El reto histórico-mundial que enfrentamos:

“Muy tarde” ya podría llegar en un día cualquiera

11 de enero de 2018 | Periódico Revolución | revcom.us

 

¡Discúlpenme por haber tardado en escribirles! Se me ha dificultado alejarme de las actividades y tener el tiempo para poner las cosas en perspectiva y reflexionar.

El discurso de resumen de RF (Rechazar el Fascismo) era muy materialista, y ¡muy iluminador por ser materialista! Si bien hemos estado bregando con toda una serie de contradicciones con las que nos hemos topado —la normalización y el temor, las ilusiones democráticas y los caminos falsos, la incapacidad de las personas de atar cabos y reconocer el fascismo, el chovinismo pro estadounidense, la ignorancia sobre el papel de la protesta— el discurso puso esas contradicciones en el contexto de esa contradicción más profunda, y eso ayudó a explicar su influencia.

Por un lado: lo anormal y lo extremo del régimen de Trump y Pence, y por lo tanto la repugnancia que suscita entre las personas. Por otro lado: la normalidad de la vida de la mayoría de las personas (en particular de la clase media) —que se deriva de la relativa estabilidad de Estados Unidos durante todo un período de tiempo (y del dominio imperial estadounidense de la pos Segunda Guerra Mundial)— y el estilo de vida habituado y los canales normales de hacer la política. Todo esto mientras la normalidad empieza a deshacerse y deshilacharse en todos sus aspectos*.

Como dice el discurso: “Hay una aguda contradicción entre la profunda e intensa repugnancia de la gente por Trump y Pence y todas las cosas horripilantes que han hecho, y, por otro lado, sus falsas ilusiones que se derivan de su vida relativamente estable, su experiencia y su creencia en el funcionamiento estable del gobierno, sus instituciones y sus procesos”.

Y por eso las personas se aferran desesperadamente a la creencia de que se pueda lidiar con las cosas mediante esos procesos, y de una manera que evite el trastorno que se requiere, lo que ellas no desean y, en muchos casos, ni siquiera pueden imaginar. ¡Es una relación dialéctica muy dinámica entre la estabilidad y las ilusiones! La ilusión de que alguien allá arriba vaya a lidiar con este problema les exime del deber de hacer algo, y el deseo de seguir con la vida personal como siempre, alimenta las ilusiones de ese tipo… sean los “controles y contrapesos”, las elecciones, los generales, Mueller, la fe metafísica de que no es posible que esto ocurra aquí, y/o que algún gran árbitro inexistente no permitirá que las cosas vayan a los extremos. Esto lleva a todo tipo de degeneración moral. La aceptación de los “horrores que uno conoce en lugar de los horrores que no conoce”. La normalización, la complacencia, la complicidad y hasta la colaboración, cuando la gente apuesta a la esperanza de que los horrores no les toquen a ellas ni a sus seres queridos. Cuando la gente se retrocede a la política “local”, ¿¡no es eso simplemente otra manera de decir: Que Trump pueda matar a millones de coreanos, prohibir a los musulmanes, construir muros contra la entrada de los latinos y otra gente de color, saquear los ecosistemas y las tierras indígenas, mientras yo simplemente me preocupo de mí mismo y de las personas que me importan!?

La gente hace toda suerte de maromas con tal de hacer cuadrar la realidad con su esperanza de que se pueda resolver las cosas de una manera más fácil… dándole la espalda a la realidad más amplia, minimizando el peligro, exagerando la lastimera situación de “la resistencia”. Acuérdense cuántas personas dijeron, cuando Trump tomó posesión, que él no iba a durar ni un mes, luego dijeron ni tres meses, luego ni seis meses. Recientemente, después de la formulación de cargos contra Flynn, Colbert se está divirtiéndose mucho con sus chistes sobre los overoles anaranjados y las esposas las que Trump y sus compinches pronto traerán puestas. Cuesta trabajo creer que, a estas alturas, alguien todavía pueda sacar risas con chistes autocomplacientes de ese tipo — ¡las ilusiones son una droga fuerte!

¿¡Qué se puede decir de los estudiantes que se preocuparon tanto de si se interrumpieran sus clases por las protestas contra el fascismo, y más que nada querían que los dos lados simplemente desaparecieran para que pudieran meter la nariz en un libro de nuevo!? Pues en vista de este resumen de Rechazar el Fascismo, BA le dio en el clavo con su reto sobre orden o justicia (corto en inglés).

