo también deberíamos bregar sobre lo que sería necesario para realmente ir más allá de un mundo de semejantes horrores.

La vida de los estadounidenses no es más importante que la de la gente de otros países.

— Bob Avakian, Lo BAsico 5:7

 

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