Algunas ideas sobre la lucha contra el enfoque fascista de la verdad

31 de diciembre de 2017 | Periódico Revolución | revcom.us

 

De un lector:

El 13 de septiembre de 2017, el ex secretario de prensa de la Casa Blanca, Sean Spicer, apareció en el show de entrevistas de televisión, Jimmy Kimmel Live [Jimmy Kimmel en vivo]. Quién sabe el motivo de Kimmel al invitarlo — tal vez que Spicer fuera a disculparse por ser un promotor de Donald Trump, por presentar mentiras como hechos, o tal vez fuera a denunciar algunas de las mentiras de Trump. Para nada.

En representación de un ejemplo perfecto de conciliar, colaborar, acomodarse al fascismo y normalizarlo, Kimmel le presentó preguntas y desafíos tímidos y permitió que Spicer desviarlos. Spicer dijo que no iba a distanciarse de Trump, que Trump “tiene buen corazón”, y que era el deber de Spicer “representar la voz del presidente”. En otras palabras, como un buen nazi, Spicer solo siguió órdenes. Siendo un lameculos de poca monta sin valentía moral, nada de esto es sorprendente.

Pero la declaración más reveladora de Spicer fue la siguiente: Cuando se le preguntó si los hechos son hechos, Spicer dijo que la gente puede “mirar una serie de hechos y llegar a conclusiones distintas, opiniones distintas”, y “No estar de acuerdo con los hechos es lo que hace que nuestro país tenga grandeza”. Esta mierda concuerda completamente con la ideología burguesa y su definición de la “libertad de expresión” y concuerda completamente con el enfoque fascista de la “verdad”.

Lo que Spicer vende aquí es la filosofía de que las ideas de cada persona son su propiedad personal, todas las ideas son válidas en el “mercado de ideas”, y las ideas que salen ganando deben ser la verdad. Pero una verdadera búsqueda de una comprensión más profunda de la realidad y de la verdad no es un objetivo del “mercado de ideas”. No cuestiona el hecho de que algunas ideas tendrán más peso e importancia porque provienen de personas en posiciones de autoridad o con más prestigio, y que el resultado, en última instancia, no es la verdad, sino que “no hay razón como la del bastón”.

Bob Avakian ha hecho un trabajo serio para desarrollar un enfoque científico de la epistemología porque la forma en que las personas piensan puede o iluminar o paralizarlas. En el pasaje recién publicado de El comunismo y la democracia jeffersoniana (revcom.us # 509), dice:

Comprender la importancia de la “batalla entre las ideas”, y de no suprimir las ideas impopulares o no convencionales, a fin de tener el proceso más rico en la búsqueda de una comprensión de la realidad, y para que la gente en la sociedad sienta que tiene aire para respirar y espacio para ser “diferente” y expresar ideas diferentes: esta es una dimensión crucial de una sociedad del tipo en la cual queremos vivir y en la que las masas populares realmente florecerían; y es también crucial a fin de llegar a la verdad en términos fundamentales. Pero hay una enorme diferencia, una diferencia crucial, entre eso y la noción de que las ideas de cualquier individuo son su propiedad privada y que en efecto, deberían operar en competencia con otras personas y sus ideas — que todo esto debería competir en un “mercado de ideas” para ver quiénes pueden, para decirlo escuetamente, exigir el más alto valor de intercambio. Esto no es lo mismo que determinar cuál en realidad contribuye más a llegar a la verdad, y no es simplemente un reconocimiento de la forma en que la contienda entre ideas ayudará a crear el ambiente adecuado para una sociedad del tipo que queremos, sino que da expresión a la noción de las ideas como mercancías, la competencia para exigir una mayor remuneración, en una u otra forma (aunque esto no siempre sea directamente monetaria). Así que, además, los conceptos y la práctica de los “derechos de propiedad intelectual” son una extensión de la idea de “el libre mercado de ideas”, o están vinculados con dicha idea.

Un ejemplo perfecto del “mercado libre de ideas” en el que “no hay razón como la del bastón” es la batalla por Berkeley. Para proteger el derecho de los fascistas a expresar ideas que se han comprobado que eran falsas, las autoridades universitarias impusieron una fuerte presencia policial sobre el campus y les ofrecieron a los fascistas miles de dólares para presentar su discurso. El artículo de Sunsara Taylor del grupo de articulistas de revcom.us (revcom.us # 508 y # 509), “¿La “libertad de expresión” TRIUMPFA sobre lo demás? Una respuesta a la rectora Carol Christ de la Universidad de California-Berkeley”, analiza estas ideas democrático-burguesas sobre la libertad de expresión y el “mercado de ideas” y muestra el daño concreto que hacen los fascistas en nombre de la “libertad de expresión”. Hay que estudiar todo este artículo por la forma incisiva en que desmiente estos argumentos y llega al meollo del asunto:

Así funciona un “libre mercado de ideas” en la sociedad capitalista y es un buen ejemplo de por qué en la práctica concreta, ese “mercado”, como el mercado capitalista que le da su metáfora, reproduce las relaciones de poder y dominación, silencia a los que no tienen poder y contribuye a la ignorancia y/o el pensar reaccionario sobre importantes cuestiones políticas y sociales. Ante el financiamiento masivo, los centros de investigación, y el control de los medios de comunicación y del mundo académico, las personas que representan a los desposeídos, en la mayoría de los casos, efectivamente no tienen voz y están marginados a menos que adapten sus ideas a esos intereses dominantes.

Es más, es muy equivocado pensar que la libre contestación de ideas opuestas y la oportunidad de pensar críticamente y “comparar y contrastar” SOLO ocurre por medio de la actividad ordenada y respetuosa: En casos en que, ante una desproporción de poder, influencia y respaldo oficial de un lado de la contestación (e.g., estos fascistas, que tiene el respaldo de la administración universitaria y se apoya en las ideas prevalecientes de las instituciones dominantes de la sociedad), el otro lado (en este caso los estudiantes, relativamente sin poder) eligieron expulsarlo en vez de discutir de manera respetuosa y ordenada, eso puede de hecho resultar en MÁS discusión muy vigorosa de las ideas contestadas en el período subsecuente. Tal como se dice en “La controversia de Middlebury: Puntos de orientación”: “Definitivamente una protesta correcta puede alentar más discusión y contestación, y ¡es un mito que esto sólo sirve para ‘suprimir’ las ideas!

Estas cuestiones ideológicas: la naturaleza de la verdad y cómo lograrla contra el “mercado de ideas”, la necesidad del pensamiento crítico y de oponerse a la ideología opresiva, de hecho fascista, contra el intercambio respetuoso de ideas con los fascistas — estas son algunas de las cuestiones ideológicas que el partido y Rechazar el Fascismo enfrentan mientras decimos NO al fascismo en nombre de la humanidad y construimos un movimiento que debe crecer y poner fin al régimen de Trump y Pence.

 

 

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