¿Cómo explicar de otra forma lo fuertemente que se aferran estos intelectuales democráticos burgueses al principio fundamental (para ellos) de la “libertad de expresión”, al no ser por su temor al trastorno y su deseo de resolver las cosas por medio de los canales normales? Se comportan como si se tratara de Baldwin contra Buckley de 1965 (esto salió recientemente en un panel de discusión en la Universidad de California-Berkeley [UCB]), en vez de Milo/Coulter como Goebbels en 1933. Dicen ridiculeces como: la verdad triunfará en un libre intercambio de ideas. Los bárbaros atacan los portones con arietes, mientras estas personas se esconden del contexto y las relaciones de poder concretas, usando el razonamiento formalista ahistórico y se aferran a lo que creen que le da grandeza a Estados Unidos. Cuando [la rectora de la UCB Carol] Christ y [el decano de la Escuela de Derecho de la UCB Erwin] Chemerinsky se encontraron en frente del cañón de las amenazas de Trump de cortarles los fondos y el asalto de Milo/Coulter/Bannon y la serie de batallas con golpeadores fascistas en el centro de Berkeley, capitularon por completo. El argumento fundamental de Chemerinsky de por qué hay que permitir que hablen estos fascistas es: es la ley y nos demandarán si tratamos de impedírselo. (¡Vaya qué posición tan ruin! Además, es problemático en la esfera del derecho, como señaló john powell [un profesor de la Escuela de Derecho de la UCB], porque de hecho hay diferentes derechos y leyes en contradicción entre sí, incluso dentro de la Primera Enmienda. De hecho, la universidad hizo mucho más que lo requerido por la ley para facilitar que vinieran los fascistas, ¡al mismo tiempo que violaron los derechos a la libertad de expresión de los opositores al fascismo! Debemos hacer una polémica sobre este tipo, especialmente porque él está estableciendo la política universitaria, básicamente, no solamente en la Universidad de California sino en todo Estados Unidos). Chemerinsky también agrega que cualquier supresión de la “libertad de expresión” sólo ayudará a que los fascistas se describan como víctimas, y al final cualquier restricción a la libertad de expresión será usada contra la “izquierda”. La lógica de todo esto es que la única manera de mantener el orden es ceder a las demandas de los fascistas. Incluso las personas que se oponían a la llegada de los fascistas y a la posición de la universidad planteaban sus argumentos en términos de orden y estabilidad — de proteger la capacidad de los estudiantes de continuar sus estudios en paz.

Al mismo tiempo, la realidad de la situación continuamente se impone y vuelve a imponerse, y horroriza y sacude de nuevo a la vida política a la gente que quizás se haya apartado por un tiempo. Esto ha sido un proceso dinámico y contradictorio durante el último año, con las sacudidas importantes de la primera prohibición contra los musulmanes y especialmente Charlottesville, el creciente auge de repugnancia y reconocimiento de la naturaleza fascista del régimen, seguido de la normalización. Ha habido vislumbres de “esperanza” (falsa) —como los pasos que la investigación de Mueller ha dado, las elecciones en Virginia y ahora Alabama, algunas derrotas temporales para ciertas medidas trumpistas— y las renovadas ilusiones de que Trump será obligado a salir (o al menos será frenado), de que podamos capear esto, de que podamos combatir estas cosas una por una. En ciertos momentos Trump temporalmente ajustó su retórica (por ejemplo, durante su reciente gira a Asia); el régimen hizo esfuerzos grandes para evitar una situación al estilo de Katrina en Texas y Florida; y las ocasiones en que los fascistas se dieron atrás tácticamente con ciertas cosas (como “la semana de la libertad de expresión”). Pero la inexorable bestia de Trump y Pence ha seguido impulsando su agenda fascista en todos los frentes, y recientemente a un ritmo acelerado, al parecer.

