Al saliente procurador federal Zachary Fardon al dejar su cargo en Chicago:

Adiós… y ¡VÁYASE AL CARAJO!

21 de marzo de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

Trump le dijo al procurador federal principal para la región de Chicago, Zachary Fardon, que renunciara. Fardon se soltó a decir lo que opina de verdad que se deba hacer en Chicago. ¿Qué verdades soltó?

Oy, oy, oy, píntele al cerdo con lápiz de labios, oy, oy, oy.

Los funcionarios del sindicato policial y blogueros policiales aplaudieron, “creíamos que quizás él estuviera en nuestra contra pero ahora sabemos que en realidad es uno de nosotros”. Trump no se dio cuenta qué sirviente tan leal tenía con ese procurador. Fardon, como procurador nombrado por Obama, se expresó de salida con el fin de contrariar al informe revelador de Departamento de Justicia (DOJ, por sus siglas en inglés) sobre el Departamento de Policía de Chicago (DPCh) y de atacar hasta las reformas débiles que el DPCh supuestamente debe instituir.

Fardon participó en el informe del DOJ respecto al DPCh racista y brutal. Y si bien él dice apoyar sus conclusiones, sus palabras salientes encomian a la policía, atribuyendo cualquier problema a una que otra manzana podrida, una cultura arraigada y la falta de entrenamiento. Pues, ¿cómo se imaginan Fardon y semejantes personas que esa cultura racista y brutal se arraigó durante décadas? Porque entrenan a la policía a hacerlo, y eso corresponde a su papel que es ocupar comunidades enteras y reprimirlas.

Han salido muchas denuncias en los últimos años que muestran cómo han arrollado con todo esfuerzo de “cambiar la cultura” desde dentro del departamento. Code of Silence [Código de Silencio] documenta las amenazas intensas contra dos policías y sus familias porque durante años ellos venían pidiendo que las autoridades policiales intervinieran en un “chanchullo extorsionista” dirigido por los cerdos policías en un multifamiliar público en Chicago. También, despidieron a un policía con 25 años de servicio, un investigador superior en la veeduría independiente (IPRA), porque se negó a cambiar un informe que dijo que la balacera que mató a LaQuan McDonald no fue una “buena” balacera. La policía mató a McDonald en 2014.

Efectivamente, los policías son altamente entrenados — entrenados a matar, a considerar a los negros como “una plaga” (según las palabras del ex comandante policial Burge), a incriminar, a acusar falsamente, a dar testi‑MENTIRAS. Además, los respaldan las cortes, los fiscales del municipio y el gobierno a cada nivel. Fardon dice que trabajó cientos de horas sobre el caso de los más o menos ocho otros policías en el lugar del asesinato de LaQuan McDonald —los cerdos policías que encubrieron y falsificaron la evidencia— pero no logró acusar a ninguno de ellos. Pues, ¡váyase al carajo, Fardon!

Fardon se queja de que los policías andaban con demasiada cautela después de la divulgación del video del asesinato policial de LaQuan McDonald, por temor de ser el próximo policial grabado en video. ¡Chilló que la policía ya no puede parar a las personas sin hacer un informe! Eso fue un ataque contra un acuerdo entre la ACLU (Unión Estadounidense por las Libertades Civiles) y el DPCh en aras de parar la etiquetación racial desenfrenada, que era aún más generalizada que la práctica controvertida del parar y registrar de la Ciudad de Nueva York. Por ejemplo, la ACLU concluyó en 2014: “Los agentes del DPCh pararon y registraron a más de 700 personas en la calle, incidentes que no resultaron en el decomiso de ninguna arma ni en un solo arresto” [nuestro énfasis]. La ACLU respondió a la carta de Fardon: “El Sr. Fardon desconoce el impacto y el daño concretos de esos incidentes… a menudo eran invasivos… los agentes meten mano en la ropa de una persona — y entrometidas, en que paran repetidamente a la misma persona. Pararon y registraron a estas personas regularmente sin suficiente motivo constitucional…” Fardon desconoce que por ley la policía no tiene ningún derecho de parar a una persona sin sospecha fundada ni de obligar a las personas a detenerse y hablar con ellos. Ahora, para colmo, Fardon recomendó que se violara el derecho de libertad de expresión de la I Enmienda, al instar a espiar fuertemente en las redes sociales y usarlo para enjuiciar a los jóvenes por lo que dicen en línea. Pues, ¡váyase al carajo, Fardon!

BAsics 1:13

Una de las cosas más escalofriantes que dice Fardon mientras finge preocuparse por los programas para ayudar a los jóvenes en las comunidades urbanas marginadas es cuando los muchachos de solamente 10, 11 ó 12 años de edad lleguen a afiliarse con una pandilla, en tal caso: “Una vez ocurrido, ya es tarde; su futuro está sellado”. Piensen en la clase de sujeto tan frío que dice eso acerca de muchachos. Las calles no sellan el futuro de estos muchachos; lo sella antes de que nazcan un sistema que no les ofrece ningún futuro en absoluto y así les dice de un millón de formas. Por esto, otra vez, váyase al carajo, Fardon (Vea BA sobre No más generaciones de nuestra juventud…).

Algo más: Fardon pide combinar todos los esfuerzos de los organismos federales como la DEA, el FBI y el ATF en una fuerza de tarea para ir sobre la violencia en las calles. Si usted quiere ver cómo se ve esto, lea sobre la operación encubierta racista del ATF en la región de Chicago, donde hostigan despiadadamente a un ex preso negro para que él se comprometa a atacar a una casa donde una pandilla guarda droga. Pues, una vez más, ¡váyase al carajo, Fardon!

¡Y este era el procurador nombrado por el demócrata liberal Obama! Es muy difícil distinguir entre el llamado de Fardon para más policías, juicios y castigos, y lo que el régimen de Trump y Pence tiene planeado para el pueblo negro. El Fardon saliente está lanzando una embestida contra las reformas muy débiles que recomienda el informe del DOJ y la ACLU. La única diferencia entre Fardon y un nombrado de Trump quizá sea la opinión de Fardon de que no es buena idea meter la Guardia Nacional para encerrar con barricadas a comunidades enteras porque se verá como una declaración de guerra contra la población. Más bien, quiere inundar las comunidades con entes policiales y federales que combinan sus recursos y dejarlos aterrorizar a la población con impunidad. Oy, oy, oy.

Por lo que, a Zachary Fardon, con motivo de su salida de Chicago, le decimos atentamente: ¡VÁYASE AL CARAJO!

 

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