Masivas cantidades de personas salieron a la calle para la marcha de las mujeres, la marcha sobre el clima y la marcha por la ciencia, y cantidades menores para toda una serie de cosas —Puerto Rico, la prohibición de la gente transgénera, DACA, la ley fiscal, la neutralidad de la red, los monumentos nacionales en Utah, Jerusalén, etc.— pero en la inmensa mayoría de los casos, esto se ha dado dentro del marco de expresar oposición. Las manifestaciones en respuesta de la primera prohibición a los musulmanes, en respuesta a los intentos de revocar el Obamacare y después de Charlottesville en Boston, San Francisco y Berkeley SÍ se caracterizaban por una determinación de NO permitir que esto pase. Se ha suscitado confusión, chovinismo y un silencio vergonzoso de parte de la gente ante las amenazas de Trump contra Corea (y también anteriormente ante su ataque a Siria con misiles, a Afganistán con el MOAB y al genocidio en marcha patrocinado por Estados Unidos en Yemen).

La base para movilizar a las masas para romper con sus ilusiones, salir de su zona de comodidad y seguridad y tomar las calles en una lucha masiva, sostenida y sin precedentes para desbancar a este régimen está en el extremismo del régimen y en lo que están haciendo y en lo que se proponen hacer. El reto histórico-mundial ante nosotros es de hacer esto antes de que sea tarde, antes de que de hecho las cosas se vuelvan tan extremas que, a) hayan hecho daños inadmisibles y/o irreversibles a la humanidad o al planeta; o b) consoliden el fascismo e implementen medidas represivas para impedir que la gente se ponga de pie. Con la humanidad en el umbral de un punto de inflexión ecológico total, ante el peligro inminente de una guerra nuclear, una lógica genocida en marcha contra los “indeseables” y los “enemigos”, una base social fascista cada vez más emperrada y un núcleo de generales y puercos de todo pelaje unidos en torno al fascismo trumpista de la ley y el orden y “Estados Unidos Ante Todo”… “muy tarde” ya podría llegar en un día cualquiera.

“El enorme problema para todos aquellos que odian al Régimen de Trump y Pence, pero no están dispuestos, todavía, a romper con la normalidad de su vida y con el marco político en que conciben sus acciones de afectar la política, es que el mundo y la vida, tales como los conocen, están por llegar a su fin si el Régimen de Trump y Pence sigue en el poder”. (Del discurso de apertura de las conferencias de Rechazar el Fascismo el 10 de diciembre.) Esto es una manera provocadora de describir la situación, y resalta lo principal que tenemos que recalcar en nuestra agitación y acciones: la necesidad de expulsar a este régimen.

También esto me hizo reflexionar en la manera en que el mundo y la vida, tales como los conocen, están por llegar a su fin, y punto. Pues, ¿qué es el contexto más amplio en que Trump ha llegado al poder? El destripamiento de las prestaciones sociales (en Estados Unidos y en todo país imperialista) por las presiones de la competencia global, la creciente rivalidad con Rusia y China, etc., el desastre que Estados Unidos ha creado en el Medio Oriente y el desafío del yihadismo fundamentalista islámico, y la intensificación de todas las contradicciones concentradas en los 5 Altos, etc. Bernie movilizó a la base social de los demócratas con una visión tipo Nuevo Trato (New Deal) que no tiene ninguna base material en el mundo actual. Hillary hizo campaña, básicamente, como la candidata del estatus quo, lo que es lo que creó todo este desastre en primer lugar, y no fue capaz de generar mucho entusiasmo. No pudo realmente denunciar a Trump, porque su programa compartía ciertas suposiciones esenciales con él, y porque tuvo más miedo al trastorno (que ya se veía en Chicago y San José) y la deslegitimación de todo el sistema.

En este contexto, para algunos sectores de la clase dominante y para algunas personas que quieren mantener sus privilegios, el fascismo es una resolución atractiva. Aunque Hillary hubiera ganado, a) los fascistas no hubieran aceptado su legitimidad, y de hecho estaban preparándose para agarrar sus “mosquetes y horquillas” y marchar sobre Washington, y b) el funcionamiento continuo del sistema hubiera seguido creando condiciones para las cuales los demócratas no tienen respuesta, y que hubiera seguido engendrando una resolución fascista. BA dio ese ejemplo interesante de todos esos blancos que votaron por Obama porque querían declarar que Estados Unidos era “post-racial”. Pero el funcionamiento del sistema seguía matando a una persona negra cada 28 horas y se reventó la grieta sísmica de la rebelión contra el asesinato policial y el racismo.

En La guerra civil que se perfila y la repolarización para la revolución en la época actual, BA hace uso de la analogía de dos escaleras que se apoyan en la parte de arriba a la vez que abajo hay fuerzas que presionan para hacerlas caer, y él plantea la cuestión de que si la cohesión puede conservarse. Me imagino a Obama con cada pie literalmente en cada lado de una grieta en el suelo mientras se abre cada vez más, y él trata de mantenerlo todo cohesionado, diciendo por un lado que Trayvon pudo haber sido un hijo suyo, y por otro lado califica de “maleantes” a los jóvenes negros de Baltimore. Al final, Obama y los demócratas, como dijo BA, crearon un “terreno fértil” para Trump porque ayudaron a crear la falsa impresión de que Estados Unidos fuera post-racial, que lleva a la conclusión lógica de que el pueblo negro ya no tiene ningún derecho a quejarse. Y cuando llegó Trump y se conectó directamente con las prerrogativas de estos hombres blancos, prometiendo restaurar la ley y el orden, pues se lo tragaron, y los demócratas no quisieron ni pudieron denunciarlo porque su sistema también se basa en la supremacía blanca. El único comentario bueno de Hillary sobre los “deplorables”, según un amigo, fue considerado por muchos demócratas como un fuerte traspié que ella nunca repitió.

Este tipo de dinámica y polarización es obviamente horrorosa… pero el hecho de que “la cohesión no se conserva” y de que los demócratas no son capaces de ofrecer ninguna alternativa real ni resistencia al fascismo, también es “terreno fértil” para la repolarización, para ganar a las personas a que se alejen de los demócratas y se acerquen a nuestros objetivos principales y fundamentales. Al mismo tiempo, me parece que esta dinámica también implica que aunque lográramos sacar del poder al régimen fascista, la amenaza del fascismo y la base social fascista seguirán siendo una parte importante del terreno hasta que hagamos una revolución. No solamente, como he venido diciendo, porque la intensificación de estas contradicciones, y la ausencia de respuestas de parte de los demócratas, hacen surgir el fascismo como una resolución, sino también porque Trump ha dejado salir todo el genio fascista de la botella, y eso ya no se puede deshacer. En La guerra civil que se perfila, BA repetidamente alude al análisis de Newt Gingrich de la manera en que Estados Unidos estaba dividido tan irreconciliablemente como en el período anterior a la guerra de Secesión. Bueno, ¡eso es aún más cierto ahora! Por mala que fuera la epistemología en la base social fascista antes de Trump —la autocontenida concepción del mundo fascista cristiana, la “verdadez” de George W. Bush y su gran mentira sobre Irak (la cual un enorme número de personas creyó)— ahora es mucho peor. Bush mentía, pero Trump miente descaradamente, y eso les encanta a sus seguidores porque beneficia a sus objetivos políticos. En La guerra civil que se perfila, BA analiza que “no es posible seguir haciéndoles promesas [a los fascistas cristianos], y luego no cumplirlas. Hay una tensión que estallará en cierto momento”. Pues, ya estalló…

¿Qué se requeriría, por ejemplo, para que los demócratas —el partido de Bill Clinton (que aprobó el Tratado de Libre Comercio de América del Norte y militarizó la frontera) y del deportador-en-jefe Obama, cuyo sistema creó las condiciones desesperadas que impulsaron a las personas a emigrar— realmente denunciaran a Trump por sus asquerosos ataques xenófobos a los inmigrantes? Se requeriría afirmar contundentemente la plena humanidad de los inmigrantes y reconocer sus derechos, lo que no puede hacer la clase dominante, porque también necesitan que los inmigrantes sigan viviendo en un estado de terror, para que pueda regular el flujo de la mano de obra inmigrante y sobreexplotar a aquellos que logren entrar. Se requeriría crear verdaderas ciudades y estados santuario que impidieran que el ICE (la Migra) detuviera en redadas a los inmigrantes y los deportara. En vez de eso, los demócratas están lamiéndole las botas a Trump para conseguir un arreglo para los “inmigrantes buenos” a cambio de joder a sus familias… Se puede examinar casi cualquier crimen del régimen de Trump y Pence, y ver por qué los demócratas no son capaces ni están dispuestos a oponérsele firmemente. BA también hace esto acerca del aborto en la misma sesión de preguntas y respuestas.

En estos momentos se habla mucho de que eran decisivos en los comicios de Alabama los negros, en particular las mujeres negras. Claman por que por fin los demócratas cambien su estrategia electoral, de dejar de dar por garantizado el voto de los negros mientras tratan de atraer a los “votantes indecisos”, y ya se pongan a movilizar y atraer más directamente a los negros. Esto implicaría prestarle más atención a temas como la discriminación racial y la injusticia criminal.

Pues, esto parece ser un enfoque más lógico, ¿no es cierto? Pero ¡no! No es cierto si se trata de un partido de la clase dominante que requiere la INjusticia criminal. Doug Jones pues personifica la posición demócrata convencional, se centra en “temas que la gente comenta a la hora de comer como el cuidado de salud y la economía”, llama a “soluciones bipartitas” a esos temas y promete encontrar “puntos en común entre ambos partidos”. Se posiciona justo a la izquierda de la demencia fascista… quiere revocar leyes que imponen penas obligatorias de three strikes [después de recibir tres condenas, automáticamente el condenado va a la cárcel de por vida] por crímenes no violentos y se opone a restricciones adicionales al aborto porque son suficientes las leyes actuales.

Tuve un intercambio interesante con una amiga sobre todo esto. Ella reconoce el papel negativo que la dirigencia demócrata está jugando ahora… cree que se debe a que se han habituado a la política de costumbre y no captan que nos encontramos en una situación nueva. Cuando le expliqué por qué los demócratas hacen lo que hacen, dando como ejemplo su apoyo continuo a Israel (sobre el cual Trump tuiteó) y en particular el apoyo de Schumer para la maniobra de Trump respecto a Jerusalén, su respuesta inicial era de preguntar, “¿Estás diciendo que únicamente las personas que están totalmente en contra del capitalismo pueden combatir al fascismo de la manera que se necesita?”. Dije que no, que las personas pueden combatirlo ferozmente a partir de sus propios principios democráticos burgueses, que yo hablaba solamente de por qué la dirigencia del partido Demócrata hace lo que hace. Obviamente, esto plantea la necesidad de una discusión más a fondo sobre la naturaleza de clase de la política, y la diferencia entre la clase dominante del partido Demócrata y su base.

Total, aunque el discurso de RF (Rechazar el Fascismo) no explica todas las razones más profundas de por qué no se puede apoyar en los demócratas, sí pone en claro que no se puede apoyar en ellos y sí denunció el papel perjudicial que están jugando. También puso en claro que, junto con las acciones y denuncias contra los fascistas, también necesitamos acciones y denuncias contra la dirigencia demócrata. También anima a las personas a adentrarse en el discurso de BA (en inglés), que sí ofrece el análisis más a fondo. Todo esto es una guía importante que reconoce lo que enfrentamos en términos del papel de los demócratas de canalizar a la gente hacia los canales oficiales (y esto se hace aún más al aproximarnos a los comicios de 2018) y del papel de los demócratas de luchar en contra de lo que Rechazar Fascismo llama a hacer.

Quizás en adición a nuestros siete afiches y otros materiales que denuncian a los fascistas, necesitamos una hoja de datos sobre la complicidad y colaboración de la dirigencia del partido Demócrata con el fascismo. A continuación presento algunas ideas:

  • El papel de los medios informativos establecidos de ayudar a que Trump ganara al darle enorme cobertura gratuita
  • Hillary y todos los demócratas trataban a Trump como un candidato legítimo
  •  Su aprobación del gabinete de Trump
  • Allanan el camino para la transición al fascismo. Todos los comentarios de Obama (todos estamos en el mismo equipo y le deseamos éxitos), Bernie (trabajaremos juntos sobre empleos e infraestructura), Hillary, etc.
  • Defienden las “quejas justas” de los blancos que votaron por Trump
  • Canalizan la atención de todos hacia las supuestas conexiones de Trump con Rusia en vez de su programa fascista
  • Aclaman su ataque a Siria con misiles
  • Alaban su discurso fascista en Varsovia, porque tomó una posición más dura hacia Rusia
  • Atacan vilmente al antifa, aplicando la lógica trumpista de “ambos lados”
  • Le lamieron las botas a Trump el día después de que él revocó DACA, y trataron de abandonar a las familias de los Soñadores (Dreamers)
  • Sabotean la demanda de un juicio de destitución
  • Chuck Schumer aconsejó a Trump acerca de declarar a Jerusalén como capital de Israel e ¡incluso lo criticó por “indeciso” sobre trasladar la embajada estadounidense!

En conclusión, siento que estamos en un momento extremadamente peligroso y muy central. Estamos en un momento potencialmente muy explosivo donde hay un intento de imponer una nueva norma cohesionadora. Esto repugna a muchas personas, debido a los cambios demográficos y tecnológicos, y las luchas justas de los años 1960 hacia atrás a la guerra de Secesión. Pero, por las razonas descritas en el discurso de RF, hasta la fecha “se han retirado hacia la falsa ilusión de un mundo cuyo fin está llegando”. Uno puede ver los contornos del viraje lento hacia la normalización, donde todos se conforman a fin de sobrevivir (por ejemplo, el despliegue vergonzoso de servilismo de parte de la prensa cuando Huckabee Sanders exigió que todos dijeran de qué están “agradecidos”). También se puede ver el peligro mucho más inmediato de una guerra o un “incidente”, en que todos están uniéndose tras la bandera nacional estadounidense y se restringen los derechos. Y, sin embargo, este es uno de esos momentos cuando es posible que el mundo entero se mueva en torno a las acciones de un número pequeño de fuerzas subjetivas… Hay acciones del régimen que continuamente asaltan a la gente y socavan el mundo tal como lo han conocido. Al momento en que termino de escribir el presente, parece que el voto de la FCC [Comisión Federal de Comunicaciones de Estados Unidos] de derogar la neutralidad del internet realmente ha puesto un dedo en la llaga. Hay acciones de otras fuerzas — las fuerzas que exigen un juicio de destitución, las mujeres que denuncian la depredación sexual de Trump y piden una investigación, el voto en Alabama que era, en ciertas maneras, una derrota para el trumpismo (a pesar de sus intentos de retractar su apoyo a Moore, pero el hecho de que Moore siquiera fuera un candidato y llegara tan lejos es una señal de la fuerza del trumpismo), los demócratas que han canalizado tantas esperanzas hacia esta investigación por Mueller… y ¿qué pasará si Trump lo despide, o sabotea la investigación de alguna forma? Este es un momento en que más vale que estemos aplicando esos seis párrafos sobre la estrategia, procediendo fundamentalmente según un entendimiento materialista de las cosas y llevándolo a la gente, subrayando la realidad inmediata de este peligro fascista extremo y que necesitamos actuar ahora, y planteando las contradicciones ante la gente en la manera en que lo hizo el discurso de RF.

 


* Si bien el nazismo no surgió en el contexto de décadas de estabilidad y cientos de años de tradiciones democráticas profundamente arraigadas (muy al contrario), para los principios de los años 1930, ya habían logrado cierta estabilidad, e incluso cierta prosperidad (la nueva pintura brillante que tapaba todo, como dijo Claudia Koontz). Al final, como ya sabemos, no sólo hizo que pasara por el infierno toda Europa sino toda la población de Alemania… y esa estabilidad temporal era parte de los preparativos de Hitler para la guerra. De todos modos, el discurso de RF me hizo reflexionar sobre el contraste plasmado en el título del libro En el jardín de las bestias, entre la vida cotidiana en Berlín en 1933, el diplomático que se pasea por el hermoso y soleado Tiergarten y las viles atrocidades cometidas por los Camisas Pardas por todo Alemania. Ese contraste, junto con las hábiles tácticas normalizadoras de Hitler (al distanciarse de las peores atrocidades, y a veces bajar su ritmo y agudeza), engendraron ilusiones y el engaño propio. Y la complicidad vergonzosa, activa o pasiva. Una de las formas de complicidad pasiva para los autores que permanecieron en Alemania se llamaba la “emigración interna”, de retirarse al máximo posible del mundo mientras esperaban que se desmoronara el régimen de Hitler. Así están actuando algunos de mis amigos que han dejado de ver las noticias. Aunque las personas que hacen esto no pueden bloquear completamente la realidad más amplia, y esa contradicción les causa comezón.[regresa]

 

 

 

Se necesitan: Voluntarios para revcom.us y Revolución

Envíenos sus comentarios.

Si le gusta este artículo, suscríbase, done y contribuya regularmente al periódico Revolución.